Notas de la autora:

Cabe aclarar que DEATH NOTE no me pertenece, si no a su respectivo autor.

Réquiem de muerto Muajajajajajajaja… He vuelto!!! Muajajajajaja… Se levanta del ataud he regresado con una nueva historia!!! XDDDDD

Este es el primer capitulo, por lo que obvio, las cosas no se desarrollaran al cien por cien , pero paso a paso, se llega a Roma… (, no se que tiene que ver, pero bueno… ya que XD)

Su titulo: "Back In The Picture", de la canción de The Rasmus (Me encanta esa canción nn), lo entenderán al ir avanzando la historia…

Este fic se lo voy a dedicar principalmente a mi neechan "Chris M. Black" en su cumple, porque me lo pidió y porque me inspiró a leer por fin el manga de Death Note… nn

En fin…

La aclaraciones, y notas en la historia estarán en paréntesis () y las cursivas son los pensamientos.

Con esto aclarado, ¡Disfruten de la historia!

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Back In The Picture

By: Yaoi Darken Girl

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Capitulo 1: Error

- Light… ¿Me estas escuchando?… ¡Light!

Sacado de sus pensamientos abruptamente, el mencionado miró a su interlocutor.

- ¿Qué sucede, Inui? – Preguntó él.

- Siempre en la nubes, Light… - Suspiró Inui, meneando la cabeza.

- ¿Vas a ir a la fiesta? – Preguntó Takada

- No se todavía – Dijo Light, muy serio – Pero no creo que me digan que no…

- Pues con ese promedio… - Insinuó Inui.

- ¡Deja de Molestarlo! – Le regañó Takada.

- Bueno, lo más probable es que valla – Comentó Light, aburrido – Pero no les aseguro nada, así que no me esperen…

- OK. Con eso será suficiente – Terminó inui, resignado.

- Nos vemos mañana, Light – Se despidió Takada, besando su mejilla.

Los dos mencionados salieron del salón cuando terminaron de hablar con Light. Este, sin embargo, acomodó sus cosas con parsimonia, y cuando salió del salón, ya estaba anocheciendo.

Yagami Light era un estudiante universitario normal. A sus 17 años, era un muchacho, a parte de inteligente, muy guapo en realidad; el cabello castaño claro y liso, le caía en desordenados mechones sobre el rostro, dándole un aspecto de niño bueno, mientras que sus ojos color miel, capturaban a quien él se propusiera.

Pero a pesar del aspecto externo que daba, de que su vida era solo perfección, en el fondo no era feliz, al contrario, el vacío en su alma, aumentaba cada día que pasaba. Pero había encontrado la solución. Desde no hacía mucho, su mejor amigo, Ryuk, lo había introducido en el negocio del tráfico de drogas, y, debido a su gran inteligencia, era uno de los mejores de la región.

Después de salir de la universidad, dejaba de ser Yagami Light, el muchacho perfecto y bueno, para convertirse en Kira, uno de los mejores traficantes de la Tokio Daigaku y de la ciudad.

- Hola Light… - Murmuró una voz a su espalada.

- Ya te he dicho que tengas más cuidado, Ryuk – Dijo Light, mirando hacia todas direcciones de forma disimulada – Si descubren esto, adiós a mi buena reputación.

- ¿Acaso no era eso lo que querías? ¿Acabar con tu buena reputación?

- Eso no me servirá para ocultar esta treta si la descubren, así que mejor cállate, Ryuk.

Ryuk se rió, divertido. Corrió un poco más aprisa, para colocarse frente a Light. Entonces comenzó a caminar de espaldas para poder ver a su interlocutor a los ojos.

Al pasar por un farol de la calle, involuntariamente, este le iluminó, lo que hizo que por fin pudiese ser perfectamente visible; Tenía la piel pálida, el cabello negro alborotado y puntiagudo, los ojos negros que reflejaban malicia y diversión, mientras los blancos y puntiagudos dientes, mordisqueaban una manzana. Estaba vestido totalmente de negro y, al ir caminando en la oscuridad, casi no se distinguía, excepto e vez en cuando, por los reflejos de la gran cantidad de cadenas que usaba en diferentes lugares.

Ryuk se apartó rápidamente de la luz, y continuó su camino como anteriormente.

- ¿Qué sucede, Ryuk? – Comentó Light, divertido - ¿Le temes a la luz?

Ryuk esbozó una sonrisa divertida y le dio otro mordisco a la manzana.

- ¿A dónde vamos hoy? – Preguntó Light, ya serio.

