"El carácter es aquello que revela sentido moral, que expone la clase de cosas que un hombre escoge o evita".
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- Artistóteles.
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- Si, si… no... ¡Joder Bill!, crecí hace como 10 años. Ya, esta bien, nos vemos - arroje el teléfono celular al asiento del copiloto. Demonios, pensaba que Bill ya sabia que a veces me gustaba estar solo. Unos momentos, un día, unas horas, lo que fuese. Pero también sabia que el era la única persona que lograba sacarme de mis casillas. Era peor que mamá. Claro mamá jamás supo de esa fiesta en la cual fui arrestado. Y en la que Bill tuvo que ir a buscarme.
- ¡Thomas Kaulitz! - Estaba totalmente vuelto una fiera. - ¡y todo por salvar una maldita casa! - la demolerían, que quería que hiciera. ¿Echarme a mirar televisión y atragantarme con comida chatarra? Tenia algo de hippie en mis venas y eso no lo podía evitar.
Estaba lloviendo y tenía hambre. Era hora de parar. Había conducido alrededor de 3 horas. Sin destino aparente, solo para des estresarme un poco, acelerando de vez en vez. Mirando a las chicas de faldas y escotes pronunciados pasar por la calle, sabiendo de bajando un poco el vidrio, para dejarles ver mi cara, ellas caerían ante mi por ser, quien soy. Encontré un café, y me estacione frente a este. Salí de mi cadilac y me recargue en el. Hurgue en mi sudadera buscando el encendedor y mis cigarrillos. Me puse el cigarrillo en los labios.
- ¡Maldita sea! - mi encendedor no parecía reaccionar - ¡Vete a la mierda! - Tire el encendedor a la parte trasera de mi auto. Cuando lo limpiara me topare de nuevo con el, pero por ahora no quería verlo.
Decidí entrar al establecimiento. Tal vez un café me ayudaría. Al abrir la puerta me tope con una mujer detrás del mostrador. Parecía absorta del mundo y contaba monedas. Propinas quizá.
- ¿esta abierto? - La mujer al fin me había notado.
- Claro muñeco, ¿que te ofrezco? - Podía ver su peinado anticuado. Pelo muy corto y adornado con broches. Me recordaba a Marge Simpson, pero sin el pelo azul.
- Un café - Ella comenzó a meter su "tesoro" a una de las bolsas de su uniforme, color verde pardo. Vamos, yo tenía más que eso en uno de los bolsillos de mi pantalón.
- Claro - Note que dejo su cigarrillo y fue a la cocina.
Me senté en uno de esos bancos altos y junte las manos. Mire mi sudadera estaba empapado. Me quite el gorro de la sudadera y mire a mí alrededor. Un enorme reloj estaba en la pared. Rojo y con los números muy grandes. 12: 23 am. Vaya era tarde. Seguí con mi mirada hasta que algo en un rincón llamo mi atención. ¿Un bulto? Para mi mala suerte no podía verlo bien. La luz en ese lugar era pésima. Era como si ese pequeño bulto sufriera algunos espasmos. Yo... debería ir para...
- Tu café chico - La voz de la mujer me distrajo.
- Gracias - dije secamente, mientras tomaba la taza y me la llevaba a los labios. Rayos, caliente. Y amargo.
- Dime en que mas te pueda ayudar precioso - Si tan solo dejara de llamarme así.
La mujer saco otro cigarrillo y se lo llevo a los labios, lo prendió y me hecho todo el humo a la cara. Asqueroso. Ignore ese gesto y busque la azúcar, la encontré del otro lado, gusto donde estaba aquel bulto. Vamos Tom, no seas un cobarde no es nada. Le sonreí ligeramente a la mujer y me deslice hacia el otro extremo. Pude notar que ese bulto en efecto era una persona, una chica. Pelo castaño, llevaba un saco negro, encorvada con la cabeza gacha.
- hola - vaya si eso sonó absurdo - ¿podrías darme el azúcar? - parecía que esta no reaccionaba. Su actitud de indiferencia empezaba a impacientarme. - ¿disculpa? - le toque el hombro y rápidamente echo la cabeza hacia atrás con un movimiento violento.
