K & K Petrova.
La maldad y la belleza corre por sus venas
Capítulo I
Regreso a Mystic Falls
He vivido más de 2.000 años, toda mi familia había muerto a os pocos días de haber "nacido", aunque una prima lejana sobrevivió, es muy joven, tiene pocos conocimientos, pero hay algo que sabe hacer muy bien: huir. Desde unos meses antes de ella haber "muerto" huye de Klaus, ella es Katerina Petrova o Katherine Pierce como se llamaba ahora, el amuleto para romper el hechizo del sol y la luna.
Solo había venido dos veces a Mystic Falls en toda mi existencia, la primera en 1.248 cuando buscaba a Elijah y la segunda cuando me entere que existía otra Petrova, corrí en su búsqueda llegando a la casa de Rose pro allí note un olor que distinguía bien, en ese instante supe que Katerina era un nuevo vampiro, también que la venganza de Klaus sería terrible y la familia Petrova no seguiría existiendo. Seguí a Katerina siglo tras siglo hasta que su rastro me trajo de vuelta a Mystic Falls en 1868 ese año ella cometió uno de sus peores errores de su existencia el cual nos volvió a traer aquí y gracias a ella yo cometí el mismo error, la única diferencia fue que el de ella si era correspondido, el mío no.
Recorrí cientos de kilómetros hasta llegar al ya conocido pueblo, aunque había cambiado mucho tenía la misma esencia, pero esta vez había algo más que vampiros, algo que no había vuelto a ver desde ese entonces. Hice a un lado ese pensamiento y seguí mi camino, baje del auto y observe el porche, sentí un escalofrió recorrerme la espalda, tome una gran bocada de aire y toque dos veces la puerta, oí como alguien se acercaba y abría la puerta, suspire de alivio y al mismo tiempo estaba sorprendida, ya que la persona que tenía en frente era Rose, la abrace con fuerza, ella tardo un poco en devolverme el abrazo ya que supongo que también estaba sorprendida por verme allí.
-¿Qué haces aquí?- pregunto ella cuando deje de abrazarla.
-Eso te iba a preguntar, pensé que estabas con Trevor- Rose bajo la mirada y note en sus ojos un dejo de tristeza, supuse que Trevor había muerto, pero una duda surgió de inmediato ¿Por qué estaba aquí y no con Lexy?, ellas eras muy buenas amigas, casi como hermanas.
-No tengo para donde ir y aquí me acogieron- Me sonrío pero la felicidad no alcanzo a llegar a sus ojos.
-¿Y Lexy? De seguro ella te ayudaría-
-Lexy ya no existe más, lo lamento- Dijo al quien detrás mío, reconocí su voz de inmediato, voltee bruscamente, y hay estaba él sarcástico como siempre, recostado sobre una pared y sonriendo -¿Qué haces aquí Katrina?-
-La mataste ¿Verdad o me equivoco?- Su sonrisa se ensancho y yo rodé los ojos –Tengo cosas pendientes que hacer aquí, y lo que haga o deje de hacer no es de tu incumbencia Damon- Le sonreí -¿Dónde está Katerina?-
-Tampoco la encontraras a ella, está en la tumba de piedra- Respondió Rose, no podía creer que hubieran atrapado a Katerina en esa tumba, ella siempre decía que era demasiado inteligente como para caer en una trampa. Reí con ganas, sabía que algún día estaría encerrada pero nunca imagine que fuera tan pronto. Pare de reír al recordar que había otra doble, ella seguía siendo humana así que estaba en peligro, al igual que Stefan y Damon ya que estaban ayudando a la doble, Elena creo que era su nombre.
-Elijah los matara- susurre nerviosa al imaginar morir a Damon, cuando el soltó una carcajada, le di una mirada de furia y pregunte llena de rabia -¿Qué es tan gracioso?-
-de que siques teniendo una gran imaginación- Se acercó tanto a mí que sentí su respiración cerca a mis labios -¿Piensas que me dejare matar tan fácil?- sonreí poniéndome detrás de él y acercando mi boca a su cuello, susurrándole en su oído.
-Ya te dejaste matar una vez y quien lo hizo era una chica- me aleje de él y mire a Rose, la cual tenía una ceja alzada mirando fijo a Damon.
-Es de muy mal gusto jugar con dos chicas al mismo tiempo Damon, ¿Lo sabes?- con eso rose dio media vuelta y se marchó a la sala de estar. Mire a Damon quien se encogió de hombros y rodo los ojos.