- Hubo un cargamento que llegó anoche, y está atrasado – Explicó Ryuk, mientras comía su manzana – Tenemos que venderlo entre hoy y mañana.

- ¿Qué es? ¿Opio?

- Una parte, creo.

- Déjame el Opio y los alucinógenos a mí… Tú y tus amigos, ocúpense del resto.

- ¿Cómo supiste lo de los…?

Light esbozó una sonrisa maliciosa.

- No me dicen genio por nada, Ryuk.

Caminaron hasta llegar a una esquina, donde se alzaba la pendiente para acceder a las casa más ricas de la ciudad. Dicha esquina tenía un farol, y una tienda de comestibles.

- Tú quédate aquí. Yo iré a cambiarme y regreso en una hora – Le dijo Light.

- En ese caso, iré a comprar más manzanas – Dijo Ryuk, tirando el corazón de la que se había comido a la basura.

Light se encaminó a su casa, y llegó cuando ya estaba bastante entrada la noche, como todos los días.

- Hola Light, cariño – Le saludó su madre.

- Hola mamá – saludó él, mientras colgaba el abrigo en el perchero – Hola Sayu.

- ¡Light! – La mencionada, que se encontraba viendo la televisión, se acercó a su hermano al notar su presencia – te llegó estoy hoy en el correo…

Le entregó una tarjeta con forma de calavera.

- Gracias. Estaba esperando esto – Dijo él, agitando la tarjeta en el aire.

- ¿Tienes hambre, Light? – Le preguntó su madre - La cena estará lista dentro de poco…

- No mamá, voy a salir con unos amigos… - Anunció el muchacho.

- Siempre sales con tus amigos, hermanito – Comentó Sayu – Deben de quererte mucho…

- Si… Eso creo…

Light subió las escaleras y entró rápidamente a su habitación antes e que pudieran decirle otra cosa. Se cambió de ropa, metió un cuaderno y otras cosas en un bolso y salió antes de que volvieran a interrumpirlo.

En la esquina convenida, Ryuk, con una bolsa de manzanas, ya se encontraba cuando él llegó.

- ¡Vamonos! – Le indicó este, con una seña de la mano.

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- ¿Inui Yamamoto?

- ¡Presente!

- ¿Takada Kiyomi?

- ¡Presente!

- ¿Ryuuga Hideki?

- …

- ¿Ryuuga Hideki está presente?

- ¡Ryuuga! ¡Te llaman!

El mencionado, el cual se encontraba jugando con terrones de azúcar que poco a poco se iba comiendo, levantó la mirada hacia el profesor y articuló un seco:

- Presente…

El profesor lo miró de manera despectiva y continuó pasando la asistencia. El volvió a concentrar su atención en sus terrones de azúcar, hasta que un nombre le llamó la atención:

- ¿Yagami Light?

Él levantó la mirad y vio como el castaño articulaba su presencia. Se fijaba en como sus cuerdas vocales se tensaban al articular cada sílaba, y en su voz clara y firme que denotaba su seguridad. Volvió a centrar su atención en los terrones, y la clase continuó con total normalidad.

Ya estaba anocheciendo cuando se terminaron las clases ese día- Él se levantó, se colocó los zapatos y salió del salón, mientras el grupo de Light se encontraba aún charlando cerca de la ventana.

Al salir de la Tokio Daigaku, se encaminó hacia su lugar favorito, una pastelería pequeña y cálida al frente de la universidad.

Se sentó en un rincón alejado del resto, cerca de una ventana, y comenzó a degustar una tartaleta de fresas con durazno y crema pastelera, mientras se perdía en sus cavilaciones observando la ventana.

Ryuuga Hideki no era ningún tonto. Era uno de los alumnos más brillantes de la Tokio Daigaku, a la par con Yagami Light, y era aquello lo que despertaba el interés del muchacho. Los 17 años que tenían, se disfrazaban bajo el aspecto excéntrico que le daba el cabello negro extremadamente alborotado y los ojos, igual de negros y penetrantes que le daban un aspecto extraño para alguien de su edad. Sin embargo, como todo genio, tenía su afición: los dulces, los cuales degustaba a casi cualquier hora.

Aunque como toda persona, también ocultaba sus secretos; él era el principal perseguidor de Kira, el misterioso traficante de drogas que se había infiltrado entre los estudiantes de la Tokio Daigaku.

¿Por qué él?

Pues simplemente porque descendía de una grande y prestigiosa familia de detectives importantes. Y no era que todo el mundo lo supiera, al contrario, era un secreto muy bien guardado, sin embargo, algunas peticiones de quienes si lo sabían, lo habían convencido a tomar el caso. Aunque más bien lo había tomado como un reto personal: él contra Kira.

