Hola! comenzando esta nueva historia que es muy especial para mí y que ya lleva unos cuantos años esperando ser publicada. Muchas gracias a todos quienes me animaron a publicar este conjunto de palabras que realmente adoro, es un escrito que tiene mucho de mí.

Gracias especialmente a Mar Laridae que me ayudó hasta el último minuto, a Susy Snape que le dio su bendición al capítulo corregido, a Nat Potter W por los grandes consejos, a Gadi por escuchar mis ideas, a Angeles por ser la primera en creer en esta historia, a Belén por su apoyo incondicional y Anatripotter por ser la primera en saber de este fics unos años atrás.

La canción que escucharán es del maravilloso Bon Jovi "Como yo nadie te ha amado" y nada... solo espero que le den una oportunidad a esta historia, los quiero mucho!


Capítulo 1: Descubriendo tu infelicidad

― Te amo ― Resopló Ginny agotada pero con una sonrisa radiante en los labios estaba extasiada, exultante. Acababa de hacer el amor con tanta pasión y ternura, con un desenfreno agotador con su esposo. Hace más de doce años estaba felizmente casada con Harry Potter, sin embargo cuando ella lo miró él parecía distante de esa habitación con el dorso de la mano apoyada en la frente mientras intentaba serenar su respiración parecía angustiado y preocupado. Ella se acercó y le dio un dulce beso en la mejilla sabía que su esposo estaba con problemas en el bufete que lo traían vuelto loco y lo entendía completamente como siempre en esos placenteros y tan felices doce años que tanto disfrutara. Intentaría sacarlo de esa preocupación sonrió dulcemente al recordar a sus hijos ― Cariño hoy Albus me comentó que estaba nervioso por la llegada de su partida a Hogwarts intenté tranquilizarlo y me dijo que ese era un tema que iba a tratar con su héroe, con su padre, ya sabes como es tu hijo ― Sonrió Ginny ― ¿te dijo algo?

― No, hoy casi no hablé con los niños ― Intentó explicarse y Ginny tomó su mano y la besó.

― No tienes que explicarme nada amor sé qué piensas en el trabajo, pero debes estar tranquilo todo saldrá bien, lo prometo ― Intentó tranquilizarlo ― ¿qué te parece si organizamos una de esa comidas que solíamos hacer cuando los niños eran más pequeños? ¡Así podrás hablar con Albus decirle que todo estará bien bromear con él y decirle a James que no descuide a su hermano en Hogwarts es tan bromista como tu padre pero aplicado en sus estudios tanto que me preocupa que ese niño siga los pasos de Hermione en el colegio ― Sonrió queriendo hacer aparecer una sonrisa en los labios de su esposo que no consiguió.

― Sí ― Musitó Harry cortante. No se daba el tiempo de mirar a Ginny de acariciarla o decirle algo dulce después de haberle hecho el amor y al parecer ella no se daba cuenta. Estaba pendiente del rostro de su marido y de intentar sacarlo de esas preocupaciones.

― ¡Amor en solo quince días cumplirás treinta y tres años! ― El tiempo en él parecían no dañar y es que aún ambos seguían siendo jóvenes. Harry seguía tan guapo como a los veinte años ese cabello alborotado esos preciosos ojos esmeraldas le daban ese aire viril e infantil que ella amaba tanto. Ginevra Potter tenía el mismo cuerpo esbelto que en la escuela si es que no era mejor ahora, los dos embarazos no mermaban en rastro de huellas era tan esbelto como escultural. El cabello era tan largo que llegaba casi hasta la cintura era tan rojo como brillante y tenía unas hondas preciosas enroscando el pelo en las puntas. Miraba a su esposo perdida el rostro de Harry parecía tan precioso cuando llegaba el reflejo de la luna hasta él ― treinta y tres años señor Potter y sigue tan guapo como hace doce años atrás ― Suspiró Ginny. El rostro preocupado de Harry la trajo de vuelta al mundo – Cariño, ¿Estás bien? – Él por primera vez desde que ella comenzara a hablar la miró. Parecía triste, abatido y tremendamente preocupado. Ginny le acarició el rostro con dulzura venerando por sobre todo lo que tenía con él, lo que juntos construyeron a través de esos doce años el broche de oro siempre serían James y Albus y el inmenso amor que había hasta ahora entre los dos y justamente por todo lo que tenía en ese momento daría su vida por sus hijos y por su esposo, a los tres hombres que tanto ella amaba, veneraba e idolatraba. Simplemente su familia.

