Holaaa de nuevo!!! n____________n ... Me recuerdan? Soy la misma que los torturó 7 capítulos con Sólo House maneja a House. Bueeh, no quiero que piensen que aburro con el otro fic, pero es que me encantó y derrepente se me ocurrió hacer esto. Una especie de "prólogo", de lo que pasó antes de Sólo House maneja a House. ¿El nombre? Bueh, porque no está Lis o si está no es tan importante. Éste es un fic exclusivamente HUDDY y además ya saben el final! xD! Es sólo para los que les gusta leer cosas de ellos dos (Se habrán dado cuenta que no me gustan mucho las historias rosas, soy más apegada a la serie) Bueno, si quieren leerlos sería genial! n__n y por fiii review.
*Estos personajes no me pertenecen ni pretendo ganar algo con ellos. Son propiedad de FOX.
*No tiene spoilers. Son de un mundo un poco paralelo, sin RACHEL.
*Hay una escena post-18 xD! .. Ya saben.
DISFRÚTENLO.
HACER EL AMOR.
Cuddy llegó hasta la oficina de House con paso firme y decidido. House la miró entrar y no pudo evitar hacer alguna broma sobre su figura, mirando con descaro su escote e incluso más abajo. Cuddy cerró y echó llave, acercándose con una sonrisa traviesa.
-¿Qué tramas? –Le preguntó extrañado. Cuddy mantenía su sonrisa y se sentó en el escritorio- Si hay sillas es precisamente para que la gente no se siente en los otros muebles.
House ya estaba incómodo. Cuddy no dejaba de mirarlo, notaba que se reía para sus adentros, que no quitaba esa expresión de triunfo. ¿Triunfo? ¿Y de qué?
-Ya suéltala ¿Qué quieres? –Seguía sin recibir respuesta. Comenzó a hartarse- Si es por lo que pasó anoche, te digo enseguida que no hablaremos de eso por más que me insistas.
-Hoy me puse a pensar en algo –Comenzó a hablar, acomodándose en el escritorio con su pose más sensual- ¿Hace cuántos años nos conocemos?
-Bastante, y por tu tono de voz infiero que esta conversación será larga.
-Entonces, mientras me bañaba, pensé lo idiota que era al mantener este jueguito contigo tantos años. Desde Michigan, cuando tú eras el listo y yo una simple pollito.
House intentaba descifrar los mensajes de Cuddy. La psicoanalizaba pero no conseguía gran resultado. Es que no estaba nerviosa, ni hacía algún gesto característico de ella. Era otra Cuddy, una que tal vez vio hace algunos años, cuando era sólo su jefa y él su empleado. No, ni siquiera en aquel entonces, cuando no tenían ningún acontecimiento que los involucrara, había actuado tan segura de sí misma. Jamás.
-¿Qué es lo que te pasa? ¿Qué tramas?
Intentaba jugar como siempre, intentaba mirarla de tal forma que ésta le siguiera el juego, salir del apuro y ya. Pero nada. Cuddy se acercaba más a él y su seguridad lo intimidaba. ¡Ya basta! Si es él el que siempre la hace dudar, el que la hace ver como una tonta enamorada. Porque él sabía que ella estaba enamorada de él, lo sabía hace mucho. Y por más cruel que sonara, le gustaba tener ese poder sobre ella, aunque después no supiera como lidiarlo. Él, pues, no estaba enamorado, o no estaba conciente de ello. De lo que estaba seguro era que esa mujer lo atraía inmensamente. Que cada parte de su cuerpo es para él un deseo casi incontrolable. Por eso comenzó esta nueva etapa de su juego, una de besos y luego arrepentimiento, una de sexo y 'si te he visto no me acuerdo'. Le gustaba llevarlo de ese modo, o por lo menos le hacía sentir que llevaba el control.
Pero ahora, Cuddy estaba ahí, viéndolo como una niña mala que planea algo malo para él. Y él, con cada milímetro que Cuddy acortaba entre ellos, se sentía indefenso, como un niño pequeño que no podía defenderse. Las bromas no servían, él ya no tenía el control. ¿Qué pasaba?
-Las últimas noches han sido una locura –Prosiguió Cuddy- Algo desastroso y estúpido, algo sin sentido que una mujer exitosa como yo no debiera nunca vivir –Con un talento increíble, Cuddy ya se había alejado del escritorio y acomodado en las piernas de House- ¿No crees?
