L O V E S I C K

L O V E S I C K

Talk to me, show some pity;

You touch me in many, many ways, but I'm shy can't you see.

(Shy – Sonata Artica)

o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o

Frustrante, cada día es más frustrante que el anterior; vivo sumergido en llamas de culpa, de impotencia y de rabia contra mí mismo y contra tu actitud aparentemente impasible; pero, en el fondo, no tengo idea, ¿cierto? Nunca te he preguntado si te gusto como tú me gustas a mí.

Todas las mañanas, de lunes a viernes, llego a la misma hora, atravieso el portón azul de la escuela y paseo la vista por el mar de estudiantes que aguarda la campana de aviso para entrar a sus salas. Todas las putas mañanas es lo mismo, entre todos los seres humanos que vislumbro, siempre, siempre, destacas como un ángel en medio del rincón más miserable del universo. No hay ocasión en que no sienta que mi aliento me abandona, el corazón me bombea tan jodidamente fuerte que duele, como si se fuera a salir, probablemente para que te lo entregue.

"Horokeu" es el nombre que lleva tatuado mi subconsciente; no existe un ínfimo segundo en que no nubles mi vida, tan presente, aún si no estás: el simple hecho de saber que vives sobre el mismo planeta me ha vuelto un enfermo obsesivo. En resumidas cuentas, te amo de una manera insana, lo admito y qué demonios, si nunca lo vas a entender.

Nunca te das cuenta de nada.

Porque cuando desvío la mirada hacia tu puesto, diagonal al mío y mis ojos chocan con los tuyos, para mí es como el fin del mundo, el nacimiento de mi paraíso, el detalle por el que vale la pena levantarme a diario y cómo desearía que supieras que no me volteo porque no me importes, sino porque me encantas y porque, quizá, no sé de qué sería capaz o quizá, me asusta lo increíblemente perfecto que me resultas a cada momento.

Sueles hablar con todo el mundo, alegre, sociable y de tanto en tanto, me has dirigido la palabra y yo, sencillamente, te ignoro o muevo la cabeza afirmativa o negativamente; pero nunca en todos estos años he tenido las bolas para pronunciar una frase coherente a tu intención. Y me detesto por eso, no sabes cuánto me odio por ser yo, un imbécil reprimido que ni siquiera se atreve a mantener un diálogo de manera decente…

Y cada día pareciera que te interesas menos por sacarme esa palabra utópica que, estoy seguro, nunca te voy a dar; no porque no quiera, es sólo que, mierda, no sé cómo, no puedo, necesitaría una razón muy fuerte, como saber que realmente quieres escuchar mi asquerosa voz y eso no será posible, puesto que por mi culpa, sé que dentro de poco tiempo cesarás de emitirme mensaje alguno, a pesar de ser tú, la amabilidad hecha persona, la ternura materializada. Después de todo, eres humano.

Al verte marchar a tu casa, por las tardes, es como si me muriera: una oportunidad más que perdí por ser un cobarde, un gran pedazo de nada, nada, un estorbo que ocupa espacio sobre la Tierra y cuya razón de ser se ha resumido a adorarte como un idiota ciego que no quiere entender que estás fuera de alcance y que por cierto, yo mismo elegí tales circunstancias, cual suicida.

Eres todo lo que siempre deseé y desearé y cada vez que te miro, me enamoro un poco más y como vivo mirándote, ya te podrás imaginar cuánto significas para mí…

Espera, no. No puedes, ¿verdad? Y todo gracias a mí.

o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o

NOTA: El 25 de abril salgo de vacaciones, ¡palabra que me pongo las pilas para actualizar!