"Darker than BLACK: El contratista de la Vida y la Tercera Puerta"
(NOTA: Darker than BLACK no me pertenece (CHIBI: ¡Si no Hei sería todo MÍO! *O*). Este es un fanfic con fines de entretenimiento.)
Capitulo 1: Sueño
Era un día soleado de primavera en la ciudad de Tokio; el sol ya se encontraba sobre la Puerta del Infierno, por lo que era la hora perfecta para salir y divertirse. En el lago se encontraban jugando 3 niños: una niña de largo cabello negro y ojos azules y 2 niños del mismo color de cabello y ojos. Los niños jugaban entretenidamente mientras la niña los cuidaba desde la orilla.
- ¡Hey, Suzaku! ¡Ten más cuidado!- reprochó uno de los niños. Tenía un semblante más tranquilo que el del otro- ¡sabes que no me gusta que me mojen la cara!
- ¡Pero es más divertido así!- rió el otro niño de forma traviesa, para luego voltearse y llamar alegremente a la chica que los veía junto al río- ¡Nee, Amane-neesan! ¡Ven a jugar con nosotros!
La niña simplemente rió, para luego mover la cabeza en forma de negación, aun sin borrar esa sonrisa de alegría de su rostro.
- Mejor no, Suzaku. Le prometí a mamá que los cuidaría…
De la nada un fuerte viento sopló, haciendo que algunas hojas de los árboles salieran volando violentamente. Amane alzó su vista al cielo y vio como nubes de tormenta se formaban sobre ellos… no, sobre toda la ciudad.
- ¡Tsukune, Suzaku! ¡Hay que volver a casa, pronto lloverá!- Amane recogió las mochilas de sus hermanos, pero por algún motivo ellos seguían inmóviles en el mismo lugar- ¿Tsukune? ¿Suzaku?
Viendo que no respondían, Amane se metió al agua y se acercó a donde ellos se encontraban. Apenas colocó sus manos en los hombros de ambos notó algo que hizo que se le helara la sangre: Los ojos de sus hermanos eran fríos y sin vida, y las sonrisas en sus rostros se habían borrado por completo, dejándole una expresión tan seria y vacía como su mirada.
- ¿Tsu…kune? ¿Suza…ku?
De repente los ojos de sus hermanos centellearon con un brillo carmesí y su cuerpo fue rodeado por un brillo azulado; un portal negro se abrió detrás de los dos niños y ambos entraron en él. Amane se quedó inmóvil, sin la menor idea de que hacer… ¿Por qué sus hermanos actuaban de esa manera? ¿Qué era ese extraño brillo? Amane volvió en sí cuando el portal se estaba cerrando… aun no era tarde… ¡debía alcanzarlos!
- ¡Esperen!- Amane intentó correr hacia dentro del portal, pero unas manos negras la detuvieron por los brazos. Al darse la vuelta vio a un hombre vestido de negro, con el cabello del mismo color y una máscara blanca con una marca purpura, mirándola fijamente… ese hombre…
Una joven de largo cabello negro y melancólicos ojos azules se despertó de golpe, respirando con dificultad y con un sudor frío adornando su pálido rostro. Miró cada rincón de su habitación, buscando la presencia de alguien más dentro de la penumbra de la recámara, pero al ver que no había nadie más suspiró aliviada; Amane abrazó sus piernas y permaneció sentada en la cama por unos minutos, mirando hacia el oscuro vacío. Hacía mucho tiempo que no tenía ese sueño, pero últimamente se hacía más frecuente; y más preocupante era que ese hombre de negro aparecía en casi todos sus sueños, no solo en ese… y un nombre rondaba en su cabeza desde la primera vez que apareció en su subconsciente…
- Hei…
(Alemania / 7 de la mañana)
El sol se colaba por los transparentes vidrios de los ventanales e iluminaba la perfectamente ordenada cocina, donde una mujer de piel blanca, ojos ámbar y cabello rojizo preparaba el desayuno mientras un hombre ya de avanzada edad leía el periódico. Por el aspecto del hombre no debería tener más de 70 años; su cabello canoso estaba perfectamente ordenado y recortado, así como su muy poblado bigote, igual lleno de canas. Por unos segundos se levantó los antojos de fondo de botella y se frotó los párpados gruesos aceitosos, para luego bajar sus lentes y tomar su taza de café.
