Holaaa~ Ha pasado mucho tiempo desde mi aparición en esta categoría... jajaja.. jaja... ja *risa incómoda* No me maten por favor, he estado muy ocupada ;-; Todo es culpa de la universidad :c (?) Saldré de vacaciones en agosto, ya no falta mucho(?)
En fin; casualmente, ese fic (se supone que tendría unos 10 capítulos) lo escribí hace como un mes en mis últimos días de las vacaciones (ejem… felicidad) pasadas; ha estado esperando ahí todo este tiempo porque en realidad no sé cómo manejar este tema (Vean mis dudas existenciales sobre eso en la parte de abajo) Y todavía sigo insegura sobre dejarlo publicado o eliminarlo. Digamos que por ahora es un prototipo. (?) Aun así, espero que les guste~

Bleach no me pertenece.

-Kisuke…- Aspiró profundo, contó hasta tres para así soltar el aire de sus pulmones… Junto a dos palabras que cambiarían el destino sus mundos. –Estoy embarazada.-


Lo amaba, de eso no tenía duda. Lo amaba de tal forma que cuando se dio la situación, no titubeó en enfrentarse contra toda la Sociedad de Almas, dejar a su familia y amigos, y abandonar el estilo de vida que la caracterizó por cientos de años. Lo amaba de tal forma que, después de llevar un siglo y un poco sin verse, aceptó inmediatamente ser la niñera de cuatro mocosos que pretendían invadir el Gotei 13 para rescatar a su compañera. Lo amaba de tal forma que, por más ridículos y desquiciados fueran la mayoría de sus planes, no dudaría en seguirlo hasta el fin del mundo y más allá. Porque simplemente lo amaba.

En su vida no hubo otro hombre más que él. Crecieron juntos, jugaron juntos, lucharon juntos, se enamoraron juntos. Fue él su primer amor, y probablemente el único. A la vista de un desconocido, ellos no eran más que dos polos totalmente opuestos; tal vez era cierto, pues se necesitaban para complementarse. La debilidad de uno se apoyaba en la fuerza del otro. Así fueron siempre, unos entrañables amigos y una equilibrada pareja. Confiaba en él de tal manera, que con los ojos cerrados sería capaz de dejar su vida en manos de este.

Así era su amor; accidentado y a la vez eterno; opuesto y a la vez completo; los mejores amigos, pero a la vez, los mejores amantes. Y vivieron ese amor de la misma forma, por cientos y cientos de años. Y se viera obligada a atar su vida a algo, sería a él, pues estaba dispuesta a pasar esa simple eternidad solo junto a él, junto a Kisuke Urahara.

Y a pesar de que los dos deseaban lo mismo con fervor, sus ideas de una vida juntos constantemente diferían. Ella lo sabía.

Hace ya varios años que él le había estado sugiriendo aquella peligrosa idea; aunque siempre la escondía con sus bromas o parte de sus estúpidos comentarios. Pero el brillo que aparecía en sus ojos cada vez se mencionaba el tema, mostraba con claridad que no eran simples y tontas bromas. Él realmente lo deseaba. Pero ella, todavía no estaba lista para un paso tan grande como tal.

Las cosas finalmente se habían calmado, no más Espadas, no más Quincys, no más invasiones de cualquier otro tipo de enemigo. Después de meses, e incluso años de arduas batallas, todos tenían el descanso que tanto se merecían. No había que preocuparse de nada más que vivir sus vidas.

Los dos pequeños que caracterizaban la tienda de Urahara ya habían crecido. Hace poco, Ururu logró entrar a la universidad. Por otro lado, Jinta, ya formaba parte de uno de los equipos de béisbol más reconocidos del país. A pesar de que todavía vivían ahí, el lugar ya no era el mismo que antes; incluso ella había sentido la diferencia.

Y aun así, todavía seguía sin estar lista. No, en realidad si lo estaba, sabía que tarde o temprano terminaría cediendo ante la descarriada idea de su pareja. La verdad, simplemente no quería estar lista.

Pero el destino no le permitió esperar ese "un poco más".