― Solo estoy agotado ― Ambos se miraban a los ojos, ella aún acariciándole el rostro con una sonrisa enamorada en el rostro, suspiró profundamente y acercó su cuerpo desnudo al de su esposo, enredando sus piernas con las de él.

― Te amo, Harry ― Dijo ella mirándolo profundamente. Él parecía más triste que antes con las palabras de su esposa ― Sabes que puedes confiar en mí ― Susurró ella conocía a la perfección a Harry como para pasar por alto que algo lo preocupaba y no lo dejaba en paz. Harry la miró fijamente entendió que ya no podía más... esa era la noche, lo había prometido. Ya no podía seguir mintiendo ni a ella ni a sí mismo no podía fingir más con su esposa, no era justo con ella ― Te amo ― Suspiró Ginny y ya era tiempo de la verdad.

― Ven ― Susurró Harry mientras se levantaba de la cama y le pasaba la parte de arriba de su propio pijama a Ginny y él se ponía los pantalones.

― Harry, ¿qué ocurre? – Preguntó ya preocupada mientras se ponía la prenda que su esposo le pasara.

― Debemos hablar Ginevra ― Dijo y ambos se encaminaron hasta las butacas que habían en la habitación. Harry sabía que estaba a punto de soltar una bomba que haría saltar su vida y la de ella. Los dos se sentaron y Ginny se dedicó a mirarlo fijamente a los ojos ― Hace un año cometí una imprudencia algo que jamás me imaginé haciéndolo pero el caso es que lo hice, no recuerdo como llegué hasta ese punto pero lo hice y cambió muchas cosas.

Yo no vi las flores marchitar

ni ese frio en tus ojos al mirar

no, no vi la realidad

me ibas a dejar...

Harry no podía mirarla a los ojos mientras hablaba y Ginny escuchaba silenciosa cada palabra que salía de la boca de su esposo con el horrible presentimiento que algo espantoso estaba por ocurrir algo referente a ellos dos y no al trabajo. Sus manos temblaron ligeramente, luego sonrió e intentó calmarse, nada malo ocurriría en su matrimonio y si así era lo hablarían y solucionarían sus problemas como siempre había sido durante esos doce años de matrimonio.

