Disclaimer: glee no me pertenece, ni sus personajes. Asique es responsabilidad de Ryan Murphy y de FOX si les intoxico con mis palabras, porque es SU culpa que desvaríe por glee.
Lo que no debo decir
"Perder"
No lo vi caminar hasta mi, y solo fui consciente de que estaba a mi lado cuando tomó mi mano entre las suyas. El viento que me llegaba directo desde la ventana enfriaba el camino húmedo que las lagrimas habían dejado sobre mis mejillas hacía unos minutos atrás.
Normalmente al estar él a mi lado hubiera tratado de esconder mi verdadero estado de animo, porque ante cualquier persona tengo que parecer perfecto, pero para él quiero serlo.
Sin embargo, sentir el calor de su mano, su cuerpo a mi lado, su...empatía... me hizo sentir liberado de algo, como si no pudiera sostener más esa mascara sobre mi cara.
El nudo en mi garganta se estrujo con violencia al tragar saliva, me voltee hacia mi derecha, donde el se encontraba, y escrute sus facciones. Al ver que me dedicaba una sonrisa comprehensiva mis ojos se aguaron nuevamente.
-¿quieres hablar?- me ofreció, acariciando mi mejilla con sus suaves dedos.
No pude decir nada, y en cambio un sollozo salió de mis labios haciendo que mi pecho se sacudiera con violencia.
La verdad no, no quería hablar, eso no me sacaría el tremendo dolor causado por el absurdo rechazo de mi padre. Lo único que realmente quería en ese momento era ser aceptado por él, porque a pesar de lo mucho que dijera que estaba acostumbrado a su mirada decepcionada, me dolía, era mi padre, y hasta una cierta edad el me había querido, me había educado con amor y se interesaba por mi. Hoy solo se conformaba con pagarme los estudios y la comida, ese era su deber y se atenía solo a cumplirlo como debía hacerlo.
Desde que les había confesado a mis padres que era gay las cosas no habían ido muy bien en mi casa: papá trabajaba hasta tan tarde que apenas tenia tiempo de cenar antes de acostarse a dormir, y yo procuraba hacer lo mismo para no tener que toparme demasiado con el.
Mi madre no me rechazaba por ser gay, eso no le importaba, pero yo sabia que parte o quizás el completo porcentaje de su frialdad hacia mi era porque me culpaba de que su marido ya no quería formar parte de nuestra familia, que ya no la tocaba, ni le hablaba, ni le sonreía. Yo había acabado con la familia y con su matrimonio, que en algún momento había sido prácticamente perfecto. Cualquier mujer odiaría a quien arruinara su mas profundo sueño.
Sollocé nuevamente, y luego otra vez, y otra vez. No podía parar de sollozar mientras las lagrimas caían por mis mejillas como una llave abierta.
Era tan doloroso saber y que me recalcasen cada día que había destruido mi propia felicidad, a los que más amaba, y que no existe vuelta atrás para algo así.
Nunca podría perdonarme a mi mismo por ser tan imprudente.
Nunca podría perdonarlos a ellos por ser tan egoístas e intolerantes.
Pero no debía arrepentirme de nada de lo ocurrido, debía tener coraje, porque había alguien que me importaba y que se sentía orgulloso de mi, de lo que había logrado hacer incluso aunque hubiera resultado en un desastre. Kurt me admiraba y me amaba, lo que iluminaba el espectro de mi funesta vida familiar.
Kurt, los Warblers, los estudios: no podía estarle más agradecido a esas tres partes de mi vida, lo único que rogaba al cielo era que fueran, sino eternas, lo más duraderas posible.
-Te has peleado con tu padre ¿verdad?-
asentí con la cabeza y cerré los ojos con fuerza. Sus brazos rodearon mi espalda lentamente en una cálida caricia.
-No te preocupes Blaine, ya lo solucionaremos- su voz no titubeo.
Quería creer en sus palabras y estar tan confiado como él, pero sabia perfectamente que a estas alturas arreglar las cosas era un sueño poco realista.
Lo más probable era que en menos de un año mis padres estuvieran separados y mi madre me odiara por el resto de su vida. Y ese era el pensamiento más optimista que podía concebir.
Pero Kurt no lo sabía. Nunca le había contado como eran las cosas en mi vida fuera de Dalton. Lo dejaba ver lo que le hacia feliz, lo que vivía con el, con los chicos del coro... mis momentos felices; mientras los momentos tristes eran tapados con sonrisas o simplemente omitidos.