En los bajos mundos se le llamaba "L"

¿Por qué?

Eso nadie lo sabía.

Los pocos que conocían este dato sabían que Ryuuga Hideki no era su verdadero nombre, pues el real se escondía bajo el de "L".

Se encontraba pensando en aquello cuando, frente al cristal de la pastelería pasó Yagami Light. Estaba muy oscuro y no pudo distinguir con quien hablaba, lo cual aumentó su curiosidad, y no le quitó los ojos de encima hasta que lo perdió de vista.

Muchos pensarían en Kira como uno de los alumnos más bajos e insignificantes, sin embargo ¿Quién diría que no podía ser alguien como Yagami Light? ¿Quién podía afirmar que no era Yagami Light?

Se encontraba pensando en aquello, cuando una imponente limosina negra se estacionó frente al local. Ryuuga se levantó y pagó el dulce que hacía rato había terminado de comer, para salir del lugar y abordar el vehiculo.

- ¿Todo bien el día de hoy, Sr. Ryuuzaki? – preguntó el chofer y mayordomo.

- Todo en orden, Watari. Vamonos a casa.

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Con sigilo entró en la casa, cuidando de no tropezar con nada, y se tiró en la cama, agotado.

Siempre llegaba muy tarde, pero nunca tan agotado como ese día. Los negocios habían sido mentalmente agotadores, sin contar todo el transporte de material que había tenido que hacerse. No le regañaban por llegar tarde gracias a sus impecables notas, sin embargo, tarde o temprano alguien podría empezar a sospechar.

Se quitó la ropa, quedando solo el boxers, abrió el ventanal de su habitación para que entrara el frescor de la noche, y se metió bajo las sábanas, dispuesto a dormir hasta tarde al otro día.

Al día Siguiente

- Light… ¡Light! – Le zarandeaba Sayu.

- ¿Que sucede…? – Dijo abriendo un ojo soñoliento (N/A: Nya!!! Q lindo!!! )

- Te llaman por teléfono, ¡Contesta!

- ¿Quién es? – Preguntó, mientras aún se frotaba los ojos.

- Es Inui. Pregunta que si vas a la fiesta.

- ¿Qué hora es? – Preguntó mientras se estiraba.

- Las 3 de la tarde, ¿Por qué preguntas?

- ¡¿QUÉ?!

Light se levantó a la carrera y tomó el teléfono.

- ¿Inui?... Si, voy para allá. Llego como a las 5…. Es que tengo que hacer algunas cosas… ¿Takada? No, no la he visto desde ayer… Ok. Llámala… Nos vemos mas tarde.

- ¿Qué sucede, hermanito? – Preguntó Sayu.

- ¿Está mamá en casa? – Preguntó Light.

- No. Salió con papá.

- Perfecto. Cuando lleguen les dices que me fui a la fiesta de la que les había hablado y que me quedaré a dormir a casa de Inui.

- Ok. No hay problema.

Light se queda viendo raro a Sayu.

- ¿Será que ahora te puedes salir y deja que me vista? – dijo Light, con una venita en su frente.

- ¡Oh! Lo siento hermano… nnU – Dijo Sayu, mientras salía sonrojada de la habitación.

Luego de que Sayu saliera de la habitación, Light comenzó a buscar desesperadamente la mochila que se había llevado la noche anterior, encontrándola finalmente detrás de la puerta. Sin embargo, algo aún no le daba buena espina. Si alguien, aparte de Sayu, había entrado a la habitación y había revisado la mochila, estaba perdido.

Tomó la mochila y comprobó el cierre. La táctica que él utilizaba para descubrir si lo habían abierto era la de no cerrarlo completamente, más bien, dejar unos 5 milímetros de abertura para comprobar la intromisión. Suspiró aliviado. El cierre se encontraba tal como lo había dejado, lo cual significada que, a parte de él, nadie había abierto la mochila.

Fue al closet y buscó algo para vestirse, y terminó con una camisa negra de seda de mangas largas, con un pantalón casual color beige. Se pasó una mano por el cabello, se roció algo de colonia y se encontraba listo para salir.

Se disponía a eso, cuando sintió unos golpes en los cristales del ventanal que había dejado abierto la noche anterior. Se acercó a revisar, con cautela, y al asomarse, vislumbró a Ryuk, quien se encontraba colgado de la verja del balcón.

- ¿Puedo pasar? – Preguntó el pelinegro.

