Hola….

Me presento, me llamo Majo y soy muy aficionada a la escritura. Sin embargo nunca había hecho un fic y mucho menos una historia de este estilo. Realmente espero que les guste este comienzo…

Espero sus reviews ….. Nos vemos…

[1] Caídas y Revelaciones

Hermione estaba sentada en el césped del patio trasero de los Weasley. Había llegado apenas ayer al lugar luego de pasar un mes entero viajando con sus padres por toda Inglaterra en lo que su padre catalogo como un aventurero viaje de carretera. Lo cierto es que no había sido aventurero en absoluto, sin contar que fue extremadamente tedioso, sobre todo porque extrañaba a sus amigos. Especialmente a Ginny, es que en todo ese tiempo había necesitado alguien con quien hablar, alguien que la comprenda y que más adecuada persona que su mejor amiga, la que la entendía mejor que nadie.

Es que con todo lo que se avecinaba realmente necesitaba desahogarse, en menos de tres semanas empezaría su sexto año en Hogwarts y en ese momento, con los mortífagos asechando por todas partes sabia que podría ser el último.

Levanto la vista al oír un el grito de Ron que se balanceaba en su escoba a unos 20 metros de altura, al parecer le habían hecho un tanto por la culpa de Fred que no intercepto la quaffle y ahora le reprochaba con furia.

Dirigió su vista hacia el otro extremo, Harry y Gin se encontraban en una ardua carrera por atrapar la snitch que volaba varios metros por delante de ellos. Iban a tanta velocidad que solo eran formas borrosas. Hermione negó con la cabeza, por eso no le gustaba el quidditch, era un juego demasiado peligroso y violento concluyo mirando nuevamente a Ron que ahora gritaba más fuerte que antes sumamente furioso porque le habían hecho otro tanto.

Algo se apareció delante de sus ojos, la snitch había doblado bruscamente para detenerse a menos de un palmo de distancia de su rostro.

Su corazón dio un brinco y volteó con miedo, Harry y Gin se dirigían hacia ella a toda velocidad, tan enfocados en atrapar la snitch que no la habían notado.

No tenía tiempo de moverse, no tenía tiempo de nada. Harry fue el primero en notarlo y con un rápido movimiento tiro de su escoba hacía arriba ascendiendo en vertical.

Ginny giro el cuello al percibir la maniobra de Harry y luego volvió a mirar al frente. Hermione vio como si fuera en cámara lenta como su amiga abría los ojos asombrada y con una expresión de pánico en el rostro. Gin estaba a menos de un metro cuando la vio, haciendo una rápida maniobra tiro todo lo que pudo de su escoba hacia la derecha.

Hermione sintió una fuerte ráfaga de aire pasar por su lado y ve como la escoba de Gin se dirige hacia unos arbustos. Su amiga había perdido el control de la escoba.

Ginny atraviesa los arbustos lastimándose en el rostro brazos y piernas con las ramas. La escoba balancea sin control y ascendía a voluntad, no podía detenerla. Estaba a doce metros del piso cuando la escoba dio una gran sacudida que provocó que se resbalara.

— Ginny— Grito con desesperación al ver que su amiga se aferraba al palo de la escoba con solo una mano.

Se levanto de un salto y corrió hacia allí, sintió el silbido del aire, Harry se dirigía a toda velocidad hacia ella. La vieja escoba de Gin volvió a agitarse compulsivamente, como queriendo hacerla caer. Luego descendió en picada, debido a los movimientos bruscos Gin no podía volver a montar en ella. Abrió los ojos con temor cuando vio que la tierra se acercaba a toda velocidad.

Cuando sus pies tocaron tierra, la escoba volvió a dar una brusca sacudida y sus rodillas dieron contra el firme césped. Una oleada de dolor estallo en sus piernas y no pudo aguantar más y soltó la escoba.

Cayó al suelo a gran velocidad y rodó por el pasto golpeándose las costillas. Cuando finalmente se detuvo se quedo boca arriba, inconsciente.

— No, no Gin— Grito Hermione con la vos quebrada.

Harry bajo de su escoba de un salto y se inclino sobre la pequeña Weasley.

— Ginny despierta— Exclamo asustado y con el corazón palpitante.

Al cabo de unos segundos llego hasta allí y se dejo caer junto a ella, con lágrimas en los ojos. Ginny frunció el gesto cuando ella se arrodillo a su lado y pudo ver como su cuerpo se movía ligeramente.

— Ve a pedir ayuda— Le dijo a su amigo.

Sin responderle Harry echo a correr despavorido hacia la casa, pudo ver como los hermanos de Gin que no había visto la escena se acercaban presurosos hacia Harry.

— Gin, despierta— Susurro con la voz quebrada.

Sentía que se ahogaba, que no podía respirar. No podía concebir lo que estaba viendo, su amiga tirada en el piso, inconsciente y con su rostro lleno de arañazos y sangre. Un vació enorme se formo en su pecho y sintió un dolor sin precedentes. Gin tenía que estar bien, no le importaba nada más, no sintió todos los gritos dados por los Weasley mientras corrían hacia allí, no le importo que se hubiera lastimado el rostro al abrirse paso entre los arbustos y tampoco que sintiera un pequeño dolor en su rodilla derecha. Nada, nada importaba, solo que ella abriera los ojos.

— Vamos Gin despierta— Susurro mientras lágrimas caían de sus ojos— Gin, por favor despierta.