Me había prometido que seguiría siendo así durante el mayor tiempo posible, no quería que se preocupara por mi, quería seguir siendo invencible, valiente ante sus ojos. No podía decepcionarlo, no podía soportar perderle a el también.
Aunque tampoco podía soportar más esa situación en completo silencio, en soledad. Se estaba convirtiendo en una carga demasiado pesada de llevar en un solo par de hombros, y si no confiaba en él... ¿en quien?. Kurt era la única persona que podía entender lo que era ser rechazado solo por ser lo que eres.
-Estoy harto Kurt... estoy cansado de que me mire como si me hubiera muerto. Es terrible ver todos los días como la gente a mi a alrededor, la gente que apenas me conoce hace un corto tiempo, me acepta, me respeta... incluso la gente que me importa un carajo. ¿porque ellos no pueden hacerlo? ¿porque mi madre y mi padre no pueden quereme como soy y ver más allá de lo que sus estúpidos prejuicios e ignorancia les dicta?-
Después de decir aquello agradecí enormemente que los pasillos de Dalton siempre estuvieran despejados de gente, porque estaba chillando como un histérico.
No quería que él me viera así, pero mis emociones se estaban saliendo de mi control.
Desencaje mi rostro del hueco de su cuello para ver su rostro. Temía que estuviera asustado de mi, o triste, o decepcionado. Temía ver en sus ojos la reacción de mi padre.
Pero no fue así, porque su mirada estaba llena de amor y comprensión, y en sus labios se dibujaba la sonrisa más dulce, más acogedora que había visto en mi vida.
-Supongo que solo están asustados y no saben que hacer. No creo que te odien Blaine, no se puede odiar lo que alguna vez se amó.-
-No Kurt, en mi caso es distinto. Creo que mi madre realmente me odia y mi padre esta tan decepcionado que quiere pretender que no existo-
aunque había serenado el tono de mi voz, las lagrimas seguían cayendo una tras otra, al igual que los espasmos que me hacían sentir como un idiota.
No sé que gesto estaría haciendo mi cara, pero vi de pronto sus ojos compungidos de preocupación.
-Blaine, ninguna madre que crié a su hijo por diez y seis años puede odiarlo, grabate eso en la cabeza. Las madres que no quieren a sus hijos los abandonan, e incluso a veces una madre abandona a su hijo por amor, para darle una mejor vida. Que una madre odie a su hijo es inhumano.-
La seguridad en la voz de mi novio me remeció un poco.
-Tampoco creo que tu padre te odie- continuó -me parece improbable. Tal vez en algún momento se sintió decepcionado, pero puede que ahora solo este asustado, inseguro. Tal vez quiere arreglar las cosas pero no sabe como acercarse y hablarte.-
Kurt estaba tratando de hacerme razonar, de presentarme un punto de vista más positivo para subirme el animo. Pero aunque sus palabras habían calmado mi llanto, aun me dolía. La herida seguía allí, y no se iría a ninguna parte, porque aun podía escuchar sus gritos, aun podía ver sus manos sacudirse en el aire y su mirada iracunda.
-¿Por que a sido la pelea?- me pregunto con un fingido tono casual para quitarle peso al asunto.
-Me a preguntado que voy a hacer este fin de semana, durante el desayuno. Por que se acerca mi cumpleaños.-
-¿Le dijiste que nosotros te lo vamos a celebrar?-
-Si-
-¿Se enojó por eso?-
-No-
Esperó un momento a que yo siguiera hablando, y como no lo hice me preguntó directamente.
-¿Por que se enojó entonces, Blaine?-
me separé de su abrazo y rehuí su mirada.
-Me preguntó quien eras tú, y por que iba a celebrar mi cumpleaños en tu casa, así que le e dicho que eres mi novio.-Su expresión preocupada se agudizó. No me gustaba ver su rostro de esa forma, y menos por mi culpa.
-Iras de todas formas, ¿verdad?- me pregunto con voz temblorosa.
No sabia como poner en palabras la petición que tenia que hacerle. No era la gran cosa, pero sabia que sonaría como si quisiera escaparme de mi casa. Bueno, eso era más o menos lo que realmente quería después de todo.
