Nota del Autor:

Hola mis queridos lectores aquí nuevamente vengo a fastidiarlos con un nuevo fic, espero les guste ya que es el primero que hago de Sekaiichi Hatsuko :3

Para los que me conocen ya saben que tengo otros 3 fics (sin terminar ) no me odien, solo que no pude resistirme a subir uno de este anime me encanta

Espero que sea de su agrado y dejen sus lindos comentarios si no no hay conti :D muajajaja ok no soy tan mala pero si dejen sus comentarios ¬¬

Bien sin más que decir los dejo para que disfruten :D

Los personajes de Sekaiichi Hatsukoi (世界一初恋) no me pertenecen son propiedad de Shungiku Nakamura.


"Please help me forget"

Capítulo 1

"Rechazo"

Es curioso pensar en cómo termine en esta situación, toda mi vida se fue al infierno en un abrir y cerrar de ojos, de un momento a otro lo único que podía sentir era dolor y miedo, la soledad a diario me acompañaba aun que tuviera al hombre que amo a mi lado.

-¿Por qué?-

Resonaba en mis sensibles oídos la angustiosa pregunta, esa voz llena de miedo destrozaba mi corazón y por un momento vacile arrepintiéndome de mis acciones, pero solo fue por un instante, porque en realidad yo solamente quería que todo terminara.

-¿Por qué lo hiciste?-

Insistía la destrozada voz haciéndome estremecer mientras me encontraba en sus brazos.

-¡no te atrevas a dejarme!-

El pánico se hizo presente, tan solo podía sentir como me agitaban para mantenerme despierto, pero lo único que quería era cerrar mis cansados ojos y hundirme en la tentadora oscuridad; sin embargo no me lo permitían ¿Por qué las personas tendían a ser tan egoístas? Yo tan solo quería descansar y ser libre de mi agitada vida.

-Ritsu… por favor no cierres lo ojos, no me dejes…-


-¿A dónde vas?- voz demandante se escucho en el departamento Emerald, esta pertenecía a un muy molesto Takano Masamune.

-¡¿Cuántas veces tendré que decirte que no me espíes?!- declaro Onodera de mal humor, siempre era lo mismo, si llegaba a tener una llamada telefónica el azabache estaba al acecho para saber de quién se trataba.

-con eso no respondes a mi pregunta.- contraataco el ojimiel.

-no es de tu incumbencia.- respondió con nerviosismo el castaño mientras recogía sus cosas del escritorio. Daba gracias a dios que se encontraban solos en el lugar, la jornada de trabajo había terminado, de no estar solos estaba seguro que la escenita que le estaba formando Takano no quedaría muy bien en frente de todos.

-sí lo es, además hoy vas a cenar conmigo.- dijo el azabache tomado la mano del más joven arrastrándolo tras él.

-¡¿Ah?! Yo no prometí tal cosa.- se quejaba el ojiverde tratando de zafarse del agarre.- espera ¡Takano-San! Hoy tengo un asunto personal que atender, no puedo ir contigo.- término por decir Ritsu soltándose del fuerte agarre del pelinegro.

Masamune quedo un poco sorprendido por el arrebato del castaño, a demás que era eso de un asunto personal.- ¿vas a verte con alguien?- cuestiono con algo de incertidumbre.

-ya te lo dije no es de tu incumbencia.- murmuro Onodera mientras desviaba su mirada.

-¿Ricchan?-

Al escuchar su nombre el castaño dio un respingo, rápidamente dirigió su mirada hacia un pequeño ojiverde parado a la entrada del departamento.

- Misaki.-lo había olvidado, desde hace tiempo Ritsu acostumbraba a acompañar al joven frente a él, ya que ambos tomaban el mismo tren.

Vaya quién lo diría el mundo era tan pequeño, Onodera debía admitir que la primera vez que conoció a Takahashi Misaki lo dejo sorprendido, vaya saber que el muchacho vivía con el famoso Usami Akihiko lo dejo algo desconcertado, el conocía al escritor debido a que había sido anteriormente su editor.

Misaki era una persona que a su parecer era tímida pero honesta, por esa razón no tuvo problemas en llevarse bien con el chico, le agradaba de sobremanera.

