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La revolución de la Princesa

Cuando era una niña pequeña, mi madre; Tsunade, solía leerme cuentos de hadas, sobre hermosas princesas que eran custodiadas por feroces dragones en las torres de sus castillos en espera por ser salvadas por el príncipe.

Madre nunca dijo que el dragón podría transformarse, podría engañar a la princesa para que nunca dejara la torre, y que el príncipe podría no aparecer… jamás.

Y entonces la princesa tendría que aprender a protegerse (sola).

Capítulo 1: Las 12 campanadas.

Sakura miró a Sasori con expresión hermética, el pelirrojo tenía cerca de 15 minutos despotricando contra un tal Uchiha. Justo detrás de los edificios usados como laboratorios y salones de música para los de ultimo año, las mesas para el almuerzo ofrecían cierta intimidad, desplegadas a una distancia moderada, justa la necesaria para evitar que oídos indiscretos escucharan una conversación a voz mesurada, pero... Sasori que era generalmente bastante tranquilo parecía casi fuera de sí, su arrebatada explosión era algo nuevo para ella. Sus ojos jade se fijaron en su rubia amiga, quien intentaba tranquilizar al chico, sin mucho éxito. Sakura se paso una mano por su melena rosa, mirando sin ver realmente las mesas cercanas a ellos, a este paso; y por el volumen que iba incrementando en los gritos de Sasori, todos se darían cuentan de la conversación (sus abrazos sacudiéndose en el aire de manera frenética ya habían comenzado a llamar la atención de algunos cuantos)

Finalmente, Sasori parecía recobrar la compostura.

-¿Itachi? –Pregunto Ino, acomodando unos mechones rebeldes de su rubia cabellera.-… ¿creía que se había graduado el año pasado?

La mirada de Sasori era feroz

-¡No, él no! ¡Sasuke!

Ino rompió en histéricas risas, algunos de sus compañeras en mesas cercanas a ellos giraron la cabeza para encontrar a la hermosa rubia doblada de la risa en una postura nada glamorosa. Sakura no puedo evitar sonrojarse, odiaba ser el centro de atención por cualquier razón que fuese (y en este mismo instante, las risas histéricas de Ino no eran cualquier cosa), intentó calmar a su rubia amiga sin mucho éxito. Sasori parecía mucho mas indignado ahora, su rostro mostraba una mirada sombría, y en voz muy baja; incluso Sakura no pudo escucharle, le siseo a Ino unas palabras de compostura. Después de unas largas bocanadas de aire, Ino parecía más repuesta.

-Lo siento.- Ino jadeo, sus ojos acuosos y las mejillas rojas.- Es solo que no entiendo cual es problema, - sus brillantes ojos azul-celeste adquirieron un tono pícaro y juguetón.- Ustedes dos deberían entenderse muy bien.

El tono de Ino no daba cabida a duda alguna en Sakura, que miró a Sasori en busca de una confirmación, Sasori desvió la mirada, pareciendo más aburrido e irritado que hace un momento.

-¿Es gay? –Sakura deseó que su tono no se hubiese escuchado tan brusco para los demás, como sonó para ella.

-Sí

Sakura arqueó una ceja ante el rotundo, y aun así, resentido tono de parte de ambos. La cara de póker de Sasori era inigualable, pero sus ojos tenían un brillo vengativo cuando dijo:

-Ino se le declaro a principios de año.- fue entonces el turno de Ino de fulminar a Sasori con la mirada.

-¡Sí, bueno! No sabía que era gay.-el tono resentido estaba cargado de amargura.

Ignorando el cometario se volvió a su amigo.

-Entonces no veo cual es el problema, Sasori.- y de verdad que no lo veía, a menos que...

-Me rechazo.- la compungida voz de Sasori ablandó la expresión de ambas chicas, desde que Sakura conocía a Sasori, el chico estaba en la búsqueda incansable del amor verdadero, o como él mismo solía llamarlo la búsqueda del príncipe azul, Sakura hizo una mueca inconscientemente.- Dijo que no era su tipo…

-¡Que coincidencia! A mí me dijo lo mismo.