― ¿Recuerdas cuando estuve en Boston casi tres semanas por trabajo? – Ginny asintió recordaba todo. Harry la miró con el dolor reflejado en el rostro quería que sus palabras no le dolieran tanto, amortiguar en lo posible la caída de su esposa. Ginny borró su sonrisa y solo se limitó a mirar esos ojos esmeraldas que tanto amaba ― Creo que no tiene sentido que te explique los detalles... pero... hay alguien más, alguien quien me importa y me ilusiona todo con ella... no quería hacerlo pero fue más fuerte... me siento ahogado aquí contigo, entiendo que estando con ella me siento claro mucho más de lo que me he sentido en mucho tiempo, con ella vuelvo al pasado y no tengo intención de volver al presente contigo, quiero un futuro con ella. Esta doble vida me vuelve loco ― Harry tenía los ojos rebosantes en lágrimas, Ginny parecía desencajada intentando creer que era una pésima broma y queriendo no escuchar esas absurdas y crueles palabras, pero el caso es que todo era real, las lágrimas surcaban el pálido rostro de Ginny. Por primera vez en su matrimonio se sentía muerta. Se suponía que las personas se separaban cuando discutían todo el santo día y ellos extraña vez lo hacían, siempre se entendían sin palabras en ellos eran innecesarias en todo ámbito. Harry siempre la consentía y ella se esmeraba en hacerlo feliz ― Lo siento Mucho, pero... quiero el divorcio ― No quería que Ginny sufriera y había planeado decirle todo sutilmente. Pero nadie estaría jamás preparado para algo así ver a Ginny sufrir era más duro de lo que imaginó y sentía la necesidad de gritarle que todo era mentira, pero no podía quería estar lejos de ella y mucho más cerca de la otra persona. Con su esposa se sentía inseguro y francamente tanta perfección era imposible. Él sabía que iba a defraudar a muchas personas con su actitud entre ellas a sus hijos y por sobre todo a la mujer que tenía en frente su mundo se hizo trizas lleno de reproches por parte de él mismo, pero el amor que sentía por ella estaba en un sitio que él se esmeraba por borrar, él quería correr a los brazos de su amante donde siempre encontraba lo que él necesitara. Ginny seguía muda, se levantó de la butaca se acercó a Harry y le pegó una cachetada con el alma capaz de hacerle caer las gafas a su marido y ella rompió a llorar nuevamente como si el golpe se lo hubiese dado así misma. Harry sentía un dolor que le desgarraba el alma había amado a Ginny hasta el borde de la locura, pero él creía que algo se había roto y no sabía que era. La otra mujer llenaba espacios vacíos que ni él mismo dejaba que Ginny los llenara. Para él la decisión estaba clara y no quería nada con su esposa. Hace mucho tiempo se había cuestionado y la otra mujer había ayudado en esa confusión, una vida perfecta era imposible y él había constatado a través de sus sentimientos toda esa confusión que lo embargaba, pero lo unico que entendía era que su matrimonio lo ahogaba y necesitaba huir.

Dicen que la vida baby, no es como la ves

para aprender hay que caer

para ganar hay que perder

lo di todo por ti

― ¿Tan fácil es para ti lanzar doce años de tu vida a la mierda? ― Inquirió incrédula.

― Ginny...

― ¡Cómo le explico a niños de trece y once años que su padre se calentó con la primera falda que vio y me abandonó!

― Eso cambiará la apreciación de los chicos dependiendo de la manera en que tú se lo expliques, desde luego ― Ginny lo miró furiosa, él pretendía que ella les diera la noticia a sus hijos ― quiero el divorcio por encima de todo Ginevra, me parece que es lo mejor para todos.

― ¿Lo mejor dices? adornarle la cabeza a tú mujer hace un año y decirle que te calentaste con otra mujer es lo mejor... tal vez para ti, ya lo creo añadiendo que dejas a tú familia por una mujer que no tuvo escrúpulos al involucrarse con un hombre casado ¿quién mierda es esa mujer? ― Por fin preguntaba aquello esa mujer la había puesto en una batalla sin saber que ya estaba en una y que perdía estrepitosamente, perdía a su esposo y con ello su vida. Harry pasó una mano por su cabello nervioso, no quería decirle quien era pero igualmente acabaría por descubrirlo cuando sus hijos la conocieran.

― Es una secretaria ella me acompañó en ese viaje a Boston, estaba a prueba en la oficina y quedó ella tiene dos hijas, el padre la dejó cuando quedó embarazada de la segunda niña... es Cho Chang ― Harry miró a su mujer. Ginny parecía furiosa, triste, desolada, desesperada, sollozaba entendiendo que Harry no tuvo el menor respeto por ella al engañarla. Harry también se levantó, llorando.

llore y llore y jure que no iba a perderte

trate y trate de negar este amor tantas veces

Si mis lagrimas fueron en vano

si al final yo te ame demasiado

como yo, como yo nadie te ha amado

― Sé que me odias...

― ¿Cómo puedo odiar al hombre que me hizo feliz hasta hace unos minutos? ― Preguntó destrozada mirándolo a los ojos ― Este puto matrimonio te aburrió hace un año y decidiste buscar a otra mujer mientras me hacías creer que todo iba bien ¿te divertiste? ¿qué ocurre conmigo? Yo te sigo amando, siempre lo haré...

