Este es un nuevo fic, el cual no será muy largo. Cuatro o cinco capítulos quizás.
Es para Crimela, quien me había pedido un thriller policial, y bueno... hay que cumplir pues hahaha Espero que te guste, si no es así, dímelo. Se pueden cambiar cosas, ya me conoces c:
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EL SEXTO CUERPO
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Una batalla sin nada que perder es una simple pelea de niños
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Catorce de Octubre, diez de la mañana con once minutos.
— Hey, Itachi-san. Ya han llegado.
Itachi dejó su conversación con el subordinado a su cargo para dirigirle una rápida mirada a Kisame, su compañero designado. Parecía que algo le causaba risa.
— Aa.
Kisame abrió la puerta por completo e ingresó en la habitación, seguido del jefe de policías y tres jóvenes a su siga. Itachi le indicó a su subordinado con una mano que se apartara y con paso ligero se acercó a su jefe, quien a la vez era su padre.
Cruzó miradas con él y luego observó a las tres personas restantes.
Sonrió levemente.
— ¿Llegaste bien, Sasuke?
— Hm, si.
El nombrado como Sasuke se acercó a Itachi y se dieron un abrazo fraternal, palmeándose la espalda con fuerza. Habían pasado varios meses desde que Itachi no veía a su hermano menor, y el hecho de tenerlo ahí junto a él se le hacía reconfortante.
Se separaron con cautela y esperaron instrucciones de Fugaku Uchiha, el padre de ambos.
— Ya deben tener más o menos alguna idea de por qué los he mandado a llamar – indagó el hombre con una voz estricta e irrefutable.
— Sí señor. Es debido al crimen realizado hace unos días en la mansión Senju' ttebayo. Nos llegó el informe al departamento.
— Eso nos ahorrará tiempo entonces.
Itachi reconoció a Naruto apenas cruzó el umbral de la puerta. Le parecía curioso verlo tan formal y tranquilo ante Fugaku, tomando en cuenta que cuando era un adolescente, él y Sasuke vivían causándole dolores de cabeza a su padre. Aunque claro, ameritarles la culpa de todo a esos dos era demasiado, ya que por costumbre Sasuke y Naruto arrastraban a otra persona junto con ellos hacia sus problemas. Y la única fémina que soportaba aquello estaba de pie detrás de ambos chicos, mirándolo de manera serena.
Sakura Haruno, detective en práctica.
— Itachi les dará los detalles — indicó Fugaku después de una no muy extensa charla sobre el departamento —. Los quiero trabajando en el caso de inmediato. Distribuiré las parejas para el reconocimiento más tarde en la reunión. Nos vemos.
El mayor se retiró del despacho y quedaron cuatro personas ahí dentro; tres de ellos con la mirada puesta en oscurecidos ojos de Itachi. Él se frotó el mentón y con su mano libre les pidió que tomaran asiento frente a su escritorio. Sasuke fue el único que quedó de pie.
— ¿Qué es lo que saben del caso?—preguntó Itachi con su grave tono de voz. Sasuke se limpió la voz y le respondió.
— Hubo un asesinato en la desalojada mansión Senju nuevamente —dijo, cruzándose de brazos —. Con este ya serían cuatro cadáveres en lo que va del año.
— Nos llamaron para que buscáramos al asesino en serie' ttebayo. Como equipo se nos da bien eso —interrumpió Naruto. Itachi realmente estaba sorprendido por la seriedad que aquel niñato estaba tomando el asunto.
— Hm, ya hay un equipo de rastreo en formación —les informó Itachi —. Su misión en esto es identificar al asesino, así que podrán tener la colaboración del equipo que recién mencioné a su completa disposición.
— ¿Quiénes conforman ese equipo?
— Hay un par de Hyuga, Sasuke. Esa familia es excepcional en la búsqueda de pistas. También hay expertos rastreadores y unos cuantos asistentes preparados en combate cuerpo a cuerpo y en armas. Casi todo el departamento está en movimiento debido a este caso.
