"Gajes del oficio"

Descargo de responsabilidad. Zootopia ni ninguno de sus personajes me pertenecen. La historia fue hecha sin fines lucrativos pero si de distracción para las personas que la lean y para mí misma. Ignoro si hay una historia parecida en la extensa cantidad de relatos con la que cuenta Fanfiction.


Summary:

Durante la investigación de un crimen en el centro de la ciudad, Judy y Nick se ven envueltos en un desafortunado incidente que dejará a uno de los dos en el hospital.


Las luces de la habitación se hallaban tenuemente encendidas para no molestar a los demás pacientes.

El astuto zorro se encontraba sentado sobre la cama intentando tragar la insípida comida del hospital. La noche anterior la había pasado muy mal después del incidente; seguía adolorido, pero los medicamentos que le suministraron hacían de su estancia algo más ameno.

Masticaba constantemente intentando encontrar el sabor al bocado en su hocico, la consistencia pastosa de la carne que le sirvieron le provocaba constantes arcadas, pero debía llevar algo a su estómago ya que no comía desde la noche anterior. Tragó con hastío mientras pensaba en un filete con mejor sabor.

La puerta, que hasta ese momento permanecía cerrada, se abrió levemente dejando entrar la luz del pasillo adyacente, la silueta de una linda conejita con la cabeza gacha se hizo presente. Caminó hacia la cama de su compañero y se sentó al canto de ésta. Entre ellos se abrió paso un silencio completamente incómodo.

— Logramos atrapar a la comadreja. —mencionó Judy con una sonrisa lastimosa.

— Que bien, así no podrá dañar a nadie más. —sonrió él con más emoción.

La sonrisa ladina de Nick sólo logro incomodar más a la coneja, que apartó la mirada al ver aquellos blanquecinos colmillos asomándose a través de sus labios. Los recuerdos de la noche anterior se hicieron presente en la mente de ella.

Aquella noche se encontraban patrullando las calles del centro de la ciudad, fue entonces cuando Bogo los llamó por la radio debido a un intento de robo a una joyería cercana a su posición. Rápidamente encendieron la sirena y fueron al lugar del incidente.

En efecto, las ventanas del local se encontraban rotas y la estridente alarma sonaba en toda la cuadra. Ambos se acercaron con cuidado con una pata en sus armas, atentos a cualquier movimiento; intentaron encender las luces, pero alguien las había desconectado, a pesar de eso siguieron adentrándose en la joyería para asegurarse si el ladrón había escapado.

Cuando dieron por sentado que el lugar se encontraba vacío, Judy salió para comunicarle la situación a Bogo. Por su parte, Nick no parecía muy confiado en cuanto a lo que sucedía, siguió mirando el lugar pero no encontró a nadie, e inclusive todas las joyas se encontraban en su lugar, al parecer no faltaba ninguna.

La coneja ingreso de nuevo a la escena del crimen, había bajado la guardia y en ese momento una alargada silueta hizo acto de presencia, de entre las sombras se escabulló una comadreja de pelaje rojizo y con un ágil movimiento le quitó el arma a la coneja.

Todo paso en un abrir y cerrar de ojos, ella simplemente no pudo hacer nada. Nick corrió posicionándose frente a la fémina y gruñó mostrando los dientes; sin deberla ni temerla lo siguiente que vio fue un fogonazo seguido por un disparo. El zorro notó un fuerte dolor a la derecha del vientre, justo debajo de donde lo cubría el chaleco antibalas. Con miedo llevó una de sus patas al sitio donde se originaba su dolencia, pudo sentir un espeso líquido caliente abriéndose paso entre su pelaje; miró su pata y notó la mancha carmesí cubriéndola por completo. Cayó al suelo a causa del dolor y la pérdida de sangre.

La comadreja les dedicó una cínica sonrisa por varios segundos y luego echó a correr. Judy, que hasta ese momento se encontraba en estado de shock por lo que había sucedido frente a sus ojos, reaccionó; miró a su compañero tirado en el suelo y al maleante huyendo, su instinto policiaco le gritaba que persiguiera a la comadreja, pero prefirió auxiliar a su amigo...