- ¿ah? - rápidamente me miro. Tenía los ojos hinchados y el maquillaje corrido. - L-lo siento -
- No, solo quiero la azúcar - así que puedes regresar a tu sufrimiento tranquila.
- Claro - extendió su mano y me dio el azúcar. Me miro un poco y después se volvió a sumergir en sus pensamientos. Yo por mi parte regrese a mi lugar para terminar de preparar mi café. La mujer que me atendió aun seguí ahí recargada en el mostrador, dándole pequeñas caladas a su cigarrillo.
- pobrecilla -
- ¿hum? -
- Tiene aquí casi todo el día - la mujer le dirigió una mirada de lastima a la chica. - Es bastante triste verla así, tal vez su novio la dejo o la votaron de su empleo, lo que fuese, parece que es algo fuerte.- La mujer dejo salir una bocanada de humo por la boca. Ese tono era tan despectivo, como cuando hablan sobre un perro abandonado. A mi que me importaban ella y sus problemas, por mi podría tirarse de un risco, yo no podía hacer nada por salvarla. Pero continuo.- Empiezo a creer que no tiene familiares aquí - Demonios, porque siento que lo que ella quiere es que yo vaya a hablar con ella - Tal vez ni siquiera tenga un amigo y este totalmente sola.- Bien iré, mierda.
Me levante de nuevo, pero esta vez llevaba mi café. Me senté en el bando próximo.
- Hola - si, este sonó igual de tonto que el otro saludo.
- ¿mas azúcar? -
- No, no, solo... bueno... - si era bastante malo en esto. Realmente no sabía como entablar una conversación con una chica a la cual no quería llevarme a la cama.- ¿Como estas? - Me sentí tan idiota. Y su cara lo noto todo. Su expresión me dijo que me veía realmente ridículo.
- ¿Disculpa?, no te entiendo - si, bueno que tan difícil era contestar eso.
- Si, bueno es que te veo aquí y estas llorando - si definitivamente algo sonó en mi cabeza. Era la voz de Bill diciéndome "¿acaso no tienes tacto, suenas como un idiota?".- ya lo siento, yo no soy bueno en esto. -Volví a tomar un sorbo de café y ella me miraba. Note como una sonrisa, pequeña y frágil se le formo en la cara. Labios finos y rosados, ojos grandes color miel y nariz algo pequeña. Emitió un suspiro.
- Bien, si te refieres a que si fue un día duro, pues lo fue - Vaya hablaba mas de una frase.
- ¿ah si? -
- Si, bueno. Veras, viaje desde Francia para encontrarme con mi novio aquí en Hamburgo pero el... no necesitaba de mi. Digamos que estaba bien acompañado. Y me entere que mi equipaje se perdió y ahora es tarde para reclamarlo. Estoy sola aquí en este lugar y no tengo dinero suficiente para rentar una habitación de algún hotel.- Bueno si, si era un día malo.
- ¿Y adivina que preciosa?, ya tengo que cerrar, así que es mejor que vayas buscando un lugar para pasar la noche. - la mujer había abandonado ese tono conciliador y adopto uno mas rudo. Quizá tenía un homero Simpson que la esperaba para golpearla y quitarle su "tesoro" para emborracharse.
- Genial - la escuche pronunciar estas palabras.
- Yo... - Ella me miro extrañada - bueno, puedes venir a mi casa -
- No, no yo... no me confundas yo no estoy dispuesta a... - Genial pensaba que abusaría de ella o algo peor.
- No yo no te estoy diciendo que tendrás que hacer algo por mí -
- Pero... -
- Bueno esta bien si no quieres - me levante del asiento y deje el dinero en el mostrador. La mujer pronto se abalanzo sobre este y lo metió en el abrigo que ahora traía puesto. Salí de ahí, aun seguía lloviendo me coloque la gorra y metí mis manos en la sudadera. Entre en mi cadilac y lo encendí. Pero unos golpes en la ventana llamaron mi atención. Era la chica del café.
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Continuara.
Y despues de tanto tiempo al fin la subo formalmente. Se que es corto estre primer cap, pero asi fue escrito hace como 4 meses, XDD no me culpen tiene un proposito, bien las veo en el siguiente capitulo.
bye bye!
Deka.
