Notas autora: Hola fanaticos de K-On!, aquí vengo con mi cuarto trabajo, advierto que es muy distinto a mis demás historias, no puedo decir nada de su extención ya que estoy trabajando en ello aun, pero en mi mente aun no existe un final. ADVIERTO TAMBIEN que este es un capitulo tipo introducción, asique si es algo aburrido o lento (como lo encontré yo) es solo el principio...

sin más, quiero agradecer a todos los que me siguen y leen

OJO: K-ON! NO ME PERTENECE


Era un viernes 23 de febrero cuando Mio Akiyama de 17 años se encontraba en las afueras de la escuela Sakuragaoka a la espera de los resultados de admisión.

Su padre, un hombre algo atareado había ganado un ascenso laboral y necesariamente debían mudarse de la ciudad en la que vivieron por tantos años, dejando atrás recuerdos y vivencias que jamás serían olvidadas.

Mio un tanto nerviosa caminó a paso firme hasta el mural en donde estarían los resultados de postulación, a pesar de ser una excelente y aplicada alumna no dejaba de lado la inseguridad que la seguía desde muy pequeña. Cuando estuvo frente a la lista de resultados, buscó su nombre dentro de las estudiantes aceptadas y lógicamente lo encontró, estaba realmente feliz ya que era la única escuela que llamaba su atención, ya sea en infraestructura como en profesorado.

"¡Excelente!, por poco creo que no quedo en esta escuela, que alivio siento ahora" - pensó la morena poniendo una de sus manos en el centro de su pecho.

"Bien, es hora de ir a casa para contarles a mis padres la buena noticia antes de que viajen, así también de paso les pido dinero para comprar mis útiles escolares "- se dijo la pelinegra mientras caminaba a casa un tanto apresurada.

Al llegar a su hogar habló con sus padres para indicarles la buena noticia, estos cariñosamente la abrazaron. Era hija única y por lo demás bastante mimada y querida. Le dieron suficiente dinero para los 2 días que estaría sola en casa, además de su mesada semanal que era bastante dinero para ella sola.

Los padres se despidieron de ella y partieron a sus asuntos de negocios, esto se repetiría todos los fin de semanas siguientes, ya que era parte del ascenso. Mio tomó un poco de dinero y comenzó a caminar por las cercanías para conocer y encontrar algún supermercado donde comprar verduras para la cena que prepararía. Caminó cerca de quince minutos a paso muy lento observando cada detalle que la rodeaba, se sorprendió al ver una casa completamente calcinada, la miró con tristeza, pues alguien debió vivir ahí alguna vez, sin embargo ahora se veía totalmente abandonada, en su recorrido se encontró con callejones muy oscuros, sucios y aterrorizantes. Inclusive pasó cerca de una mansión que podría haber jurado embrujada, miró cada una de sus ventanas y se encontró con una temible silueta observándola detrás de la cortina. Solo corrió lo más rápido que pudo, cuando se detuvo por la falta de aire, levantó su cabeza para ver donde se encontraba y divisó a unos metros de ella un restaurant de comida para servir y con despacho a domicilio, cosa que realmente le agradó, ya que era una buena opción pedir comida a domicilio cuando no tienes ánimos de tocar una cocina.

Finalmente entró al local se sentó en una de las mesas, una linda mesera se acercó hasta su mesa y le entrego amablemente la carta.

-Disculpe, creo que nunca la vi por aquí - dijo la mesera de cabello rubio, piel blanca y unos grandes ojos azules.

-Ah, si...es que soy nueva en la ciudad, venía para conocer que tal la comida - dijo amablemente la en respuesta dejando ver su rubor

- Entonces bienvenida, este es el restaurant de mi familia y trabajo aquí solo para no aburrirme en casa - dijo la chica sentándose en la silla opuesta- espero que no te moleste que me siente - dijo algo dudosa observándole amablemente

- No, no me molesta - dijo sinceramente la morena observando cada detalle del restaurant - Tienen muy buen gusto para decorar, se ve realmente hermoso - continuó

- Muchos dicen lo mismo, pero sin duda la comida aquí es lo mejor, viene mucha gente por aquí, sobretodo en la semana - dijo sonriente la rubia

- Creo que comeré algo de pasta en esta ocasión - dijo la pelinegra observando detenidamente la carta de alimentos.

