Habladurías y pensamientos… todo se traduce en eso… habladurías y pensamientos. Mi vida, mi corta vida se ha visto truncada por las habladurías de los demás en contraste con mis pensamientos, si fuera yo quien hablase y ellos solo pensaran quizás sería todo más fácil para mí, pero no.

Tengo una leve tendencia a preferir ser miserable yo sí puedo evitar de esa forma que alguien más lo sea, lo sé es absurdo y bastante masoquista, bueno… si lo disfrutara, pero no, no me gusta sentirme así, no me gusta sufrir de esa manera, y no me gusta que las personas crean que estoy bien con eso.

Me he preguntado varias veces porque lo hago, y varias veces aparento que no me importa lo que pase con los demás, sin embargo ver que un ser querido está sufriendo cuando hay alguna forma en que yo pueda evitarlo me obliga a intervenir, patético creerán algunos, entre ellos yo.

En fin, estoy cansada de ello, generalmente prefiero cerrar los ojos y dejar que pase el tiempo, la mayoría de las cosas se arregla con el tiempo y una buena conversación, por lo que me he limitado a escuchar algunas penas, he comprobado que escuchar el dolor ajeno ayuda a esa persona a liberar gran parte de su carga, no necesitas darle consejos sino apoyo, no necesita ser juzgado ni comprendido, a veces las personas debo incluirme en la siguiente frase, necesitamos solo ser escuchados, solo liberar nuestra rabia o dolor para aclarar nuestra mente, sin la necesidad de escuchar como alguien que no está y puede que jamás este en tu posición intente aconsejarte.

Tal vez por eso tienden a contarme esos pequeños dolores de su alma, que he terminado por hacer míos sin darme cuenta, uno de mis más dolorosas batallas ha sido contra el tiempo, he esperado por alguien que quizás no llegará fingiendo que eso no me molesta frente a los demás, los dolores ajenos aunque siguen siendo escuchados son muy pocos los que llegan a mi corazón, me he vuelto egoísta y no puedo evitarlo, también quiero que algo… alguien reconforte mi alma.

He sido paciente o al menos he tratado de serlo, pero hay días como hoy en los que olvido ser la buena persona que creo ser y me convierto en esa persona de la que todos hablan, envuelta en soledad y mal carácter, llena de miradas amables que reflejan repudio contenido, con una acumulación de dolor propio y de quienes quiero que me obliga a odiar la persona que soy.

Odio no poder simplemente correr en busca de quien solo espero, odio no poder decir basta al compadecer a quien obviamente está sufriendo debido a sus decisiones, en días como hoy odio no poder decir que no me siento feliz, que a pesar de presentar mis sonrisas y oídos atentos, necesito decir basta, que hay días en que odio que mis amigos y familia se apoyen en mí. Hay días en que odio ser esa persona que solo anhela un futuro que tal vez jamás llegara.

… hay días en lo que no soporto ser quien soy, y días en los que no quiero evitarlo.

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