Light se dirigió a cerrar con llave la puerta de su habitación, mientras Ryuk entraba y se sentaba cómodamente en su cama. Luego fue y cerró el ventanal, cerciorándose de que nadie hubiese visto entrar a Ryuk.

- ¿Estabas ocupado? – Preguntó Ryuk – Tuve que venir porque ya estaban comenzando a preguntar por ti.

- Es que me quedé dormido… - Rezongó el castaño – Anoche llegué muy tarde.

- ¿Por qué lo hiciste? ¿Acaso no te dije que no te esforzaras demasiado?

- Para ser el mejor hay que trabajar duro, Ryuk.

El castaño se miró al espejo y se acomodó un poco el fleco, se estiró un poco y se echó hacia atrás, quedando acostado en su cama, aún con los brazos extendidos.

- Y para más, ahora tengo que ir a la dichosa fiesta… - Dijo aburrido, colocado los brazos doblados tras su nuca.

- ¿Fiesta? ¿Cuál fiesta? – Preguntó Ryuk, interesado.

- Ya sabes… La fiesta que te dije que estaban haciendo los chicos del salón…

- Esa podría ser una buena oportunidad – Comentó Ryuk – Tanta gente… Y nadie podría sospechar de ti, ya que tú también irás.

- En realidad no lo había pensado – Dijo Light, reprimiendo un bostezo – Pero no me apetece mucho ir…

- Todo es parte del negocio, Light – Decía Ryuk, mientras acariciaba el fleco del castaño con sus delgados dedos.

- Que aburrido… – Decía Light cerrando los ojos, disfrutando en parte aquello.

- Pero, ¿Vas a ir o no? – Preguntó Ryuk – Porque si no quieres, puedo dejarle el trabajo a otro…

- ¡No! – Dijo Light, levantándose de repente – Yo lo haré…

- Si insistes… - dijo Ryuk, haciéndose el difícil.

- Yo lo haré y no se habla más del tema – Dijo Light, zanjando la discusión.

- Ten cuidado con quien hablas en esa fiesta – Le previno Ryuk – He escuchado que hay alguien que te ha estado buscando…

- ¿En serio? – dijo Light, sin poder reprimir una sonrisa maliciosa - ¿Y se puede saber quien es?

- He escuchado que lo llaman "L" – respondió Ryuk – Pero nadie sabe quien es.

- Ya veo… - Dijo Light, aún con esa sonrisa maliciosa.

- Te sugeriría que te vallas ahora si no quieres que te obliguen a llevar a tu hermanita a casa de sus amigas como la última vez… - Se burló Ryuk.

- Ni me lo recuerdes – Suspiró Light – Pero esto no se va a quedar así… - Esa sonrisa maliciosa afloró a sus labios nuevamente – Yo voy a descubrir quien es ese "L" y voy a acabar con él…

La silueta del castaño con esa sonrisa maliciosa, hasta algo de miedo le daba al pobre Ryuk.

- Si eso es lo que quieres… - Suspiró Ryuk, resignado.

- Eso es lo que deseo… - En ese momento, un relámpago rojo se asomó a los ojos del castaño.

- Bien… - Dijo Ryuk, levantándose de la cama – En caso ya me iré…

- Ten cuidado de que nadie te vea o podrían sospechar… - Dijo Light, abriendo de nuevo el ventanal.

- Nadie en 5 años lo ha descubierto, ¿Por qué ahora? – Dijo Ryuk, divertido.

Sorpresivamente se acercó al castaño y depositó un pasional beso en sus labios para luego, lanzarse por la ventana y desaparecer en la oscuridad de la calle.

A pesar de lo impulsivo que solía ser Ryuk a veces, aquello no le había sorprendido en lo más mínimo. Es más, se había extrañado de que no lo hubiese hecho antes. Sonrió para si mismo con descaro. Cerró el ventanal, y, luego de cerciorarse de que no olvidaba nada, se dirigió a la fiesta.

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- Ryuuzaki… - Se escuchó decir una voz infantil - ¡Acabo de recordarlo! ¡Te dejaron un recado ayer mientras no estabas!

- ¿De verdad? – Dijo el pelinegro, dejando la taza de té sobre la mesa y volteando a ver de donde provenía la voz - ¿Y quien era?

- Era esa chica extraña… Kyoko, sino me equivoco…

La voz infantil provenía de un muchacho, de más o menos de unos 15 años, pero que tenía el aspecto de un niño de apenas 12 años. Tenía el cabello rubio muy claro, prácticamente blanco, bastante largo y con algunos mechones cayéndole sobre el rostro. Tenía también la piel clara y los ojos negros muy profundos. Vestía un suéter blanca con las mangas tan largas que a veces las manos no se le veían y un pantalón de algodón, de color blanco también, largísimo que arrastraba los ruedos y jugaba con sus medias, blancas por igual.