Sasori rió verdaderamente, Sakura estaba sorprendida, y aun así bastante divertida. ¡Como admiraba la capacidad de Ino para encontrarle el lado divertido a un asunto tan espinoso como lo era un recazo!, especialmente para Sasori.

-Ya

-De verdad, ¿Qué hay de malo conmigo?

-Nada.- fue la instantánea respuesta de Sakura, y hablaba en serio. Sasori era decididamente apuesto, con la piel bronceada en contraste con su cabello pelirrojo, sus ojos castaño claro eran la parte favorita de Sakura coquetos y risueños,; era delgado pero de constitución atlética, y unos rasgos finos, como si hubieran sido cincelados cuidadosamente. Vagamente recordaba la expresión desolada de Ino cuando; en un intento de detener los avances descarados de la rubia ante un incomodo Sasori, Sakura le confesó que Sasori era gay.

Con una mirada desilusionada, Ino se volvió a Sasori murmurando un: "¡Que desperdicio!"

Claro que la decepción le duro poco cuando Sasori se convirtió en su mejor "compañero de compras", desplazando a Sakura (quien cedió gustosamente su puesto) Si Sakura no hubiera sabido de las preferencias de Sasori, estaba segura que ella también abría caído ante su encanto.

- De todos modos… ¿Qué tiene de especial este tal Sasuke?

La cara de Ino era un poema, Sasori solo abría y cerraba la boca en busca de las palabras que se rehusaban a abandonar su boca.

-¿Es que nunca lo has visto?

-No.- fue la apática respuesta de la chica.

Lo siguiente que paso fue una verborrea demasiado confusa para Sakura, quien apenas entendía algo como: "un cuerpo de muerte" (Ino) y algo sobre "Un aire de príncipe oscuro" (Sasori, por supuesto)

-¡Bien, de acuerdo! El chico esta como quiere…

La carcajada descarada de Ino le dio escalofríos.

-Apuesto que nuestra Sakura es inmune porque ya tiene novio.- Sasori recargo su mentón en las manos entrelazadas, con una mirada triste y anhelante.

-Ya encontraras a tu príncipe, Sasori. Lo sé.

Ino gruño y mordiendo la manzana de manera salvaje los miró a con ojos cansados, masticando con furia.

-¿Y qué hay de mí?, cada vez que me fijo en un chico resulta que no tenemos nada en común.

-Eso no es cierto.- dijo Sasori.-, son atractivos, divertidos, inteligentes, y buscan al hombre de sus sueños. ¡Justo igual que tú!

Ino levanto la mano en un gesto obsceno, ante la radiante y nada sincera sonrisa de Sasori, luego se enderezo, y contoneando las caderas se alejo de las mesas del jardín con aire ofendido.

Sakura estaba sorprendida que Ino no pudiera verse con claridad, ella sabía que su amiga era consciente de lo atractiva que era para muchos chicos, justo ahora miles de estudiantes miraban a la belleza rubia perderse dentro del edificio. Sonrío con suficiencia, Ino no carecía de autoestima, todo lo contrario, solo no había encontrado al chico indicado, el chico que deseara tocar su corazón, no solo su cuerpo; un chico que viera que detrás de esos ojos azules había una mente brillante y un sentido del humor ágil y mordaz.

-Bueno, Ino y Yo continuaremos en la búsqueda del chico- que- no- resulte- un cretino.- Sakura rió, mordisqueando con gesto ausente su galleta.- Es una suerte que encontraras a Gaara, ¡Estoy tan celoso!

Sabuko no Gaara, Sakura no podía llamar "suerte" a la forma en que Gaara y ella comenzaron su relación. Gaara era un chico tranquilo y muy serio, realmente no habían tenido mucha interacción en su primer año de preparatoria, pero siempre que coincidían Gaara era correcto y atento, logrando así, crecer poco a poco dentro de Sakura, lamentablemente por ese entonces, Gaara salía con una chica, no recordaba muy bien su nombre, solo que era muy bonita y Gaara parecía loco por ella.