― Debes encontrar a alguien más ― Harry sabía que esas eran palabras vacías él no imaginaba a su mujer, porque Ginny siempre sería su mujer, con otro tipo eso nunca, jamás. Antes moriría jamás iba a tolerar que alguien se le acercara, ella era suya, en cuerpo y en alma. Ginny lo miró horrorizada, ¿Cómo no se dio cuenta antes que su esposo había dejado de importarle lo que ocurriera con ella?

― ¿Qué? mierda Harry a excepción de ti prometí amarte toda la vida en la salud y en la enfermedad hasta que la muerte nos separe ¿qué se supone que hice mal? ― Lloró.

- Nada. El punto es que ya es tarde para buscar responsables yo quiero más de lo que tengo contigo tú ya no estás en mis prioridades, lo siento ― Ginny no daba crédito a lo que oía no sabía en qué momento él se había vuelto tan frío. Se dejó caer al suelo de rodillas aterrada con el panorama de mierda que veía en su vida sin él ―Yo pensaba que después de un año acabarías por descubrir todo...

― Confiaba en ti ― Le espetó furiosa ― Creía que tenías trabajo jamás pensé que serías capaz de caer tan bajo y buscarte a una amante ― Harry se inclinó al lado de ella.

― Por favor Ginny, esto es algo que podía pasar...

― No sabía que al momento de casarnos había una letra chica que dijese que algún día que acabaríamos divorciándonos y me tiraras como basura después de unos cuantos años de servicio...

― No eres basura

― Es lo que tú me haces sentir ahora ― Dijo mirándolo a los ojos y Harry no pudo sostenerle la mirada él también se sintió basura cuando ella le dijo eso. Se odió por hacer sentir esa mierda a su mujer por primera vez en todo el tiempo que había durado su historia él la hacía sufrir, su amor siempre había sido fuerte y resulta que ahora el muy condenado estaba agonizando. Y de paso una parte de él también estaba muriendo. Quería abrazarla y sentir el cálido aliento cerca de su pecho.

Cada hora una eternidad,

cada amanecer un comenzar,

ilusiones nada mas

que facil fue sonñar

tantas noches de intimidad

parecian no acabar

nos dejamos desafiar

y hoy nada es igual

― No digas eso, por favor ― Harry por fin pudo mirarla a los ojos, nunca vio tanto sufrimiento en esa mirada y todo era su culpa se odió, se maldijo por romperle el corazón a la mujer que para él alcanzaba la perfección. Verla así logró desestabilizar ese plan de escape que tenía, si alguna mujer había amado en la vida era a su esposa, pero necesitaba correr a los brazos de Cho para convencer a su remordimiento de estar haciendo lo correcto. Quería intentar olvidar que Ginny había sido su mujer desde que él cumpliera diecinueve años. Ella le había entregado su virginidad un treinta y uno de julio convirtiendo su cuerpo y sus sentimientos en el perfecto regalo para él. Quería y necesitaba olvidar tantas cosas, quería olvidar la ternura, la perfección, los besos y su cuerpo. Su lealtad, su mirada, el sonido de su risa y su modo de dormir. Todo fue tan perfecto y tan anormalmente feliz que a él lo superó y su amor había muerto al lado de su mujer buscando una explicación para tanta felicidad.

― ¿Eres feliz con ella? ― Preguntó desesperada y así también se sentía.

― Contigo ya no lo soy y con ella quiero intentarlo ― Mintió. Él si fue feliz y lo fue hasta escuchar ese último orgasmo que saliera de esa dulce boca aquella misma noche pero se repetía una y otra vez que tanta felicidad era imposible. Ginny cerró los ojos destruida lágrimas caían sin cesar, estaba totalmente desolada esas palabras la hirieron como cuchillos que se clavaban en sus carnes. Sentía que nada haría nunca que se sintiera mejor, Harry estaba matándola en vida y le preocupaba todo menos ella. Él quiso secarle las lágrimas con sus dedos pero se contuvo a duras penas nunca imaginó que él iba a sufrir cuando le dijera todo a su esposa.