- Kyoko… - Pensó Ryuuzaki - ¿Y que quería, Near?

- Dijo algo sobre una fiesta – Respondió Near, mientras jugaba con unos mechones de su cabello – Se escuchaba muy emocionada…

- ¡Ah! Esa fiesta… - Recordó Ryuuzaki, sin mucha emoción.

- ¿Iras? – preguntó Near.

- Tal vez… Kira podría aparecer por ahí…

- Ya veo…

- ¿Dónde está Mello? – preguntó Ryuuzaki.

- Creo que esta viendo la televisión – Respondió Nea – Y comiendo chocolate… ¬¬

- Esta bien…

Ryuuzaki se levanta del sofá, y se dirige con la taza a la cocina.

- ¿A dónde vas? – preguntó Near.

- A la fiesta de Kyoko…

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- ¡Light! ¡Al fin llegaste! ¡Pensé que no ibas a venir! – Le gritó Takada, entre el ruido de la música, mientras lo saludaba.

- ¿Dónde esta Inui? – Preguntó él, en el mismo alto tono, para poderse escuchar entre el ruido de la música.

- Creo que esta en la mesa de las bebidas…

En ese momento, el mencionado se acercó a los presentes con una botella de Vodka en la mano.

- ¡Light! ¡Hermano! ¿Qué hacías que no habías venido? – Dijo Inui, mientras se colgaba con un brazo del cuello de su amigo.

- ¡INUI! ¡Estás Borracho! ¿Qué no te da vergüenza? – Le regañó Takada

- Para nada, vida mía.

En ese momento, le robó sorpresivamente un beso a Takada.

Esta, al sentir el contacto de los labios de él, instantáneamente se separó y le dio una fuerte bofetada.

- ¡ERES UN IDIOTA! – Le gritó Takada.

Y se perdió entre la multitud.

- Hay que ver que cada día están más difíciles, ¿cierto, Light? – comentaba Inui, mientras se frotaba la mejilla donde Takada le había golpeado.

Light se hizo el desentendido con Inui y este, al poco tiempo, también se perdió de la vista del castaño. Fue este el momento que Light aprovechó para hacer su trabajo.

Con cautela se acercó hasta el chico que estaba haciéndola de barman, y le ofreció hacer su trabajo un rato para que el pudiera ir a bailar con una chica que le tenía presionado hacía rato. El chico aceptó encantado, dejando a Light a cargo de las bebidas. Con cuidado, sacó de su manga, una bolsita transparente que contenía un polvillo blanquecino muy fino, el cual tenía pensado disolver en las bebidas que iba preparando.

Por un rato, el plan funcionó a la perfección, y todo aquel que pedía una bebida, terminaba inevitablemente borracho. La estrategia funcionó por un tiempo, hasta que un muchacho extraño se le acercó.

El cabello negro desaliñado, la mirada penetrante de ojos negros, y aquella expresión… No le daba para nada buena espina.

Pidió dos bebidas. Light, con extremo cuidado le echó el polvillo lo mejor que pudo, pero la incesante mirada del pelinegro no lo dejaba concentrarse bien. Cuando le dio las bebidas al pelinegro, el antiguo barman regresó, por lo cual tubo que dejar el "trabajo" hasta otro rato.

Observó como una chica bajita y chillona, con lentes y el cabello negro corto, se acercaba al pelinegro, le quitaba la bebida y después de unas palabras, se perdía entre la multitud. No le prestó mucha importancia y salió afuera, al balcón que poseía la casa.

Se puso a pensar en como podía hacer para lo de las bebidas nuevamente, cuando el ruido de la puerta del balcón al abrirse, lo sacó de sus pensamientos. Esa ese chico extraño de hacia un rato.

- ¿Te molesta? – Preguntó él.

- No, para nada – Dijo Light, centrando su atención en el recién llegado.

- Es que el ruido de la música es muy escandaloso y… - Comenzó él.

- … no deja pensar con tranquilidad… - Light y el recién llegado dijeron aquello al unísono.

Light se asombró.

- Creo que nos hemos visto de algún lado… - Comentó el pelinegro – ¿Estudias en Todai?

- Espera… - recordó Light - ¿No eres acaso Ryuuga Hideki? ¿El genio de Todai?

- Me suena… - Dijo Ryuuzaki, para luego sonreír - ¿Tu eres Yagami Light, no? Estudias en mi salón.

