Notas: Hola, este es mi primer fanfic para ; quisiera avisar de que este fanfic lo estoy subiendo en bajo el seudónimo de Lunita; pero aunque la trama es la misma, he añadido algunas cosas. Acabado esto, he de decir que me gusta mucho escribir, aunque no es que sea muy buena. Espero que os guste y muchas gracias por leer. Trataré de actualizar periódicamente cada semana, pero eso dependerá del trabajo que tenga pendiente. Nos leemos O
Disclaimer: Los personajes de Naruto no me pertenecen, son propiedad de Masashi Kishimoto.
Capítulo 1 Mi vida
Era un día normal por la tarde en la escuela de Konoha, un edificio amplio y luminoso situado en el centro de la ciudad y conocido por los alrededores.
En uno de los callejones que había tras la edificación, unos chicos se hallaban molestando a un joven ojiazul. Todos los días le humillaban y le insultaban, pero ese día en especial se metían con él porque se habían enterado de algo inesperado...
-Vaya zorrito, nadie se esperaba que te gustase Sasuke, ¿eh?-decía uno que se llamaba Sai. Tenía la piel muy pálida, los ojos rasgados y oscuros como su pelo moreno, que le llegaba casi a los hombros.
-Sí, y no nos esperábamos que te declararas ahora que se muda. ¡Baka! ¡Te crees que te va a hacer caso! Te diré una cosa: eres un perdedor y un inútil, ¿no es cierto, Sasuke?-decía un pelirrojo que se llamaba Gaara. Sus ojos color turquesa miraban desafiante al aludido, un chico rubio de ojos azules y tez tostada, con tres marcas a cada lado de la cara llamado Uzumaki Naruto.
-No...yo...yo no soy lo que decís-logró articular un poco cohibido por el hecho de que le descubriesen.
-Eso lo diremos nosotros, ¡¡inbécil!!-decía cierto ojiblanco llamado Neji. Llevaba el pelo largo y castaño recogido en una coleta baja.
-¡No! ¡yo no soy eso! ¡no lo soy!-gritaba Naruto mientras se le salían las lágrimas de sus orbes celestes.
-Además de ser un perdedor eres una nenaza dobe, ¿porqué iba a perder mi valioso tiempo contigo?-Decía Sasuke- Me voy mañana y no voy desaprobechar la oportunidad de estar con mi novia, ¿verdad Sakura?
-Cierto,-decía la pelirrosada que estaba a su lado-pero ¿por qué no nos divertimos con él?-dijo mostrando una sonrisa falsa y maliciosa, dejando ocultos bajo algunos de sus mechones sus ojos color esmeralda.
-Buena idea, muy buena idea...
Desnudaron a nuestro pobre e indefenso kitsune, le pegaron, le hicieron heridas con un cuchillo que ponían toda clase de insultos, le tiraron a un contenedor de basuras y le sacaron fotos que, más que seguro, repartirían al resto de la escuela al día siguiente.
Naruto desde hacía un par de años era el hazmerreir de la escuela y todos le trataban como si fuera un mounstruo sin sentimientos aunque a él le dolía todo lo que le decían.
Sufría en silencio cada noche, pero no se lo decía a nadie. Consideraba inútil cualquier ayuda que pudiesen ofrecerle pues sus compañeros no iban a cambiar tan fácilmente.
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Estuvo encerrado en ese oscuro y apestoso contenedor, que ahogaba su respiración y le producía gran temor, pues era claustrofóbico, hasta que Kakashi, un profesor que ayudaba en las tareas de la escuela, le sacó y le llevó a su humilde casa con su abuela Tsunade, ya que sus padres habían muerto hacía años.
Ellos eran pobres y vivían de la escasa pensión de su abuela, aún cargada con grandes deudas, lo cual le hacía sentirse mal a Naruto, ya que por ahora él no podía ayudarla en prácticamente nada aparte de las tareas del hogar.
Al entrar su abuela comenzó a atosigarle con toda clase de preguntas sobre lo que le había pasado, pero él prefería no hablar.
Le habían roto el corazón, le habían humillado, le habían maltratado y estaba agotado por todo lo sucedido.
Subió a su cuarto cabizbajo y se limpió las heridas que tenía bajo la ropa, que no se las había enseñado a su abuela para que le dejara tranquilo.
"¿Por qué? ¿¡Por qué me pasan estas cosas a mí!? ¿¡POR QUÉ NO PUEDO SER FELIZ!? ¿Por qué...?''-se preguntaba constantemente, día tras día.
Decidió asomarse por la ventana. Ya estaba anocheciendo y le gustaba contemplar el cielo nocturno cuando sentía ganas de morir, ya que le ocurría a menudo.
POM POM!!-llaman a la puerta
-Naruto, ¿puedo pasar?-murmuró una suave voz tras la puerta-
-Sí, pasa abuela-
-Antes de nada, no he venido a atosigarte, he venido a contarte una historia-dijo la pelirubia, una mujer aparentemente joven, de piel clara y ojos color miel.
