Los personajes de Free no me pertenecen, jegus sabe lo que aria si así fuera.
Este es mi primer fic de todo así que les agradecería mucho cualquier cosa, no seas tan duros con migo ;A;.
Disculpen los horrores que tenga o si me quedo muy largo u.u, esta surgió un día de lluvia pensando sobre ¿por qué siempre es Makoto el que sufra por haru-zorra? Mi bebe, es hora de rebelarte.
Aclaro, la letra en cursiva son los pensamientos, o su "otro yo" que puede llegar a ser algo cruel.
La sorpresa de la máscara rota
¿Por qué?, es lo que me pregunto, ¿por qué? Duele tanto. Yo sabía que esto sucedería, supongo que aún había algo de esperanza dentro de mí. Entonces, si lo sabía, ¿Por qué? Me quede ahí viendo. Lagrimas caían de mi ojos mientras mordía mi labio fuertemente intentando callar los sollozos.
Deja de llorar, no tienes derecho a llorar tú lo sabias, tal vez sea por eso que nunca te quiso.
Es lo que una voz en mi mente repetía una y otra vez y se clavaban en mí como cuchillas. Me encontraba sentado en la arena recordando lo que vi hace unos instantes, la persona que conozco desde que tengo memoria, mi mejor amigo, el amor de mi vida, Haru.
Pero él no se encontraba solo, estaba siendo aprisionado contra mi cama, mía encima, por Rin. Lagrimas salían de sus ojos pero no de dolor mientras escuchaba como pedía por mas, su cara esta roja al igual que la de él. Ambos estaban teniendo sexo en mi casa, sobre mi cama, en mi fiesta de felicitaciones por haberme ganado la beca de una de las más prestigiosas escuelas en Tokio.
Se suponía que esta fiesta sorpresa seria especial y vaya sorpresa la que me lleve. Mi padre esta trabajado y vuelve tarde, mi madre salió a hacer las compras y se llevó a los gemelos. Nagisa me envió un mensaje avisándome de que él y Rei se encontraron con mi madre y la ayudarían con las compras, así que si yo no los veía en el parque era por eso pero que no tardarían en llegar.
Yo, por mi parte, me había ido temprano a entregar los últimos papeles a la profesora Ama-sensei para mi traslado; Nagisa no es muy discreto, por eso yo ya me había enterado de esta fiesta, aunque claro, ellos no lo sabían, mientras él y Rei iban a comprar las ultimas cosas, Haru y Rin se quedaban ordenando todo . Yo tendría que estar en estos momentos en el Parque, sentado esperando a Nagisa y a Rei quienes me llevarían a mi casa para donde se celebraría la fiesta.
Pero aproveche que Nagisa aún no se encontraba en el lugar pautado y fui a mi casa a buscar algo, nunca pensé que si llegaba unos minutos antes me encontraría con esta escena. Al llegar escuche ruidos provenientes de mi habitación así que fui a ver, la puerta se encontraba semi abierta y por el los pude ver.
Recuerdo que me quede unos minutos sin poder hacer nada, hasta que logre reaccionar y salí de la casa lo más silencioso que pude y luego corrí, corrí y corrí hasta que ya no pude más y así es como termine aquí, sentado en la arena llorando como un niño . Mi celular empieza a vibrar, pero no le hago caso.
Levántate y hazlo con la cabeza en alto me repite mi mente, y eso hago.
Seque mis lágrimas y leo el mensaje y veo que es el de Nagisa preguntando por mí, le respondo que estoy yendo a mi casa, que ocurrió un problema y no pude ir al parque, luego de eso apague mi celular y comencé a caminar. Cada paso que daba me parecía infinito, no quería volver pero no podía simplemente no presentarme a la fiesta que estuvieron organizando casi toda una semana, no quiero defraudar a nadie ni tampoco preocuparlos, a lo lejos podía ver cómo los últimos rayos del sol se despedían dejando ver una hermoso luna pero ninguna estrella.
Llego a mi casa pero no abro la puerta, me quedo ahí viéndola como si fuera lo más interesante del mundo.
Entra ya, no querrás hacerlos esperar, aunque eso signifique que lo tengas que ver.
Haru, eso era, las imágenes de lo que paso hace unos instantes volvieron a mí y el dolor empezó a volver, antes de que las lágrimas pudieran caer abrí rápidamente la puerta, las luces estaban apagadas y
¡SORPRESA!- me gritan, de repente las luces se encienden y puedo verlos a todos, no solo están mis amigos si no gente del Samezuka también, listones y globos colgaban de las paredes, no se si eso ya estaba ahí cuando antes o lo acabaron de poner. No hay lágrimas en mí, solo una enorme sonrisa y una cara de sorpresa, todo es falso, pero parece que se lo creyeron.
Felicitaciones Mako-chan, pronto serás todo un universitario – me dice Nagisa mientras se tira encima mío para darme un abrazo el cual yo correspondo.
Nagisa eso no es hermoso- le reprime Rei, aun así se acerca a mí para felicitarme
No es justo yo también quiero un abrazo de onii-chan- exclaman mis hermanos.
