Capítulo 1: Beto-wan
Kanae era una chica de retos, siempre lista para enfrentarse a lo que viniera. Desde sobrevivir sin sus padres hasta salvar el mundo, pasando por aguantar a inquilinos excéntricos, la joven había demostrado superar con éxito cualquier prueba.
Pero esto...
Le sonrió sin mucho ánimo al can blanco y peludo que estaba frente a ella, a punto de perder la paciencia.
— Beto, por favor, entra a la bañera. Necesitas este baño y yo necesito regresar pronto con Chopin.
El gran perro no le obedeció, más bien, giró la cabeza hacia otro lado, sentado sobre sus patas traseras.
Kanae apretó los puños; llevaba más de media hora intentando darle un baño a su molesto inquilino convertido en mascota. Sabía que él se encontraba molesto también y era comprensible, ¿quién no lo estaría si de un momento a otro se transformara en un simple animal? Pero la musik de un ClassicaLoid enfermo tenía efectos altamente imprevisibles, y en esta ocasión Chopin había tenido una fiebre tan alta que comenzó a tocar su Koinu no Carnival sin darse cuenta. Para cuando Kanae le bajó la fiebre, el daño estaba hecho.
«Definitivamente esto irá a cuenta de renta.»
— Beto, si no entras al agua en este instante, pasarás la noche a la intemperie, amarrado bajo el árbol de mandarinas —amenazó Kanae a la criatura peluda, creyendo que así lo disuadiría, pero ni siquiera eso lo hizo reaccionar—. Ugh, de acuerdo, no me das otra opción.
Se agachó para sujetar al animal por la parte media e intentó levantarlo, con grandes dificultades.
— Cielos, ¿por qué tenías que ser tan pesado? Debe ser por tanto gyoza que comes...
Al escuchar eso, el can, que hasta el momento se había dejado llevar, soltó un fuerte ladrido que sorprendió a Kanae y la hizo trastabillar, haciendo que ambos cayeran en la bañera llena de agua.
La chica soltó un gemido de frustración. ¿Cuánto más duraría su sufrimiento?
