Un día cualquiera, tu vida puede cambiar radicalmente.

Creía haberme acostumbrado a ese tipo de cosas después de los últimos 9 meses de mi vida, pero me equivoqué. De nuevo.

*Una semana antes*

Era lunes, y como todos los lunes, nadie estaba de buen humor. Las cinco horas para antes de la comida se habían hecho eternas, pero la salvadora campana sonó y fui como una psicópata hacia el comedor. Tuve la fortuna de haberme puesto los únicos leggins que se me caían, por lo que caminaba/corría por el pasillo, sorteando a los demás estudiantes a la vez que me sujetaba la cintura del pantalón y agarraba con la mano que me quedaba libre los libros de Química. Aún no comprendo como llegué viva, pero el caso es que llegué.

Y por supuesto allí estaban.

Mis cinco amores. Mis cinco ataduras a esta vida.

Charlie, Stella, Scott, Mo y por último, y probablemente más importante, Wen.

Wendell Gifford.

W-E-N-D-E-L-L G-I-F-F-O-R-D

¿Me he explicado bien?

-¡Hola, chicos!

-¡Hola, Olivia! -me saludó animosa Mo-. Un mal día, ¿eh? -añadió viendo las pintas que yo traía.

-Como todos los lunes, Mo -repuse sin darle importancia-. ¿Qué tal os ha ido a vosotros?

Hubo un murmullo general de desaprobación, símbolo de los inevitables exámenes finales que se avecinaban.

Nadie quiso decir nada más. Miento, en realidad Wen iba a abrir la boca (no me preguntéis como lo supe, simplemente CONOZCO a Wen Gifford) cuando una voz procedente de los altavoces retumbó por todo el comedor.

"Señorita Olivia White, preséntese en el despacho del director con sus cosas, tiene que abandonar el centro inmediatamente"

-Oh, Dios mío; nunca mandan a nadie irse salvo una emergencia. ¿Qué habrá pasado? -dije totalmente aterrorizada mientras veía miles de expectativas pasar por mi mente como fotogramas de una película-. ¿Y si mi abu...?

Fue pronunciar estas palabras y tener un efecto instantáneo: Wen me agarró la mano y me traspasó su calor. Me sentí mejor de repente, pero no me relajé del todo.

-Ven conmigo -fue todo lo que pude decirle a Wen entre susurros.

Él asintió y mientras balbuceaba unas palabras de disculpa a nuestros amigos, cogió mi mochila y me rodeó con un brazo.

Y por primera vez en cinco minutos, me sentí totalmente segura.

¡Bueno! ¡Me honra mucho ser la primera en escribir un fanfic de Lemonade Mouth en español! Vi la película anteayer y me fascinó, así que se la dedico. ¿Que le habrá pasado a Olivia? ¡Descubridlo en el siguiente capítulo!