-Bien, entonces ...¡QUE CORRA UNA PASTA!- gritó la ojiazul hacía la cocina para luego sonreírle amablemente - ¿y a qué escuela asistirás? - preguntó

-A una que está cerca de aquí, se llama Sakuragaoka si mal no lo recuerdo - dijo dudando un poco del nombre

-¡¿En serio?!, yo asisto a esa escuela hace 2 años, es realmente buena y divertida - dijo la mesera muy contenta - que coincidencia ¿No crees...?, disculpa, ¿Cuál es tu nombre? - dijo riendo suavemente.

- ¡Oh, lo siento!, me llamo Mio Akiyama ¿y tú? - preguntó también para conocerla como corresponde

- Mi nombre es Tsumugi Kotobuki, pero mis amigos me llaman Mugi-chan - dijo alegrándose

-Bien, te llamaré entonces Mugi - dijo la ojigris devolviéndole la sonrisa - ¡Ah! a propósito ya que hablábamos de la escuela, quedé en el salón 3-2 ¿tu a cual perteneces Mugi? -consultó

-Increíblemente al mismo- dijo emocionadísima la ojiazul

Para Mio era realmente increíble conocer a alguien de su salón a 2 semanas de entrar a clases, pues para su fortuna llegaría y conocería por lo menos a alguien para conversar y no sentirse tan sola. Esa tarde conversó amenamente con Mugi, probó la exquisita comida del restaurant y se fue a casa para finalmente descansar.

Habían pasado exactamente dieciséis días, dentro de ellos Mugi visitó la casa de Mio por la semana para conocer su pequeña familia y disfrutar de una cálida conversación, se llevaban muy bien, reían, salían a pasear y a comprar juntas. Hoy era el primer día de clases, Mio naturalmente nerviosa entró al salón de clases y se sentó en el que sería su puesto durante el largo año que le esperaba. Las horas pasaron fugaces a los ojos de la morena, sentía que en un parpadeo las clases terminaban, dando paso al termino de la jornada estudiantil.

De una manera similar pasaron los siguientes días, gracias a la linda rubia Mio pudo hacer amigas fácilmente, hoy era viernes, sus padres viajaban y estaba algo triste por ello.

-Hey Mio, hoy es viernes, se que tus padres viajan y estás desanimada por ello, pero ¿Te gustaría venir conmigo y las chicas a un Pub-Discoteque para conversar y bailar un rato? - preguntó la rubia tratando de animarla

-No soy mucho de bailar, pero acepto la invitación- dijo la ojigris regalando una sonrisa

Así fue que llegaron al Pub-Discoteque, cuando Mio entró se percató que era un lugar bastante tranquilo, la gente conversaba a gusto, la música se emitía a un volumen moderado para permitir el flujo de conversaciones, bastante distinto a lo que había imaginado. Se dirigieron al segundo piso en donde habían unos sillones, parecía más un lugar privado, pero no lo era.

Todas parecían ansiosas quien sabe por qué, inclusive Mugi parecía estar nerviosa, se podría decir casi como esperando algo o a alguien, la incertidumbre de la situación carcomía la mente de Mio y sin más preguntó a Mugi que pasaba.

-Mugi ¿Por qué pareces tan ansiosa, esperas algún show o algo?

-Podría decirse que si - dijo mirando deseosa hacia la entrada del pub

-Pero ¿De qué se trata todo? - preguntó mas confundida la morena

- Ahora lo sabrás - dijo la rubia poniéndose de pie con una sonrisa radiante aún mirando la entrada del local.

En un parpadeo Mio vio como se formó una fila en frente a la escalera por la que habían subido, no tenía idea el por qué pero se quedó esperando el motivo de tan repentina acción, hasta que lo observó. Ahí estaba una chica de cabello castaño besando a cada una de las chicas de la fila, un beso simple, pero era un beso a final de cuentas.

"¡¿Pero qué demonios?!, tanto revuelo por besar a esta chica, ¿qué rayos le encuentran?, no tiene ni una gracia a simple vista...o sea es atractiva, ¿pero como para lograr esto?, no me cuadra..." - pensó con una expresión de asco la pelinegra

Finalmente besó tiernamente a las chicas en la fila y le dirigió una mirada a la única en el lugar que no estaba esperándola, se acercó con una sonrisa.