— ¿Sucede algo, Zanahorias? —preguntó el zorro al percatarse de que su compañera tenía la vista perdida.

La fémina lo miró decaída, sus grandes orbes amatistas se encontraban cuajados en lágrimas, sus labios temblaban sin saber qué decir. Se sentía completamente culpable, se había descuidado y Nick había pagado el precio de su incompetencia.

— Lo siento —dijo con un quebradizo hilo de voz—. Todo esto fue mi culpa, no debí confiarme de ese modo.

— Eh, Judy —llamó la atención el zorro sin lograr nada—. No ha sido tu cul...

— Claro que sí, Nick —lo interrumpió ella—. Fui una tonta, si yo...

El zorro de ojos esmeralda llevó uno de sus dedos a los labios de su interlocutora haciéndola callar al instante, la mirada melancólica de éste llamó la atención de la fémina; intentó desechar aquella triste mirada con una sonrisa, pero no surtió efecto, sólo logro una extraña mueca lastimosa.

— ¿Por qué lo hiciste Nick? ¿Por qué te colocaste frente a mí sabiendo que tu vida podría correr peligro? —interrogó Judy con los ojos cuajados en lágrimas.

Nick agachó la mirada y soltó un largo suspiro antes de confesarlo todo:

— Tú me hiciste lo que soy ahora, tú me diste una segunda oportunidad cuando nadie más lo hizo; soy capaz de cuidar de tu vida a costa de la mía. Te seguiría hasta el fin del mundo si fuese necesario, con el único propósito de protegerte.

La chica enmudeció al escuchar aquellas contundentes palabras, de sus ojos salieron lágrimas a mares, se lanzó contra el astuto zorro para abrazarlo por el cuello. Él correspondió el abrazo y acaricio suavemente la espalda de su amiga para que se calmase.

— Ustedes los conejos son muy sentimentales —mencionó jocoso.

La frase surgió efecto en su compañera, la cual soltó una pequeña risilla ahogada.

— Tranquila, ¿o acaso quieres llenarme el pelaje con mocos?

Ambos rieron hasta que otro de los pacientes los mando a callar, entonces comenzaron a reír más bajo. Se miraron a los ojos por unos segundos hasta que ella decidió hablar de nuevo.

— ¿Cómo está tu herida?

— Duele un poco, pero puedo resistirlo —mencionó tocando el vendaje en su vientre—. Ahora tengo una cicatriz para mostrarles a las chicas, son los gajes del oficio— adujó con una ceja arqueada y tono burlón.

Ambos volvieron a reír juntos, Nick siempre sabía cómo sacarle una sonrisa, cosa que de por sí era un poco complicado debido a su carácter, pero él siempre lo lograba a pesar de todo. Al terminar de reír un pesado silencio inundó la habitación, el momento era perfecto como estaba, no querían arruinarlo diciendo alguna tontera, pero tampoco podían permanecer callados por siempre.

— ¿Así que... chicas, eh? —comentó ella sintiéndose boba al instante de que las palabras salieron de sus labios.

— Sí, creo que les gustan los tipos rudos con cicatrices.

— Nick, cuando te den de alta... —comenzó a decir ella completamente apenada.

— ¿Ajá? —intentó animarla para que continuase.

— ¿Te gustaría ir a tomar un café o algo así? —Judy sintió como el rubor subía por su rostro.

— ¿Cómo una cita? ¿A caso me estás invitando a salir, Zanahorias? —se jactó el zorro.

— No, no... Yo sólo...—intentó justificarse completamente apenada.

— Está bien, pero tú invitas. —dijo él con su característica sonrisa ladina.


Notas de la autora:

Me complace ser la porta voz para añadir esta historia al fandoom de Zootopia. Espero haya sido de su agrado y como yo, pudieran disfrutar de esta corta lectura.

Esta vez yo no he hecho la historia, realmente nada de lo escrito aquí es mío y fue subido a petición de una amistad, por ello les comparto su perfil de Wattpad por si alguno quiere leer algunas de sus historias publicadas :3

Favor de buscarlo como Oz_TU

¡Hasta la próxima lectura!