-¡Sakura! Mira es él.

La chica gruño ante -el nada discreto- golpe en las costillas que Sasori le dio, Sakura levanto la cabeza, apartando un mechón de cabello, más allá de las mesas, cerca de las canchas especiales para las competencias deportivas, un pequeño grupo de gente se acercaba lentamente, Sakura pudo distinguir una muy familiar cabellera rubia.

-¿Es amigo de Naruto? –Sasori notó que era más una pregunta para sí misma que para él, aun así le contesto.

-Sí, ¿Conoces a Uzumaki Naruto…? Da igual, ¿Vez a ese chico de cabello negro?.- Sakura se enderezo más, apoyando su mano sobre el hombro de Sasori, ciertamente lo vio.

Cabello negro con reflejos azul eléctrico, piel pálida, desde esa distancia; Sakura no estaba segura, parecía baste alto, mucho más que Naruto, con quien Sakura tenía que levantar el cuello para hablar. Sakura podía imaginarse hablando con el chico de puntitas, en un intento de alcanzar sus ojos (la imagen mental era bastante divertida), ojos que por cierto no lograba distinguir por el largo de su flequillo que escurecían su mirada, dándole un aspecto bastante amenazante, su andar era desganado pero seguro, con las manos dentro de los bolsillos y un aire de indiferencia insolente que Sakura encontró odiosa.

-Él es Sasuke-kun, ¡No es lindo!

Sakura resistió la urgencia de poner los ojos en blanco, hace apenas unos momentos, Sakura recordaba a Sasori maldiciendo desde el más remoto Uchiha hasta Sasuke-kun.

-Uhm… supongo.- Sakura se encogió de hombros, ante la mirada herida de Sasori.- No puedo opinar mucho, la verdad hasta que conocí a Gaara no me había sentido atraída por un chico antes.

Sasori palmeo la mano de Sakura, en un gesto que le recordó a la vieja y dulce abuela Chiyo, y que se sintió de cierta forma insultante.

-Por supuesto, cielo.- la voz de Sasori era asquerosa condescendencia.- de cualquier manera, lo veras en la fiesta de Kin.

Sakura miró a Sasuke y compañía desaparecer dentro de la biblioteca.

-Ponte algo sexy.

Ella rió ante el tono seductor de Sasori, definitivamente. Sí ella no estuviera loca por Gaara, Sakura estaría lamentándose con Ino la pérdida de un "espécimen" como Sasori.

Sakura odiaba volver a casa, si pudiera, daría media vuelta y se alejaría corriendo muy lejos, a algún lugar donde no pudieran encontrarla –tan lejos que no hubiera manera de volver- pero no podía, no podía irse y abandonar a su madre y sus hermanas, Moegi y Tamaki (pequeñas y frágiles), armándose de valor, Sakura empujo la reja, y camino con rostro sombrío hasta la gran puerta de la mansión Haruno. La sangre se le helo en cuanto entro, podía sentir el peligro en las atmosfera cargada de tensión.

-¡Oh, Sakura-chan está en casa!

Aquella rasposa y silbante voz, Sakura giró tan rápido la cabeza que sintió un mareo, -o tal vez era la sangre abandonando su cuerpo-. Sus manos aferraron con fuerza inhumana las correas de su maletín escolar, el aire vibraba a su alrededor con promesa de dolor y fría –calculadora- ira.

-Orochimaru-san…

Sakura no terminó aquella oración, sobre ella, como un depredador despiadado, Orochimaru curvo sus fríos dedos sobre el brazo de Sakura, apretando de manera violenta y cruel.

-Tenemos que hablar.

¡Oh como desearía correr!

Pasando la lengua, por el labio Sakura alivió el escozor; el sabor dulce y metálico invadió su boca causándole nauseas.