Cuando Usami se entero de que estos dos se conocían no le molesto en absoluto, dejando a cierto ojiverde sorprendido ya que el hombre tendía a ser sumamente celoso y sobre protector, tanto que un día cuando se topo en la editorial con ambos ojiverdes, le pidió de favor a Ritsu que cuidara de él. Akihiko con fiaba en él lo conocía y sabia que su Misaki estaría bien a su lado, dejándolo un poco más tranquilo sabiendo que estaría en buenas manos, he ahí la razón de por la cual ambos se iban juntos de camino a casa.

Un suspiro se escapo de los labios de Onodera.- Misaki lo siento lo había olvidado.- dijo realmente apenado, estaba seguro que el chico lo había esperado para irse juntos.- hoy solamente podre acompañarte hasta la estación.-

El más joven parpadeo un par de veces ante la comprensión, una sonrisa apareció en sus labios para calmar a su amigo.- está bien no te preocupes.-

-En verdad lo siento Misaki, es solo que me salió un compromiso inesperado.- disculpándose nuevamente Ritsu termino de tomar sus cosas, ya no quería hacer esperar más a su pequeño amigo.

-En verdad está bien Ricchan.- dijo de nueva cuenta el ojiverde -Takano-san ¿vendrá con nosotros?- cuestiono al mayor ya que en ocasiones solía acompañarlos.

Onodera ante la pregunta tan solo a tino a morderse la lengua, ¡oh por todos los dioses!, oraba porque Takano rechazara la oferta.

-Por supuesto.- contesto con una sonrisa el pelinegro.

-¿Qué estas esperando?- pregunto con fastidio Takano mientras miraba a su quejumbroso subordinado.

Mientras tanto Ritsu estaba juntando toda la paciencia que le quedaba para no explotar en frente de Misaki, en realidad no quería que viera esa faceta de él, pero en verdad el azabache lo estaba sacando de sus casillas.

Los tres se encontraban fuera de la estación de trenes, Masamune portaba un semblante de superioridad, Onodera estaba que ya no podía fruncir mas el ceño, mientras Misaki tan solo se dedicaba a ver la guerra de miradas con algo de miedo, vaya que los dos estaban locos a su parecer.

-Ya te lo dije no puedo ir, tengo asuntos importantes que atender.- le recordó nuevamente el castaño a su fastidioso jefe.- así que se bueno y hazle compañía a Misaki.-

Un pequeño tic se hizo notar en el ojo izquierdo del azabache.- ¿Qué acabas de decir?- dijo con un tono más enfadado.

Un suspiro se escapo del ojiverde, maldita sea Takano, que no se daba cuenta de que realmente estaba cansado, solo quería terminar con lo que tenía que hacer llegar a casa y dormir un monto, ya que en las últimas semanas literalmente no había dormido nada; sin embargo ahora el azabache se ponía sus moños y lo estaba haciendo perder valioso tiempo.

-Takano-san….está bien, tú ganas.- dijo con tono cansado Ritsu.- voy a verme con alguien que seguramente no será de tu agrado.- espero un momento para ver la reacción del azabache, el cual a un permanecía tranquilo lo cual lo tomo como señal para continuar.

-Esto es importante, por eso solo te pediré una cosa.- antes de continuar el castaño tomo un poco de aire.- confía en mí, te prometo que no tardare solo dame tiempo.- dijo por ultimo mirando a su jefe.

Masamune lo miro por un momento algo sorprendido, Ritsu nunca le pedía nada como eso, además el siempre confiaba en el, pero la duda se instalo en su mente al procesar las palabras de castaño. Se reuniría con una persona, se lo había dejado claro y además era alguien que al parecer no le agradaba, ahora si juntaba las piezas solo un individuo se le venía a la cabeza.

-Ritsu…no…-

-Confía en mi.- pidió en suplica el castaño.- ¿Lo harás?-no sabía él porque le decía eso al azabache, nunca le daba explicaciones pero en esa ocasión las circunstancia lo ameritaban.

Un suspiro de frustración se escapo de los labios del pelinegro, no quería dejarlo ir, no por el hecho de que Onodera fuera a engañarlo el confiaba plenamente en el castaño, el problema era con quien se encontraría, en tan solo pensar en ello hacia que se le torcieran las tripas.

Pero muy en el fondo sabía que tenía que darle la oportunidad, Ritsu era una persona muy opresiva, si llego a vivir con el rencor de una confusión durante diez años, no se imaginaba como iba a reaccionar si no se daba la oportunidad de confiar en él.

-Está bien…- dijo en derrota Masamune pasándose una mano por sus azabaches cabellos.