Debía sentir la felicidad de la libertad, sin embargo solo sentía la desazón de la infelicidad, del remordimiento y hasta cierto punto la pérdida de lo que más amó en la vida que era su familia, James, Albus y Ginny. Sentir la separación física de su esposa era algo que jamás deseó porque aún encontraba paz en ella y al mirarla sufrir supo que siempre la extrañaría, aún si su amor ya estaba muerto, muerto y enterrado. Ella se levantó del suelo dispuesta a luchar por sus hijos, por su matrimonio, por su esposo y por ella misma. Harry también se levantó y la miró a los ojos y ella también lo hizo ¿Cómo podía dejar escapar al hombre que amaba? ¿cómo entregar su vida sin luchar? no sería Ginevra Potter sino luchara hasta el último momento no abandonaría la batalla hasta quedar aniquilada aunque para eso no faltara mucho.

― Bésame ― Susurró Ginny y Harry la miró incrédulo.

― ¿Qué?

― Solo un beso...

― No Ginny...

― Esa mujer debe ser bastante buena en la cama para hacerte perder la razón de esta manera y yo solo te estoy pidiendo un beso aun siendo tu esposa, me parece que esa mujer tuvo bastante más regalías que yo durante un año, solo quiero un beso ¿qué puedes temer? tú no me amas ― Esas palabras le dolieron una mierda a Harry la miró a los ojos y vio ese brillo encantador en su mirada que le advertía que allí había una mujer impetuosa llena de pasión. La misma mujer que tontamente estaba perdiendo.

― Ginny me parece que no es apropiado...

― Te amo, necesito un beso de tus labios, necesito todo de ti ― Dijo mientras levantaba una mano y comenzaba acariciar el rostro pálido de Harry ― Cuando prometí amarte para siempre estaba feliz porque era lo que más quería sin importar que a veces nuestros temperamentos nos hicieran discutir, pero ambos sabemos que las reconciliaciones eran benditas, especiales y placenteras. Amaba cada defecto, cada discusión, cada momento difícil porque sabía que tú estabas conmigo y veo en tus ojos que ya no hay vuelta atrás ― Suspiró destrozada ― aun así sigo amando esa mirada, sigo amando todo de ti, nunca podría odiarte y sé que eso algún día me lo reprocharé, pero te amo por encima de todo, por encima de tus traiciones, por encima del dolor que me causes. Quiero que sepas que me hiciste feliz ― Por el rostro de Harry caían lágrimas silenciosas no podía creer que ella le hiciera sentir mejor cuando era él quien debería estar haciendo eso, no merecía tanta comprensión, no merecía palabras de consuelo, no merecía a Ginevra Potter ― No llores cariño, todo estará mejor ya verás ― Intentó sonreír pero no podía su vida se iba para no volver jamás ― lo único que está por encima de mi amor hacia ti es tú felicidad...

Se que en verdad el amor al final

siempre duele

no lo pude salvar y hoy

voy a pagarlo con creces, baby

Si mis lagrimas fueron en vano

si al final yo te ame demasiado

como yo, como yo nadie te ha amado

― Ginny ― Lloró desesperado esta vez no pudo reprimir sus necesidades y la abrazó con fuerza y ella se sintió reconfortada en sus brazos y también lloró ya no podía luchar era imposible luchar cuando él ya había dicho que debía encontrar a alguien más en esas circunstancias solo debía razonar, aunque costara un sacrificio, entendió que su esposo ya no la amaba. Cuando veía la decisión en los ojos de Harry era insólito seguir luchando, él no la quería y no podía obligarlo a vivir a su lado desdichadamente. Su felicidad por encima de todo. Y realmente no quería ser una buena samaritana al entender una infidelidad, situación que jamas iba a superar y perdonar, pero ¿cómo mierda podía vivir feliz viendo al hombre que tanto amaba atrapado en un matrimonio que no lo complacía? Lo último que quería era que él terminara odiándola y culpándola por forzar un matrimonio que a futuro sería insostenible, al menos ambos debían hacer ese esfuerzo por sus hijos ― Perdóname, no quiero... – Sollozaba desesperado mientras la acercaba más a su cuerpo con fuerza. Dejó que sus manos descansaran en la cintura de ella separándose solo para mirarla a los ojos, los de ella aún derramaban lágrimas, se acercó más y la besó. Pero comenzó siendo un roce de sus labios, algo mínimo. Ella lo miró a los ojos y acarició el rostro de su esposo y se entregó al beso completamente enamorada. Esta vez hubo una diferencia, una explosión de emociones que solo ella aún en la situación que estaban podía provocar y derramar pasión que aún le calaba el alma cuando sentía sus manos recorrer cada espacio de piel que ella encontrara, era inevitable no sentir nada cuando ella lo besaba. Ginny sin darse cuenta había puesto en marcha los sentimientos de su esposo, por ella... solo por ella. Se separó de su mujer lentamente, casi sin querer hacerlo, la miró a los ojos ― Ginny yo...