-Sakura-neechan…

Sakura miró de reojo, Moegi estaba detrás de Tamaki sus ojos rojos de tanto llorar, su corazón se apretó dentro de su pecho, odiaba que las mellizas presenciaran la violencia de Orochimaru. Aunque nunca les había puesto un dedo encima a las niñas. Sakura se sentía agradecida que él optara por la indiferencia, como forma de violencia.

Moegi y Tamaki eran mellizas, de apenas 6 años, dulces y tan frágiles que Sakura lloraba internamente cuando veía esa aterrorizada mirada en sus ojitos negros. Justo como la que Moegi tenía ahora.

No importaba que tan despiadadas fueran las golpizas, no, no mientras Orochimaru no las lastimara ni a ellas, ni a su madre, Sakura soportaría, ella era una chica grande y le había prometido a su padre que cuidaría de su madre y las niñas.

-¿Qué sucede, Moegi?

-¿Vas a… vas a volver? –Sakura se trago un sollozo, la pregunta dicha con un soplo de voz rompió el corazón de Sakura.

-¡Pero por supuesto!

-Te lo dije…-le riñó Tamaki, su voz más segura que la de su hermana. Moegi miro rápidamente a Tamaki y luego a Sakura.

-Sólo es una fiesta, mi amiga Kin cumple 17 y va hacer una gran fiesta.- Sakura intento sonreír, tanto como le permitía el dolor en su labio partido.

Moegi asintió, estirando sus bracitos a Sakura, ella la cargo apretándola contra su pecho, como si quisiera protegerla de todo (como lo hacía hasta donde su limitada capacidad le permitía) Tamaki enredo sus deditos en la mano libre de Sakura, que las dejo en la cama. Siguiendo la rutina que Sakura había creado para ellas, cepillo sus cabellos, acaricio sus frentes y beso sus narices, susurrando dulces sueños a ambas, Sakura desapareció en el oscuro pasillo; zapatos en mano, evitando hacer cualquier ruido que alertara a alguien de su presencia. Su corazón se detuvo al pasar por el estudio, sabía que Orochimaru seguía en la casa, acechando como la serpiente que era, sino tenia cuidado…

Sakura sacudió los funestos pensamientos que cruzaron su mente, saldría rápido de ahí, Orochimaru no tardaría en desaparecer de la casa tampoco, y las doncellas se aseguraría, de mantener a las pequeñas fuera de la línea de fuego.

Con el corazón en la garganta y una oración silenciosa, atravesó el pasillo, llegó a las escaleras y se deslizó silenciosamente por el vestíbulo, saboreando la victoria, Sakura se dio el lugar lujo de correr, cuando sus dedos se cerraron sobre el pomo de la puerta, se permitió una sonrisa, respiró hondo, y desapareció en las sombras del gran jardín.

No podía huir de casa, pero por una noche… Sakura saborearía la libertad por una noche. Ahora ésta pequeña escapada le sabía a gloria.

Cuando finalmente doblo en la esquina, Sakura se permitió mirar hacia atrás, como si de pronto sintiera esos ojos de serpiente sobre su espalda, afortunadamente no había nadie a la vista. Finalmente se puso los zapatos y retoco su maquillaje, Sasori pasaría por ella en unos 5 minutos y podría sentirse a salvo, al menos por ahora.

-¡Vaya! Eso si es sexy…

Sakura sonrío al reconocer la voz de Deidara y dio una media vuelta modelando para él, había optado por un vestido blanco entallado que dejaba sus piernas al descubierto y tenía un escote discreto, como la noche era fresca, Sakura llevaba su chaqueta de cuero negra, dándole un aspecto provocativo.

-Tú no te vez tan mal tampoco.- Deidara colocó un mechón de cabello rubio tras su oreja, inclinándose en una pose que pretendía ser de caballero y parecía más bien burlona.- Bueno, gracias.

-¿Ya terminaron de jugar?- Sakura saludo a Ino, que le miraba con irritación desde dentro del sedan azul eléctrico, llevaba un vestido purpura que resaltaba sus ojos y su piel, Ino era la encarnación de la sensualidad.-De verdad, aun hay que recoger a Sasori.

