UA, Rurouni Kenshin no me pertenece.

El inicio...

Era de mañana en Tokio, no se escuchaba nada excepto el canto de los pájaros, mucha gente recién despertaba en sus hogares, pero una chica de cabellos negros y ojos azules caminaba por su dojo de buen humor

-Ah – exclamo estirando sus brazos- que bello día – dijo mirando el cielo- nadie ha despertado por aquí…

La muchacha iba en busca de una escoba pero alguien toca la puerta del lugar, al acercarse y abrir no encontró a nadie, solo una carta en el suelo.

-¿y esto? – Se pregunto - alguna broma…

Al voltear la carta su rostro se torno pálido al ver el remitente, su mano empezó a tiritar y un cierto tono de enojo se reflejo en sus ojos azules pero todo desapareció al sentir que alguien se acercaba, al voltear solo se encontró con unos ojos color malva y una bella sonrisa

-Kenshin - suspiro-

-Kaoru-dono, buenos días – dijo sonriendo- ¿se siente bien?

-si - esconde la carta- es solo que me asustaste – sonrió nerviosa-

-lo siento –respondió- no quise asustarla-

-no te preocupes –le sonrió nuevamente- iré al mercado-

-¿quiere que la acompañe? – pregunto -

-no hace falta Kenshin puedo ir sola-

-¿segura Kaoru-dono? – pregunto preocupado -

-si iré por mi monedero –y se alejo corriendo-

El muchacho de cabellos rojizos vio como entraba al dojo en busca de su monedero y luego salía despidiéndose con su mano, estaba preocupado ella se veía atormentada y nerviosa.

-Kaoru-dono – dijo deteniéndola –

-¿Qué sucede Kenshin? –

-se ve algo atormentada, si quiere yo iré hacer las comprar – contesto quitándole el monedero gentilmente -

-pero – refuto – no me sucede nada-

-no se preocupe - la lleva dentro de dojo- siéntese y vera que enseguida volveré

-está bien – contesto ella sonriéndole -si insistes

La muchacha al ver que el muchacho se había marchado, saca la carta y la examina por fuera, se veía como una simple carta, pero sabía que no era así, sentía un leve temor, sus manos temblaban ligeramente, miro el sobre por unos minutos y luego la abrió

""Querida Kaoru"

Hay un cambio de planes, iré a Tokio por ti, ya que se ha puesto un lugar muy peligroso para una chica como tú, pasare por ti mañana ¿aun vives sola? espero que sí, empaca algo ligero, si deseas marcharte antes estaré en mi casa ¿aun sabes dónde queda verdad?

Cuídate de los maleantes ¿entendido? ya ningún lugar es seguro...

M.M."

-Así que Tokio es un lugar peligroso – hizo una mueca son sus labios -

-Buenos días – exclamo el muchacho de cabellos negros – que hay de desayunar, fea

-¿¡fea!? – Volteo gritándole – Yahiko te quedas sin desayuno - exclamo

-Solo porque eres fea no significa que me quede sin desayuno – gritaba desde el suelo haciendo un berrinche -

-Es mi última palabra – dijo alejándose del chico – y no sigas gritando que tengo un dolor de cabeza…

La muchacha comenzaba irse con su mano en su sien, todo estaba pasando muy rápido

-Kaoru – dijo el muchacho -

-¿si? – pregunto volteando haciendo que su carta cayera -

-¿estas enferma?-

-No, es que no tengo ganas de discutir -mira el suelo- Kenshin ya vendrá y el desayuno estará listo... - se dirige a la puerta-

-¿a dónde vas? – Grito siguiéndola- ¿No desayunaras?

-no -suspira- dile a Kenshin que tal vez no almorzare con ustedes –miro hacia otro lado – iré al Akabeko

El muchacho al volver donde había estado ella vio una carta en el suelo, la tomo y corrió para alcanzarla.

Mientras que en las calles de Tokio la muchacha iba con un semblante serio, poco a poco se alejaba del dojo, el muchacho de cabellos rojos pudo verla a lo lejos, iba a gritar su nombre pero otra voz se adelanto

-¡Kaoru! – Gritaba - ¡espera!

-Yahiko – dijo él llamando su atención - ¿donde fue Kaoru-dono?

-Al Akabeko – dijo mirando la dirección que se había marchado la mujer-

-hoy está cerrado – Kenshin lo miro perplejo- Tae-dono fue a visitar a unos parientes en Kioto y fue con Tsubame-dono, vuelven mañana

-¿enserio?-

-¿y esa carta? –pregunto curioso -

-se le cayó a Kaoru, o como tú dices - en tono sarcástico y casi femenino- Kaoru-dono, bueno, vamos a leer

- no deberíamos – dijo Kenshin-

- Kenshin, esta carta… -dijo el muchacho mirando al samurái -

Kaoru caminaba tranquilamente llegando a una casa tipo occidental, al toca la puerta le abre un joven de unos 20 años de edad, cabello color castaño y unos ojos cafés tan claros que parecían amarillos, vestía ropa occidental, y una chaqueta larga color negra

- hola – dijo ella -

- mi bella Kaoru – dijo el hombre abrazándola -

- así que... volviste - lo mira preocupada-

-Por ti...-

- ¿Por qué?-

-Como dije en mi carta, Tokio - toca su hombro- es un lugar muy peligroso para personas como tú-

- ¿como yo?-

-Sí, muchos hombres buscan a mujeres lindas para abusar de ellas -

- pero yo me puedo defender – dijo orgullosa -

- posa su dedo índice en los labios de Kaoru- no, no puedes defenderte sola... tal vez ha pasado mucho tiempo desde que no te defiendes-

- Miwa... – dijo su nombre en susurro

- nada de peros – le sonrió - ¿dime te irás conmigo ahora mismo o prefieres mañana? – pregunto dándole la espalda -

- nunca...-

- ¿perdón?-

- quiero esta vida la que tengo actualmente – junto sus manos sonriendo – con todos…

- Kaoru debes venir conmigo te necesito - acaricia su cara- diré que soy tu prometido

- eso... - mira el suelo- no es...