Ritsu por su parte sonrió de manera genuina, estaba feliz de obtener una afirmativa por una vez, había ganado una de las tantas discusiones absurdas que muy a menudo se formaban entre ambos. -Gracias…- susurro con aprecio.

Una sonrisa se formo en los labios del más alto; sin embargo la angustia a un se reflejaba en sus ojos, ya que el sabia que nada bueno iba a venir de todo ese asunto.

-Bien por hoy te marcharás con Takano-san, espero no te moleste Misaki.-menciono Ritsu mientras alborotaba los cabellos castaños del más joven.-te prometo que mañana te invitare a comer.-

-En ese caso mañana nos vemos.- dijo un sonriente Misaki.- ten cuidado Ricchan.-termino por decir mientras agitaba su mano en señal de despedida.

-Tu igual ten cuidado, discúlpame con Usami-sensei.-pidió el castaño mientras se alejaba.-no vemos Takano-san.- dijo por ultimo.

-Ten cuidado.- murmuro el azabache al momento en el cual Onodera paso a su lado, los amiela dos ojos observaban con impotencia como la figura se alejaba poco a poco y desaparecía entre las personas del lugar. Solo esperaba que todo estuviera en bien y su lindo ojiverde regresara con bien a casa.


Fuera de Morimo Books cierto castaño se encontraba impaciente, ya hace más de diez minutos que estaba parado esperando, se estaba desesperando, no tenía tiempo para ese tipo de reuniones y para ser sincero no se sentía cómodo encontrarse con esa persona.

-Onodera-kun.-

Su hilo de pensamientos fue interrumpido al ser nombrado, algo nervioso dirigió su mirada hacia la persona que se acercaba a él. No quería estar ahí, pero tenía que terminar con todo el asunto si no quería tener malos entendidos.

-Haitani-san…- saludo con un murmullo agitando su mano como saludo.

Sentía tanta incomodidad estar cerca de ese hombre, Haitani Shin, quien iba a pensar que no hace mucho tiempo le propuso tener una relación con él. No sabía que estaba planeando, pero estaba seguro que no era nada bueno, ahora todo lo que Takano le decía tenía sentido.

Tantas advertencias por parte del pelinegro, no se cansaba de decirle que se mantuviera lejos de ese hombre, ya que no le traería nada bueno para un futuro y como si fuera una premonición se había cumplido.

Ritsu no quería tener nada que ver con Haitani, el hombre no era de confiar, además de su fuerte remordimiento hacia Masamune.

-lamento el retraso ¿Cómo has estado?- pregunto amable el de cabellos rojizos.- ya hace tiempo que no nos vemos.-

-Si ya han sido algunas semanas.- contesto cohibido el castaño.

-No sabes cómo me alegra que aceptaras mi invitación, tenía muchas ganas de verte.- menciono con cierto aire de emoción el más alto mientras sonreía de modo amigable.- ¿Qué te parece si vamos a cenar? No creo que este sea el sitio adecuado para charlar.-

-Bueno… yo en realidad no tengo mucho tiempo.-menciono Ritsu desviando su mirada.- además tengo un compromiso.-

-¿Así? ¿Con quién?- pregunto interesado Haitani.

-Alguien mas ya me había invitado a cenar lo siento.- se sentía terrible por mentir, pero en realidad no estaba mintiendo del todo, Takano le había invitado, así que no había hecho nada malo.

-Oh ya veo.- dijo el pelirrojo un poco desanimado; sin embargo su sonrisa nunca vacilo.

- Haitani-san yo quería hablar contigo sobre lo que sucedió la última vez que nos vimos.- se fue directo al grano, ya quería marcharse.- fue una broma ¿no es así?- cuestiono mientras una sonrisa nerviosa se posaba en sus labios.

-Oh sobre eso.- Shin mostro más los dientes al recordar su atrevida confesión hacia el pequeño castaño.- claro que no, como te lo mencione ese día, yo voy enserio contigo Onodera-kun, en verdad me gustas mucho.-

Ritsu se quedo en blanco, rogaba a cualquier dios existente porque el hombre le digiera que había sido una broma de mal gusto, pero no, la vida le estaba dando una mala jugada. Ahora ¿cómo diablos se libraría de esa incómoda situación?

-Y ¿ya lo has pensado?- empujo el pelirrojo, él quería una respuesta.

Onodera no sabía qué hacer, estaba más que claro lo que quería decir, su respuesta era un rotundo "no me interesas" pero no sabía cómo decirlo, la sutileza no era su fuerte, el era una persona demasiado impulsiva, siempre se iba al grano sin medir sus palabras.