-Oh vamos… si te encanta el sexo y conmigo tienes del bueno –Hizo una expresión en silencio. Cuddy había comenzado a acariciarlo lenta y provocativamente. Tenía apoyado su trasero en su miembro, y se movía con tanto cuidado que lo desesperaba. Si lo iba a tocar que lo hiciera, pero la demora lo mataba.
-Es cierto House. Pero el sexo no lo es todo, por nuestro bien debería acabarse –Contradictoriamente, mientras decía estas palabras le lamía el cuello.
-Si me vas a mandar al diablo que sea de una vez –Estaba molesto. Su actitud lo desconcertaba ¿Si estaba diciéndole que no más, para qué sobarlo y lamerlo como adolescente?
-El sexo es tan dañino, nos hace hacer cosas estúpidas –Comenzó a sacarle la camisa lentamente. Botón por botón, acariciando su pecho lujuriosa- Pero a la vez es tan increíble…
-¿A qué quieres llegar?
Cuddy no respondió. Tomó las manos de House y las puso sobre sus pechos mientras se quitaba ella misma la blusa. Se volteó y dejó ver su corpiño color rojo intenso: ese que tanto le gusta a él. House no podía contener más sus manos, necesitaba poseerla y controlar cada centímetro de su esbelto cuerpo. Pero Cuddy quería jugar, su simple mirada le decía que tramaba algo, si él se volvía loco con la incertidumbre y la excitación no parecía importarle.
-Si no me dices qué ocurre te lo haré aquí mismo y no me importará una objeción –Le advirtió, ganándose una risa malvada de Cuddy- ¿Me escuchaste? ¡Te lo haré aquí y ahora!
-¿Sí? –Se metió la mano en la entre pierna. A House se le desorbitaron los ojos. Si comenzaba a masturbarse acabaría con su cordura y se convertiría en un animal sin control. Pero no. Cuddy se había sacado la braga y la tenía entre sus dedos: simple, pero poderoso acto. Eso era lo que le encantaba a House, su sutileza para volverlo loco- ¿Y no atacaría tu hombría que te ayudara un poco?
-No –House la atrajo hacia él y comenzó a besarla con furia, con ganas, con deseo. Pero Cuddy se alejó- ¿Y ahora qué?
-Ya te lo dije House. El sexo es algo muy dañino.
Sonrió. Lo tomó de la mano y lo llevó hasta el sofá. Lo recostó y se subió encima. House estaba desesperado por aquel juego:
-¡Qué diablos quieres!
-Quiero hacer el amor contigo.
-Pero si…
-Shhhhh –Lo calló. Clavó en él sus grandes ojos verdes, acercó sus labios a los suyos, se conectaron en un momento mágico y perfecto- Ya no quiero sólo tener sexo. Quiero hacer el amor contigo. Quiero significar para ti lo mismo que significas para mí.
-No sé a qué quieres llegar.
-La única forma de que hagamos el amor es teniendo una relación.
-Desde la primera noche te dejé muy claro que…
-Shhhhh… House, lo siento pero…no es una pregunta.
-Entonces yo…
-Tú no puedes decir que no si no te han preguntado.
-¿De dónde sacaste esa jugada, eh?
-Sólo aprendí del maestro.
Ambos sonrieron. Cuddy porque le había ganado y House porque había sido la derrota más extrañamente bella que haya tenido.
Ahora fue Cuddy quien besó a House. Un beso que a principios fue lento, dulce, tan propio de ella. Luego la necesidad carnal la invadió. Demasiado teatro debía valer la pena. Se acomodó y lo besó por todo el cuerpo para dejarse besar y lamer después. House tomó la iniciativa y se posicionó en ella, pasando sus manos por cada lugar que con la mirada Cuddy le pedía. Cuddy con un talento increíble en segundos le bajó el pantalón y los boxers, viendo como la intimidad de House pedía a gritos la suya. Abrió ligeramente la entrepierna y vio directamente a House a los ojos mientras éste la penetraba y convertían sus cuerpos en uno. Cuddy dio un pequeño gemido al sentirlo adentro, se aferró a su cuello y se dejó encantar por el vaivén que tanto placer le producía. Pero sólo hasta que Cuddy gritó entre gemidos el nombre de House se percataron que habían llegado a un punto que no habían experimentado. Por un momento sintieron que habían creado algo más allá del éxtasis, algo que los hacía inmensamente felices, algo que instalaba la necesidad que tenían por el otro. 'Necesidad' esa era la palabra clave. Los unió antes, los unía ahora, y quién sabe, tal vez los siguiera uniendo. Ambos se necesitaban, ambos necesitaban seguir sintiendo como el cuerpo del otro los hacía llegar al cielo una y mil veces. En sus mentes sólo pedían un poco más, que el final de esto desconocido para ellos llamado 'hacer el amor' no llegara.
