DECLAIMER: Los personajes de esta historia pertenecen a la gran escritora Stephanie Meyer, y todo lo demás a Camila, Kristhel y Paula (osea yop)
Pov. Bella
Otro aburrido día, en la aburrida escuela, del aburrido pueblo de Forks. No quería despertarme, odiaba levantarme con ese estupido frío cotidiano. Pero claro como siempre mi despertador personal de casi cien kilos. Sentí la forma en que unas enormes manos me cargaban por la cintura, y luego me sacudía de un lado a otro.
- ¡Vamos, bajita! ¡DESPIERTA! ¡No me hagas traer el vaso de agua de la semana pasada! – amenazo Emmet.
Mi sexto sentido que me renegaba el peligro se despertó, y me hizo salir de la cama, coger la primera ropa que encontré, y partir al baño casi a la carrera. No me apetecía repetir la misma experiencia del viernes de la semana recién acabada, si, cuando el idiota de mi hermano me arrojo una fuente de agua congelada, aunque, según él, decía que solo era un "vasito chiquito de agua tibia". Luego de ducharme, baje la escalera, sin siquiera tomar desayuno por lo tarde que era. Emmet me esperaba, impaciente en su jeep, o como yo prefería llamarle "mounstro". Seguía extrañada igual que aquella vez cuando llego con semejante auto. Charlie, nuestro padre, casi le da algo imaginando detener esa cosa como "El jefe de policías Swan".
- No sé que vas a hacer sin mí cuando, dentro de un año, yo me vaya a la universidad. ¿Quién te traerá a la escuela? – me pregunto, sonriendo.
- caminaré – suspiré.
A estas alturas, ya nos encontrábamos en el aparcamiento del instituto. Emmet se bajo corriendo, derechito a los brazos de. . . bueno, de ella. Gracias a Dios ahí estaba Jasper, para ayudarme a bajar del jeep.
- ¡Gracias por ayudarme a bajar, hermano! – le grite a Emmet.
- No es mi culpa que seas tan bajita, bajita – respondió con una ancha sonrisa.
La hermosa rubia que tenia al lado, me dirigió una mirada muda. Fue tan fugaz que no estuve segura de si me lo imagine a fue real. En todo caso, intente no darle importancia; ella no me importaba desde hacia siete años atrás, igual que él.
- Hola, Bella – me saludo Jasper, mientras me ayudaba a bajar del auto - ¿que tal tú despertar?
- No tan húmedo como la semana pasada – conteste.
Entonces el volvo plateado aparco junto a la moto de Jasper. Intente no mirar con todas mis fuerzas, pero no lo conseguí. Inconcientemente, me di la vuelta, aunque lo hice como si le viera a el, sino a Alice. Esta se bajo arrastrando los pies y le dio un enorme portazo al auto. Traía la cabeza agachada y gruñía.
- ¿Qué ocurre duende? – pregunto Emmet.
- El gruñón de Edward no me dejo maquillarme bien, y mientras venia haciéndolo en el auto. . . ¡arrojo mi lápiz labial nuevo por la ventana! ¡Era mi favorito! – chillo.
Puse los ojos en blanco.
- Vamos a clases, Alice, Jasper – suspire.
Mis mejores amigos eran Alice Cullen y Jasper Witlock. Solo nos juntábamos nosotros tres, puesto que mi hermano, su novia y su "amigo" eran del grupo de los "populares". Desde mis diez años que era inseparable de Alice y su novio, y también desde aquella época. . . ahí fue cuando entendí la clase de persona que podían llegar a ser Rosalie Hale y Edward Cullen.
- Bella, Bella. . . – repetía una y otra vez Jasper mientras agitaba ambas manos en frente de mi rostro.
- que sucede? – pregunte distraída.
- hay que entrar al salón ya va a comenzar la clase.
- si, claro – comenzó a reírse por mi aturdimiento.
- porque andas tan distraída hoy Bella? – pregunto aún riéndose.