— ¿Qué es…?
El suave susurro llegó a oídos de Itachi y su rostro se giró hasta toparse con la causante de esa débil onda sonora. Los ojos de Sakura se elevaron y le sostuvieron la mirada a Itachi, quien entreabrió la boca y suspiró casi imperceptiblemente.
— ¿Qué es lo que hace a este caso tan problemático? —preguntó Sakura, humedeciéndose los labios después de hablar.
— Es cierto, ¿Qué es lo que tiene, Itachi? Es la primera vez que nos solicitan desde que comenzamos a trabajar a las afueras de Konoha.
Itachi se acomodó en el asiento y observó a su hermano, a Naruto y a la chica. ¿Qué que tenía? Pues de todo, por desgracia. Él en su momento no había sido delegado al caso, sino otro de sus compañeros, y para cuando le pidieron su cooperación ya había tres personas muertas en menos de tres meses bajo los mismos morbosos patrones de muerte. Itachi apenas había tocado el tema y leído los informes cuando una cuarta persona apareció brutalmente asesinada, y para entonces su padre ya había solicitado que Sasuke y su equipo se acercaran al departamento; así que en realidad Itachi no sabía que es lo que hacía de este asunto algo tan complicado e indescifrable.
Pero él sí sabía algo. Quien quiera que estuviera burlando cada intento de los policías y detectives sin duda alguna conocía el funcionamiento de los oficiales que conformaban este cuerpo de seguridad. Anticipaba tan bien cada movimiento que lo hacía invisible ante sus ojos; he ahí la razón de la presencia de detectives ajenos al departamento. Fugaku necesitaba hacer ese cambio de piezas en el tablero.
Itachi iba a responder a la pregunta de Sasuke y Sakura, pero el golpe contra su puerta lo detuvo. Permitió el acceso y un atisbo de Kisame se observó por la puerta entreabierta. Una sonrisa burlona se apoderó del azulado rostro de su compañero.
— Ya está casi todo preparado para la charla del jefe, Itachi-san. Deberían asistir todos.
— Ya veo. Gracias Kisame, ya vamos.
Itachi apoyó ambas manos en su escritorio y se levantó. La camisa negra que llevaba puesta se le pegaba a los brazos y a su pecho, dándole un aire peligroso. Le indicó a los tres que lo acompañaran a la salida mientras de desabrochaba los botones que estaban en las muñecas de su camisa y se subía las mangas, exponiendo de esta manera sus antebrazos. Este era reflejo nervioso de Itachi ante el inminente estrés.
Llegaron a la sala de reuniones y se toparon con el equipo de inteligencia y el de rastreo que estaba a cargo de la misión. A Itachi no le pasó desapercibido que cada persona ahí era del grupo de recién egresados de la academia de policías… novatos con no más de un año de experiencia.
— ¡No puede ser! —chilló uno de los ahí presentes. Si Itachi no se equivocaba era un Inuzuka, del grupo de rastreo — ¿Eres tú Naruto? ¡Cuánto tiempo!
— ¡Ya lo creo' ttebayo!
Sasuke, Sakura y Naruto se incorporaron al grupo y se separaron de Itachi, quien continuó su camino hasta llegar donde su padre y Kakashi, uno de los detectives más eficaces que tenía el cuerpo de policías.
— ¡Todos presten atención! —llamó Fugaku. Con rapidez todos tomaron puesto frente a él en las sillas de conferencia que había y guardaron silencio —. Comenzaremos presentando el tema, y posteriormente coordinaremos los equipos de trabajo. Kakashi, procede.
— Vale —habló el nombrado, adelantándose —. La misión lleva el nombre de "Fantasma" y consiste en descubrir y capturar al asesino serial que ha estado actuando durante los últimos cuatro meses.
