Canción: Eternal sunshine - Kyuhyun

Pareja: AraTou, mención de SanSaka y algunas otras que se me ocurran en el instante.

Disclaimer: Los personajes no son míos sino de su respectivos autores, no hay fines de lucrar ni mala fe.

Advertencias: Lemmon (en su momento), angst.


Eternal sunshine

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''Cuanto más te borro, más especial te vuelves

Sigo buscándote como sigo olvidándote

No me importa si vivo con sólo la mitad de mí mismo

Incluso si rompo a llorar en los recuerdos

Mis días son todos... sobre ti. ''

Toudou Jinpachi estaba en la vuelta de España cuando recibió un mensaje de Fukutomi. La reunión de ex estudiantes de Hakone (específicamente de su generación) se llevaría a cabo en un mes, pero poco le importó. Tres años han pasado desde la graduación y necesitaba distraerse lo más posible porque esas fechas lo abruman hasta tumbarlo en la cama sin ganas de escuchar salvo su propia respiración. Era regresar a sus días de gloria, de conquistador ¿Y eso qué tenía de malo? Un nombre y un apellido, así de simple.

En menos de lo esperado tuvo que apagar su teléfono móvil, guardarlo dentro de un bolsillo del maillot y arrancar en una de las competencias más grandes en el ciclismo de carrera. Aferró sus manos al manubrio de su inseparable Ridley rojiblanca y pedaleó frente a sus compañeros, aparentando que todo se encuentra bien cuando por dentro ignora a todas esas personas que vienen de tan lejos solo para animarlo. Si tan solo estuviera él quizá pudiera ser sincero, pero eso era imposible.

Lo extraña como loco, ese es el problema.

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De noche salió del baño, la ducha le ha caído bien y ha disipado un poco sus pensamientos sobre la precipitada reunión. Madrid es una ciudad hermosa, por esa razón se quedó embobado observando el ventanal, debía fotografiar eso y enviarlo a Makishima. Cosa que hizo inmediatamente, a pesar de las horas de diferencia se sorprendió cuando el ex escalador de Sohoku le devolvió el mensaje. Fue un simple ''Lindo'' de su parte y de ahí se agarraría un par de horas hablando con él.

Otra vez la causa de sus problemas vuelve a ser ese maldito nombre que al escuchar resuena en su mente, lo sueña, lo siente pero no está. ¿Por qué ese afán de mencionarlo? ¿Acaso todos sus amigos se han puesto de acuerdo para atormentar a su grandiosa existencia?

—Maki-chan, lo que pase con Arakita no es de mi incumbencia. —Se anticipó a decir.

—Vaya vaya… no pensé que las cosas habían terminado así de mal.

Y el escalador hizo una mueca desaprobatoria al escuchar sus palabras porque ni siquiera empezaron algo, o eso al parecer de Jinpachi. Se pasa los dedos entre sus cabellos que han crecido con el tiempo, trae una coleta alta y su típica diadema blanca con el flequillo por sin ningún lado. Está frustrado porque quiere preguntar qué fue exactamente lo que sucedió con ese imbécil que medio mundo le manda mensajes para que fuera a verlo.

—… solo pensé que se animaría un poco, o qué se yo. Kinjou sabe más acerca de eso, recuerda que estudian en la misma Universidad.

El orgullo de Toudou es enorme cuando está lastimado. Y esa despedida, esa última caricia en sus mejillas mientras lloraba como niña estúpida… resultaba inolvidable. Arakita se le iba de las manos y no podía detenerlo, cada vez más distante hasta que al final simplemente dijo adiós.

Nunca le llamó, nunca le escribió… fue borrado del mapa. Por eso decidió hacer lo mismo y partir al extranjero a estudiar.

En tres años aprendió Alemán, Inglés y por supuesto se convirtió en el líder de cierto equipo de ciclismo. A tan corta edad siempre sonreía ante las cámaras mientras el corazón se le hacía piedra. Dos trofeos más se sumaron a la vitrina, algunas medallas también. La cuenta del celular subió un poco debido a la distancia, cosas nunca cambian como esas infinitas llamadas. Tampoco las fans, ellas solo aumentan.