-De hecho, estaba pensando si tal vez... podría ir a tu casa hoy mismo. No quiero llegar temprano a la mía, seria algo incomodo...-
-Puedes quedarte si quieres- ofreció de inmediato – papá no tendrá ningún problema si le explicamos la situación...-
-No... no Kurt, gracias, pero creo que eso solo me causaría más problemas- le mentí.
En mi casa nadie se daría cuenta si yo no dormía allí, pero no quería tener que contarle a Burt todo mi drama familiar, era demasiado vergonzoso y no quería darles pena a los Hummel.
-Entonces puedes quedarte a cenar y luego Finn te va a dejar. Así solo llegas a tu casa a dormir...-
Su voz sonaba tan dulce que se me estrujó el estomago.
-Blaine, no llores. Las cosas mejoraran...- me dijo alarmado cuando vio que mis ojos se llenaban de nuevas lagrimas.
Me le acerque nuevamente y lo abracé con fuerza.
-Gracias, Kurt, gracias- le bese en los labios sin importarme que estuviéramos a la vista de cualquier otro estudiante merodeando por los pasillos- siempre logras hacerme sentir mejor.-
Su mirada de cachorro confundido me hizo sonreír.
Apenas llegamos a la puerta principal Burt nos la abrió y nos saludo con una amplia sonrisa. Estaba esperándonos.
-¿Como estas Blaine?- me saludo planteándome la espalda.
-Bien señor, gracias.- le conteste, levantándome el animo para poner una buena cara a los padres de Kurt. Al parecer solo se encontraba él en casa, lo que era bueno, al menos para mí.
Siempre que visitaba la casa de los Hummel y estaba toda la familia terminábamos jugando Monopoly o algo por el estilo, cosa que no me sentía capaz de hacer en ese momento.
Lo único que deseaba era recostarme junto a Kurt en su cama y abrazarlo hasta que tuviera que largarme a mi infierno personal.
-¿Carole y Finn han salido de compras?- preguntó Kurt.
Su padre le respondió que si con poca seguridad.
-Fueron a comprar abarrotes- agrego, demasiado enfático,como asegurándose de que sonara convincente.
Probablemente estaba tratando de ocultar el hecho de que Finn y su madre habían ido a comprar las cosas que necesitarían para celebrarme el cumpleaños al día siguiente, lo cual era extremadamente adorable. Eran una familia acogedora, pero me hacían sentir que estaba siendo adoptado, como si fuera un niño huérfano.
-estaremos en mi habitación- declaro Kurt -nos llamas cuando la cena este lista ¿si?-
normalmente Burt hubiera fruncido un poco el ceño como gesto preventivo, o me hubiera invitado a ver lo que sea que estaba viendo en la televisión. Pero esta vez, por primera vez, en su rostro se dibujo un gesto comprehensivo y nos dejo ir sin mas que un simple "claro".
Debía saberlo. O Kurt le había contado lo que me pasaba sin que yo me diera cuenta, o era más perspicaz de lo que aparentaba.
De cualquier forma, agradecí que no me hiciera preguntas o emitiera algún comentario al respecto. Estaba tratando de mantener mi expresión en estado neutro.
Subimos a la habitación de Kurt con un par de vasos de jugo y una caja llena de DVD`s.
Apenas Kurt cerro la puerta detrás de nuestras espaldas me encaje entre sus brazos y enterré el rostro en su cuello. Sin dejar de abrazarme se estiro hasta el mueble más cercano para dejar los vasos y luego hizo lo mismo con la caja de DVD´s que yo me había olvidado que sostenía en la mano.
Me guió hasta su cama y nos recostamos sobre ella en completo silencio.
Su cuerpo era el mejor refugio que podía pedir: cálido, suave, blando, mio. Me sentía confortado por su sola presencia.
Enterré aun mas mi rostro debajo de su mandíbula tibia y apreté los brazos en torno a su espalda. Mis ojos se llenaron de lagrimas, y aunque me sentí estúpido por ello, no pude evitar ponerme a llorar otra vez, aunque hubiera sido saludable evitarlo porque ya tenia los ojos hinchados y rojos, y me ardían como si me hubieran echado agua con cloro. Pero tenia ganas de llorar, ganas de sacar la pudrición que tenia dentro.
-puedes apagar la luz... por favor- le rogué, sintiéndome avergonzado de que pudiera verme con el rostro compungido. Asintió con la cabeza y se paro a apagar el interruptor rápidamente.