«La primera víctima fue Sasame Füma, joven de diecinueve años. Fue encontrada desnuda y sin el dedo anular en su mano izquierda; marca propia del asesino. La segunda chica era una extranjera reconocida como Konan. No tenemos mayores antecedentes de ella, y se está trabajando para descubrir algún patrón entre ella y las demás victimas. »
Todos mantenían un silencio sepulcral. Sakura estaba espantada al ver las imágenes recopiladas de las dos chicas recién nombradas. La primera de ellas, Sasame Füma, tenía el cabello anaranjado, y Sakura no pudo evitar pensar que en vida debió ser una muchacha hermosa. La segunda era extremadamente distinta a la primera. Tenía el cabello de un tono azul-violáceo y una perforación debajo del labio, y aun con todo y eso (incluso la muerte), era una mujer preciosa. Las dos lo fueron.
Kakashi se quedó mudo un instante y el aire melancólico que tenía no pasó desapercibido para los recién llegados detectives. Sakura, Sasuke y Naruto conocían muy bien a Kakashi debido a que fue su instructor en la academia, por eso no pasó desapercibido para ellos la actitud de su superior.
»La tercera víctima —continuó Kakashi después de carraspear la voz — fue una oficial del cuerpo de policías, Rin Nohara. Su cuerpo también fue encontrado en el salón de la mansión Senju, y como al resto de las chicas, le faltaba su dedo anular. Ocurrió a principios de este mes.»
— Horrible, ¿No?
Sakura giró su rostro y vio que quien tomaba asiento junto a ella era nada más y nada menos que Ino, su antigua amiga y rival en la academia. Ino apoyó su mano sobre la de Sakura.
— Rin-san fue una gran mentora —lamentó Sakura, apretando la mano de Ino. Kakashi seguía explicando detalles del caso, pero ya ninguna de las dos estaba demasiado pendiente.
— Lo fue —concordó Ino en un susurro —. Me alegra que estés aquí, Sakura. Te extrañé.
— Y yo a ti, Ino cerda.
«La última víctima fue una chica de veintiún años llamada Tayuya. Es originaria de la ciudad del Sonido y llegó a Konoha debido a su huida de un reformatorio para jóvenes. Llevaba por lo menos dos años aquí, y según sus amigos, desapareció después de una fiesta. En su sangre se encontraron grandes cantidades de heroína y otras drogas. Su cuerpo apareció hace dos noches después de una semana de desaparecida. »
Kakashi retrocedió un par de pasos y le permitió a Fugaku avanzar adelante nuevamente.
— Bien, eso es todo. Gracias Kakashi —habló Fugaku una vez que el oficial terminó de dar la información —. Nuestro equipo de inteligencia está intentando descifrar que relación tenían cada una de estas jóvenes entre sí. Se creyó que por el hecho de ser extranjeras habría algún patrón, pero la oficial Nohara perteneció a Konoha toda su vida, por lo que la teoría se vio rechazada.
— ¿A parte de la ausencia del dedo anular había otro tipo de marca en ellas? —preguntó Sasuke desde la distancia. Fugaku asintió levemente con la cabeza.
— Al encontrarlas desnudas supusimos que habían sido violadas, pero no fue así. Todas tenían heridas y cortaduras, pero ninguna fue la causante de muerte…
— ¿De qué murieron todas' ttebayo? —cuestionó Naruto. A Sakura no le pasó desapercibido el dolido rostro de Ino.
— Las quemaron desde dentro con ácido.
Fugaku retrocedió unas imágenes y puso una de la oficial Nohara. Él explicó que los labios de todas ellas estaban negros cuando fueron encontradas, y que al abrir sus bocas todo estaba carbonizado. Según el forense, el tipo de ácido usado fue lo bastante dañino como para darles una lenta y muy dolorosa muerte, la cual pudo haber durado incluso veinticuatro horas de tortura hasta finalmente acabar con sus vidas. Sakura casi quiso llorar.