-Se suponía que somos dolo "amigos con derechos"- Me tomo de la cintura y acerco su rostro al mío –Pensé que no te volvería a ver nunca más, me habían dicho que estabas muerta- me acerque a sus labios y sonreí.
-Ya quisieras tu que yo estuviera muerta- Y con eso salí de la casa, con demasiadas cosas en mi cabeza, pero primero tenía que encontrar a Katerina.
Capitulo II
¿Primas?
Rente una cansa en el bosque cerca a la casa de los Salvatore. Cuando Stefan llego me conto que Katerina tenía la piedra lunar. Sabía que ella no era tan tonta como para ir a la tumba sin nada en sus manos. Así que planee esta noche ir a visitar a mi queridísima prima (nótese el sarcasmo). Llene una maleta entera con sangre, sabía que ella lo necesitaba y con un poco podría convencerla. Salí de la casa y me dirigí a la de los Salvatore, entre a ella sin tocar la puerta. Cuando llegue a la sala me asombre de ver a la otra doble, eran tan idénticas que dude y pensé que era Katerina. Fui caminando más cerca de ella y susurre:
-Katerina… no, tú no eres ella. Entonces ¿Cómo puedes ser tan idéntica? Tu olor, tu apariencia y hasta un poco de tu esencia. Tú debes ser Elena-
-S… Si- tartamudeo y Stefan se interpuso entre nosotras, yo sonreí y solté una pequeña carcajada.
-Tranquilo, no le haré daño, aun no- Mire a Damon y le sonreí, el me devolvió la sonrisa y volví mi mirada a Elena- Dime ¿Dónde está la tumba?
-¿Crees que conociéndote tanto te diremos dónde está la tumba?- me contesto Damon mirándome fijamente.
-Solo estaba pidiendo información por las buenas- me acerque a él hasta que sentí su respiración sobre mis labios y puse una mano sobre su pecho –pero yo no tengo problema alguno en sacarte información de otra forma- le dije mirándolo a los ojos, él me tomo de la cintura y me acerco aún más a él.
-Haz lo que se te venga en gana- puso un dedo bajo mi mentón, nos fuimos acercando hasta que al quien atrás de nosotros se aclaró la garganta, los dos reimos y voltee a ver a los demás, no había notado que habían más personas en la habitación, claro cuando vi a la doble se me olvido el resto del mundo. Los demás prestaban atención a la escena, Stefan noto mi cara de confusión.
-Ellos son Caroline- señalo a una rubia, era hermosa pero debía aclarar que también era vampira -Bonnie- una chica de color, cuando la vi fijo a los ojos, sonreí, pude notar que no era una chica cualquiera, ella me podría ayudar en algo, ya que su esencia denominaba que era una bruja –y Jeremy- un chico alto, cabello color caoba, ojos color chocolate oscuro, buen cuerpo y exquisita sangre. Quizá él podría ser mi nuevo juguete, reí para mis adentros y Stefan siguió con las presentaciones –Chicos ella es Katrina Petrova, prima de Katherine- todos abrieron los ojos, Caroline se puso en posición de ataque y sentí una presión en el pecho, supuse que esa era Bonnie. Reí con ganas y solo me dedique a mirarlos –No se asusten ella no es como Katherine-
-Es mucho peor- dijo Damon, yo solté una risita.
-Lo ce, pero aun así me amas-
-Eso es lo que tu quisieras- Reí fuertemente y lo mire a los ojos
-Ce que algún día lo harás y así olvidaras a Elena- con eso me dirigí a la puerta, pero antes de salir Elena me tomo del brazo
-Explícame lo de "olvidaras a Elena"- la vi a los ojos y note que su mirada era de confusión
-Qué te lo explique él, al fin y al cabo él es quien lo siente- les sonreí y Salí a buscar la tumba. No me fue difícil hallarla ya que el lugar tenía un gran grado de energía negativa. Baje a la tumba y entre, Katerina se hallaba en un estado deplorable, estaba en el suelo, llena de tierra, con su vestido rasgado y se le notaba muy cansada. En el instante en que me vio, trato de sonreír pero al ver que yo no lo hacía se asustó. Le di una botella de sangre y cuando tuvo las fuerzas suficientes me miró fijamente, en ese momento si le sonreí, no era una sonrisa cualquiera, era la típica sonrisa del cazador a punto de cazar la presa que tantos problemas le había dado –Hola Katerina, cuanto tiempo prima-