Cuando volvió me ofreció acostarme debajo de las frazadas, y yo lo hice sin pensar en el hecho de que estar ambos bajo las tapas de la cama no era algo que Burt aceptaría bajo ninguna circunstancia, pero no me sentí responsable, porque sabía que en mi estado anímico era imposible pensar en hacer las cosas que el padre de Kurt tanto temía que hiciéramos. Lo más que haríamos esa tarde seria abrazarnos y hablar.
De pronto descubrí que en la penumbra no me avergonzaba tanto sonar indefenso, mientras el no viera mi rostro me sentía libre de hundirme en mi miseria, pero me sentía culpable de hacerle participe de algo tan desagradable. No era justo para él.
-lo... lo siento... K-Kurt- tartamudee a causa de los espasmos -perdoname por obligarte a... a estar aquí... sin hacer nada... de verdad lo siento.-
Sentí la almohada y su hombro mojados con mis lagrimas.
-No tienes que pedirme disculpas Blaine, para eso estoy. Siempre puedes contar conmigo para lo que necesites- llevo su mano hasta mi pelo y comenzó a hacer círculos en mi nuca. Al relajarme el sonido de mi llanto se tornó en gemidos casi inaudibles y espasmos silenciosos.
-lo se- le susurre.
Comenzó a tararear una lenta canción que yo no conocía, y ,en algún momento mientras me acariciaba y cantaba, me quede profundamente dormido.
Abrí los ojos y encontré la habitación en penumbra, y un espacio vació a mi lado donde antes estaba el cuerpo que añoraba.
Me desperté por dos razones: porque dejé de sentir el calor de Kurt confortandome, y porque escuché un enorme bullicio en la calle. Me figure que era mas grave de lo que yo podía percibir, por que la lluvia ahogaba el sonido de los gritos de una voz que me pareció demasiado familiar.
Súbitamente reconocí a su dueño, y salí disparado de la cama.
Corrí a la puerta de entrada y me encontré con la familia completa aglomerada en el umbral. Fuera, a una distancia de al menos tres metros, vi su figura rígida como una tabla, su ropa empapada al extremo. Mi padre, era mi padre el que gritaba en la calle, bajo la lluvia, a oídos de todo mundo.
Me pregunte que diablos le había dado de repente por empeñarse en hacerme aun más difícil la vida, y cuanto rato llevaban ya discutiendo él y Burt para que su ropa estuviera tan mojada como estaba (considerando que la lluvia no era precisamente torrencial), aunque, conociendo a mi papá, debía ser mas un monologo que una discusión.
Cuando me vio detrás de la escena su rostro enfurecido cambio, poniéndome rápidamente esos ojos doloridos que siempre parecía ponerse encima como quien se pone un par de gafas para el sol. Odiaba esa mirada, esa en particular, y más que todas las demás de la gama de formas hirientes que el tenia de tratar conmigo, incluso más que la mirada iracunda que usaba cuando peleábamos, porque esta era mucho más ofensiva, porque me hacia sentir culpable.
Me miraba como si hubiera asesinado a alguien, como si fuera un monstruo.
-Blaine, súbete al auto- me ordenó con voz autoritaria.
Avergonzado, agache la cabeza, y me abrí paso entre los presentes para evitar agravar el escándalo.
-No- Kurt me tomo del brazo y me dedico una mirada asustada. Su voz quebrada fue como una puñalada al pecho.
-Apurate, no tengo toda la noche- agito una mano en el aire en gesto de apremio. Claro, como si tuviera algo más que hacer que comer e irse a dormir sin mirar a nadie, pensé.
cuando di otro paso Burt alargo un brazo delante de mi.
-Espera Blaine- me pidió. Luego le hablo a mi padre -Escucha...- esperó a le dijera su nombre para continuar con lo que iba a decir.
-Anderson - respondió a secas. No iba a permitir que le tuteara.
-Escuche, señor Anderson- continuo el padre de Kurt con voz cabreada- Blaine es un chico bueno. Es cierto que a cometido un error al venir aquí sin avisar, pero eso no justifica el tono de voz con el que le habla. No es su mascota-
Los músculos faciales de mi padre temblaron de rabia.
-¿y como cree usted que debo hablarle a mi hijo, señor Hummel?, ¿como debo tratarle?¿como una figura de porcelana?... ¿acaso usted lo trataría mejor, como un buen padre?- me clavo sus ojos azules llenos de reproche- Por eso has venido aquí. por eso siempre vienes aquí...¿verdad, Blaine? Porque tienes que buscarte un mejor padre que yo, una familia mejor... ¿o me equivoco? -
Hizo una pausa como esperando a que yo dijera algo, y como no lo hice se enfureció aun más.