- ¿De verdad? – Dijo Light, asombrado – ¿Este tipo a estado tanto tiempo vigilándome y no me había dado cuenta…?

- Si. Y debo decir que eres realmente interesante…

- Creo que puedo decir lo mismo.

Light se apoyó de nuevo en el balcón y Ryuuga se apoyó a su lado.

- ¿Quieres? – Ryuuga le ofreció un poco del Vodka que estaba tomando.

Fue en ese momento cuando Light se dio cuenta. El vaso de Ryuuga estaba entero. No había tomado ni un sorbo. ¿Se habría dado cuenta?

- En realidad… - Comenzó Light, intentando negarse.

- Esta muy bueno… - insistió Ryuuzaki - ¿Por qué no quieres? ¿Acaso le pusiste algo?

Light se asustó. ¿Acaso se había dado cuenta?

- No. Claro que no – Dijo Light, tomando el vaso – Es solo que no acostumbro tomar mucho. Pero ya que insistes.

El plan de Light era sencillo; hacer como que se tomaba el licor, y cuando Ryuuga se descuidara, se deshacía del que ya tenía y cuando Ryuuga se emborrachara, podría continuar con su trabajo.

Tomó un trago largo del vaso, y lo retuvo en su boca.

- ¿Y que tal está? ¿Sabe bien?

Light respondió con una afirmación de la cabeza.

- ¿No es mas fácil decirlo? A menos claro que aún lo tengas en la boca…

Rayos. Se había dado cuenta. Iba a tener que tragárselo. Pero confiaba en que, ya que su cuerpo había soportado los efectos de varias drogas diferentes, esta no le afectase demasiado.

Se tragó el licor y luego respondió:

- Es que está muy bueno, y aún lo estaba degustando – Dijo Light – También deberías probarlo.

Ryuuzaki tomó el vaso, y de un largo trago, se tomó más de la mitad.

- Tienes razón. Está muy bueno.

Comenzaron a hablar de cosas triviales, como cuales eran sus deportes preferidos o lo que preferían hacer cuando invernaba.

Light, poco a poco, comenzó a perderle la importancia a las cosas que decían. Se estaba comenzando a marear, pero no había nada que pudiera hacer para evitarlo. Podría cometer una locura, pero con Ryuuga vigilándole, dudaba que fuese algo muy grave.

Ryuuzaki, por su parte, había sospechado algo cuando vio a Light haciéndola de barman. Pidió las bebidas para ver como se comportaba, y aunque no notó nada raro, aún así, desconfió.

Lo encontró en el balcón, y le hizo probar la bebida para ver si esta contenía algo extraño, pero ya que lo hizo sin inconvenientes, se imaginó que nada tendría. Y ese había sido su error.

Poco a poco se fue sintiendo extrañamente mareado. Nada importaba. Solo recordaba que, por algún extraño motivo tenía que quedarse con ese chico, pero la razón no surgía en su cabeza.

- Oye Ryuuga… - dijo Light, en un susurro - ¿No has escuchado de "L"? Dicen que es un detective famoso…

- También ese Kira… - Corroboró Ryuuzaki – Por cierto, llame Ryuuzaki, ¿de acuerdo?

- No hay problema…

Light intentó caminar, pero los pasos mareados que daba, ocasionaron que se resbalara y, para evitar caerse, se aferró con fuerza al cuello de Ryuuzaki.

- Que torpe soy… - Dijo el castaño entre risas.

- Todos somos iguales… - Dijo Ryuuzaki con una sonrisa, mientras lo tomaba por la cintura para hacerlo levantar y lo acercaba más hacia si.

Light siguió con la postura que había adoptado, con lo brazos alrededor del cuello de Ryuuzaki, sin importarle la extraña situación en la que se encontraban en ese momento.

Ryuuzaki contempló el rostro de Light por un momento. El ligero rubor en las mejillas a causa del alcohol, los mechones desordenados, esos labios tan provocativos…

- ¿Sabes…? – Comenzó a murmurarle al oído – Yo se quien es el tal "L"…

El calido aliento del pelinegro en su cuello, hizo que el castaño se estremeciera de pies a cabeza.

- Pues yo también tengo un secreto… - Light se acercó a Ryuuzaki de manera confidencial – Yo se quien es Kira…

- ¿De verdad? No te creo…

- Es cierto… - dijo el castaño, haciendo un puchero.

Ryuuzaki se sonrió. El castaño se veía hermoso así.