"¿Y qué le pasa a ésta que me mira así?, ¿¡Y ahora qué rayos!?, ¡Viene para acá!" - dijo para sí la ojigris algo sorprendida

-Vaya...¿Cómo es que no te pusiste en la fila para besarme? - dijo poniéndose en cuclillas con su mirada fija en los ojos de la morena

"Sus ojos en verdad son hermosos, que únicos..."- pensó con el entrecejo fruncido

- ¿Será porque no encuentro la ciencia a tanto revuelo por ti? - dijo sinceramente

- ¿En serio no te llama la atención probarme?, ¿Besarme? o ¿Tocarme? - Preguntó con una sonrisa sin quitarle la vista aún

-¿Besar uno labios que ya fueron tocados por diez personas antes que yo?, ¿En serio crees que algo así llamaría mi atención? - Preguntó en respuesta

"Vaya, no lo había visto de ese modo"-se dijo para sí la castaña

-Eso lo dices porque aún no me besas, pero cuando lo hagas estarás como todas estas chicas tras de mí -dijo mostrando una burlona sonrisa - en fin, entonces salúdame como gustes ¿vale? - dijo levantando una ceja

-Bien, te saludaré de esta forma entonces - dijo antes de besar su mejilla con rapidez

-Eres bastante aburrida ¿sabes? , pero te daré una oportunidad, me gusta la gente sincera - dijo la castaña tocando la mejilla de la ojigris cariñosamente

-Aquí la única que está dando una oportunidad soy yo, porque todas estas niñas te tienen a su lado para saciar sus necesidades ¿no?, ¿O es que también les sirves como consejera o como amiga?, me parece que solo haces el papel de juguete...-Dijo amargamente la pelinegra al ver lo soberbia que era la ojimiel.

"Te bajaré de la nube presumida, ¿Que te crees que eres?" - pensó la ojigris

-Te equivocas preciosa, aquí los juguetes son ellas - dijo en un tono muy bajo aun sonriendo - cuando yo quiero ellas están aquí, si quiero que me bailen lo hacen, si quiero que me toquen lo hacen ¿Si quieres puedo demostrártelo? - dijo poniéndose de pie con una mirada desafiante

La música sonaba, con sus manos hizo una señal e inmediatamente 2 chicas se acercaron a su lado, una de ellas era Mugi que totalmente fascinada se ponía frente a ella para comenzar a bailar. La ojimiel levantó una de sus cejas con la mirada pegada en los ojos de la pelinegra y le sacó la lengua en forma de burla para demostrar que realmente imponía en ese lugar.

"Que petulante es, pero más estúpidas son éstas que le siguen todo el espectáculo"- pensó negando con su cabeza en forma resignada

Estuvieron por cerca de diez minutos bailando, mientras Mio se limitaba a jugar con su teléfono celular para evitar el contacto visual con la chica y sus "seguidoras" que animadamente le bailaban y besaban, Mio estaba totalmente asqueada cuando las observaba fugazmente.

"¿Cómo no le da vergüenza prestar su boca para tantas chicas en tan poco tiempo?" - pensaba mientras jugaba en su celular cabizbaja

-¿Quién era el juguete entonces?- dijo la castaña sentándose junto a ojigris con sus manos en la nuca

-¿Por qué mejor no te vas a seguir bailando y me dejas tranquila? - dijo pesadamente la pelinegra sin observarle

-Porque eres más interesante que bailar - dijo sonriéndole- Además quiero saber más de ti - continuó

-Que lastima...porque tu sólo me produces nauseas- Respondió con pesadez

-¿Hablas en serio?- dijo la ojimiel con una expresión afligida buscando la mirada de la morena

- ¿Y te sorprende?, ¿Qué esperabas?, lógicamente me da asco ver como besas a una chica para continuar con la otra como si no fuese algo importante, además de ello dejas que te toquen completamente sin siquiera poner un gesto de molestia, lo siento en verdad pero eso no va conmigo..-sentenció con un rostro de repugnancia.

"Si hay algo que sabes hacer muy bien...es hacerme sentir lo peor" - pensó tristemente la castaña al escucharla

-¿Y qué va contigo?- preguntó algo apenada

-No lo sé, algo mas...¿único?-dijo algo dudosa - Eso es justamente lo que me impide besarte, podría hacerlo, pero prefiero guardar mi primer beso para una persona importante y especial, que sienta cosas por mí, sentimientos reales y no un juego como el que me presentas - decretó

"Como duele escucharlo, como quema ver su expresión de asco al mirarme, esto realmente duele" - dijo para sí al observarle

-¿Sabes una cosa? - dijo tragando saliva con un rostro entristecido- Nunca nadie me había rechazado y nunca nadie me miró con tanto asco como tú lo haces...está bien que me divierta con esto, pero...-se quedó sin palabras

-A diferencia de ti, yo realmente soy sincera - dijo seriamente la ojigris- Jamás besaría a una de estas chicas solo para jugar con ella, yo creo en los lindos sentimientos, yo a diferencia de ti creo en el amor - continuó