Vamos dejen un momento en paz a Makoto y vengan a ayudarme a cortar la torta- dice mi madre quien sale de la cocina, los gemelos corren hacia ella gritando torta , al cual se les une Nagisa diciendo que quiere el pedazo más grande y Rei detrás de él retándolo por su comportamiento.
Felicidades Makoto – Aparece Rin con una sonrisa mostrando sus peculiares dientes.
Makoto – alado de él estas tú mirándome, cualquiera diría que no es nada especial, pero yo puedo ver en tus ojos que lo feliz que te sientes, y sé que no es por mí.
Me quedo unos momentos mirándolos a ambos, pero con una gran sonrisa les respondo – Muchas gracias, no tenían porque hacer esto, no es nisiquiera mi cumpleaños.
Deja de ser tan modesto, es importante, conseguiste una beca – habla rin – Vamos antes de que Nagisa se coma todo.
Creí que no te gustaba lo dulce- una voz más grave habla y su dueño aparece por la entrada
Sousuke creí que nunca llegarías- exclama rin dándole un pequeño golpe en su hombro.
Tanto quieres desacerté de mí, hola Tachibana y felicidades- me dice con una mirada de lastima quizá.
Vamos apúrense, que quiero comer torta- grita Nagisa apareciendo de la nada tomando a Rin del brazo y comenzarlo a arrastrar hacia la cocina.
Yamazaki-sempai usted también apúrese- una voz algo chillona hace su aparición por detrás de Nagisa, si no mal recuerdo él es el kohai de Rin, Nitori.
Yamazaki hace caso a lo que dicho por el pequeño kohai y se dirige a la cocina, mientras yo me quedo solo con Haru. Un incómodo silencio empieza a reinar, veo que intentas decirme algo pero antes de que puedas te regalo una sonrisa y te digo que nosotros también tenemos que ir, no te miro a los ojos, al parecer no te importa mucho y solo comienzas a caminar hasta la cocina donde están todos cortando la torta, el resto de la fiesta la paso normal, entre risas y una que otra pequeña pelea entre Sousuke y rin o Rei retando a Nagisa. Al final cada uno se fue a su casa, yo limpie todo, diciendo a mi madre que era lo mínimo que podía hacer por tal regalo, los gemelos se quedaron dormidos antes de que acabara todo, mi padre también volvió, en los últimos minutos y ahora se encontraba con mi madre en su habitación.
Termine de limpiar todo y me dirigí hacia mi habitación, era tarde y estaba cansado pero no me acosté en mi cama y sin que pudiera hacer nada comencé a llorar. Tuve que morder de nuevo mis labios solo que esta vez más fuerte que incluso comenzaron a sangrar, pero no me importaba, no quería despertar a nadie. El sabor metálico de la sangre se unía con el salado de mis lágrimas pero aun así no me importaba, solo podía llorar deseando que este dolor desapareciera, mis piernas me temblaban y lentamente me deslice por la puerta hasta caer sobre el piso, las imágenes volvieron a mí pero con más poder y el tener el lugar en donde ocurrió tal hecho a solo unos cuando metros de mí no ayudaba, tenía ganas de vomitar, gritar, todo junto era una sensación horrible y muy desesperante.
Eres un estúpido, tú sabias que sus ojos jamás te miraron a ti, solo te ve como un amigo, no tienes pretexto para llorar niñita. Deja esa máscara caer.
No podía más, sentía que iba a explotar necesitaba salir de aquí, un así mis piernas no me respondían y lo único que pude hacer fue doblar mis piernas y tapar mis oídos con ambas manos.
¿Cómo puedes dejar que te haga esto? Eres patético, eres solo un pobre pierrot.
BASTA, para por favor- lo pronuncio en un nítido murmullo.
Eres un llorón, siempre lo has sido. Te dejas pisotear por todos, esto es lo que obtienes. Deja tu mascara ya no hay que mantenerla.
Basta, basta, basta, me estoy volviendo loco.
Parare en el momento que te hagas respetar, tuviste mucho tiempo pero lo desperdiciaste. Dejaste que ese orgulloso pelirrojo destruyera no una, sino dos veces todo tú esfuerzo. Dejaste que haga lo que quisiera y este es el resultado, yo se que lo odias. La máscara se rompió y ya no vale la pena volver a ponértela.
¿Por qué no para? Apretó más mis manos contra mis oídos y cierro los ojos fuertemente unos momentos pero de nada sirve, las lágrimas no paraban y él no se callaba. Así quede toda la noche que me pareció eterna, en posición fetal tirado sobre el piso de mi habitación llorando hasta que mis ojos se secaron y la sangre se secó en mis labios, viendo mi cama que tenía sabanas nuevas, no las que recuerdo a ver puesto por la mañana o cuando ellos estaban teniendo eso, si no otras, mientras esa voz en cabeza no dejaba de repetir todas las máscaras cayeron y el pequeño pierrot muestra su verdadera cara.
Bueno, ¿y? Merece la pena una continuación o no, de antemano agradezco a todas las personas que lo lean.
