Corro y corro. La arena que se levanta a mi paso no es más que una cortina de humo dorada que rápidamente se asienta.
Corro y corro. La vida de mi padre reverbera en mi mente. Paul Orestes Atreides. Nadie recordará en el futuro su segundo nombre. A muchos les parecerá una muestra de cómo la historia nunca es fija. A mí, me parece una tragedia.
Corro y corro. Veo a Thufir, a Duncan, a Gurney... los tres... enseñando a mi padre a ser un guerrero, un sabio, un líder… Veo a mi abuelo, por quien llevo mi nombre, enseñando a mi padre a ser un noble, a ser justo, a ser honesto, a ser un Atreides… Ironías de la vida... mi padre superó y luego derrocó todas esas perspectivas. Melange y genética. La suprema maldición y, a la vez, la suprema bendición.
Corro y corro. El primer encuentro entre mi padre y mi madre. Si no hubiera tomado este camino, si no hubiera elegido la Senda de Oro… una imagen similar podría haber vivido yo mismo, con Sabiha o con Ghani.
Corro y corro. Mi padre está ciego y encerrado por su visión profética. La segunda condena es la peor y es mi elección. El futuro no tiene misterios para mí. Sus olas bailarán al son que yo marque pero, sin sorpresas en la trama general.
Corro y corro. Mi padre está ciego. Su sihaya muerta. Paul Atreides también. El Predicador surge de entre los Desposeídos.
Corro y corro. Veo en un caleidoscopio mi unión primaria con las truchas de arena. La excitación que sentí al ver las habilidades recién adquiridas me llena ahora de amargura. Me acababa de separar y de elevar fuera de la humanidad.
Corro y corro. Mi padre muere entre mis brazos. Por fin está en paz. Se reunirá con su sihaya. Su felicidad ahora es plena. El desierto, la historia, la leyenda y el mito le acompañan.
Corro y corro. Me enfrento a mi tía Alia. Su posesión es absoluta, mi tristeza es inmensa. El Barón Harkonnen, nuestro bisabuelo, debe ser extirpado.
Corro y corro. Veo la cara de Farad'n. Sé que terminará cayéndome bien este Corrino. Harq-al-Ada, el Perturbador del Hábito, muy adecuado.
Corro y corro. Empiezo a cansarme. Es hora de volver. Volver a ella.
Regreso a ella, apoyo mi cabeza en su regazo, me la acaricia. La miro a los ojos y la suplico:
- Por favor Ghani. Pídele a nuestra madre interior que me proporcione una forma de morir.
Comentarios.
Hola a todos. La verdad es que no se que decir sobre este fic. Espero vuestros comentarios y que lo disfrutéis.
Un bratzo, xotug.
