Narra Hermione
Era un día normal, ya había pasado cuatro años de la batalla de hogwarts, voldemort estaba muerto y gracias al cielo todo el mundo mágico estaba más seguro.
Para mi sorpresa y la de muchos me dieron el empleo de profesora de pociones en hogwarts, ya que albus se había retirado para descansar de todo y había dejado a cargo de la dirección al profesor severus snape, por lo cual albus me llamo para contratarme.
A decir verdad me daba miedo tener a snape a cargo, en mi pasado como estudiante eran bastante tensas sus clases.
También me daba algo de curiosidad desde el día que nagini mordió al profesor snape, sus lágrimas corrieron por sus mejillas, le dijo a harry que las llevara al pensadero y antes de que muriera lo salve con pociones y hechizos.
Harry me conto lo que habia visto, me daba algo de curiosidad por que el hombre guardaba tanto a su corazón de cualquier cosa, se que era un buen hombre, solo con un pasado oscuro, era el hombre malvado que termino siendo el hombre que amó mucho a una mujer al punto de proteger con su vida al hijo de ella
Se nota que amo con locura a lily potter.
Me di cuenta que estaba muy sumida a mis pensamientos y ya estaba en puerta del director, las escaleras estaban listas, lo que significaba que ya me estaban esperando.
Subí las escaleras, ahí estaba albus que me sonrió y me dio un abrazo, mientras que snape...
Bueno, era como el es siempre, con su mirada fría y rostro serio
-hermione, querida, cuanto tiempo!- dijo el hombre de la barba plateada
-muy bien profesor dumbledore, y he estado mejor desde que me recibí la buena noticia de trabajar aquí
-se que eres muy brillante y harás las cosas muy bien
-señorita granger- dijo snape tomándome de la mano en forma de saludo, y claro, con su tono frió
Sentí algo raro al tacto de nuestras pieles rozándose
Lo mire a los ojos
-profesor snape
-severus, dale las indicaciones a la señorita granger. Ya por unos asuntos pendientes, fue un gusto verte hermione-dijo albus
-igualmente profesor
Y desaprecio frente a nosotros
-muy bien señorita granger, sígame
Y obedecí a lo que dijo.