Sakura corrió hasta el auto y casi se lanzo sobre el asiento trasero, nadie podía estar más ansioso por salir de ahí que ella.

Sakura no noto los (preocupados) ojos azul zafiro de Deidara sobre ella.

Sakura dio otro sorbo a su trago, no sabía que estaba tomando, y por esa noche, no quería darle mucha importancia. El pub en el que la fiesta de Kin se celebraba era ostentoso, grande y estaba lleno, luces de neón, música estruendosa que rebotaba en las paredes y cuerpos moviéndose con frenesí. Sakura no podía pasar por ningún lado sin golpear a alguien, o que alguien la golpeara, Ino ya había bailado con 10 chicos y ya iba por el numero 11, sonrío pasando su mirada por el mar de gente, reconociendo la cabellera rubia de Ino, su amiga y Kiba, un chico con aspecto salvaje, su cabello castaño despeinado y ojos traviesos eran muy favorecedores; recordaba haberlo visto alguna vez en casa de Naruto, sus descarados coqueteos eran más por costumbre que por verdadero interés, aún así era halagador.

-¡Muévete, Haruno!–Sasori gritó, en un intento de hacerse oír sobre la estruendosa música.- ¡Vinimos a bailar!

Sakura sacudió la cabeza, pero se dejo arrastrar por su amigo, y su pareja de esa noche Deidara, bailo con ambos, disfrutando la sensación del alcohol entumeciendo su cerebro y la adrenalina en sus pasos de baile frenéticos.

-¡Oh por Dios! ¡Sakura, ahí está Sasuke!

Sakura fulmino, con la mirada a Sasori cuando este la tomo de los hombros bruscamente para mirar en dirección a una zona más iluminada de pub, Dedara maldiciendo por lo bajo cuando la bebida de Sakura se derramo en su camisa.

-Es tan sexy… -Dedara puso los ojos en blanco, caminando en dirección a los sanitarios, probablemente para limpiar su camisa.

Sakura entrecerró los ojos, ajustándose la poco iluminación del oscuro pub, Tenía que admitirlo, Sasuke estaba bueno, tenía unos ojos negros-azulados, iguales a su cabello; que tenía un aspecto indomable, caminaba con soltura, un andar felino y peligroso, la gente en la pista se abría paso; su rostro era fino, de rasgos varoniles pero suavizados, de nariz recta y labios finos, de pronto sintió la garganta seca y miro con tristeza su vaso vacío.

Se paso la lengua por los labios resecos y trago con dificultad.

-¿Qué tipo de chicos le gustaran?

Ella rodo los ojos, y se alejo en busca de otra bebida.

No había visto a Kin en toda la noche y quería saludarla antes de irse, Sakura miró una última vez sobre su hombro, unos flashes de las luces traspasaron a Sasuke dándole un aspecto irreal, etéreo.

Sasuke Uchiha…

La noche paso entre bailes y copas, Sakura no volvió a ver a Sasuke, –no como si lo hubiera buscado entre la multitud- y la realidad estaba más cerca de Sakura, ahora buscaba a Sasori, Deidara o Ino, para que la llevaran a casa. Luego de despedirse de Kin; quien luía cansada, y desearle un feliz cumpleaños, Sakura salió del atestado pub, respirando el aire frío y fresco de la madrugada, sonrío perezosamente, le dolían los pies y estaba agotada, pero había bailado toda la noche y se había divertido tanto, después del ensordecedor ruido de la música, el silencio de la solitaria madrugada era bienvenida.

Sakura levanto sus brazos, estirándose todo lo que podía para despertar sus entumecidas extremidades, Sakura tomó el celular de la pequeña bolsa, para llamar a sus amigos para que se reunieran con ella afuera, ya eran las 3 y quería dormir.

-Pero que cosa más linda nos encontramos.