― No hagas esto más difícil ― Ella presentía que él se iría de la casa y no pasaría de esa noche, conocía la forma en que funcionaba su mente, conocía todo de él y no entendía como no se dio cuenta que él la engañaba.

esta vez la pasion ha ganado

y por eso sigo esperando

como yo, como yo nadie te ha amado

― Me voy ahora ― Ginny esbozó una sonrisa y se separó de él.

― Antes que cruces esa puerta o desaparezcas quiero que sepas que tus hijos estarán siempre para ti, en ellos siempre encontrarás lo que tú busques, pero como hiciste hace un año quiero que te olvides que tienes esposa. Sé que los papeleos del divorcio tardarán un tiempo, puedes hacer con tú vida lo que se te plazca pero desde ahora tú no tienes derecho en la mía...

― Durante un tiempo tú seguirás siendo mi esposa ― Dijo exasperado, posesivo enfatizando el "Mi"

― Hace más de un año lo olvidaste no veo porque ahora no podrás hacerlo. Tienes toda la libertad de ser feliz con la mujer que quieres y yo veré que haré con mi libertad ― Concluyó y a él no le gustó escuchar esas palabras ella sabía que era correcto y digno de su parte no decirle que desde el segundo que él pusiera un pie fuera de esa casa lloraría como idiota. Harry acabó con todo y ella lo seguía amando, pero como él lo había decidido aquella noche sus vidas ya eran caminos separados.

Llore y llore y jure que no iba a perderte

trate y trate de negar este amor tantas veces

si mis lagrimas fueron en vano

si al final yo te ame demasiado

como yo, como yo nadie te ha amado

esta vez la pasion ha ganado

y por eso sigo esperando

― Te llamaré para concretar los detalles del divorcio o tal vez lo haga un abogado, alguien más vendrá por mis cosas ― Ginny asintió desolada de pronto la desesperación que apareció en los ojos de Harry dio paso al frío al enfado y al alivio de dejar todo lo que vivió en su matrimonio. Recogió el saco donde estaban sus documentos importantes se giró para mirarla unos segundos y la mirada apacible de Ginny lo descolocó y asustó de igual forma ― Adiós ― Añadió seco Ginny le sonrió triste con las lágrimas surcando su rostro, Harry desapareció aliviado de abandonar el sitio que lo hizo tan feliz durante doce años.

como yo, como yo, nadie te ha amado...


No me odien, es algo que tenía escrito hace tantos años que me estaba jodiendo por ser publicado y hacerlo es una catarsis, lo juro!

Me entienden ahora porque estaba tan nerviosa? es algo completamente diferente de lo que he escrito y leído y es por eso que les pido una oportunidad a esta historia. Tiene muchas cosas por dar, hacer sentir, la esencia es triste lo sé pero es un conjunto de cosas acerca de la vida. Es una historia simple con una trama compleja.

solo espero no defraudarlos, Joanne, Diabla, Ceci, Karla, Ro, Gise, Andrea Velazco,
Ginnypw Potter, Gineth, Ed, Asuka, Gadi, Angeles, Belen, Anatripotter, Doris, Claudia Bastidas, Sonia Martinez, Luis Black, Carlos, son muuuuuuuuuuuuuuuuuuuchos y ya me siento una chiquita temblando horrorizada.

Pero bueno gracias a todos! nueva historia, nuevas emociones!