- Entonces una y una, ¿Vale? – Propuso Ryuuzaki – Yo te digo quien es "L" y tú me dices quien es Kira. ¿Te parece?

- Me parece justo… - El castaño se acercó al oído del moreno y le susurró – pero aunque te lo diga, estoy seguro de que no me creerás…

El moreno se estremeció al contacto con el aliento del castaño y lo aferró más contra sí. Apoyó su barbilla en el hombro del castaño y le dijo:

- ¿En serio? – Sonrió divertido – Pruébame…

- Esta bien – El castaño pegó sus labios contra el oído del pelinegro y le susurró – Yo soy Kira.

El moreno sonrió.

- Pues ¿Sabes algo? – Le susurró contra el oído – Yo soy L.

Light se aferró a cuerpo de Ryuuzaki con fuerza.

- Pero entonces… ¿Vas a llevarme a la policía, verdad? – Susurró con tristeza.

Ryuuzaki lo separó por un momento y lo miró a los ojos.

- No podría… - Dijo, acariciándole la mejilla.

El sonrojo en las mejillas del castaño se hizo más notorio sin que él se diera cuenta.

Poco a poco, Ryuuzaki se fue acercando a Light, hasta que, finalmente, este terminó besándolo.

Ryuuzaki se lanzó a la boca del castaño, aprisionando con la suya, los carnosos labios que este poseía, pidiendo la autorización para que su lengua pudiera explorar esa cavidad que tan dulce se le ofrecía… Sin mucho vacilar, el castaño dio la autorización y en un segundo, su lengua se encontraba manteniendo una batalla campal con la lengua del moreno, pero no era una lucha por el dominio, al contrario, desde que se habían encontrado, ambas ya se habían rendido ante la otra, simplemente era un grito desesperado porque esto nunca terminara.

Todo había comenzado con una simple lucha, pero poco a poco, esta se iba transformando en algo más fuerte, y no es que fuera algo doloroso, con todo y la presión que Ryuuzaki estaba dando sobre la boca de Light, este sentía que era el mejor beso que jamás había recibido.

Mientras el moreno seguía besando a Light, sus manos no se quedaban quietas, y comenzaban a acariciar la espalda del castaño por debajo de la camisa, arrancando sutiles gemidos de la boca del castaño.

Solo cuando el oxígeno se hizo necesario, ambos se separaron.

Ambos se quedaron viendo a los ojos. Un resplandor rojizo se asomaba a los ojos de Light, cosa que a Ryuuzaki le llamó mucho la atención.

En ese momento, la puerta del balcón se abrió, mostrando a un Inui demasiado borracho para notar lo que estaba sucediendo a su alrededor.

- ¡Vamos Light! ¡Trae a tu novio a bailar un rato!

A Light le gustó la idea, y tomando a Ryuuzaki de la muñeca, lo arrastró adentro, nuevamente a la pista de baile.

Estuvieron juntos largo rato. Cuando ya el amanecer estaba próximo, un grupo de mafiosos vestidos de negro, irrumpieron en la fiesta, pero por el estado de ebriedad en el que todos sen encontraban, nadie le prestó mayor importancia de la que tenía.

Los recién llegados comenzaron a movilizarse en la fiesta. Uno de ellos tomó a Light, alejándolo de Ryuuzaki.

- ¿Pero que…? – Protestó Light.

Pero no le valieron de nada las protestas ya que, quien lo había alejado de Light, le dio un golpe en la nuca y lo dejó inconciente.

Ryuuzaki, por su parte, comenzó a buscar a Light en cuando lo separaron de él, pero un grupo de matones impidió que se acercara hacia donde se encontraba. Él trató de abrirse paso entre ellos, pero uno le dio un golpe en el estómago, dejándolo sin aire.

Otro de los matones, lo tomó y lo llevó a la entrada, donde había un sofá bastante dañado y lo dejó allí tirado, inconciente.

Al poco rato de eso, la limosina de Ryuuzaki llegó, llevando con ella al chofer y a dos chicos; uno de ellos era Near, el otro era un rubio vestido de negro con expresión de mal genio.

Al ver el desmadre en el que se encontraba el lugar, los dos chicos tomaron a Ryuuzaki del sofá y se lo llevaron del lugar.

Al día Siguiente

- Light… ¡Despierta! – Le decía una voz conocida.

- ¿Que sucede…? – Dijo despertando sobresaltado.

- Light, te quedaste dormido amigo…

- ¿Ryuk? ¿Qué haces tú aquí? – Preguntó Light, sorprendido.

- Anoche esto se volvió un desmadre, ¿No es verdad? – Dijo Ryuk divertido.