- Kaoru yo también deseo esta vida para ti pero no puedes, le prometí a tu padre cuidarte y lo cumpliré - su mirada se torna peligrosa- mañana a las 8 en punto, por tu bien espero que estés lista y usa tu otro tipo de vestimenta

- pero- - iba a responder pero unos labios la callan -

- Nos vemos preciosa - cierra la puerta-

- Miwa...- toca sus labios suavemente-

Mientras tanto en el dojo Kenshin y Yahiko leían la carta detenidamente, mientras que detrás de ellos silenciosamente estaba Sanosuke

- parece que es...- dijo Yahiko

- un viejo amor de Jo-chan*- analizo el luchador -

-¡ah! – gritaron al unisonó Kenshin y Yahiko

- ¡hey! que les pasa como si hubieran visto un fantasma-

- recobrando compostura- ¡así que la fea lo tenía muy bien guardado! –Comienza a reír pero se detiene al ver el rostro de Kenshin-

-Kenshin si fuera tu, empezaría la guerra- golpea a Kenshin en la espalda- ¿no crees?

-¿a qué te refieres Sano? - pregunto iluso-

Sanosuke comenzaba a explicarle "esto" y "aquello" que debía decirle y hacerle a Kaoru, Yahiko miraba incrédulo y ruborizado al igual que Kenshin, en eso entra la muchacha concentrada al dojo.

- esconde la carta –gritaba Sanosuke- ¡escóndela! - apresura a Yahiko- oh no es demasiado tarde...

- Kaoru nosotros no quisimos – grito protegiéndose con sus brazos-

Pero la muchacha pasa al lado de ellos sin prestarles atención en lo mínimo.

- ¿Kaoru-dono?-

- ¿Jo-chan?-

- Kaoru-dono - se pone frente de ella- ¿está bien?-

- mirando al lado- eh... ¿si?

- ¿te pasa algo?-

- desde la puerta- saben... unos hombres han seguido a Kaoru- dijo Yahiko-

- ¿a mí?... ¿de-de verdad? – se asoma-

- ¿qué pasa aquí?- pregunto un el ceño fruncido

Kaoru cerraba la puerta tras ella con calma y sonriendo nerviosa.

- ¡qué demonios pasa!- grito Sanosuke abriendo la puerta -

- no lo sé… me han seguido todo el día- decía mientras miraba a todas partes - deben ser parientes

- pero si Genzai-sensei nos dijo que tú no tenías familia en ninguna parte-

- entonces son... ¿unos amigos?-

- amigos ¿unos hombres así? – pregunto Sanosuke -

-Entonces son - mira a Kenshin- ¿sucede algo?-

- Kaoru-dono ¿Qué-? -

Pero antes de terminar su pregunta cinco hombres entran al dojo, todos vestían de negro y ocultando su rostro

-te encontramos-

- al fin te dignaste a dar la cara asesino-

- ¡¿se refieren a Kenshin?!- grito Yahiko-

- ¿quién?- pregunto incrédulo uno de los hombres-

- deben referirse a Battousai-

-Jaja – comenzaron a reír -

- ya quisieras verdad-

- ¿¡oye donde se metió!? -grito uno de ellos

Kenshin mira a su alrededor pero Kaoru ya no estaba, había entrado a su habitación, en esta se sacaba su kimono y se ponía una especie de uniforme negro, antes de ponérselo la muchacha cubre su pecho con unas vendas negras se puso un obi negro que cubría sus pechos y lo demás lo dejaba al descubierto, luego se puso una especie de calzas que le cubría hasta el pie y se pone una falda larga que esta rasgada a los lados que empieza de la cadera, y para finalizar un listón largo y ancho, usado como cinturón, se pone unas sandalias y las sujeta con cinta negra, deja su cabello en una coleta alta, para disimular se pone un kimono largo un poco ancho.

Al salir de la habitación se encuentra con la escena que sus 3 amigos derrotaron a los 5 hombres y quitaban sus cuerpos vivos a la calle...

- ¿y esto?- pregunta-

- ¿que esto? limpiamos la casa- dijo el pequeño guerrero limpiándose sus manos-

-Así es- suena su estomago- saben tengo mucha hambre -

- ¿Kaoru-dono tiene hambre?-

- eh... - sin dejar de mirar a Yahiko y Sanosuke sacando a los hombres- no... – lo mira- no

- ¿y tu quien eres? – Se escucho la voz de Yahiko-

Todos se asoman para ver quién era y para sorpresa de Kaoru era Miwa, Kaoru camina tranquilamente donde se encontraba él, pero Kenshin nota el nerviosismo de la chica.

- que sucede- pregunto susurrando -

- ha empeorado... nos encontraron debemos irnos ahora- dijo enfatizando la ultima palabra -

- ¿Qué?-