Luego de aquellos minutos de placer ambos trataban de recuperar el aire y regularizar la respiración. House cerró los ojos y sintió como el pecho transpirado de Cuddy descansaba en el suyo. No abrió los ojos y sólo fingió dormir, para así sentir más libremente las caricias de Cuddy. Cuando abriera los ojos tendría que afrontar lo que vendría. Tendría que responder por sus actos e ingeniárselas para terminar su recién empezada 'relación'. Es que haber hecho el 'amor' con ella era demasiado increíble para que él pudiera vivirlo. Sabía que era como una droga, una adictiva droga que no lo dejaría en paz si empezaba ahora. Sintió como Cuddy se durmió. Esperó unos minutos para asegurarse y luego abrió los ojos: su cuerpo estaba bellísimo, la luz de la luna que se colaba entre las persianas hacían brillar su anatomía y así corroborarle: era una droga. Una droga llamada 'Lisa Cuddy'. Lo peor del caso era saber que estar sin esa droga lo haría infeliz y miserable. Se durmió pensando en ello; soñó recordando aquello. Soñó con Cuddy, con su juego, con su exigencia. 'Una relación' ¿Y si no era tan malo? Soñó con ella todos los días durmiendo junto a él, despertándolo y alejando la soledad de su vida. Y lo principal, soñó que ella era sólo para él. Siendo dueño de tremenda mujer. ¿Su mujer?
El sol lo sacó de sus fantasías y lo trajo a la realidad: Cuddy despierta, mirándolo y jugueteando con sus dedos. Seguía desnuda a pesar del frío de la mañana ¿Frío? Él no sentía. Estaba demasiado abrigado con su cuerpo, que a pesar de ser delgado y frágil, llenaba al suyo de un calor más allá de lo científicamente explicable.
-Vas a resfriarte si no te vistes –Fue todo lo que se animó a decirle.
-¿Tienes frío? Tal vez esté enferma. Yo no siento.
-Si descubres la enfermedad me avisas: creo que me he contagiado de lo mismo.
Ambos sonrieron. Cuddy se levantó y un escalofrío la atravesó: lejos de House sí podía sentir el aire helado de la mañana. A House le pasó lo mismo. Se vistieron mientras no dejaban de ver al otro, de meditar lo que había ocurrido. El silencio era incómodo, House lo rompió:
-No debería decirlo, pero te oyes genial cantando mi nombre en pleno orgasmo.
-¿Te parece?
-Sí. No conocía ese lado tan salvaje tuyo ¿Segura que jamás has trabajo en un porno? Tus gritos levantarían muchos muchachos adormilados…
-Idiota –Sonrió- Pero tal vez me he pasado. No sé… ayer me sentía tan…
-¿Ganosa?
-Me gustaría alguna palabra más sutil.
-Oh que escandalosa. Me lo querías hacer e innovaste al respecto.
-Yo no bromeaba.
-¿No?
-No. Así que sólo dime cuando voy a buscar tus cosas.
-¿Disculpa?
-A poco quieres que vivamos en tu casa.
-¿Hablas en serio?
-Muy enserio.
-Pensé que estabas medio ebria y por eso me dijiste eso.
-Tal vez sólo me bebí uno que otro martini antes de venir –Admitió- ¡Qué! Ésta sería la actuación de mi vida, debía salir bien.
-O sea que lo de la relación…
-Eres mi novio House, ya te lo dije. Y como ya no estamos en edad de ser novios de pura manito, lo mejor será que te mudes conmigo.
-En vista de que no es una pregunta…
-Ve a casa a cambiarte de ropa. Por la noche iré por ella.
Le guiñó el ojo y salió de la oficina. House quedó entre sorprendido y atontado. Ya era novio de Lisa Cuddy: la droga le había ganado.
¿Les gustó? Ojalá que sí porque a mí me encantó escribirlo! n__n
Haré algo innovador: los capítulos los escribiré con el tema que ustedes quieran. Sólo díganme un tema que sea interesante y yo lo escribo, como no tengo que crear un final, estoy totalmente libre en ese sentido. De verdad. Empezaré con el tema que quieran en el capítulo 3 porque el 2 ya está escrito. Así que ustedes deciden! xD! .. Eso sí, que vaya acorde con Sólo House maneja a House porque sino sería un poco incoherente. BYE!