- ¿Otra vez trabajó hasta tarde, Profesor?- preguntó la mujer mientras depositaba 2 platos llenos de comida en la mesa.
- Si… sabes que esta investigación es de suma importancia, Olga…- comentó el hombre antes de dar un sorbo a su café- desde la aparición de la Tercera Puerta he tenido que redoblar mi investigación… necesito comprobar si mi hipótesis es cierta o falsa…
- Profesor… no me diga que…
- ¡Buenos días!- la conversación fue interrumpida por una alegre joven que entró a la cocina. La edad de la joven no excedería de los 16 años; de largo cabello negro y melancólicos ojos azules, junto con su pálida tez y su cuerpo delgado le daban un aspecto frágil, como si fuera una muñeca de porcelana; sobre todo con el uniforme oscuro del instituto que traía puesto.
- Buenos días, Amane-chan…- la expresión seria de la pelirroja cambió a una sonrisa para devolverle a la joven- ¿Hoy si iras al Instituto? ¿Ya te sientes mejor?
- Si, me siento un poco mejor. Además, si me sigo ausentando voy a reprobar el curso…
- Eres de las alumnas más aplicadas… - fue interrumpida por el profesor- es prácticamente imposible que repruebes… sobre todo con todo lo que te he enseñado…
- Abuelo…
- ¡Bueno, no comencemos el día con hostilidades! ¿Está bien?- interrumpió Olga para borrar el ambiente tenso- Amane-chan, mejor apresúrate o llegarás tarde…
- Si - Amane asintió para luego seguir desayunando. Una vez que acabó colocó sus platos en el fregadero y tomó su mochila que se encontraba asentada sobre una silla vacía- ¡Ya me voy!
Después de despedirse salió de la cocina y partió rumbo a la escuela. Una vez que se fue, Olga volvió a cambiar su expresión a una más seria.
- No debería ser tan duro con ella, Profesor…- comentó la ojiamberina mientras le daba la espalda para lavar los platos. El hombre no separó su mirada del periódico.
- No creo que le importe mucho… - el Profesor apartó su mirada por un minuto para ver con seriedad a la mujer que se encontraba de espaldas a él- Las personas como ella no sienten tristeza o culpa… Tú deberías saberlo mejor que nadie…
En la escuela todo era demasiado tranquilo. Hacía poco que el otoño había comenzado y ya había hojas cayendo marchitas por doquier. Era hora de la clase de Literatura y todos mostraban un profundo aburrimiento; el profesor apuntaba en la pizarra mientras recitaba la lectura en voz alta:
- "En esos momentos Izanagi bajó a las profundidades para recuperar a su querida esposa Izanami; pero cuando la encontró, ya era demasiado tarde; Izanami había comido del alimento del Infierno, por lo que no podría regresar con su amado esposo a la superficie…"
Amane simplemente miraba por la ventana, absorta en sus pensamientos. El sueño que había tenido daba vueltas en su cabeza desde la mañana, sobre todo ese misterioso hombre de negro y máscara blanca. Cuando Amane se dio cuenta, ya había dibujado el busto de ese hombre enmascarado en su cuaderno; pero en vez de borrarlo, lo miró fijamente durante unos minutos.