-¿Una historia?-preguntó perplejo-
-Sí, o más bien una leyenda. Estamos en la época-
-¿Época?
-Ahora lo entenderás, ven conmigo-dijo haciéndole un gesto con la cabeza
Un tanto extrañado siguió a su abuela por toda la casa y después de coger una especie de mapa y una linterna, salieron hacia el bosque.
Caminaron un buen rato, hasta que llegaron a una cueva muy oscura. En el aire se percibía mucha humedad, y aparentemente nadie había caminado por ahí en mucho tiempo. Encendieron la linterna y le guió hacia el final de un enorme túnel.
El destino se hacercaba y ya se divisaba el final de su caminar. Salieron a una especie de pradera en medio de la cueva, sin techo, con un gran lago, desde donde se podían ver las estrellas con claridad. La luz que emitían era muy tenue pero aún así se podían observar más cantidad que en la ciudad.
-Cada cien años, un cometa atraviesa la atmósfera de la tierra durante un largo período de tiempo no determinado-comenzó a explicarle-
-¿Tiempo no determinado?
-Puede ser una semana, un mes, un año e incluso puede que más. Se dice que hace mucho tiempo, un poderoso mago hechizó ese cometa y cada cien años, un elegido entre millones, puro de corazón, que ha sufrido y ha padecido toda clase de tristezas, cumplirá todos y cada uno de sus deseos si mira al cielo la primera noche en que aparece en el firmamento.
-Es una historia muy interesante, ¿pero por qué me has traido aquí? ¿no me lo podías haber contado en casa?
-¿Ves esas paredes?-dijo señalando hacia la izquierda- En ellas está grabada la historia que te he contado con peros y señales. Estos gravados tienen más de quinientos años y nadie salvo nuestra familia ha sabido nada de ellos. Desde ahora tu deber será recordar todo lo que te he contado, recordar este lugar y contárselo todo a tus descendientes cuando cumplan 17 años. ¿Lo harás?
-Sí lo haré...-dijo un poco perplejo "¿De qué vale que le cuente una historia como esta a mis hijos?"- ¡¡Mira!! ¿¡Es ése el cometa!?-dijo señalando al amplio cielo azul, donde un gran punto de luz se observaba con claridad.
-Sí, lo es -afirmó-
-¡¡Es precioso!! ¡¡ No me puedo creer que la historia sea cierta !!
-Yo no estoy segura de que todo sea real, pero el cometa resplandece como cuando lo ví cuando era pequeña-
-¿Tú ya lo habías visto?
-Sí, tenía solo cinco años pero estoy segura de que no se me olvidará jamás.-suspiró antes de dar un par de pasos hacia el camino de vuelta-Yo voy a volver a casa, si quieres te puedes quedar un rato. Tienes mi permiso-
-Vale gracias-
Tsunade salió de la cueva, dejando a Naruto solo. Por alguna razón notaba un cosquilleo en el estómago. Se sentó en el suelo apoyando la cabeza sobre sus piernas, manteniendo la miraba fija en el firmamento.
"¿Será cierta la leyenda? -pensaba- Ojalá que sí. Me gustaría caerle bien a todo el mundo, que mi abuela y yo viviéramos sin deudas, que mis padres no se hubieran muerto, que Sasuke no se fuera...simplemente, me gustaría ser feliz...aunque por lo que veo eso es imposible..."-dijo melancólicamente-"Bueno, yo no puedo hacer nada para evitarlo ¿O sí?"
Permaneció un rato más allí sentado,pues le relajaba mirar el cielo y el suave desplazamiento de las nubes. Más tarde, tras escuchar el murmullo del aire sin fijarse en nada particular, decidió que ya era hora de volver a casa y se fue.
Se acostó en su cama, con una agradable sensación el el pecho ,que le reconfortaba y le hacía pensar que mañana sería un buen día. Un pálpito que inundaba su corazón de esperanzas, que aunque falsas, le hacían olvidar todo el dolor sufrido anteriormente.
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Al día siguiente en la casa de Naruto...
-Ummhh...¡Qué bien he dormido!-decía mientras se estiraba-¡¡Y ahora a desayunar!!- sonrió enérgicamente mientras hablaba consigo mismo-
Bajó las escaleras a toda velocidad esperando que su abuela le reciviera con un buen tazón de ramen, su comida favorita-
-¡¡Buenos díaaassss!!-saludó alegre, pues sus depresiones tan solo le duraban un rato-
-Buenos días Naruto-kun -oyó decir a una voz muy grave desde detrás de la pared de la cocina. Ésa no podía ser la voz de su abuela...
"¿Pero quién...?"
-¡¡Ya está listo el desayuno!!
-¿¿NANIIII!! ¿¡PAPÁ!?-preguntó en shock.
Y es que efectivamente...allí estaba su padre...
Continuará...
