Hola como están, este es mi tercer fic, pero no será como los dos anteriores (los cuales fueron LuNa), aunque este tendrá un poco que ver con mi anterior historia pero esto será más adelante con un personaje muy especial.
Ojalá que les guste y recuerden que One Piece es propiedad de Eiichiro Oda y estas paranoias son meramente mías.
Apenas amanecía, la isla de Cilos se veía en el horizonte, un chico veía con satisfacción que había por fin llegado a su, por ahora, destino. Un chico con cabello rojizo oscuro de punta, de apariencia más o menos delgada, de altura quizás 1.76m aproximadamente, en su espalda se podía ver una larga, aunque algo delgada, espada enfundada, en el costado izquierdo de su cintura estaba otra espada en su funda, pero esta mucho más pequeña, más que una espada común. Vestía una camiseta negra debajo de una chaqueta gris, y unos pantalones azules.
Sonreía desde su barca sin saber que en Cilos, isla de West Blue, había una base importante de la marina. Esto era lógico, ya que era una de las últimas paradas antes de llegar a Grand Line. Cuando al fin desembarcó, se dirigió a comprar algo de comida, no quería pasar demasiado tiempo ahí, su meta era regresar a Grand Line de donde era nativo. Al final se decidió por comer en un restaurante.
Cilos parecía una isla bastante tranquila, al menos en apariencia, por que en realidad era una isla vigilante, donde llegaba toda la información del West Blue, uno de los océanos más peligrosos, toda esta información era enviada a los cuarteles de la marina en Grand Line.
Numerosos capitanes eran enviados a Cilos, había dos opciones, o eran enviados a los cuarteles generales de la marina con un rango mayor al tener a West Blue "bajo control" por decirlo de alguna manera o simplemente terminaban derrotados por el poderío de los piratas de este océano. El capitán Resho tenía poco tiempo, quizás poco menos de medio año pero estaba haciendo de buena manera su trabajo, aunque solía quejarse de sus superiores.
Resho era un capitán no muy mayor, menos de 40 años seguramente, muy robusto y fuerte, con cabello corto negro y ojos pequeños, no tenía otra habilidad especial más que sus golpes, pero eso no era impedimento para salir vencedor en una batalla contra un pirata escurridizo.
- Todo parecía indicar hace tantos años que la era de los piratas había acabado, ahora está tan fuerte como al principio – le comentaba el capitán Resho a uno de sus marines.
– Si pero, el gobierno ha hecho de todo para atrapar a los piratas más peligrosos, y aún así no ha servido de nada – contestó el joven marine.
– Eso es por que han hecho todo mal, primero capturando a Gold Roger hace ya tanto tiempo haciendo que su tesoro se convirtiera en una leyenda, y después ejecutando a Monkey D. Luffy, iniciando la segunda etapa de la era de los piratas, ahora todos buscan los 10 tesoros del mugiwara – sentenció el capitán.
– Díganme algo que no sepa – murmuró una voz femenina que estaba al otro lado de la habitación del capitán en un escondrijo entre cuarto y cuarto, tratando de escuchar algo importante. Una chica algo alta, algo así como 1.74m., cabello rubio algo corto tal vez hasta los hombros, con una cinta verde en la frente, vestía una blusa de tirantes azul marino pantalón ajustado pero flexible de color café oscuro.
Tan sólo eran las 9 de la mañana y algunos empiezan con la fiesta desde temprano, un tipo algo gordo, entró al restaurante donde estaba comiendo nuestro protagonista, el hombre se tambaleaba por los influjos del alcohol, hasta que golpeó al joven de las dos espadas. – ¿eres idiota acaso? – le gritó al ebrio al tiempo que lo empujaba contra la pared. El pobre hombre no atinaba decir una palabra, sólo se rió de él. – ¿Así que te da risa, pobre diablo? Pues ahora verás como te apago esa sonrisita – le dijo maliciosamente antes de sacar su espada pequeña y apuntarla hacia su pecho, pero fue detenido por un par de marines.
Después de discutir un poco ya lo escoltaban hacia el cuartel de la marina. Poco a poco subían escalones hasta llegar a la oficina del capitán Resho. – así que un busca problemas eh, verás como tratamos aquí a los de tu clase – amenazó el fuerte marine.
– Ustedes no son nada, pobres diablos, si supieran quien soy yo, me temerían montón de imbéciles – contestó el joven.
- ¿Y entonces se puede saber quien demonios eres? – le preguntó burlonamente el capitán.
