Capitulo 1
Un favor.
Edward Pov.
Hacía cinco años que estábamos en pareja. Definitivamente Tanya era la mujer de mi vida. Ella era tan suavemente pacífica, hermosa y celosa. Ese fue un problema desde el principio. Supongo que nunca le quedó claro cuánto era mi amor por ella. Se lo dije muchísimas veces para que así ya no tuviera dudas de mí.
Según yo, si seguíamos juntos, algún día nos casaríamos, formaríamos una hermosa familia, envejeceríamos juntos y nuestro amor jamás moriría.
Aunque un día logró destruir aquel sueño que yo anhelaba. Me dio a entender que ella no esperaba vivir de esa forma. Al parecer, ella soñaba con vivir solteros, siempre de fiesta y una vida repleta de lujos. No deseaba una familia, ni una unión eterna, matrimonial. No quería nada formal. Era de las que preferían dejar que las cosas pasen.
Ese día me dí cuenta que nunca habíamos sido almas gemelas, sino opuestos que se atraen.
Tenía muchos más defectos, por supuesto, que yo siempre intentaba ignorar. Muchas veces no estaba de acuerdo con visitar a mi familia, o simplemente recibirlos en el departamento.
Sus actitudes me disgustaban, pero igual seguía diciendo que la amaba.
Mis padres no estaban muy a gusto con ella, aunque después tuvieron que aceptarla.
Mis hermanos, Alice y Emmett, preferían no meterse en esos asuntos. Emmett tenía su familia, su esposa Rosalie, y sus niños, Carl y Camily.
Alice siempre estaba entusiasmada con organizar fiestas o cambios de look. Vivía en una gran casa con su esposo, Jasper. Al parecer era muy temprano para que tuvieran hijos, así que simplemente vivían una vida matrimonial llena de viajes por todo el mundo.
Una tarde de otoño, mientras caminaba por el parque, mi teléfono móvil sonó.
-¿Diga?
-Eddie, ¿Cómo estás?- canturreó la dulce voz de mi madre.
-Bien, ¿qué tal tú?
-Un tanto avergonzada por el favor que estoy a punto de pedirte…
-¿Avergonzada? ¿Favor?
-Verás, ¿recuerdas mi compañera de clases de cocina?
-¿Renee Swan?
-Sí, ella. Y, ¿recuerdas a su bella hija, Isabella?
-Claro que la recuerdo. ¿Qué sucede?- esto me sonaba un tanto extraño.
-Vive en el pueblo de Forks. Y para poder estudiar Psicología, debe venir hasta aquí, Nueva York. La verdad, no tiene donde quedarse y, me preguntaba si… - oh, no
-¿Quieres que yo la hospede? ¿Aquí? ¿Con Tanya?
-Mmm… Más o menos-. Su voz sonó a preocupación.
-¿No puedes hospedarla tú?
-Edward, sabes que justamente en dos días me mudaré con tu padre a Missisipi. Emmett y Rosalie tienen un departamento muy pequeño y dos hijos, y Alice y Jasper se irán de viaje para cuando la chica venga, por eso te pido que…
-Veré que puedo hacer, pero no prometo nada.
-Muchas gracias Eddie, sé que confío en ti- dijo mi madre haciendo notar una sonrisa.
-Sí, como digas. Te llamo mañana.
-Ok.
Al colgar, me puse a planear que le diría a Tanya, sabía que no sería fácil lidiar contra sus caprichosos celos.