— Tenemos que evitar que algo así se repita —ordenó Fugaku con el ceño fruncido y una voz autoritaria —. Ya hemos preparado el trabajo en equipos y pondremos la nomina en el escaparate a la salida de la sala de reuniones. Los capitanes de cada grupo también estarán señalados, y son ellos a los que quiero en mi oficina en una hora más. Pueden retirarse.
Sakura se levantó y lo primero que hizo fue abrazar a Ino. Hablaban con mucha frecuencia, pero no se habían visto desde que ella fue destinada a zona rural de Konoha, a dos horas de la ciudad.
— Las cosas están muy mal como para que hayan solicitado que Sasuke y Naruto hayan venido —comentó Sakura, a lo que Ino suspiró sonoramente.
— Trabajo en el grupo de inteligencia junto a Shikamaru, Sai, mi padre y los oficiales mayores —le relató mientras tomaba una carpeta entre sus manos —. Quien quiera que sea el desgraciado que está haciendo esto de verdad es muy inteligente.
— ¿Te han promovido al equipo de inteligencia? Vaya, eso sí es impresionante.
— Nah, ayudó el hecho de que mi padre esté ahí, pero admito que se me da bien —dijo con una sonrisita —. No creas que no he escuchado de tus hazañas, frente de marquesina. Hace tres semanas apareció tu nombre en el periódico.
— Esos son Sasuke y Naruto —dijo con algo de tristeza —. Los dos juntos son imparables.
— ¿Y quién te dijo eso? —le reprendió Ino instantáneamente —. Dime algo, Sakura, ¿Sabes por qué te han pedido venir a ti también?
— Ni idea —contestó, mirando los bonitos ojos azules de Ino. Ella le sonrió espléndidamente.
— Porque eres tú quien se hace cargo de las escenas del crimen —le dijo, marcando la voz —, ¿O me dirás que Naruto y Sasuke examinan los cadáveres y eso? Di lo que quieras, pero estoy segura que Naruto ni siquiera puede ver a un muerto sin orinarse en los pantalones.
Sakura río y le dio la razón.
— ¿Y qué hay de Sasuke? ¿Me dirás acaso que es capaz?
— A veces —le contestó, limpiándose una lagrimilla producto de la risa —, siempre y cuando no haya mucha sangre. Sólo se acerca cuando alguna persona muere de envenenamientos o por vejez… No le digas a nadie, pero a Sasuke le da asco la sangre.
— ¡Lo sabía! —chilló Ino con su pegajoza risa.
Ambas salieron de la sala de reuniones y se toparon con un gran grupo de personas justo frente al escaparate que Fugaku había señalado antes. Ino estiró su cuello, pero no logró ver nada.
— De seguro me delegaron al equipo de inteligencia —mencionó Ino, dándose por vencida para mirar —. Espera, ya se a quien preguntarle, ¡Hey, Hinata! ¿Puedes ver mi nombre ahí?
— ¿Ah? Mm, si, aquí estás —habló Hinata. Sakura sonrió al reconocerla —, en el grupo de inteligencia.
— Ya sabía yo.
Hinata se alejó del escaparate y se acercó a ambas. Saludó a Sakura con suave abrazo y una bonita sonrisa que fue correspondida por la chica.
— Han pasado varios meses, Sakura-san —dijo Hinata, sosteniéndole la mano.
— Si, pero siempre dije que regresaría —rió ella —, hey, Hinata, ¿Cuándo estabas ahí enfrente lograste ver mi nombre? ¿Con quién me tocó?
— Lo siento mucho, Sakura-san —se disculpó la delgada chica de cabezo azulado —, no alcancé a ver tu nombre en la lista.
— Vamos, de seguro tendrás que trabajar con Naruto y Sasuke. Es obvio —dijo Ino, restándole importancia con la mano.
— En realidad… A mí me t-tocó con Naruto-kun y Sasuke-kun—corrigió Hinata, a lo que las dos chicas se asombraron.