- Quizás le estoy dando demasiadas vueltas al asunto…- suspiró y fijó su vista a la ventana nuevamente; justo en ese momento estaba pasando un muchacho de rasgos asiáticos frente a la escuela. Amane se sorprendió un poco al notar que su cabello era negro y corto, como el hombre enmascarado de su sueño- se le parece…
Cuando el muchacho se sintió observado se detuvo y se dio la vuelta para chocar su mirada con la de la chica, pero simplemente le sonrió y movió su mano en forma de saludo. Amane sonrió levemente a través de la ventana y movió su mano ligeramente para devolverle el saludo. Se sintió un poco más aliviada al momento en que él la saludo; era imposible que ese chico de aspecto bonachón fuera el hombre enmascarado de su sueño.
- Debo dejar de pensar en eso, o me volveré loca…
- Ohiru- el profesor llamó su atención. Si había algo que detestaba era que los alumnos se distrajeran en medio de su clase- ¿Podrías leernos el siguiente párrafo de la lectura?
- Si…- la ojiazul se puso de pie con su libro, buscó la página y comenzó a leer- "Izanagi quedó horrorizado al ver el cuerpo de su esposa todo corrompido y putrefacto. Izanami enfureció y ordenó la captura de Izanagi, pero este escapó de la tierra de Yomi y selló la entrada, para evitar que lo siguieran.
"No debiste haber bajado" sentenció Izanami "Ahora por tu acto de impaciencia mataré a 1000 de tus descendientes cada día…". Izanagi entristeció, pero en vez de pedir el perdón de la mujer que alguna vez fue su esposa se enserió y la enfrentó a través del sello de la cueva.
"No permitiré que te salgas con la tuya. A partir de este momento nuestro lazo ya no existe, y en cuanto a tu sentencia; si matas a 1000 de mis descendientes, entonces yo haré nacer a 1500 cada día…"
Una vez que Amane terminó de recitar el texto el maestro sonrió satisfecho; no podía esperar menos de la nieta del Profesor Ohiru. El profesor siguió dando la clase y la joven volvió a su asiento, pero cuando volteó nuevamente hacia la ventana, el muchacho ya no estaba.
A la hora del descanso Amane y sus amigas se reunieron a almorzar en una banca junto a un árbol. Todas platicaban alegremente, pero parecía que la pelinegra estuviera en otro planeta.
- ¡Oi, Amane! ¡Despierta!- una de sus compañeras le picó la frente para ver si reaccionaba. Amane se cubrió la frente, mientras posaba sus orbes melancólicos en el grupo de chicas.
- L-lo siento…
- ¡Por kami, Amane! Pareciera que tu cabeza está en las nubes- la reprochó una de sus compañeras, pero en vez de sonreír nerviosamente, el rostro de la ojiazul se mantuvo serio, cosa que preocupó a las demás- ¿Estás segura que te sientes bien?
- Si. Lo que pasa es que tuve un sueño y… -Amane pensó por unos segundos lo que iba a decir- … hasta ahora no he podido sacarlo de mi cabeza…
- ¿Un sueño?
Amane asintió. No sabía si era buena idea andar divulgándolo, pero supuso que era mejor si se lo contaba a alguien.
- Últimamente… en mis sueños aparece un hombre… vestido de negro, y con una máscara blanca. En un inicio pensé que sería un sueño cualquiera, pero… comencé a soñar con él todas las noches…
Las chicas se quedaron pensando por unos minutos, hasta que finalmente una comentó:
- Tal vez significa que conocerás a esa persona algún día.
- ¿Tú crees?- preguntó la pelinegra con curiosidad.
- ¡Sí!- interrumpió otra de sus compañeras muy emocionada- Si has soñado con él varias veces significa que él tal vez sea tu hombre ideal ¡Puedo imaginármelo entrando a tu habitación solo para verte! ¡KYAAAAA! ¡Es tan romántico! ^w^
- N-no creo que…
- ¡Chicas!- otra de sus compañeras llegó corriendo toda alarmada a donde estaban ellas. Al parecer tenía algo entre sus manos- ¡Chicas! ¡Necesito ayuda! ¡Miren lo que encontré!
