Te conocí cuando recién comenzaba a salir de mi oscuridad y tú fuiste la única que me dio la oportunidad de avanzar, de poder ser la persona quien soy ahora mismo, creíste más que nadie en que lograría mis objetivos, hasta más que yo. Aún recuerdo como después de alcanzarlos y no tener mucho tiempo para ti era igual porque seguiste ahí iluminándome con tu luz.
Yo en verdad quería recompensarte por todo tu apoyo, así que te invite a un club que recién abrió hace una semana, cuando nos dimos cuenta de la hora ya era casi el amanecer, pues no nos dimos cuenta porque la pasábamos hablando de puras tonterías; ya a punto de llevarte a tu casa, los tragos te pasaron factura, así que te tuve que cargar hasta tu hogar y te cuidé, apenas podías ponerte de pie, así que me quedé a dormir. Al día siguiente estabas avergonzada, pues yo agarré tu cabello mientras devolvías todo anoche, pero yo no pensaba en eso en realidad sino más bien en tus sonrisas dirigidas hacia mí y aunque no haya pasado nada más, también en tus caricias.
El resto de los días fue como la rutina, pero no lograba quitarte de mi mente así que opté por convertirte en mi asistente personal, desde ese día ya no importaba empezar desde la mañana e irme a la medianoche porque estaba contigo y seguidamente me quedaba a dormir a tu casa; caminando en los pasillos de la torre escuché sin querer que tú ya me amabas, no sabía cómo reaccionar así que actué con naturalidad porque no sabía cómo podría corresponderte.
Al pasar el tiempo me di cuenta que te necesitaba, pero jamás lo demostré aún tenía miedo de lastimarte, también me di cuenta sobre el hecho de que quería estar contigo siempre; decidí por fin ser el que te despierte con el desayuno en la cama, con un beso en tu cabeza mientras te entrego el café, ser el que lleve los niños a la academia y dormirme agradeciendo mis estrellas de la suerte por esa noche, así que avancé un paso más para estar a tu lado.
Cuando nos quedábamos trabajando hasta la madrugada y te sorprendía mirándome por encima de tu hombro y me olvidaba de mi cargo en la aldea pensando en querer bailar contigo hacia la eternidad admirando como luces tan hermosa como siempre y yo juro que todos los días tú los hacías mejor, simplemente me hacías sentir de esa manera.
''Estoy tan enamorado de ti''
Dije ese día esperando tu respuesta, ya no lo resistía más, tu amor vale más que su peso en oro, quiero vivir contigo hasta que nos volvamos fantasmas, porque siempre estuviste ahí para mí cuando te necesitaba más, cuantos años juntos viviendo como ciegos ante lo obvio, pero ahora te voy a amar hasta que mis pulmones se rindan y no puedan pronunciar más esas palabras, lo prometo de la misma manera en la que lo prometí en nuestros votos matrimoniales. Ahora mismo que estamos aquí juntos, bajo las sábanas yo observándote dormir tranquilamente a mi lado a la luz de la luna, teniendo estos pensamientos que nadie más sabe, porque solo somos nosotros dos.
Solo di que no te darás por vencida en nuestro amor, aunque los del consejo se opongan ante nuestra unión y los pobladores no lo vieran muy ético por nuestra antigua relación de maestro-alumna, yo quiero que no te des por vencida, al menos no ahora, no ahora que yo sé que jamás me rendiría... porque tu amor es lo que más necesito junto a ti Matsuri.
Por alguna razón se me vino esto al escuchar la canción ''Say you won't let go'' de James Arthur xD
