Hola gente~ Traje este fic de un AU, que se le ocurrió a una amiga (Yumie Uu) y a mí de una frase extraña que dijo una vez. No sé si les guste~ es de Isu y su vida de adolescente -WTF- o algo así xDD aún no está terminada.

Algunas aclaraciones: Los nombres de los principales están como los nombres de países porque a la autora le da flojera buscar nombres humanos. Pero aquí representan todos humanos C: Puede que haya crack~ así que si no te gusta el crack, no lo leas :3 Advertidos xD Las edades son como de 16 años, independiente que puedan ser "mayores" o "menores" con edades de países.

Y creo que eso... Los personajes son de Himaruya-sama~


Cuando Noruega no ve

I-.

Y allí estaba yo de nuevo, escuchando los súper consejos de mi "hermano mayor", aunque nunca lo habría llamado así.

-Cuídate y no hables con extraños, no estés solo con Dinamarca y come lo suficiente –me decía algo preocupado- y no vayas solo por la calle hasta tarde.

Y después de asentir a la rutina noruega que ya me sabía de memoria, me fui a mi cuarto donde me dispuse a sacar ropa para la fiesta de la noche en la casa-bar de Seborga. Si, casa-bar porque tenía mucho alcohol gracias a sus hermanos Lovino y Feliciano, claro que ellos estaban de viaje y Seb podía hacer lo que quería.

Eché un vistazo a ver si estaba Nor, no lo encontré, así que tuve que buscarlo para avisarle que iba a salir. Obviamente, no le dije que iba a una fiesta, sino que iba a jugar videojuegos en la casa de Seb y pasar la noche allí. Salí de la casa y afuera había un auto descapotado negro brillante. Dentro estaba un castaño con lentes oscuros, una sonrisa y un alegre tono italiano.

-¿Qué tal, Isu-chan? ¿Listo para la diversión? –me preguntó muy animado.

-Como sea –respondí, casi ignorándolo y subí al deportivo- Y no me llames "chan".

Camino a la fiesta, pasamos a buscar a Liechtenstein y Seychelles.

Todos éramos reprimidos por nuestras familias, lo típico: "no puedes salir porque…", excepto Seb; él tenía la independencia que todos esperábamos. Y eso que tiene nuestra edad.

Yo ya tengo 16, pero mi hermano sigue creyendo que soy un niño. Odio las reglas, no me gusta tenerlas todo el día en frente. Pero peor es el hermano de Lily: Vash. Ese tipo está realmente loco.

-Is, ¿qué haremos esta noche? –preguntó Seb.

-Yo que sé, se supone que tú organizas, ¿no iremos acaso a la fiesta en tu casa?

-¡Claro! Invite a mucha gente, más de la acostumbrada.

-Mucho mejor –dijo Sey-, a mí casi nunca me dejan salir. Si no fuera porque dije que iba a casa de Lily a dormir, no me habrían dejado salir hoy.

-Yo dije que iba a tu casa, Seychelles… -dijo Lily. Ambas rieron.

Casi todos los que acostumbraban ir a las fiestas de Seb teníamos eso en común: en nuestras casas éramos como inocentes ángeles que tenían modales, pero cuando salíamos, nos transformábamos en demonios vestidos de negro que no tenían el deber de comportarse y escuchaban música fuerte. Lo mejor de todo: ninguno de nuestros protectores lo sabía.

Llegamos a la súper casa-disco-bar de Seb. Estaba todo oscuro, sólo interrumpido por luces de colores como en una verdadera discoteca. La música estaba altísima. Antes de poder decir cualquier cosa, Lily y Sey me arrastraron por un vaso de tequila y después de obligaron a bailar.

Todo era genial. Amaba ese lugar más que mi casa.

Realmente había mucha gente. Sey se fue con alguien y me quedé conversando con Lily en una esquina.

-¿Tú fumas, Isu? – me preguntó.

-No. La verdad no es de sano, pero consumir drogas no es lo mío. Es culpa de Seb que me de asco el cigarro –le contesté- ¿tú lo haces?

-No, pienso como tú. Pero que viva el alcohol, eso sí. Si mi hermano me oyera en este momento, estaría cavando su tumba –dijo riendo.

Luego de eso, se nos acercó Seborga medio borracho, siendo que recién eran las 1. Y después de conversar un rato más con Lily, apareció Sey con Wy discutiendo no sé qué cosa, pero molestaban.

-Oigan, dejen de molestar, por favor –dijo Lily siendo respetuosa como siempre, eso a veces me saca de quicio…

-Pero es que Wy… -intentaba excusarse Sey.

-¡Yo nada! Tú…

-Ya, ya entendimos. Ahora, largo –les dije y se fueron algo asustadas.

-¿Cómo haces eso? –preguntó Lily.

-No sé. Lo heredé de mi hermano y un tipo de mi familia (véase Berwald).

Al poco rato de la conversa, ya estábamos besándonos, en un estado de ebriedad "aceptable". Lo malo es que ni siquiera me gustaba Lily, ¿o si…? Bueno, de mis cosas amorosas hablamos otro día.

Escuché unos pasos, a penas por la música y luego sentí una mano sobre mi hombro. Me volteé.

-¿Qué quieres…? –dije en un tono algo elevado, pero callé al ver quién era- ¿Dinamarca…?

-¡Is! ¡Hola! ¿Qué te trae aquí? –Dios, el idiota es tan despreocupado como siempre.

Mierda, mierda, mierda. ¿Ahora qué? Si le dice algo a Nor, estoy muerto. Más aún por encontrarme besando a Lily, ¡a Lily! ¿Qué haré? Si Vash se llegara a enterar, me entierra vivo.

-Hem… es que… -no tenía explicación- Tanto tú como yo, no queremos que Noruega nos encuentre en fiestas, así que yo no diré nada si tú no dices nada.

-¿Eh? Si, creo que tienes razón… ¡Trato hecho! Ahora somos cómplices –me dio la mano- Debes tener cuidado, si necesitas algo, pídemelo –y diciendo esto, se fue con su tan estúpida y típica sonrisa. Me salvé.

Lily me miraba perpleja.

-¿Quién era él?

-Un… amigo… o algo así –respondí dudoso-, la cosa es que ahora es mi cómplice.


Ojalá les haya gustado~