—¡Hey! Kim —llamó Alix, ganando su atención— Te reto a una carrera después de clases ¿Que dices?

—No puedo, enana —repuso—Otro día... hoy tengo una cita con Ondine.

El muchacho, esbozó una sonrisa -boba- en su cara que Alix que creía que era tan estúpida que tenía ganas de golpearle la cara para borrársela, pero se contuvo y apretó fuertemente los puños a su costado.

Alix bufó, desviando su mirada a esa sonrisa que no iba dirigida a ella.

—Eres un perdedor —refutó—Como ya sabes que vas a perder, pones de excusa a tu novia.

—Mi novia es lo primordial —Alix frunció el ceño ante esas palabras— Lo entenderías cuando tengas novio —La joven estaba cada vez más enojada, apretando los puños con más fuerza.

Y para Kim fue una revelación eso.

—Podría ser que... —con atisbos de sonrisa.

A Alix se le dilataron las pupilas, tragó saliva sintiendo que iba a darse cuenta, lo que hace poco ella misma descubrió.

—¿Tienes celos de mí?

La joven quedó boquiabierta.

—Porque no puedes conseguir novio. Me tienes envidia… ¿cierto? —rió y repuso: "Alguien ya te amara, enana" Acariciándole la cabeza "No te preocupes..."

Un gestó que a pesar de lucir enojada, sus mejillas se incendiaron por esa acción, quien para no demostrarlo mantuvo su cabeza agachada.

—¡Oh! —Articuló en sorpresa— Se me hace tarde, nos vemos —Y levantando la mano, se dispuso a correr.

A los minutos, ella, apretó los dientes.

—¡Eres un cabeza hueca! —gritó hacia la nada y mostrando el dedo del medio sin razón aparentemente.

"Y yo soy una lenta"

Espetó, al segundo, su propia cabeza. Agachándola y mirando el suelo.

Por eso, había perdido... Lo había perdido.

¿Quién lo diría? Ella quien era rápida que siempre le ganaba en las carreras que hacia contra Kim, había sido lenta, tan lenta como para darse cuenta de sus propios sentimientos, esos, que le decían que le gustaba un cabeza hueca.