Un segundo después el joven saltó llevándose consigo a los dos que lo custodiaban para después azotarlos en el suelo, otros dos salieron a su paso, pero al recuperar su espada, la pequeña, aquellos quedaron fuera de combate rápidamente. – ¡¡Yo soy Ozzie, tienes el honor, pobre diablo, de conocer al futuro rey de los piratas!! – dijo con enorme confianza el espadachín.
Resho dio un golpe en su dirección pero Ozzie pudo esquivarlo por poco, el poderoso puñetazo hizo añicos donde curiosamente se escondía la chica espía. Al ver esto, el capitán activó una alarma, lo que le dio tiempo al joven de recuperar su espada larga, la cual comenzó a usar en vez de la pequeña, sonrió al ver el poder del capitán.
- ¡Maldito seas, Resho estaba apunto de hablar con los cuarteles de la marina, te das cuenta inútil! – le reprochó la chica a Ozzie quien le prestó poca atención – ¡voltea cuando te hable malviviente! – gritó enfurecida.
– Pues tampoco era un gran escondite, ¿sabes? – le contestó burlonamente el espadachín.
Esto hizo enfurecer más a la rubia pero no pudo actuar porque pronto la habitación se llenó de marines. Ozzie blandió su larga espada con su mano derecha, giró sobre su cuerpo, tomó la espada con ambas manos e hizo un corte que partió la pared, que a su vez cayó sobre algunos marines dando el tiempo para escapar, haciendo inútiles los esfuerzos de Resho por atraparlo.
La chica también aprovechó para huir. Descubierta y furiosa con Ozzie, no tenía nada más que hacer ahí. El capitán bajó rápidamente junto a sus subordinados tratando de atrapar al pirata y de paso a la espía. – Te voy a matar inútil, ¿sabes cuanto tiempo me costó poder espiar a Resho?, era muy cuidadoso y cuando al fin pude hacerlo llegas tú y lo arruinas – le gritaba furiosa la rubia a Ozzie mientras lo alcanzaba por las escaleras de la torre de la marina.
El pirata sólo podía pensar en lo molesta que era la chica y que podía llegar a ser un problema, qué ingenuo al subestimar las habilidades de la rubia. Los marines que el capitán había convocado mediante la alarma, empezaron a colmar las escaleras, pero el joven los hacía desaparecer uno tras otro hasta llegar a la entrada.
Al salir, ambos chicos cubrieron sus ojos por desacostumbre temporal a la luz solar, para descubrir luego que varios marinos se posaban tras la reja apuntando con escopetas. Ambos se escondieron detrás de un barril cada uno para protegerse de las balas.
– Esos pobres diablos, deberían pelear cuerpo a cuerpo para ver que tan valientes son – dijo molesto Ozzie.
– No todo es la fuerza bruta, miserable – contestó la rubia al tiempo que de su espalda sacaba un arco. La joven empezó a disparar cuando tenía tiempo, Ozzie sólo vio con enorme sorpresa que a pesar de la premura de los disparos, todos daban en su blanco, uno a uno los marines caían con flechas en su cuerpo dejando el libre camino a la libertad.
– No quiero que me lo agradezcas inútil, como pago exijo tu vida, torpe – dijo la chica mientras ambos huían de una multitud de marinos a lo que el espadachín solo sonrió – por cierto, me llamo Anna, debes saber el nombre de quien te va a matar – culminó la rubia.
– Yo por lo pronto me voy de aquí, si me quieres acompañar estará bien, se ve que no eres nada débil – dijo Ozzie seguido de una carcajada.
A Anna no le quedó otra opción, llevaba ya bastante tiempo en esa isla y ya no tenía en que salir de ahí, así que subió al pequeño velero de Ozzie y ambos emprendieron la huida – ¿te das cuenta?, la base de Cilos era la principal informante de los acontecimientos de West Blue a la base de la marina en Grand Line, ahora si que no podré espiar en ningún lado, definitivamente tendré que matarte algún día – reclamaba Anna, aunque sabía que, por lo menos por ahora, no podría realizar su venganza puesto que el espadachín era fuerte y si la marina la empezaba a buscar, él le sería de bastante ayuda.
Así ambos chicos comenzaron un viaje, que para una era sólo temporal y para otro era el inicio de una gran aventura en donde cumplirían sus sueños.
Bueno espero que les haya gustado el inicio de la historia, algo corto el primer capítulo pero los siguientes serán más largos, por fa dejen reviews!!!
Nos vemos…
