Disclaimer: Alicia en el País de las Maravillas de Tim Burton no me pertenece.
Las dos mujeres se encontraban en uno de los múltiples balcones del Palacio de la Reina Blanca en Marmóreo. La Reina miraba al horizonte, pensativa, mientras que Alicia tenía la mirada perdida, pensando en su futuro.
—¿Por qué tengo que hacerlo? —preguntó la joven de dorados cabellos.
—¿Hacer el qué, querida? —respondió la Reina Blanca, aunque sabía perfectamente a qué se refería.
Alicia la miró —Matar al Galimatazo ¿No podrías hacerlo tú? O convocar una rebelión...
La Reina la miró apenada mientras negaba con la cabeza —Lo siento Alicia, pero en contra de mis votos. Ya has visto el compendio. Eres tú quien tiene que hacerlo.
—Pero...
—Sé que es duro. Pero ten en cuenta, que el Galimatazo es lo que le da a la Reina Roja su poder, su miedo y su temor. Mientras el Galimatazo viva, los siervos de la Reina Roja serán fieles a ella. Bastaría una llamada de sus labios para que la bestia apareciese. Pero si muere, entonces dejarán de seguirla.
—¿Pero por qué yo?
La Reina se encogió de hombros mientras paseaba alrededor de ella —Nadie lo sabe, pero por eso te busca la Reina Roja. No descansará ni un día hasta que sus siervos hayan dado contigo, y tu cabeza haya sido rebanada a sus pies. Es por eso que tienes que acabar con el Galimatazo, Alicia, pues si lo haces, el reinado de la Reina Roja acabará... claro que nadie te va a obligar a hacerlo. Buenas noches, Alicia.