Nervioso ocultos sus brillantes ojos verdes bajo su flequillo, ambas manos tomaron con fuerza el bolso que llevaba consigo, tenía que decírselo, no había marcha atrás, mordiendo su labio inferior se armo de valor para poder hablar.

-Lo siento Haitani-san…-dijo con un hilo de voz.- pero no puedo corresponder tus sentimientos.- soltó en un murmullo al mirarlo a los ojos.

Haitani quedo sorprendido ante la franqueza del castaño, molesto frunció un poco el ceño.- ¿Estás seguro? Si te sientes presionado puedo esperar.-

-En verdad lo siento.- se disculpo una vez más el ojiverde mientras colocaba una de sus manos sobre su boca.

-¿Estás enamorado de alguien más?- pregunto sin tacto el mayor, se sentía molesto, nadie lo había rechazado antes.

El ojiverde se sorprendió ante la pregunta, ¿Qué si estaba enamorado de alguien más? Bien no se engañaría así mismo, el lo sabia mejor que nadie no lo negaría.

-Si…-

-Y ese alguien es Takano.- más que pregunta fue una afirmación.

Ojos verdes se abrieron por tan directo comentario.- creo que esta conversación se está saliendo de rumbo.- soltó con molestia el castaño.- te pido de favor que no te metas en mi vida privada.-

Un suspiro dramático salió de la boca del mayor.- es una lástima Onodera-kun.- dijo Haitani intentando sonar dolido.- En verdad me gustas.-

Ritsu retrocedió unos pasos al ver como el hombre cortaba distancia entre ambos, sintió pánico cuando el espacio se agoto y termino chocando con una de las paredes que se encontraba a su espalda.

Con impaciente lentitud Haitani acorralo al pequeño castaño, inclinándose un poco coloco sus labios a la altura de su oído.

-En verdad es una lástima.- susurro sobre el oído del castaño haciéndolo estremecer al sentir el gélido aliento sobre su piel.- me gustas tanto, que quería evitar esto, pero no me dejas de otra Ritsu…-una sonrisa de dientes blanquecinos se poso sobre sus labios al ver como el menor se sobresaltaba.

Al escuchar como mencionaba su nombre cerró los ojos por la incomodidad de su cercanía, el sudor se hizo presente debido al miedo y los nervios que sentía en ese momento, Haitani lucia tan intimidante.

-Después no digas que no te lo advertí...-murmuro por ultimo Shin alejándose del ojiverde, una mirada altanera se poso en sus ojos mientras sonreía, estaba disfrutando de ver el espectáculo frente a él.

Ritsu estaba temblando de pies a cabeza, su respiración se había agitado un poco y sus ojos verdes se veían desenfocados, su corazón se sentía descontrolado dejándole una sensación como si de un momento a otro fuera a salirse de su pecho, un nudo se había formado en su garganta haciéndole perder la voz, no lograba pronunciar palabra alguna.

Temeroso dirigió su mirada hacia el hombre frente a él, y como lo esperaba una sonrisa torcida estaba sobre su rostro, sus ojos mostraban un aire de superioridad mientras lo miraban con arrogancia. Una vez más sintió como el aire se atoraba en medio de su garganta, al ver como Haitani se giraba sobre sus talones dándole la espalda.

-Tengo que irme Onodera-kun.- le hizo saber al castaño agitando una mano en señal de despedida.- pero te aseguro que esta no será la última vez que nos veamos.-

Un escalofrió se paso por todo el cuerpo del castaño al mirar como Shin lo miraba por encima de su hombro sin detener su andar.

- Eso te lo puedo asegurar.- dijo por ultimo con una media sonrisa disfrutando del miedo reflejado en el menor.

Ritsu tan solo se quedo parado en el mismo lugar observando como Haitani se marchaba, no sabía cuánto tiempo había pasado, el hombre ya había desaparecido de su vista; sin embargo el shock aun estaba presente no se desvanecía.

Muchas cosas pasaron por su cabeza en ese momento, sentía miedo y no sabía porque, el hombre que una vez había sido amable con él ahora era todo lo contrario, su personalidad dio un drástico giro de 360 grados.

¿Qué había sido eso?

Acaso Haitani…

¿Lo había amenazado?


Notas finales:

Espero haya sido de su agrado estaré esperando sus lindos comentarios :3