Hola a todos n.n/

Bueno aquí con una nueva historia, donde ahora la pareja principal será 7227 :P porque? Porque tenía ganas de hacer una de ellos xD

Espero disfruten la lectura ;)

KHR no es mío, solo tomo prestados a sus sexys personajes.


Capítulo 1: Cambio de aires

El había estado pensando mucho en su situación actual… tenía todo lo que cualquier humano o vampiro pudiera desear: riqueza, poder y una envidiable posición… Natsume di Vongola era el príncipe heredero de los vampiros e igual podía presumir el hecho de ser uno de los pocos que quedaban de sangre pura ya que en la actualidad muchos se juntaban con humanos para seguir preservando la especie.

Natsume era un joven castaño cuya cabellera parecía desafiar la gravedad, de piel clara, de ojos color ámbar, alto y ligeramente fornido; en esos instantes estaba usando una camisa blanca de manga larga debajo de un chaleco negro sin mangas con un pantalón negro y zapatos negros. En ese momento el castaño se encontraba en su habitación mirando por la ventana a la nada… últimamente nada lo sacaba de su aburrimiento y estaba empezando a fastidiarse de su vida eterna, en verdad odiaba esa situación, ya que sin importar lo que hiciera nada podía quitarle el vacío que estaba empezando a sentir, aunque también lo podría atribuir al hecho de que con el paso de los años si vida había acabado en la rutina y la monotonía… ya nada parecía animarle y esto estaba empezando a preocupar a sus amigos y familiares, ya que era demasiado extraño ver al príncipe rebelde y engreído sumido en un su soledad y encerrado en su habitación en silencio.

En esos instantes sus pensamientos fueron interrumpidos por que alguien llamaba a la puerta, por lo cual miro hacia la puerta, la cual estaba siendo abierta en esos momentos y dejaba entrar a un chico de tés morena, cabello negro corto y ojos cafés, alto y de complexión ligeramente fornida, el cual estaba usando en esos momentos una camisa azul de manga larga y pantalón negro con zapatos del mismo color.

- Yo, Natsu – le saludo mientras le sonreía – ¿otra vez andas encerrado?

- ¿Qué quieres Takeshi? – le contesto algo aburrido Natsu.

- Oh vamos, no te pongas a la defensiva…

- Es normal ponerse así, ya que tu presencia es algo inusual tomando en cuenta que deberías estar preparándote para salir de viaje a Japón, lo que significa que de nuevo… mis padres andan pensando tonterías.

- No puedes culparlos están preocupados por ti, en especial Giotto-san.

- Mi papa es un dramático de primera, además quien le entiende… antes solía regañarme por mi actitud y deseaba que me calmara… y ahora que cumplo su capricho se asusta – se quejó el castaño mientras cruzaba sus brazos a la altura de su pecho y miraba ligeramente enojado a su amigo.

- Jaja… - rio de forma nerviosa el moreno – bueno… no puedes culparlo, de cierta forma nadie espero que realmente le hicieras caso y por ello todos están preocupados por este repentino cambio de actitud.

- Es que llegue a un punto muerto de mi vida… - hablo mientras soltaba un suspiro – ya nada llama mi atención…

- ¿Y qué tal si me acompañas en mi viaje? – le sugirió su amigo.

- ¿Ah?

- Si, acompáñame a visitar a mi padre en mi tierra natal, de seguro eso necesitas: un cambio de aire en vez de seguir encerrado en este palacio.

- Esa idea me parece interesante – se escuchó una voz grave detrás del moreno, la cual sorprendió a ambos jóvenes, causando reacciones diferentes en cada uno.

Takeshi por su parte se giró y rápidamente se hinco en señal de saludo y respeto, mientras que Natsume se colocó de pie y se paró lo más recto posible, ya que en su habitación había entrado su padre.

El rey actual era alguien de personalidad ligeramente fría: era un hombre alto, algo fornido, de tés muy clara, cabellera corta de color rubio platinado, ojos grises los cuales asemejaban a plata liquida y en esos instantes llevaba puesto un smoking color negro, con camisa morada y corbata negra y zapatos del mismo color.

- Padre… - le saludo Natsume haciendo una ligera reverencia ante él.

- Takeshi puedes ponerte de pie – le indico sin mirarle a ver mientras entraba a la habitación para quedar parado de frente a su hijo – y acepto tu petición, dejare que mi hijo te acompañe a Japón.

- Pero… - empezó a protestar Natsume.

- Yo me encargare de convencerle, tienes mi permiso y eso es suficiente, así que ahora empieza a empacar porque igual ya me fastidie de esa actitud herbívora que has adoptado – le dijo de forma seria para darse vuelta y salir con paso firme fuera de la habitación.

- Ah… - Natsu soltó un suspiro, en verdad que sin importar el tiempo su padre seguía siendo muy intimidante.

- Bueno, ahora ya tenemos el permiso de Alaude-sama – comento alegre Takeshi.

- Si eso parece, bueno en ese caso… - empezó a hablar de forma divertida – debo obedecerle – dijo sacando la lengua y hablando con un tono divertido en su voz.

- Jeje ese es el Natsu que conozco – dijo alegre Takeshi – entonces te dejo prepararte en lo que igual termino de alistar mis cosas – opino mientras salía de la habitación.

"De cierta forma supongo que esto será interesante e igual creo, que eso es lo que necesito" – pensó el castaño mientras caminaba hacia su armario para seleccionar algunas prendas para llevar en el viaje.

Sin lugar a dudas, ese cambio de aire le era demasiado tentador, tal vez eso era lo que necesitaba e igual lo presentía; algo pasaría cuando llegara a la tierra natal de su amigo e igual podía afirmar con toda seguridad de que sería algo bueno ya que él tenía una excelente intuición heredada de sus padres, la cual siempre le había ayudado a superar muchas dificultades en la vida y algunas en las guerras pasadas.