— ¿En serio? Diablos, ¿Me quedé solita? —preguntó Sakura, preocupada. Hinata no supo contestarle.
— N-No creo —dijo Hinata, tranquilizándola —los grupos son de tres a cuatro personas. El mío es de cuatro… Shino-kun es el otro integrante.
— Vale… quizás me tocó con Tenten —se dijo Sakura para sí misma, simulando los nervios de trabajar con un extraño —. O Lee-san, Sai… ¿La tonta de Karin sigue trabajando aquí? Quizás me tocó con ella, ¡Ay no! ¡¿Con quién me tocó?!
Ino río al verla así. Hinata intentó calmarla.
— Sólo sabrás si vas a ver. Mira, ahí está Naruto; ve con él a ver con quien te tocó.
— Si, eso haré.
Ino y Hinata se quedaron atrás viendo como Sakura chocaba hombro con hombro con el resto de la gente. Se quedó al lado de Naruto y empezó a buscar su nombre mientras él hacía lo mismo.
— Que me toque con Sakura-chan, que me toque con Sakura-chan, que me toque con… —canturreaba Naruto mientras leía la tabla. Sakura lo miró con disgusto.
— Sigue soñando, estúpido. Estos seis meses contigo han sido suficiente —le dijo y él la miró dolido.
— Eres cruel, Sakura-chan… —susurró él y tuvo ademán de volver a buscar su nombre. Sakura lo notó.
— Estás en el equipo de Hinata, Shino y Sasuke-kun —le anticipó, y casi gozó cuando él corroboró lo que ella decía.
— El teme, el rarito y la que se desmaya siempre' ttebayo. Pediré que me cambien contigo —le dijo, pero ella se lo negó.
— Es un buen equipo, Naruto. Trabajarás bien con ellos.
— ¿Pero y tú con quien vas a estar?
— No sé. Vamos, ayúdame a encontrar con quien me toca.
Naruto y ella leyeron todos los grupos, pero ella no aparecía en ninguno. Poco a poco la multitud comenzó a alejarse y pudieron buscar con mayor calma. Sasuke, Ino y Hinata se le acercaron y también notaron que Sakura no estaba en ningún equipo, lo que llamó la atención de todos.
— Quizás olvidaron poner mi nombre —comentó ella, alejándose un poco del mural.
— No, no lo hicieron —hablaron a su espalda. Neji, Tenten y Lee se acercaron al grupo y saludaron efusivamente, o al menos así lo hizo Rock Lee —. Tu nombre no está en el sector de grupos, Sakura, sino en el de parejas —le explicó Neji, guiándola con un dedo.
— ¿El de parejas? —Sakura aceleró el paso y se puso a buscar su nombre. Ino se le acercó y comenzó a ayudarla junto a Hinata.
Los verdosos ojos de Sakura encontraron su nombre —letra Arial 12, en negrita —junto a la persona que menos se imaginó. Pasó el dedo sobre el nombre siguiente al suyo y lo dejó ahí mientras lo leía una y otra vez.
Itachi Uchiha.
— ¿Por qué te tocó con mi hermano? —preguntó Sasuke, quien al parecer no estaba muy feliz.
— No lo sé —contestó ella, mirando los ojos negros de su amigo.
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Itachi estaba en su despacho junto a Kisame leyendo el historial de una de las víctimas. Él conoció a dos de ellas, a Rin y a Konan, y de verdad sintió pesar por la muerte de ambas. Kisame estaba leyendo sobre los alrededores de la mansión Senju, o eso hacía hasta que se dirigió a abrir la puerta tras ser golpeaba. Itachi ya se imaginaba quien podía ser.
Sasuke entró con paso lento y aire ausente, aunque se podía percibir que estaba molesto, y detrás de él le seguían Sakura y Naruto. Kisame extendió una sonrisa algo macabra, bien típica de él, y cerró la puerta para el resto de agentes y amigos de los que acababan de ingresar al despacho. Itachi miró a su hermano por sobre los documentos y luego apoyó el mentón en su palma derecha.
