¡Hola! Valulu al aire…ya sé que debo continuar el otro fic, pero se me ha ocurrido la idea de hacer un fic HICCSTRID, pero siglo XXI. ¿Qué les parece? Como sea…el otro fic también seguirá, pero últimamente me he centrado más en este….PIDO DISCULPAS y ¡a leer!

NADA ME PERTENECE, TODO LE PERTENECE A DREAMWORKS

Cap. 1: La chica de oficina

¡Me quiero morir!

Eso es lo que siento en este momento. Ya estoy aburrida de la rutina y de todo, lo sé, necesito mi trabajo, pero ¡por favor! Es de noche, mi primer día de mesera es lo único que me faltaba y además de un bar. La guarra de mi jefa me despidió de la maldita empresa por haberla pillado con el estúpido de Patán, se nota que le gustan los jovencitos.

-¡Hey! Preciosa

Aquí y me acerco al tipo que se sienta en la barra.

-Quiero una cerveza…por favor

Pero que ven mis ojos, ese es el tipo más sexy que he visto desde que empecé a trabajar aquí. Su pelo es café con algunos visos rojos, lleva unos vaqueros, una camisa de color blanco y una chaqueta de cuero. No cabe mencionar esos ojos verdes que me inspeccionan de arriba a abajo.

¿Noche pesada? –me pregunta el chico mientras me quedo tiesa como una tabla, Pero que pasa conmigo ¡Dios!.

Lo miro…Me mira

-Solo quiero llegar a mi casa y recostarme, estos tacones me están matando. -Le respondo pasándole un gran vaso con cerveza, como él me había pedido.

-Las mujeres con tacones son más sexys y las hace ver más altas. Algo que me vuelve loco –me responde sin quitarme la vista de encima. -¿Cómo te llamas?

¿Me ha preguntado mi nombre? ¡Oh Dios!. Lo miro con una seductora mirada y respondo.

-mi nombre es Astrid, Astrid Hofferson –digo con un toque de sensualidad. Me sigue mirando. -¿Y tu cómo te llamas?

-Mi nombre es Hipo

Veo como se relame los labios. Me enciende.

No te había visto por estos lugares ¿De dónde eres? –Le pregunto sin ninguna pisca de vergüenza.

-Soy italiano –me responde el hombre con voz seductora –Acabo de llegar y vengo a pasar el rato. Pero cuéntame más de ti, preciosa ¿a qué te dedicas?

Yo trabajaba en una empresa importante, pero hace dos días al ver a la guarra de mi jefa con uno de sus secretarios, me despidieron.

-Que curiosa ¿Buscabas un poco de entretención? –me pregunta el chico con una curva en sus labios

-¿Pero qué tipo de pregunta es esa? –le pregunto enojada. Si no hubiese sido porque hay mucho público, mi mano ya estaría marcada en esa cara. Que se cree este idiota a hablarme de esa forma. ¿Buscando entretención? Pero qué diablos pasa por su mente. Este tipo se está metiendo con la chica equivocada

-Escúchame HI-PO –le digo dando un golpe a la mesa –tienes suerte de que tenga una paciencia de santo, porque…

-¡Hey rubia!

-Disfruta la cerveza –le digo acercándome enojada. Puedo ver que se relame los labios. Será imbécil.

Después de servir un jarro de cerveza, me doy media vuelta para ir a donde estaba el pelicastaño mal educado. Pero, al buscarlo con la mirada ya no estaba. Voy a retirar el vaso con mi propina cuando veo un papel

"Las mujeres con tacones son más sexys y las hace ver más altas"

Sonrío al ver el papel. Lo busco con la mirada. Otra vez. Pero nada, ya se había marchado, Dios sabe donde

Tras terminar con mi trabajo, me voy a casa caminando, aún ahorro para comprar mi propio auto, pero hasta nuevo aviso. El mejor transporte son mis pies, porque ni taxis pasan a esta hora. Me voy fantaseando con el chico pelicastaño. Hipo.

Voy caminando cuando escucho ruidos desde un callejón.

-¿Estás seguro que nadie nos verá?

-completamente

Me acerco sigilosamente. Grande fue mi sorpresa al ver a Hipo besando y tocando a una tipa pelicastaña. ¿Qué no pueden conseguir una habitación?