Apenas se detuvo, la chica separó un poco el agarre de sus manos y mostró un pequeño gorrión mal herido. El animalito con trabajo podía moverse.
- ¡Es un gorrión!
- Pobrecito, está lastimado.
- Hay que ver si podemos ayudarlo -una de las chicas se puso de pie- Necesitamos vendas, medicina y una caja para ponerlo.
- ¡Entendido!- respondieron todas al unísono. La chica que tenía el gorrión se acercó y se lo depositó en las manos a Amane.
- ¿Puedes cuidarlo en lo que traemos las cosas?
- Si… - Amane se quedó sentada en la banca mirando fijamente a la pequeña criatura que tenía en manos, mientras las chicas iban camino a la enfermería para tomar prestadas un par de vendajes. Por unos segundos la ojiazul tuvo la idea de torcer el cuello de la pequeña avecilla para así terminar su sufrimiento, pero algo dentro de ella la hizo desistir de la idea al momento que el gorrión intentó revolotear para salir del agarre de la chica.
- Tú… quieres vivir… ¿verdad?
El gorrión dejó de revolotear para mirar fijamente a la chica. Esa mirada del pequeño animalito le dio la respuesta que buscaba. Amane solo suspiró y colocó una mano en el lomo del pequeño gorrión.
- Esta bien…
Pasaron 5 minutos y sus compañeras regresaron con los vendajes y las medicinas, pero cuando llegaron encontraron al gorrión dando saltitos y cantando felizmente sobre el hombro de Amane. Sus compañeras se habían quedado boquiabiertas.
- ¿Qué? ¿Pero cómo?- una de las chicas se acercó para ver si no era una ilusión o un juego- ¿No estaba tan herido que ni se podía mover?
- Si… pero logré sanarlo- respondió Amane conservando su semblante tranquilo y sereno. El gorrión abrió las alas y emprendió el vuelo lejos de ahí.
- ¡Increíble, Amane! No sé como lo hiciste, pero me has dejado sin palabras. Pareciera que tuvieras poderes mágicos…
- ¡Si, si! ¡Tal vez y Amane-chan es una Contratista!- bromeó una de sus compañeras- ¡por eso debe ser tan seria!
- Jajajaja, ¡Cierto, cierto! Jajajajaja
Por unos minutos Amane las miró y luego desvió la vista hacia el cielo, mirando como el gorrión se alejaba y se perdía en el cielo azul.
- No es que tenga poderes mágicos… - pensó sin apartar su vista del cielo- es que… realmente… soy una Contratista…
Ya en la tarde, cuando Amane regresó de la escuela vio un coche estacionado frente a su casa, lo cual la extrañó un poco. Decidió entrar a la casa para ver que ocurría.
- ¡Ya llegue!- avisó mientras cerraba la puerta y depositaba su abrigo en el ropero junto a la entrada. Al no recibir respuesta alguna, comenzó a preocuparse- ¿Hola?
La pelinegra se adentró más en la casa hasta llegar a la sala, en ella escuchó voces y pudo reconocer la voz de Olga, su abuelo… y otra persona; por lo que apurándose abrió la puerta y encontró a Olga sirviendo unas tazas de té sobre la mesa, mientras su abuelo platicaba con un hombre joven vestido elegantemente; de ondulado cabello azulado y hermosos ojos almendrados. Las facciones de este hombre eran alargadas y finas, que casi podía confundirse por una mujer.
- Amane-chan, bienvenida- saludó alegremente la ojiamberina a la chica- ¿Acabas de llegar?
- Eh… si- respondió sin entender nada de lo que pasaba aquí. Pero su mirada se fijó en ese extraño caballero que simplemente le dirigió una sonrisa.
- ¿Y esta hermosa joven, Prof. Ohiru? ¿Quién es?- preguntó de forma elegante el caballero mientras se ponía de pie y se acercaba a la ojiazul. El abuelo permaneció serio, sin mirar al hombre o a la pelinegra.