— ¿Qué significa que Sakura trabaje contigo, Itachi? —preguntó relajadamente, mas su ceño fruncido no indicaba estar relajado en lo absoluto.
— Significa que seremos compañeros —contestó con la más mínima emoción, y tanto Kisame como Naruto sonrieron de manera divertida.
— No juegues conmigo —retó Sasuke —. ¿Por qué están juntos?
Itachi no dejó de mirarlo, y su rostro ni se inmutó ante las palabras de Sasuke. Seguía tan pacifico como siempre.
— Padre y sus asesores hicieron la lista. Yo no tengo nada que ver con esto, Sasuke.
Y así era. El único beneficio que tuvo Itachi fue el de ver la lista antes, nada más; pero eso no significaba que estuviera de acuerdo, en lo absoluto. Lo primero que hizo fue cuestionarle a su padre, a solas, la razón por la que habían delegado a una novata —porque con menos de un año de experiencia seguía siendo eso, una principiante— a su lado. Fugaku mencionó las habilidades forenses de Sakura según los informes entregados por su propio hijo, Sasuke, y que según las estadísticas, la chica conocía bastante de medicina pese a no estar preparada en el área. Itachi replicó que ella trabajaría mejor con Sasuke y Naruto mientras él iba por su cuenta, y no es que quisiera dárselas de genio y trabajar solo, sino que de verdad el opinaba que el potencial de Sakura se daría mejor con gente con la que ya haya tratado.
Fugaku lo consideró, pero el grupo que tenía conformado para Sasuke se vería perjudicado con otra persona más. Sasuke era buen detective, había aprendido bien de él y de su hermano, Itachi, por lo que no dudaba de sus habilidades, sin mencionar que Naruto, hijo de su gran amigo Minato, tenía una capacidad deductiva impresionante, además de una personalidad que estimulaba de manera incomprensible al resto de sus compañeros. Por eso él y Sasuke debían estar juntos. Y tener a un Aburame y a una Hyuga potenciaba aún más a ese par; no necesitaban a nadie más.
Itachi guardó silencio y escuchó a su padre. Según Fugaku, el hecho de que Sakura y él trabajasen juntos podía ser muy productivo. Sakura estaba familiarizada con la familia Uchiha gracias a Sasuke, y él… bueno, él sabía responder a distintas situaciones. Los conocimientos que él no tenía —medicina, cadáveres —, los tenía ella; y la experiencia que ella tanto necesitaba brotaba a borbotones de Itachi.
Itachi no era perfecto, y lo aceptaba. Era considerado buen detective por su astucia, pero su verdadero secreto estaba en simplemente mirar, en observar más allá de lo común. Sabía disparar, pero no era un maestro de armas; sabía leer mapas y tenía un sentido de la orientación admirable, mas aún así olvidaba donde dejaba las cosas en su propio departamento. Podía seguir a una persona sin levantar la más ínfima sospecha, como una sombra, y eso, quizás, era lo que mejor se le daba… y su vista, tenía muy buena vista. Y ahora, según su padre, él sabía responder a cada situación.
La cosa es que con las mujeres nada es fácil de manejar; él no sabía cómo.
Y ahora estaba ahí, sentado en su escritorio con el mentón apoyado en el dorso de su mano, los ojos puestos en los de su hermano y cuatro personas que pedían que él les explicase cómo había sucedido algo así.
— ¿Cómo se puede cambiar ella a mi grupo? —preguntó Sasuke mientras tomaba asiento en la silla frente al escritorio de Itachi. Sakura abrió mucho los ojos. Ella nunca había pedido eso… aunque lo quería, pero no se lo había pedido a Sasuke.
— Podrías hablar con papá —le dijo Itachi. Quiso decir que él ya lo había intentado, pero eso podría dañar los sentimientos de la chica, quien aún no se atrevía a mirarlo a los ojos.
— ¿No lo intentaste tú ya?