-Escucho pasos

-¡Agh! Pero que perseguidas eres, vete

Mierda. Necesito irme de ese lugar, sin duda ese era Hipo, esto es incómodo. Prefiero seguir mi camino

-Ahora entiendo porqué tu jefa te ha despedido, te gusta curiosear

Por favor dime que no es quien yo creo que es. Trágame tierra

-no te hagas la sorda, preciosa

Me vuelve a insistir, quiero caminar pero estoy tiesa, no sé si de nervios o de enojo. Dejando estos dos de lado me doy vuelta para enfrentarlo, él está apoyado en un poste de luz, cerca del lugar donde estaba con la pelicastaña

Me acerco a él y le doy una bofetada. Su mejilla se torna roja, está sorprendido.

–Conmigo no guapo, porque si me buscas, me vas a encontrar .Enojada me doy la media vuelta y me voy a mi casa. Mañana tengo que ir a la empresa a buscar mis papeles de renuncia, despido, denuncia, lo mismo.

.

-AL DIA SIGUIENTE-

.

Me levanto, tomo una ducha, me pongo ropa formal, para causar impresión. Una falda con la blusa dentro, una chaqueta y unos zapatos de taco alto. Una vez lista salgo de mi departamento. El clima no se ve nada bueno, pero ¿Qué cosa puede salir mal? es solo agua

Ya en la empresa, me acerco a Brutilda la recepcionista, mi mejor amiga.

-¿Cómo estas rubia?

-Bien aquí pasando las penas -Le digo mirando mis delicadas uñas

El teléfono suena.

-Espera un segundo, Astrid

-Está bien –le respondo mientras arreglo mi cabello. Brutilda se da vuelta buscando unos papeles

-pero que coincidencia

Trágame tierra. ¡Vaya! Ahora entiendo cuando dicen "que pequeño es el mundo"

-Hola guapa

-Hola

Me mira, lo miro

-¿Qué se le ofrece? –me pregunta el pelicastaño con una notoria sonrisa.

-No es de tu incumbencia –le susurro en el odio

-¿A no? -me dice levantando una cejo y frunciendo el ceño

-¡Oh! Astrid, ¿conoces al nuevo dueño de la empresa? –escucho decir a Brutilda. Pálida, lo miro y él me sonríe. Pero si ya no puedo meter más a pata

-Señorita Hofferson, le preguntaré una vez más ¿Qué se le ofrece?

Pido piedad Dios, sácame de esta

-…

-…

-…

Lo miro y tocando mi flequillo le digo

-Vengo a buscar mis papeles de renuncia

-¿Renuncia? ¿No que la habían despedido?- puedo ver su sonrisa, la puta que lo parió -lo lamento tanto ¿Disfrutó la instancia trabajando aquí?

-Antes de su presencia, pues sí, fue un honor trabajar aquí –Le advertí que se metía con la chica equivocada

Él frunce el ceño y me mira

-Brutilda me haces los papeles por favor –le digo a mi amiga acercándome al gran mesón

-Claro que si ricitos de oro –me dice con una sonrisa

-¿Ricitos de oro? ¿Acaso te acuestas de cama en cama? ¿Y te comes la comida de otros?

Brutilda me mira, yo lo miro él me mira. Es obvio que se refiere a eso por mi cabello, pero él…

-ya no soy de esta empresa así que…-Le lanzó un golpe con el brazo, directo a su estómago. A la mierda mi feminidad. Gran fue mi sorpresa cuando él me atrapó el brazo y me atrajo hacia él.

-Brutilda y algunos trabajadores miraban nuestra pequeña escena.

-si quieres puedes seguir trabajando aquí, pero con la condición de que tienes que ser mi secretaria –me susurra en el oído –Piénsalo

-Señorita Thorson, por favor anule los papeles –dice mientras se va directo al ascensor

¿Pero que acaba de pasar? ¿Acaso fue un sueño?

-Ni loca vuelvo a trabajar en esta empresa y menos para usted –le gritó para que pudiese oírme

-Aún así tiene hasta mañana para darme la respuesta definitiva –me dice Hipo esperando el ascensor

-Ya te estoy dando mi respuesta ¿Qué no oyes? –Me mira y sube por el gran ascensor, eso sí, percatándome de su gran sonrisa

- Hijo de puta –le murmuro a Brutilda

-¿Se conocen? –me pregunta mirando el ascensor

- Si, ayer paso por el bar en el cual trabajo –le respondo- Y me dijo unas cosillas y le di una bofetada

-Debió haber hecho algo súper malo –dice Brutilda mirando la pantalla del computador –Digo, es difícil hacerte enojar hasta llegar a los golpes

¿Trabajar para él? Ni loca

-Astrid lo siento, no puedo entregarte los papeles sin permiso del jefe. Tendrás que ir a hablar con él –Brutilda se acomodó en su silla, está incómoda.

