Jeje, uno nuevo. Forma parte de "Los 100 retos Shikatema" y es el desafío número 7, espero que les guste y lo comenten.
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Prólogo
Como cada monótona mañana de aquella maldita estancia en una ciudad; de la cual aborrecía el agua, el frío y sobretodo la estupidez general de los pueblerinos, tranquilamente levantó de su cama, aquella birria que generosamente la Hokage había pagado para la embajadora de Suna.
Odiaba la simple idea de estar allí para trabajar, trabajar y… ¡a si! Trabajar.
Si pudiera irse a otro lugar elegiría una villa marchosa y con mucha fiesta, en verdad necesitaba diversión y urgentemente, ya comenzaba a delirar en sueños con bailes pegados y gritos acallados por un estruendo considerado música.
Seguramente sus pensamientos eran el reflejo y el modo de liberación del asfixiante estrés que sentía a cada minuto en el que estaba despierta.
Aburrida, cansada y sobretodo desanimada se sentó en el sofá, en el cual había un libro abierto por la mitad; lectura ligera para aislarse un poco de la crisis interior que era tener que ordenar más y más papeles.
Abatida se dejó caer, ahora sí, tumbada a lo largo y levantó los pies por encima de los brazos del sofá, que cansancio.
Allá remoloneó durante unos minutos, girando y estirándose lentamente, sin prisas y disfrutando de poder estar tumbada de nuevo.
Fue cuando dejó de moverse y miró hacia la puerta de la entrada, cuando divisó algo.
Algo blanco. Un papel. No, era un sobre blanco. ¿Allí en la entrada?
Curiosa caminó hasta llegar a donde estaba, y poder cogerlo entre sus manos. No tardó tiempo en abrirlo y ponerse a leer detenidamente lo que estaba escrito con una caligrafía algo… poco perfeccionada, si.
Cuando finalizó, alzó los ojos apretando la carta contra si misma. Pocos segundos después exhibió una paralizante sonrisa, retorcida y de satisfacción.
Por fin tendría algo de diversión y misterio.
Si, últimamente no hago mas que prólogos cortísimos, jaja. Siento decir que tomaré empeño en este reto, cuando lo vi dije, "O para Yusha, Natzu o para mi" Pues quedó para mi porque soy egoista, mentira, quedó porque ninguna me preguntó sobre quién lo había reservado y pensé que no les llamó la atención. Bueno, aquí está y como ellas dos eran la otra opción, se lo dedicaré a ambas, que las quiero mucho mucho.
¡Comenten, ya sea con el látigo, los tomates o los besos lanzados!