"puñaladas, eso era, puñaladas justo en el centro del corazón" - pensó la ojimiel

-Bien, ya entendí que no podré besarte, asique sólo me queda conocerte como una amiga - dijo algo resignada la castaña - Me llamo Ritsu Tainaka, ¿Cuál es tu nombre? - consultó

-Soy Mio Akiyama - contestó

-Lindo nombre Mio...-dijo sonriéndole mientras se ponía de pie - estaré siempre disponible por si quieres sellar ese primer beso conmigo- dijo guiñándole el ojo mientras esbozaba una tenue sonrisa

Mio no hizo ningún gesto ante aquella invitación, tenía claro que había sido bastante cruel con sus palabras, pero no le gustaban ese tipo de personas presumidas creyéndose el centro de la atención. Esa noche continuó con karaokes, bailes y juegos que la morena disfrutó segundo a segundo. A pesar de todo lo sucedido anteriormente se soltó con sus compañeras de salón y compartió a gusto el resto del tiempo que estuvieron ahí. Posteriormente llegó a su casa algo agotada, se recostó en su cama y durmió plácidamente.

Había pasado cerca de un mes, Era día martes y Mio asistió a clases como todos los días, destacaba en cada materia que le ponían en frente, hasta la fecha era la mejor del salón, tenía excelentes calificaciones y sus padres se sentían realmente orgullosos de sus logros. Habían terminado las clases del día, la morena tomó sus cosas y comenzó a caminar para salir de la escuela cuando fue detenida.

-¡HEY MIO-CHAN ESPERA!- gritó la rubia que corría tras ella

-Mugi...¿Qué sucede? - preguntó algo sorprendida

-Necesito que me hagas un favor enorme Mio-chan - dijo suplicante la ojiazul

-Bien, lo intentaré, cuéntame...-dijo la pelinegra

-Necesito que vayas al Pub-Discoteque y le entregues esta comida a Ricchan ¿Puedes?

-Creo que si...-dijo tomando la comida cuidadosamente

Cuando abrió la puerta del Pub observó y era un ambiente un tanto distinto al de los viernes por la noche, sin interrogarse mucho subió las escaleras hasta llegar al segundo piso y ahí estaba. Ritsu estaba sentada en el sillón y una niña sobre ella hincada con las piernas abiertas sobre su regazo. La castaña recorría el cuerpo de la escolar por debajo de la blusa acariciándola con deseo mientras la besaba. Mio podría jurar que si hubiese llegado cinco minutos más tarde las hubiera encontrado en algo mucho más serio. Para salir luego de ahí carraspeo la garganta lo más fuerte que pudo y funcionó.

-Esto...Ritsu...disculpa que moleste tu momento tan intimo, pero me pidieron que te entregara esto - dijo levantando la comida para enseñarla.

-M-Mio...¿Qué haces aquí? - dijo nerviosa sacándose a la chica de encima

"¿Por qué la sacas así? si ya vi todo..." - pensó la pelinegra para si

-Ya te dije, Mugi me pidió que te entregara esta comida - dijo dejándola en las mesa que tenía más cercana.

-M-Mio, esto no es lo que parece...-Dijo la castaña perturbada acercándose a la morena

-Ritsu, no te estoy pidiendo explicaciones, ésta es tu vida, disfrútala como plazcas - dijo sin mucho interés - lo único que agradezco es no haber llegado cinco minutos después - sentenció

-Mio yo...

- Ya, ya, ya...disfruta la comida y de paso termina de comerte el postre - dijo un poco más seria la ojigris

-¿Tan asquerosa me crees Mio? - dijo con un tono desanimado

-Yo no creo nada Ritsu, solo observo...-dijo con una sonrisa amable- en fin, ya me voy...nos vemos el viernes - dijo bajando por las escaleras

Ritsu no sabía que decir, Mio le encantaba, era tan única que había flechado los sentidos de la ojimiel, pero jamás imaginó que ella misma sería la que llegara un día de semana al Pub para encontrarla en tan vergonzosa situación.

"¡Demonios! , ¡¿Por qué tenía que estar en esto justo hoy?!, arruiné la única oportunidad de jugármela por Mio, ¡Maldición!" - Se dijo golpeando la baranda de la escalera mientras veía el recorrido de la pelinegra hacia la salida.


Nota Autora:

Bueno aqui finaliza la ¿introducción?, espero que les guste, de todas formas estoy dispuesta a criticas y comentarios de tipo "constructivo"

Ya saben que demoro menos de 2 días en subir actualización, asique atentos...