Pero era infeliz.

Todos sus recuerdos de Hakone giraban entorno a Yasutomo, menudo salvaje.

Amaba a ese salvaje a pesar del tiempo transcurrido, y eso es lo que odiaba con toda el alma. Odiaba pensar en él mientras entrena en las mañanas, preguntarse '' ¿Qué diablos estarás haciendo ahora mismo?''
Ahora venía también Makishima con eso e insiste cuál es el propósito de todo eso. Al final desiste y pregunta directamente la causa:

— ¿Qué le pasa a ese idiota como para que esté ''desanimado''? Siempre abría su boca de más hasta cuando estaba deprimido.

Makishima se escuchó algo desorientado: — ¿Eh? Pues… creí que lo habías visto en los periódicos.

Bien, eso lo había sacado de órbita.

—Habla, Maki-chan…

—Pensé que no querías saber nada acerca de Arakita. —Incontables veces lo había dicho y ahora se sentía lo suficientemente estúpido como para querer colgar la llamada. Así se ahorra unos centavos. —Antes que nada, no te alteres.

—OH CLARO, ME DICES A MÍ QUE NO ME ALTERE. ¿Con quién crees que hablas? —Se recargó en el vidrio de aquella enorme ventana, viendo las lucecitas de la ciudad y los automóviles ir de un lado a otro, gente directo a casa… como hormigas pequeñas. —Maki-chan…

Hubo silencio absoluto durante aproximados cuatro eternos segundos, Jinpachi aplastaba la luna con el índice y pulgar esperando a que el japonés tras el teléfono soltara la bomba. Ya era suficiente, no es que le importara mucho, pero todos se lo mencionan… hasta Fuku-chan intenta reencontrarlos, debía saber la razón.

—Arakita tuvo un accidente fuerte en bicicleta, ahora mismo está en el hospital recuperándose.

Esa noticia le cayó como un cubetazo de agua helada, la bestia tuvo un accidente y de seguro fue el último en saberlo. Tuvo que sacar el impulso idiota de tomar sus cosas y tomar el primer vuelo a Japón aunque tuviera que pasar la noche haciendo fila. Tragó grueso, pesado, amargo… un momento... su orgullo quedaría bajo tres metros de tierra una vez dejara España.

— ¿Q-Qué le pasó?

—Se lastimó la rodilla al caerse de la bicicleta y lo operaron, le soldaron un hueso con clavos y esas cosas… suena tétrico.

—Diablos… —No podía con eso, de solo imaginar al azabache en la cama le hacía el estómago añicos. Nunca fue del tipo de persona que puede estar quieto seis meses en reposo... o más.

La luna de noviembre era muy grande, se podía ver claramente desde el séptimo piso del hotel. Sin embargo esa misma luna le traía más y más recuerdos como ese beso en la montaña, las caricias en el árbol. Las manos inexpertas y una bepsi que nunca fue consumida. Quería llorar lo que no pudo en tres años… desahogarse en su regazo mientras lo consuela y le promete que no volverá a irse.

Todo gira alrededor de sus recuerdos.

Y los recuerdos giran alrededor de Arakita.

—Maki-chan, iré a Japón el fin de semana. Yo me encargo de avisarle a Fuku-chan.

Un silencio sepulcral inundó la línea telefónica. — ¿Vas a enfrentarlo?

—Ya es hora, no puedo pasar toda la vida huyendo… además…

''No recuerdo a nadie que no seas tú''

— ''No tengo otro recuerdo.''


Cuando mis OTP's de Yowapeda se hagan canon los cerdos volarán.

Las actualizaciones no son fijas, serán cuando pueda ya que estudio y trabajo. La historia pinta para tener pocos capítulos donde haré llorar a Toudou, por lo pronto en el próximo van a entender mejor cómo fue la relación en el pasado sobre éstos dos. Aún no se si meter parejas secundarias salvo el SanSaka, quién sabe, todo puede suceder ya que no tengo un argumento sobre éste fanfic, es espontáneo.

Gracias por leer y gracias a las rolitas nuevas de Kyuhyun que me inspiraron a escribirlo.

Lucas.