Sakura ladeo el rostro, con una expresión de completo aburrimiento, Frente a ella, un tipo bastante alto y fornido, con un rostro duro, la mirada lasciva que le dirigía le causo nauseas, y de pronto Sakura se sintió desnuda con su pequeño y entallado vestido blanco.

-Eres realmente linda.

Sakura pudo percibir, el olor del alcohol y cigarros emanando del desconocido, de pronto sintió la necesidad de regresar con los demás, pero justamente este sujeto estaba bloqueando su escape.

-… Y silenciosa.- el hombre rió, acercándose despreocupadamente a Sakura.- Eso está bien, me gustan calladas.

-Tal vez yo no te guste.- el hombre se rió, de una manera desagradable, lujuriosa.

-Eso está por verse… -antes de que pudiera ponerle un dedo en cima, Sakura lo golpeó con la parte interna de la mano, el sonido asqueroso de su nariz rompiéndose le causo gran satisfacción a Sakura.- ¡Perra!

Sakura sabía lo que pasaría a continuación, el tipo se lanzaría sobre ella, pensando que el golpe era pura suerte, Sakura se lanzo al extremo opuesto, sin importarle ensuciar su precioso vestido, el hombre no reacciono a tiempo, cayendo estrepitosamente al piso, Sakura se levanto, un golpe de adrenalina, y la sangre golpeando en sus oídos; golpeando sus costillas y estomago repetidamente, ella podía imaginar que este hombre era él (Orochimaru), que la golpeaba sin piedad mientras estaba en el piso, soportando las lágrimas, mordiéndose los labios hasta sangrar para no gritar.

Sin darse cuenta, unos brazos firmes y duros la sujetaron por la cintura, alzándola como si no fuera más pesada que una pluma; alejándola de su atacante, Sakura se sacudió para liberarse, arañando los brazos desnudos de quien la sostenía.

-¡Suéltame! –bramó Sakura, levantando la cabeza para golpear a quien la sostenía.

-Cálmate.- Sakura se sorprendió cuando escucho aquella voz ronca, y la vez suave, como plata líquida, giro la cabeza lo más que pudo para ver de cerca a Sasuke Uchiha.-Dios, eres tan molesta. Hmp, pensaba ayudarte, pero después de observar un poco, he decidido ayudarlo a él.

Sakura giró a ver al hombre tirado en el piso, con la nariz sangrante y quejidos agonizantes.

-¡Dios mío! –Sakura parecía genuinamente horrorizada.- ¿Crees que lo mate?

Sasuke la soltó, dejándola delicadamente en el piso para revisar al individuo agonízate.

-Está bien, bueno…, todo lo bien que se puede estar después de que una chica te pateara hasta romperte las costillas, vivirá, pero creo que acabas de matar su orgullo

Sakura no estaba segura, pero casi parecía que estaba el divertido, su rostro era ilegible y sus ojos negros carecían de emoción a en la penumbra de los faroles de la calle. De pronto, Sasuke se levantó, tomo su celular y llamo a una ambulancia, Sakura que aun estaba en shock, no se dio cuenta en momento en que Sasuke comenzó a arrastrarla calle abajo, hasta que pararon frente a un automóvil deportivo, negro.

-Súbete.- ordeno-pidió él.

Sakura podía estar ebria, podría haber golpeado a un tipo 10 veces su peso y haberlo medio matado (lo que significaría el arresto), pero definitivamente no iba a subirse al auto de un chico –extraño-, en medio de la madrugada.

Aunque fuera gay.

-No me subo a autos de desconocidos.

Sasuke (le) gruñó, azotando la puerta que había abierto para ella, ojos negros entornados mirándola con irritación.

-Uchiha Sasuke.- Sakura encontraba gracioso el hecho que su tono era seco e irritado.- Vamos en la misma preparatoria. Tenemos literatura juntos, odio los dulces y muchas veces a Naruto.

Un momento, ¿Sasuke la había visto?

-Sa-ku-ra, así te llamas,- no era una pregunta, era una afirmación.- Naruto no se sabe otro nombre.