El seño fruncido de su amiga se acentuó y a Hermione le dio vuelta el corazón cuando abrió los ojos. Una oleada de alivio la invadió y su corazón volvió a latir con fuerza.

— ¿Gin, estas bien?

Gin centro su vista en ella y su expresión se relajo un poco.

— Herms, estas sobre mi mano— Susurro con una pequeña sonrisa que después se convirtió en un gesto de dolor.

Hermione se sobresalto e inmediatamente libero la mano de su amiga del aplaste de su rodilla.

— Ups, lo siento— Le susurro todavía con los ojos bañados en lágrimas.

Gin lo advirtió y le sonrió.

— Vamos Herms, no seas dramática, que no me he echo nada. Apenas fue una pequeña caída— Le dijo restándole importancia.

Ella no le respondió, solamente le dio un fuerte abrazo.

— Auch— Se quejo Ginny— Puede que no haya sido una tan pequeña caída.

Hermione frunció el seño y con una mirada de te dije que esto pasaría la ayudo a incorporarse. En ese momento todos los hermanos Weasley y Harry llegaron hasta ellas y la escena se convirtió en un lió tremendo, ya que todos los chicos le hablaban a Ginny al mismo tiempo, logrando que no se pudiera entender nada con claridad.

— Estoy bien— Grito Gin finalmente, cuando no pudo soportarlo más— Solamente necesito que me lleven a sentarme a algún lugar que no sea el césped— Termino.

Ron se apresuro y levanto en brazos a su hermana pequeña y comenzaron a caminar con prisas hacia la casa.

Mientras caminaban sus hermanos le decían que se podría haber matado y que lo mejor era que no jugara más al quidditch. Gin suspiro sin ganas de comenzar una discusión, sus hermanos a veces eran excesivamente protectores, pero de ninguna forma dejaría de jugar a su amado deporte solo por una simple caída.

Harry estaba sugiriendo que llamaran a un medimago, pero la mirada fulminante que recibió por parte de la pelirroja lo hizo callar de inmediato.

— Estoy bien, solo necesito descansar— Le respondió la pelirroja a la que habían sentado en un sillón— Con un poco de alcohol solucionare los raspones y listo— Termino con decisión.

Los chicos se quedaron callados y miraron a Hermione que supo que era la única que se salvada de la furia de su hermana.

— Creo que deberíamos hacerlo Gin, puedes tener alguna herida interna— Comenzó con voz calma tratando de hacerla entrar en razón. Pero Ginny negó con la cabeza.

— Nada de eso— Negó— Solo necesito que me desinfectes las heridas, porque estos son unos brutos— Dijo mirando a sus hermanos y sacándoles la lengua desafiante.

Ginny se trato de levantar, pero su rodilla mas herida no soporto su peso y se tambaleo. Gracias a sus reflejos de guardián Ron la atrapo antes de que cayera al piso. Ginny volteó su rostro hacia su hermano y lo miro sonriendo como una pequeña niña.

— ¿Me llevas a mi cuarto hermanito?— Le pido muy amablemente.

Ron rodó los ojos y la cargo, no podía negarle nada a su pequeña hermana.

Hermione fue a buscar el botiquín al cuarto de baño del primer piso y luego se dirigió hacia el cuarto de Ginny. Se encontró con Ron en las escaleras, que todavía tenía todo su rostro tan rojo como su cabella, al parecer el susto todavía no se le había pasado. A ella le pasaba lo mismo, todavía sentía su corazón desbocado y sus manos temblar ligeramente.

Entro en el cuarto de su amiga que se encontraba sentada en la cama. Tenía un gesto de dolor en el rostro y se sujetaba el costado.

— Todavía creo que debería verte un medimago— Le aconsejo.

— No es nada, solo un simple moretón.

Ella se encogió en hombros y fue hacia la puerta que había a un costado, cerca de un ropero de color blanco. Entró en el baño privado que Gin poseía y tomo una toalla, que humedeció con agua.

Volvió al cuarto y le limpio la sangre, tierra y pasto que Gin tenía en sus brazos y rostro. Cuando su rostro quedó lo más limpio posible, teniendo en cuenta que de algunos raspones todavía emanaban hilitos de sangre, se dio cuenta de que a demás de los raspones que Gin tenía, un gran chichón de aspecto rojizo ocupaba gran parte de su frente.

Después de limpiarle con alcohol todas las heridas y oír los lastimeros chillidos de su amiga, cuando el líquido le quemaba de más, la ayudo a cambiarse y acostarse en la cama. Ahora, treinta minutos más tarde ella estaba sentada en la cama de al lado mirando a su amiga que dormía placidamente, aunque a veces al moverse de forma brusca emitía un gemido de dolor.

Ella estaba atenta a cualquier síntoma de gravedad que pudiera presentar su amiga, las heridas que tenían no era de mucha gravedad. Lo más que se había hecho era un esguince en el pie derecho y tenía grandes moretones en ambas rodillas y algunos pequeños en la zona de las costillas, pero por lo demás parecía estar bien.

Hermione frunció el seño pensando que podría haber resultado todo mucho peor, en ese momento recordó todo lo que sintió cuando vio a su amiga en peligro, como en el pecho parecía tener un hueco y no podía respirar. También como sintió que su mundo se acaba si a su amiga le pasaba algo, como se olvido de todo menos de ella, como sintió que su corazón se paraba cuando la vio tirada en el césped y que ya nada importaba si ella…

— No— Susurro al darse cuenta de lo que significaba todo lo que había pensado.