Todo pasó después de una de sus muy típicas, apasionadas, eróticas y largas noches. Esa mañana se sorprendió a sí misma al no tener el voraz apetito de siempre; incluso, el olor de las características tostadas de Tessai y el café que Kisuke siempre tomaba habían provocado que su estómago se retorciera. Pero no quiso decir nada, pues su sexto sentido animal ya se estaba sospechando aquello. Pasaron los días, su nuevo hábito alimenticio de comer poco seguía sorprendiéndola a ella y a los habitantes en esa tienda; había estado de mal humor, peor de lo normal, y Urahara fue el principal que pagó las consecuencias. Aunque este solo creía que eran efectos de sus esporádicos síndromes pre menstruales. Por otro lado, las náuseas de Yoruichi habían pasado a convertirse en vómitos, escalofríos y repentinas oleadas de cansancio que ella jamás en su vida presenció.

Diez días después de ese incidente, pasó toda la mañana y tarde encerrada en su habitación meditando lo que ya era claro que se aproximaba. Suspiró pesadamente, tenía que ponerle fin a ese asunto. Y en menos de cinco minutos, salió discretamente de la tienda para evitar más sospechas, dirigiéndose a la farmacia más cercana y conseguir una, o tal vez dos, o tres pruebas de embarazo, solo para asegurarse.

Y esa misma noche, en la habitación de cierto tendero…

-Kisuke…- Aspiró profundo. Contó hasta tres para así soltar el aire de sus pulmones… Junto a dos frases que cambiarían el destino de sus mundos. –Estoy embarazada.-


-… ¿Eh?-

Era la mujer de su vida, siempre lo supo. El destino para él es nada, solo son cadenas, que con un inesperado giro, fácilmente se pueden romper; algo en lo que solo los idiotas sin propósito de vida creen. Pero… ¿Su encuentro con Yoruichi simplemente fue casualidad? No todos los días se conoce a una persona que desde niña es capaz de leerte sin necesidad de hablar. No es muy común conocer a una persona que ciegamente te acepta, aun con una extravagante personalidad. ¿A eso todavía se le podía llamar un encuentro casual? Y ni qué decir sobre el asunto de sus fechas de cumpleaños.

Tal vez las leyes del destino funcionaban únicamente en el amor.

Estaba loco por ella, de eso no tenía la menor duda. En definitiva era una mujer preciosa, pero esa belleza solo fue un bono comparado con lo que realmente recibió cuando sus "destinos" se conectaron entre sí. Una audaz compañera de lucha; una íntima confidente cuando de sus planes y secretos se trataba; una fiel amiga que ni en los peores momentos lo abandonó; una amante fascinante, capaz de disolver sus sentidos en nada cuando hacían el amor; la pareja perfecta que él, ni en sus más locos sueño, creyó llegar a merecer. ¿Desde cuándo bastardos manipuladores como él podían llegar a tener tanta suerte? No lo sabía, ni tampoco le interesaba saber. Y por más que lo quisiera negar, si su encuentro con Yoruichi Shihouin se dio por fuerzas mayores, estaría eternamente agradecido con estas por colocarla desde el inicio de su camino.

Sabía que no tenía derecho a pedir, pero aun así, quería más de lo que actualmente tenía. Una parte de él se lo rogaba a gritos. Aunque, esta vez, ella no compartía la misma ambición.

Quería una familia. No del extraño tipo de relación familiar que tuvo con Jinta, Ururu y Tessai a lo largo de los años. Quería una familia de verdad, una familia con la mujer que amaba. Quería tenerla de esposa. El solo imaginársela camino al altar con un elegante vestido blanco y un ramo de rosas en las manos hacía que su piel se erizara. Deseaba más que nada en el mundo formalizar su eterna relación, colocar el más hermoso anillo entre sus finos dedos y ver como de sus suaves labios salía la palabra "Acepto", para después sellar su promesa en un fugaz beso. Y después de eso, completar esa familia con un pequeño niño o una pequeña niña producto de su infinito amor.

… Pero Yoruichi Shihouin odiaba ese tipo de formalidades.

El solo pensar en eso lo deprimía de manera peligrosa.

Ya pasaron dos semanas desde que su comportamiento había estado diferente. Su falta de apetito, ahora, si acaso, comía la cuarta porción de lo que normalmente devoraba en el desayuno; había veces que incluso dejaba intacto el desayuno (Cosa que hería profundamente los sentimientos del pobre Tessai). Se encerraba en su habitación por horas y horas, a veces por un día entero; y en las pocas oportunidades que tenía de verla, se había dado cuenta que su rostro estaba más pálido y cansado de lo normal. Al inicio se mostraba más agresiva de lo normal, pero inmediatamente supuso que eran sus hormonas, dando aviso de que su periodo menstrual estaba pronto a llegar… Pero ahora, evitaba a toda costa convivir con los miembros de la tienda, en especial con él; ahora tan solo se intercambiaban frases cortas, y las veces que intentaba mantener una conversación decente con ella, esta parecía distante a sus palabras. ¿Estaría enferma? Ya casi ni comía… O tal vez, ¿Sería por otra razón?