Iba a responderle cuando de pronto llego Ángela y se sentó junto al puesto de mi amigo, no podía creer que había aceptado cambiarle de lugar, hasta que me di cuenta de quien era el que ahora, se sentaba a mi lado. Jasper se fue junto a Ángela, y sin saber porque, a mi lado paso Tanya Denali riendo tontamente. Iba a llegar a mi asiento, cuando ella puso uno de sus tacos delante de mis torpes pies, y caí de rodillas junto a mi silla.
- Alguien no sabe usar los pies – canturreo esa arpía.
No dije nada y quise pararme, cuando alguien me ayudo. En un comienzo pensé que era Jasper, pero escuche que una suave voz me susurraba.
- ¿Estas bien? – el tono era serio, pero eso no quitaba que la voz de Edward siguiera siendo igual de atrayente.
- Si – dije en voz baja – Gracias.
Y dicho este pequeño dialogo, me senté a esperar que comience la clase.
El profesor no estuvo muy pendiente de nosotros, puesto que nos dijo que hiciésemos un análisis personal escrito, de "orgullo y prejuicio". Esto me venia mal, porque impedía mi concentración al máximo cuando termine a los veinte minutos. Siempre, aunque pasaran los años, tendría esas ganas irrevocables de observar su rostro.
Pero también, cada vez que le veía, recordaba el pasado, simplemente no podía dejarlo atrás, no todo lo que hizo. No fue una simple pelea de niños.
La clase junto a él paso lenta y dolorosamente, después de recordar aquello, no pude volver a mirarlo de la misma forma sin sentir esa fuerte punzada en el pecho que me hacia despreciarlo cada día mas.
- vamos Bella – dijo Alice, no me había percatado que al toque de la campana había llegado y ahora estaba en la entrada del salón abrazando a Jasper.
- enseguida voy, déjenme guardar mis cosas.
- claro, te esperamos mas allá.
Comencé a ordenar todo, apile unos cuadernos encima de mi libro, y me dispuse a guardarlos en mi bolso. Mi vista se poso en una delgada mano que se poso junto a mis cosas.
- deberías tener mas cuidado Bella.
- ¿que quieres Tanya? – pregunte aun molesta por lo de la zancadilla de hace un rato. Rubia malvada.
- nada, solo quería decirte que no deberías andar cayendo por ahí, alguno de estos días podría ser grave – que era lo que había dicho, ¿acaso estaba amenazándome?, ella si que estaba demente – bueno creo que me voy. Ops. – hizo un gesto con la mano y con la otra boto todas mis cosas, luego de esto se fue. Rubia malvada.
Me arrodille para recoger todo y al tomar uno de mis lápices mis dedos se entrelazaron con otros, que hace tanto tiempo anhelaba acariciar.
- te ayudo – dijo con su aterciopelada voz, casi sonriendo, pero luego su seño se frunció.
Me pregunté que expresión tendría mi cara para que estuviera tan serio. Si, de seguro mi rostro debía estar frío, sin ninguna expresión.
- no necesito tu ayuda –dije sorprendida y a la vez indignada, como se atrevía, quien se creía que era?
OK, estaba dejándome llevar por el pasado… ¿y?
- yo solo pretendía ser caballero – me lo dijo acercándose y mirándome directo a los ojos
- TU!, CABALLERO!, si seguro, y yo soy campanita, ja ja – reí sarcásticamente.
- Si, caballero… pero creo que no estoy hablando con una señorita! - creo que lo hice enojar, pero pensaba que me iba a quedar callada… no.
- yo soy mucho mas señorita de lo que tu eres "caballero" – le dije con rabia… pero cada vez acercándome mas a el. Esta era una técnica de enfado muy de película y no terminaría muy bien.
- Disculpa que te lo diga, pero según yo, las "señoritas" no andan besuqueándose con el primero que se les cruce por delante.
- de que estas hablando?, quien te dijo eso? – pregunte atónita.
- nadie importante – se encogió de hombros.
- fue Tanya, cierto? – mi ira crecía cada vez mas a esa… esa… Rubia malvada.