Itachi cerró los ojos y suspiró. Era la pregunta que quería evitar.
— Hablé con él, sí, pero no accedió.
Como supuso, la cara de Sakura no ocultó la decepción y se sonrojó. Itachi no supo si de rabia o de vergüenza, pero sin importar la razón, debía trabajar con ella, y no lo haría bien si desde ya ella se llevaba mal con él.
— Escucha Sasuke —llamó Itachi, cruzando los dedos de sus manos e inclinándose sobre el escritorio —, los equipos los conforman para crear mejores alternativas para los agentes, y la verdad es que yo no estoy especializado con cadáveres… pero la detective Haruno sí.
Esa fue la primera vez que Itachi vio sus ojos verdes y ella los negros de él.
— Según las ordenes de papá, ella y yo debemos inspeccionar la mansión Senjü y también revisar alguna pista en los cuerpos de las víctimas.
— ¿No hay médicos forenses para eso' ttebayo? —preguntó Naruto, con el semblante más relajado que cuando entró a despacho.
— Los hay, y fue la jefa de ese departamento quien solicitó que la agente Haruno participara de esta misión.
— ¿La jefa? —indagó Naruto con sus enormes y expresivos ojos azules — ¿No será…?
— Tsunade Senjü —contestó Kisame detrás de Naruto con los brazos cruzados, apoyado contra la pared —. La señora es jefa del departamento forense de Konoha y además es nieta de quien alguna vez fue propietario de la mansión Senjü je, je.
— ¿Tsunade-sama? ¿Ella pidió que yo viniera?
— Así es, y mi padre consideró que era buena idea, después de todo ella fue quien te entregó conocimientos sobre medicina, ¿No es verdad?
Sakura miró a Itachi y le contestó con un suave asentir de cabeza.
— Es mi madrina.
— Esa es la razón por la que viniste —le explicó él, recostándose un poco en su asiento —. Comprenderé si vas y conversas con mi padre de esto.
— Si… gracias, Uchiha-san —dijo Sakura y se encaminó a la salida sin decir nada más.
Naruto le siguió de inmediato y Sasuke les alcanzó después de cruzar miradas con su hermano. Kisame, aún apoyado contra la pared, cerró la puerta cuando el menor de los Uchiha abandonó la estancia, sonriendo burlonamente.
— Parece que tu hermano no está contento con esto —opinó mientras volvía a sus antiguos documentos. Itachi apenas lo miró de soslayo.
— Aa.
Sakura caminaba en dirección a la máquina expendedora de bebidas cuando fue interceptada por Sasuke y por Naruto. El primero tenía las manos en los bolsillos y una cara de pocos amigos, mientras que el segundo estaba más inquieto y confundido.
— ¿A dónde vas, Sakura-chan? La oficina del padre del Teme está por este otro lado —dijo Naruto, indicándole con el pulgar hacia la izquierda. Sakura sabía dónde estaba ese despacho.
— Yo hablaré con mi padre para que te cambie de equipo. Itachi es de los que trabaja solo —cuando Sakura oyó eso de Sasuke casi pudo detectar un tono ácido en su voz. Ella negó con la cabeza.
— No, no lo hagas, Sasuke-kun —pidió ella, retomando marcha hasta la maquina e ingresando un par de monedas —. Deja las cosas como están.
— ¿Qué? — Ahora sí sonó molesto. Sasuke la giró justo cuando la lata de bebida comenzaba a caer de la maquina —. ¿Prefieres trabajar con él en lugar de nosotros?
— No, por supuesto que no —Sakura habló rápido y negó con las manos —. Me encanta estar con ustedes, es sólo que…
— ¿Qué es, Sakura? —Sasuke la soltó del agarré y apreció como ella comenzaba a jugar con la manga de su blusa celeste.
— Mi tía Tsunade pidió que trabajara con él en el asunto de los cadáveres. Es en lo que soy buena, Sasuke-kun… y quiero hacerlo.
