—Recuerdas Noru?— cuestiono el mayor mientras lo giraba con suavidad para envolverlo en sus brazos y acercarlo contra él.
—¿Qué cosa?— su rostro se mantuvo inexpresivo mientras se dejaba acercar, recargando su cabeza en su hombro, posiblemente jamás lo admitiría en voz alta, pero le encantaba la sensación de calidez que el otro le transmitía.
—Cuando éramos pequeños...— sonrió comenzando a moverse suavemente, al ritmo de un vals que solo se escuchaba en su mente— cuando te dije la primera vez que te quería...
El menor bufo suavemente, sin destrabar sus propios brazos que se sujetaban de la espalda contraria — Cuando me acosabas para que te prestara atención querrás decir.
—Bueno... Quizá... Esa parte es un poco confusa— dejo escapar una ligera risa nerviosa— Tu sabes... Han pasado muchos años...
—Y la vida ha dado muchas vueltas— respondió sin levantar la cabeza para que no viera la pequeña sonrisa que danzaba en sus labios— Nunca hubiera pensado que iba a llegar a esto, contigo abrazado, bailando música que no existe...
—¿Te arrepientes?— algo en su tono de voz lo hizo sentir triste, quizá no era lo que Noruega quería, a pesar de todo lo que se había esforzado por agradarlo.
Hizo un ademán de soltarlo, tomar un poco de distancia antes del obvio "sí" que estaba por recibir, pero el otro no lo permitió, aferrándose a él con fuerza y levantando la cabeza para verlo con sus ojos oscuros y misteriosos que tanto le habían atraído desde la primera vez.
—Ni por un solo segundo— negó con la cabeza, acercándose al más alto para dejar un pequeño beso en sus labios— Y más vale que tú tampoco, me quisiste y me tuviste... Ahora te aguantas— amenazo volviendo a acurrucarse contra él, moviéndose nuevamente para marcar un nuevo ritmo de baile.