-¡reconoce que prefieres venir aquí solo porque no quieres estar con tu verdadera familia!-
No me atreví a responder porque sabia que después podría arrepentirme de las palabras que salieran de mis labios.
-Si así fuera, la culpa no seria de Blaine, señor- escuche decir a Kurt a mis espaldas. Sus palabras sonaron ásperas a pesar de su voz aguda y susurrante.
Mi padre desvió la vista hacia él y le miro despectivamente de los pies a la cabeza. Arrugo la nariz repugnado antes de volver a mirarme.
-¿O es que vienes aquí solo para revolcarte con este... ?- Me preguntó, refiriéndose obviamente a Kurt, aunque sin terminar la frase.
Burt resoplo y dio un par de pasos hacia adelante en actitud amenazante.
-¿"Este" que?- siseó.
Ignoro la pregunta del ofendido hombre que tenia en frente.
-¿es él?- Me pregunto en un susurró, y en su voz fui capaz de detectar un ápice de inseguridad, aunque se había empeñado en aparentar lo contrario. Me estaba rogando que le dijera que no.
Tragué saliva pesadamente y asentí con la cabeza. La piel de su cara pareció derretirse. La miá en cambio se sentía cada vez más tirante.
Se dio media vuelta, caminó hasta su auto, luego se volteo nuevamente hacia nosotros y me hablo con una voz que no parecía la de él, una voz plana, ausente.
-Quédate, pero mañana llega antes de las diez de la noche.-
Abrió la puerta, se subió al auto y se marchó.
No sé porque, pero sentí el impulso de seguirlo, y sin darme cuenta avance hasta donde había estado parado hacia tan solo un instante.
Me quede bajo la lluvia, sin moverme, sin hablar, sin pensar... sin saber que mierda hacer.
Kurt, silencioso como siempre, se me acercó, y puso una de sus manos de algodón en mi hombro. Dijo algunas palabras desesperadas que no escuche en un principio, pero que de a poco me fueron devolviendo a la realidad. Algo sobre la lluvia, algo sobre la cena, algo sobre su padre. Una pausa silenciosa. Luego algo sobre mi, sobre mi padre, mi madre... sobre mi tristeza.
Solo le presté verdadera atención cuando dejo de hablar por varios minutos y, en cambio, le escuche llorar. En ese momento me di cuenta de que la lluvia no era lo único que mojaba mis mejillas, al igual que las de él. Me giré y de inmediato rodeó mi cuello con sus brazos.
Ya no quedaba nadie en el umbral de la puerta cuando la divisé por sobre el hombro de Kurt. No tenia idea de cuanto tiempo llevábamos parados allí, pero, a juzgar por lo mojados que estábamos, supuse que había sido bastante. Me separé un poco de él y escruté sus facciones.
Decidí justo en ese momento, al ver sus cejas estrujar su frente, al ver su barbilla tiritar, al ver sus orbes azules rodeados de una red de venas rojas, que esa era la ultima vez que me permitía causarle una preocupación así.
Besé su mejilla, su nariz, su frente, sus ojos y sus labios. Entrelacé mi mano con la suya y me encamine hacia la casa.
Me dolía la cabeza como si tuviera fiebre, y mi cara de seguro estaba roja, al igual que mis ojos que ardían como el mismo infierno.Pero ya no tenia ningún sentido tratar de esconder lo que era más que evidente: Mi padre me odiaba. Y, si, me afectaba, me reventaba los sesos.
Lo malo era que ya no me reventaría los sesos solo a mi.
Gracias/perdon por haberme leido, dependiendo del caso.
Este es el primeriiisimo Fic que subo, y de hecho no estoy muy segura de haberlo subido correctamente, porque aun no estoy familiarizada con el uso de esta pagina y la verdad es que soy una troglodita con respecto a internet y sus artilugios. Así que tendran que perdonar mi ignorancia.
Estoy ansiosa por leer sus reviews, ya sean estos criticas (con suavidad), sugerencias o felicitaciones, O todo eso junto.
También espero que les haya gustado y que lean el próximo capitulo, que ya pronto subiré (a menos de que ustedes lo hayan odiado y me pidan lo contrario ._.).
Amame, admirame, envidiame u odiame... pero no me olvides.
Kono ._.