— Sakura-chan…
— Quiero trabajar con ustedes, Naruto —le dijo, mirándolo algo apenada —, pero a su grupo le delegaron el seguimiento del asesino, ¿Cómo encajo yo ahí?
Los dos se quedaron callados y en medio de ese incómodo silencio Sakura abrió la lata de bebida y bebió. El sabor a Coca-cola le endulzó la boca y le quitó la sequedad de garganta que se había formado de repente. Miró a Sasuke y luego a Naruto.
— Está bien, Sakura-chan, si es lo que quieres hacer yo te apoyo' ttebayo.
Sakura miró a Naruto y sonrió alegremente. El rubio le dio un apretón en el hombro y luego a miró a Sasuke, quien aún no sacaba las manos de sus bolsillos y no abría la boca.
Ella le rogó con la mirada.
— Hm, como sea —dijo de pronto. Sakura sonrió aún más y lo abrazó amistosamente por la cintura —, ya suéltame, Sakura.
— ¡Gracias, Sasuke-kun!
— ¡Abrazo de grupo' ttebayo!
Sasuke medio sonrió y dejó que los dos se le prendaran encima. Un "como sea" en el diccionario de Sasuke equivalía a "adelante entonces", y por eso ella quedó satisfecha. Eran amigos desde el instituto, y jamás se habían separado demasiado. Era un gran avance en ambos chicos dejarla hacer algo por su cuenta.
Comieron algo en la cafetería del departamento y luego Sasuke y Naruto fueron a encontrarse con el resto de su equipo. Sasuke era en líder del grupo y debía comenzar a repartir los roles de cada uno, por lo que se retiró antes y dejó a Sakura y Naruto solos un rato.
— Oye, Naruto.
— ¿Qué pasa, Sakura-chan?
Sakura se le acercó en la mesa y puso una cara amenazante.
— Hinata va a estar en tu grupo, y pobre de ti si algo malo le llega a pasar. Te lo advierto.
— ¿Algo malo? —Naruto ya sabía el tipo de castigo que Sakura le daría si le contradecía —, ¡Ah, claro! Yo la protejo' ttebayo.
— Eso, muy bien, te la confío entonces.
Ella se levantó de la mesa y se separó de Naruto para ir a encontrarse con Itachi, su compañero. Comenzaron a sudarle las manos cuando la puerta estuvo a su vista y comenzó a dudar si debía entrar o no después del pequeño alboroto que tuvo con él y Sasuke. Antes de golpear recordó que Kisame podía seguir dentro y eso le daría mucha vergüenza, ¿Cómo le iba a hablar si quiera? Lo más seguro es que él se fuera a reír de ella a sus espaldas. Si, probablemente.
— Como sea —susurró y golpeó dos veces.
Nadie le abrió y volvió a llamar a la puerta del despacho con algo más de fuerza. Contó hasta diez y decidió asomarse a través; era mejor pedir perdón que permiso.
— ¡Disculpe…!
Sakura abrió su ojo para ver que no había una sola alma ahí dentro. La cara formó una mueca divertida para cualquier otro que viera su fiasco, y es que con los ojos achinados y la boca en forma de "v" invertida cualquiera reiría.
— ¿Tanto nerviosismo para esto?
— ¿Nerviosismo?
Sakura se giró con violencia y se topó con Itachi de frente. Era mucho más alto que ella y también más imponente, y ahora mismo la miraba con curiosidad. Ella sintió la cara arder y la boca se le secó de pronto, tanto de palabras como de saliva.
— Yo…
— ¿Has decidido trabajar conmigo? —preguntó él antes de que Sakura pudiera decir cualquier excusa.
— Eh-eh, ¡Sí!, Digo… si es que aún se puede, Uchiha-san.
Itachi levemente sonrió y abrió completamente la puerta del despacho, invitándola a pasar.
— Adelante, Haruno-san.
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16 de Enero
20:45 pm