Desde que Ururu entró oficialmente a la universidad y desde que aumentaron las prácticas de Jinta en su equipo, se había vuelto más insistente respecto al tema de la familia. La constancia de sus bromas con doble intención se había intensificado, cada vez volviéndose más serias. Tal vez eso le haya molestado…

Esa tarde la vio salir con prisa de su habitación, no se inmutó en avisarle a nadie sobre su repentina partida; claro, nunca lo hace, pero hasta ella debía saber que su extraño comportamiento había estado afectando considerablemente los nervios de su mejor amigo. Un simple "Voy a dar una vuelta" le hubiera bastado. Pero no dijo nada. Salió con su gigai puesto, vistiendo ropa común; de alguna manera, saber eso lo reconfortaba, no había pensado en irse y abandonarlo… Por ahora. Una hora después regresó, y con la misma prisa que utilizó para salir de la tienda, entró a su habitación.

Dos de la mañana y no había podido conciliar el sueño, le tenía realmente preocupado. Solo cabían dos posibilidades en su cabeza, y ninguna de estas dos eran opciones muy amigables. La primera, o Yoruichi había adquirido algún tipo de peligrosa enfermedad y no quería preocupar a nadie al informar sobre esta. O, como segunda opción, se había hartado de él y sus "Qué mal carácter tienes, si nuestros hijos lo heredan será gracias a ti" o "Si tenemos hijos, cuando crezcan serían muy sexys para que el mundo pueda resistir". Idioteces así que solo a él se le pueden ocurrir. Y justo en el momento que decidió pensar cómo arreglar su relación, la susodicha entró sin el menor reparo.

No pasaron ni cinco minutos conversando, cuando los ojos del tendero se abrieron a más no poder, resultado una gran noticia, probablemente, la más grande de su vida.

-… Estoy embarazada.-

Dudas existenciales de GrandDiosaSupremaPollito sobre el embarazo shinigami(?):

1. ¿Cuánto dura un embarazo shinigami? (Ok, según mis cálculos (?) 10 años shinigamis equivalen a 1 año humano. Sí, hasta en eso me he puesto a pensar e.e Entonces, si un embarazo humano normal dura 9 meses, ¿¡Por cuanto tiempo una shinigami estará embarazada?! Serían uno años con un mini bebé pateando la barriga, distorsionando las hormonas de la pobre y provocándole horribles síntomas. No :C)

2. ¿Por cuánto tiempo los padres deben soportar la etapa de bebé de sus hijos? (¡¿Se imaginan estar unos 30 – 40 años cuidando a un niño?! ¿¡Cuánto tiempo tardarían en caminar?! ¿¡Y en hablar?!)

3. ¿El bebé sería la reencarnación de alguno? (Piensen en esto, ¿Cuántos muertos no llegan a la Sociedad del Almas día a día? Contando esto, más almas embarazadas por todos lados (Dudo que vendan preservativos en el Rukongai (?)) Habría inflación de población en menos de cinco años e.e)

4. ¡En Bleach jamás se ha visto una persona embarazada! (Seamos sinceros, Kubo tiene la costumbre de separar (matar) a las parejas Canon en Bleach: Hisana y Byakuya, Isshin y Masaki, Ryuken y Katagiri, Gin y Rangiku, Unohana y Kempachi (Btw. Por el amor de todos los animes, que esto no pase con Urahara y Yoruichi o si no me volveré un capullo como Aizen T_T (?)) Es decir, NO hay romances vivos en Bleach… Y si no hay romance, no hay relaciones sexuales… Y sin relaciones sexuales, no hay mujeres embarazas. SIMPLEMENTE NO SE PUEDE ;_;)

Malditas dudas existenciales e.e… Se supone que este sería un fic donde se presentarían anécdotas vividas por estos dos durante los nueve meses, es decir, nueve capítulos más el prólogo y un posible epílogo. Pero sinceramente no sé qué hacer con estos cálculos extraños que he hecho (?) ;_;