Eso tenía sentido, Naruto y ella (Sakura) habían sido amigos desde que eran unos niños, aunque ahora estaban un poco distanciados, ella aun guardaba maravillosos recuerdos de su rubio amigo.

-Ya nos presentamos, ya no somos extraños. Ahora, ¿podrías subir al auto?

Sasuke parecía morder las palabras en un intento por contener lo que Sakura sabía era molestia.

-¡Espera!

-¿Ahora qué? –ladro Sasuke, antes de sentir la mano de Sakura estrellarse contra su mejilla.

-¿Pero qué…?

-¡Eso fue por Ino!.- exclamó Sakura victoriosa.-¡…Y esto por Sasori-kun!

Sasuke no vio venir el derechazo que Sakura le lanzó directo a la mandíbula, pero pudo esquivarlo, desafortunadamente para Sakura, las emociones fueron demasiadas por esa noche y cayó desmayada en los brazos de un estupefacto Sasuke, que solo maldijo, metiendo a la inconciente chica a su auto.

¡Lo que se ganaba por salvar chicas!

Sasuke miró a Sakura sin saber qué hacer con ella, no sabía donde vivía, y el estúpido de Naruto no contestaba su celular, Sasuke pasó la mano por su cara con cansancio y molestica, chascando la lengua, se dijo a si mismo que no podía dejarla así.

Luego de meter a Sakura al auto, Sasuke no pensó en qué hacer después, sin muchas opciones término con ella en su (Sasuke) departamento, dormir con ese pedazo de tela que ella llamaba vestido no debía ser muy cómodo, pero él no se sentía muy inclinado –o cómodo- con la idea de desvestirla.

Sasuke suspiró exasperado, y armándose de valor, la desvistió.

Bien, una chica… en su cama… semidesnuda.

Nada del otro mundo.

Porque no lo era.

Sasuke salto cuando el suave murmullo del teléfono de Sakura sonó. Sasuke no puedo abrir la siquiera la boca antes de que una muy histérica y chillona voz masculina lo interrumpiera.

- `¡Sakura! –Sasuke reconoció esa voz.-`¡¿Dónde estás? Ino y Dedara están histéricos, hubo un asalto cerca del pub un tipo fue golpeado, le rompieron la nariz y varias cotillas..!´

-Sakura está bien.-tronó Sasuke, con voz engañosamente tranquila, harto de la histérica vos de Akatsuna.- La encontré fuera del pub y la traje a mi casa, esta ebria…

Hubo un largo silencio, antes de que varias voces se dejaran escuchar el fondo, junto con un golpe seco, probablemente por haber dejado caer el celular.

-`Sasuke…hum, -Deidara.- Cuida a Sakura, no hagas nada raro, lo sabre…´

-Hmp.

Sasuke colgó, ignorando la iracunda voz del rubio –porque tenía que ser rubio- y finalmente buscando entre su ropa encontró una camisa que fuera cómoda para la chica.

De ninguna manera la dejaría semidesnuda en su cama.

Sakura abrió los ojos con pereza, topándose con los ojos negros de Sasuke.

Su rostro se crispo.

-¿…Me estas manoseando?

-No.- la respuesta de Sasuke fue tajante.

-Por supuesto.- Sakura rió-, no soy tu tipo.

Sasuke deslizo una mirada en su cuerpo, su ceño se frunció profundamente, sus cejas casi tocándose, por todo el torso, y parte de sus piernas, cicatrices, marcas de quemadura y moretones que se desvanecían poco a poco

Sasuke apretó la tela de la camisa que intentaba ponerle a la chica, él sabía que eran esas marcas.

Sakura cerró los ojos con fuerza, en un intento de retener las lágrimas, las 12 campanadas que anunciaban la media noche habían llegado y se habían ido, y con ellas, la noche libre de temores y preocupaciones de Sakura. Dejando caer la cabeza en la almohada, Sakura trago la bilis, dejándose arrastrar por el sueño la había reclamado. Vagamente escucho a Sasuke hablarle antes de quedarse finalmente dormida.