- Es mi nieta…
- Ya veo - sonrió el joven mientras tomaba la mano de Amane y la besaba elegantemente en forma de saludo- Es un honor conocer finalmente a la nieta del Profesor Ohiru. Mi nombre es Claude L'Anglois; soy compañero de su abuelo en las investigaciones.
- Entiendo. Mi nombre es Amane… mucho gusto…
- Amane… -mencionó el peliazul incorporándose- un bello nombre para una bella dama…
La ojiazul iba a responderle, pero comenzó a toser constantemente. Amane se cubrió la boca con una mano, mientras que con la otra se aferró al marco de la puerta, para evitar caer.
- ¡Amane-chan! ¿Estás bien?- Olga se acercó para revisar a la chica, en cuyo rostro había aparecido un ligero tono carmín. La pelirroja colocó una mano en la frente de la chica, solo para darse cuenta de lo caliente que estaba- Tienes un poco de fiebre. Ven, vamos a recostarte en la cama. Caballeros, disculpen…
Olga hizo una reverencia antes de retirarse para llevar a Amane a su habitación, dejando solamente a los dos hombres en la sala.
Ya en la habitación de Amane, la pelirroja ayudó a colocarle el pijama y meterla en la cama, para luego salir de la habitación y volver con una bandeja con un vaso de agua y dos tabletas de medicinas.
- Aquí tienes- le pasó las medicinas, para luego pasarle el vaso con agua- con esto deberás sentirte mejor…
- Gracias…- contestó la joven mientras se metía las tabletas a la boca y daba un sorbo al agua- … siempre estas al pendiente de mí, Olga…
Al oír ese comentario, la ojiamberina simplemente soltó una pequeña risa, para luego posar su mano en la cabeza de la chica y revolverle el cabello levemente.
- Soy tu Nana. Es parte de mi trabajo… Además, jamás dejaría que algo malo te pasara.
Amane se quedó pensativa unos minutos, y luego sonrió levemente. Realmente apreciaba esos pequeños gestos que Olga hacía, sentía que recuperaba el cariño que había perdido hace tiempo.
- Gracias, Olga.
El sol finalmente se había ocultado para dar paso a la noche. Amane sabía a la perfección que ese cielo estrellado que solía contemplar por la ventana de su habitación no era el cielo verdadero, pero no porque no fuera real no significaba qué dejaba de gustarle; de hecho, estaba consciente que una de esas estrellas era la suya.
- ¡Voy a entrar!- Olga volvió a entrar con otra bandeja, sobre la cual había ahora 1 plato con sopa y otro con un guiso. Colocó la bandeja en la mesita de noche y por unos minutos se quedó mirando al cielo, junto con Amane- ¿Mirando el cielo de nuevo?
- Si…- respondió mientras se acomodaba en la cama para comer- Sé que no es el verdadero cielo, pero no por eso deja de gustarme…
- Ya veo.
Olga le pasó la bandeja con comida y Amane se dispuso a cenar. Mientras ella cenaba, Olga siempre le hacía compañía, como era de costumbre; así la chica se sentía acompañada cada vez que se enfermaba.
- Amane-chan, ¿Puedo saber algo?
- Dime.
- … es sobre tu recaída repentina…- Olga no sabía cómo preguntárselo, ya que sabía que ese tema era completamente tabú en esa casa- … usaste tu habilidad, ¿verdad?
Por unos segundos el ambiente se tensó. Amane terminó su sopa y depositó su plato vacío en la bandeja, pero su rostro se había enseriado por completo, dando a entender lo que su Nana preguntaba.
-… El abuelo pidió que lo averiguaras… ¿verdad?
- Si… - respondió serenamente- Sabes cuales son las consecuencias de usar tu habilidad. Debes cuidarte más, Amane.
- … Esta molesto… ¿no?
