Disclaimer: Fire Emblem Awakening no me pertenece

Nota de autor: Participando en el reto de la pagina de Facebook "Imaginative Challenges", es su primer reto y uno de mis temas favoritos. Así que estaré participando.

Además, Morgan y Gerome necesitan más de mi amor. ya que el fandom no los quiere como yo (?).

Advertencias: Posible OoC.


Accidental

Está bien sino lo notas, yo no quiero que lo hagas.

A veces ocurrían accidentes, algunas veces terminaban en desastre; otros en historias tan complicadas que no podían llegar a comprender el cómo se habían desarrollado tantos acontecimientos desencadenados por una pequeñez sin importancia. En un momento estabas por separarte de tu mejor amiga, al siguiente te encontrabas con tu madre del pasado y luchabas a su lado para salvarla.

O quizá, como el estratega de su grupo lo había dicho en algunas ocasiones; todos estaban conectados por lazos invisibles. Sin embargo, aunque aquella afirmación cargada de sentimientos había sido sin duda muy significativa; no tenía por qué tener un peso en él. O al menos eso había esperado.

Aquella no era más que otra batalla sin importancia contra un montón de resucitados, entonces; ¿en qué momento sus labios habían encontrado los de la pequeña estratega del futuro? Peor aún, estaban delante del padre de la chica y el capitán de los Custodios.

Sintió los labios temblar debajo de los suyos, la calidez envolviéndolo con cada segundo que pasaban y después no había nada. Gerome parpadeó aun con su máscara ocultando sus facciones, la vergüenza llenando su rostro como un sonrojo pronunciado mientras Minerva rugía bajo su mandato. Morgan por su parte, boqueó dos veces antes de mirar a otro lado y cuando habló, lo hizo en un susurro:

—Concentrémonos en la batalla.

—Bien. — Contestó en tono seco, tampoco es como si pudiera decir mucho a pesar de que aquel –aunque sería una sorpresa si la chica se enteraba- era su primer beso.

«Estoy actuando como un idiota», se reprendió, tenía que concentrarse en la batalla; después pensaría en las consecuencias de aquel acto completamente accidental –sino contaba el movimiento tan obvio de Minerva- y la reacción tan extraña del pequeño gnomo hiperactivo llamado Morgan. Primero debía mandar al infierno a un puñado de resucitados y después, con suerte; Robin sería lo suficientemente bueno como para pasar por alto el que hubiera besado a su hija.


A favor de la Campaña "Con voz y voto", porque agregar a favoritos y no dejar un comentario es, como han dicho otras autoras:"como manosearme la teta y salir corriendo."

Hayden