Light lo miró. Actuaba como si estuviera ocultándole algo.

- Por cierto, hiciste muy bien tu trabajo anoche…

- ¿De verdad? – Light intentó levantarse, pero el dolor de cabeza no lo dejó – No recuerdo nada de lo de anoche, excepto que estaba hablando con un chico muy extraño.

- No te preocupes por eso, Light. Todo salió de maravilla.

- ¿Dónde estoy? – Preguntó Light.

- Estas en tu casa. Yo te traje.

- Genial… - Rezongó el castaño - Si mi mamá te vio, mi vida a la basura.

- Nadie nos vio. Entré por la ventana.

- Por lo menos hiciste algo inteligente…

- No como tú – se burló Ryuk.

- ¿De que demonios hablas? – Dijo Light, ya molesto por la actitud de su amigo.

- Mírate en el espejo…

Con dificultad, Light se incorporó y fue a hacer lo que Ryuk le sugirió. No debió haberlo hecho.

- ¡¿QUÉ?!

Las palomas volaron del techo.

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- ¡Watari! ¡Ryuuzaki ya despertó! – Se escuchó la voz de Near.

Ryuuzaki abrió los ojos con dificultad. Dios, como le dolía la cabeza. Y el estomago.

- ¿Ryuuzaki, estas bien? – Preguntó Near, acercándose a él.

- He estado mejor… - Respondió él.

En ese momento un chico de piel clara, cabello rubio y largo hasta la barbilla, vestido de negro como un pandillero, entró formando un escándalo.

- ¿Cómo puedes dejar que esos sujetos te apaleen así? – Rugió.

Se acercó a la cama y tomando a Ryuuzaki del cuello de la camisa, comenzó a zarandearlo.

- ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? – Repetía incesantemente.

- ¡Mello! ¡Déjalo en paz! – Le decía Near, intentando hacer que soltara a Ryuuzaki.

- ¡Dejame! – Rugió Mello, golpeando a Near.

Near gracias a aquel golpe, se calló de la silla en la que se encontraba, cayendo en el frío y duro suelo. Mello, al ver lo que había ocasionado, soltó a Ryuuzaki.

- No tenías que preocuparte por mí, Mello – Dijo Ryuuzaki, en broma.

- ¿Quién dijo q yo estaba preocupado por ti? – Respondió de mala manera, mientras se limpiaba con fiereza los ojos humedecidos.

Disgustado, salió de la habitación con un portazo.

- ¿Qué sucedió? – Preguntó Ryuuzaki.

- Fuimos a buscarte cuando amanecía. Estábamos preocupados de que aún no hubieses llamado a Watari. Te encontramos tendido en un sofá, inconciente, y a unos matones que estaba destrozando la casa. Mello cree que ellos te hicieron esto – Explicó Near, mientras se levantaba del suelo.

- Ya veo… ¿Y qué tan mal estoy?

- Míralo tu mismo – Dijo Near, acercándole un espejo

Ryuuzaki se miró al espejo, y lo que vio no le gustó para nada.

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Light estaba horrorizado. Tenía unas inmensas ojeras, un moretón en un pómulo, marcas de uñas en la espalda y labio inferior roto… o mas bien, mordido…

- ¿Qué sucedió? – preguntó Light.

- Así estabas cuando te encontré.

Light intentó calmarse y pensar. Las ojeras eran por no haber dormido bien, obviamente. Lo del golpe pudo haber sido una pelea. Pero los arañazos y el labio roto no tenían explicación a menos que…

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- Near… - comenzó Ryuuzaki, viéndose en el espejo los arañazos en el cuello.

- ¿Qué sucede?

- Creo que solo hay una explicación para esto…

- ¿Cuál es?

- Creo que anoche estuve besándome con alguien…

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Light suspiró con resignación.

¡Se había estado besando con alguien!

Ahora la única pregunta que se formulaba en su mente era:

Ryuuzaki: ¿Con quien me habré besado anoche?

Light: ¿Con quien me habré besado anoche?

Continuará…

Ta Taaaa... aquí termina la primera parte de este fic 0, espero que les haya gustado, critíquenme y mándenme deseos de muerte pero dejen su comentario, si?

Muchas gracias por leerme - ¡Son Un Amor! XD. Y como es estreno de inspiración de mi primer fic de Death Note se merece ser dedicado a varias personitas que quiero muchote: A mi neechan Chris M. Black, a mi neechan Danyeida, y a mi otra neechan Akari o Son un amor!!!

Eso es todo, lo continuaré lo más pronto posible así que esperen el siguiente Cáp.