- Un poco…- la ojiambreina se levantó de la orilla de la cama y recogió la vajilla vacía- Yo hablaré con él, pero debes ser más comprensiva con él. El solo busca tu bien.
La chica simplemente asintió, para luego bajar un poco su cabeza; por su expresión seria daba a entender que no estaba de acuerdo con la idea que Olga le planteaba.
- … ¿qué clase de abuelo ve a su propia nieta como un monstruo?
La pelirroja simplemente ignoró el comentario de la joven y prosiguió a salir de la habitación; pero antes de salir de la habitación Amane mencionó algo.
- … Volví a tener ese sueño…
Su nana se dio la vuelta y la miró algo impactada. No era la primera vez que oía eso de Amane.
- ¿El sueño de tus hermanos?
- Si… - respondió con seriedad- además… en mis sueños aparece un hombre vestido de negro, con su cara cubierta por una máscara blanca…
-… ¿sueñas con él muy a menudo?- se detectaba un ligero deje de preocupación en su voz.
-… Ahora sueño con él todas las noches…
La habitación quedó en silencio por unos minutos, hasta que Olga sonrió ligeramente y se acercó para acariciar la cabeza de la pelinegra de forma maternal.
- Debe ser por tu condición. Necesitas descansar…
Amane se quedó pensativa por unos minutos, pero luego pensó que era lo más lógico, así que haciendo caso a lo que su Nana decía cerró la ventana y se acomodó en la cama, para luego cerrar los ojos y comenzar a quedarse dormida.
- buenas noches…
Olga apagó la luz para que la pelinegra durmiera tranquilamente, pero mientras caminaba por el pasillo su rostro se enserió completamente. Una vez que dejó los platos en la cocina se dirigió a la sala, donde el Profesor y el señor L'Anglois seguían hablando desde que Olga se había retirado con Amane.
- ¿Y bien?- preguntó con una expresión seria en anciano- ¿De qué te enteraste, Olga?
- No cabe duda… La profecía parece ser que se cumplirá. Amaterasu ha comenzado a entrar en contacto con Tsukuyomi y Susanoo mediante sus recuerdos…
- ¿y cuál es el problema? Solo tenemos que mantenerla oculta de ellos 2, y asunto arreglado…- el peliazul sonrió arrogantemente mientras le daba un sorbo a su té- Hemos podido mantenerla oculta durante 6 años; no será muy difícil seguir así…
- No creo que vuelva a ser tan sencillo… - La pelirroja arrojó el cuaderno de Amane sobre la mesa del café, abierto justo en la página donde estaba el dibujo del hombre enmascarado- Al parecer ya han empezado a enterarse de su existencia… y sospecho que no solo Tsukuyomi y Susanoo comenzarán a moverse…
El anciano abrió los ojos de par en par al reconocer la imagen, quedándose en shock. No era la primera vez que veía esa máscara… ese hombre… no cabía duda…
- BK… 201…
(En la habitación de Amane)
Amane dormía ya apaciblemente entre el oscuro silencio de su habitación, ignorando que era observada. En su ventana apareció la imagen de un hombre vestido con una gabardina negra. Su cabello era negro y corto y su rostro estaba cubierto por una máscara.
-… Al fin la encontré…
Continuará…
D. Ángel: Konninchiwa!, realmente estoy muy emocionada ya que este es mi primer fanfic en mucho tiempo; además de que es mi primer fanfic de Darker than BLACK (CHIBI: Tenías que meterte con Darker than BLACK. ¡Claaaaro, no escuches a la muñeca chibi que reposa en tu hombro! ¬¬) Tranquila, puede resultar bien… (CHIBI: Lo único aquí que resultará bien son mis palomitas... ¡Esto será un completo desastre!) T-T a veces eres muy cruel, CHIBI… En fin.
Espero les haya gustado, no olviden dejar reviews, ¡Y hasta el próximo capítulo! (CHIBI: Si es que hay otro…¬¬) T-T…
Atte:
Dark Ángel y CHIBI