-Muchas gracias Tilda ¿Dónde está la oficina del hijo de…su madre? –le pregunté aclarándome la garganta

-Tercer piso, doblas a la izquierda, luego te encontrarás con una sala de estar, ahí avisa al guardia que tienes una cita

-Muchas gracias –le dije mientras me dirigía a las puertas del mismísimo infierno.

Una vez en la sala de estar, me dirigí al guardia, el cual me dejó pasar inmediatamente.

-Un placer que estés aquí –me dijo con una voz dulce, es fácil deducir que algo trama

-Lástima que no pueda decir lo mismo –respondo de forma bruta

-tome asiento señorita Hofferson –Le obedezco mientras no quito la mirada de esa excitante sonrisa

-Señor Haddock, no vengo con malas intenciones, solo quiero que me deje en paz y deje que me vaya de esta empresa de una vez por todas

-Piense bien su decisión, señorita Hofferson –me insiste

-¡¿Por qué tengo que pensarlo?! -le pregunto irritada

-A usted la echaron por andar de curiosa, no por ser una mala secretaria, además, a mi me hace falta una. Y para rematar ganaría el doble de lo que gana allá, en ese bar –sonríe de forma sospechosa

-A ti no te faltan secretarias –digo molesta

-¿Cómo sabes eso? Acabo de llegar señorita Hofferson

-se lo repetiré –dice parándose de su gran silla –NECESITO una secretaria

-Es bueno saberlo –le digo sin prestare importancia

-Me gustan las mujeres difíciles

-¿Me puedo ir ya? –pregunto cansada

-Aún no. Te haré una propuesta

-Antes de que empieces a decir cosas con esa boca tuya, aclárame algo. ¿Por qué yo? Hay muchas tipejas sin empleo allá afuera

-Usted señorita Hofferson tiene algo que ellas no.

-¿Se puede saber qué es?

-Esto –dice Hipo apuntando su cabeza. Y esto –hace una silueta femenina con las manos

-Ósea… ¿Qué me quieres por mi cuerpo? –pregunto enojadísima

-has picado, era una broma –me dice riendo

-Ya no aguanto más, me largo de aquí –digo agarrando mis cosas

-Quiero trabajes conmigo

-Sueña

-Tendremos una cita, para hablar sobre esto. Yo creo que Pasaré hoy por ti a las 20.00 Hrs.

-Siento mucho arruinar "nuestra" cita. Pero no puedo, tengo trabajo

-Entonces hoy a las 20:00 hrs –me replica con una sonrisa en su rostro

-Que ni se te ocurra irrumpir en mi trabajo –lo amenazo, si tiene dinero, es capaz de todo

-¿Es una amenaza señorita Hofferson?

-Yo lo tomaría como una advertencia –le digo mientras me dirijo a la puerta

-Recuerde Hoy a las 20:00 hrs –me dice

-Ni siquiera sabes donde vivo –le dijo con una sonrisa

-no, pero la señorita Thorson sí –me dice sonriendo

Me voy corriendo desesperada para intentar lo más rápido que pueda hasta Brutilda. Este cabrón no me llevará a cenar.

-Astrid ¿Estás bien? –me pregunta parándose de la silla

-Un minuto le susurro. Me falta aire en los pulmones

-no le des mi dirección a tu jefe –le digo en voz baja

El teléfono comienza a sonar

-¡no contestes! –le grito a mi compañera

-perdón Astrid, pero me pagan por esto –dice atendiendo el teléfono

-¿Si? Compañía de Haddock revolución, ¿le puedo ayudar en algo?

-necesito que me des al teléfono con la señorita Hofferson, por favor srta Thorson –escucho desde a otra parte del teléfono

-¡Mierda! –Exclamo –Dile que no estoy –Brutilda me mira asintiendo

-Lo siento señor, ella se ha marchado

-Respóndame algo señorita Thorson ¿Qué tan ingenuo cree que soy?

-Eh…yo…no…-Brutilda empieza a tartamudear, me mira en busca de ayuda

Pero que quiere este hombre conmigo ¡Por Dios! Tendré que enfrentarlo

-Astrid al teléfono ¿Qué se le ofrece? Espero que sea algo importante, estoy muy ocupada

-Ya sé donde vive, señorita Hofferson, vaya con cuidado –me dice el pelicastaño del otro lado del teléfono. Mi cara debió ser épica en ese momento.

¡Maldito cabrón! –le grito

-cuide su glosario, SEÑORITA Hofferson –me dice modulando

-Recuerde hoy a las 20:00 hrs. Asuntos de "trabajo" –corta

Necesito aire.