- no tengo porque darte explicaciones de con quien hablo o me junto.
- estupida – di media vuelta, camine dos pasos y me dispuse a salir, hasta que hablo.
- me pregunto, porque conmigo es diferente, después de todo, a mi también me gustan las pu… - No aguante mas y le di una bofetada que le partió su nariz perfecta de modelo.
- No, si me di cuenta – dije con los ojos llorosos, pero no me iba a dejar perder, así que contraataque – Tanya debe ser muy buena en eso, cierto?, pero no se para que te lo digo, si tu lo debes saber muy bien – susurro algo que no quise escuchar, así que decidí salir del salón, pero no sin antes acercarme seductoramente para decirle suavemente al oído – Te odio Edward Cullen.
Me fui destrozada por dentro. Camine así a la cafetería, asumiendo lo que el había dicho, como se atrevía a insultarme después de lo que me hico 7 años atrás, no tenia derecho. Empecé a recordar el horrible momento que tiempo atrás me había roto el corazón…
- apresúrate, Bells – interrumpió Alice mis pensamientos – que te sucede Bella?
- nada – con el dorso de mi mano quite una lágrima que rodaba por mi mejilla.
- estas llorando Bells?, sabes que puedes confiar en mi, yo soy tu amiga y me gustaría ayudarte – me hizo un pucherito y luego dijo – además, una buena amiga siempre le cuenta sus problemas a su casi hermana y también… - empezó a darme todo el discurso de la buena amiga y conociendo a mi Alice se pondría muy triste si no le contaba.
- Alice, ya deja a Bella.
- pero, pero, pero Jazzy.
- pero, pero, pero Alli.
- ya, mejor vamos a la cafetería, tengo hambre – Alice como siempre se fue corriendo y yo le susurre a Jasper – gracias, en Biología te cuento.
- bueno- me abrazo y me guío a la cafetería donde nos esperaba Alice.
Inconcientemente mi mirada se dirigió a su mesa, y que creen?, no estaba ahí. Lo busque por cada una de las malditas mesas de esa cafetería. No lo encontré hasta que me gire hacia la entrada y lo vi con sus suaves y fuertes manos alrededor de la suelta cintura de Tanya. Ella lo miraba y el a ella, un sentimiento extraño me recorrió, celos?, no imposible, el era… no, no podía. Nuestras miradas se cruzaron y el coloco una de sus increíbles medias sonrisas y luego se dirigió a la arpía y… la beso. Sentí unas lagrimas recorrer mis mejillas, no, no podía estar llorando.
- permiso, no me siento bien – dije y salí corriendo, roce su brazo al pasar a su lado, el interrumpió el beso y nos miramos fijamente a los ojos, luego mi vista se fijo en la cara de Tanya, tenia una sonrisa triunfante.
Me fui al jardín con un torbellino de sentimientos recorriéndome. No podía estar llorando por el?, no, es inaudito, debe ser por la rabia, me consolé. Trate de calmarme… respire profundo… uno, dos…. Derepente escuche una risa tan fría como el hielo.
- Te gusto mi show? – dijo la víbora – La venganza es dulce… pero, no te preocupes el siempre a reaccionado así ante mis encantos – se dio la vuelta riéndose frívolamente. TE ODIO TANYA DENALI!, TE ODIO!.
Me senté en el árbol que estaba detrás de mí y empecé a llorar inconcientemente. Hasta que sentí una mano en mi hombro, gire mi cabeza y era…
espero que les aya gustado el primer capitulo, dejen artos reviews porfavor asi dejan sus comentarios o quisas alguna sugerencia de lo que podria venir despues, pero recuerden que es el comienzo y que mas adelante viene toda la accion. chicas este fic lo estamos escribiendo de tres, se lo digo para que no se confundan si en un capitulo les digo algo y en el siguente le hablo de otra cosa, porque puede que sea una de mis locas amigas.
las quiero mucho
besos y abrazos
dejen reviews kajsjkjjjaj
Pauly
