¡Hey! It's me again xD

He vuelto con un nuevo fic~! ¡Wiii! Uno de One Punch Man *w* que cabe recalcar también va tener unas cuantas tonterías xD

Muchas gracias a mi amiga Majo por su fantástica idea de escribir este fic ! :3

En fin, espero sea de su agrado n.n

ADVERTENCIAS

| Yaoi | SaiGenos | R18 | Lemon |

NOTA: En este fic Genos tiene un torso 100% humano. Si no saben que es el torso (como yo hace unos momentos) busquen imágenes en Google xD.


¿Cómo es que había acabado en esa situación? Una situación realmente incómoda y que tal vez, solo tal vez la más extraña que haya experimentado en toda su vida. Pues frente a sus inexpresivos ojos yacían otros viéndolo con esa gran admiración y devoción característica de él. Pero sobre todo, con ese profundo cariño y apreció. Pero lo más problemático, es que no solo eran un par de ojos los que lo veían, sino que otros dos pares lo miraban de la misma manera y cabe destacar es que lo miraban muuuyy de cerca.

(Demonios… ¿Y ahora qué se supone que debo hacer?) – pensó nervioso mientras un gota de sudor le resbala por su calva cabeza.

Pues frente al hombre más fuerte (de probablemente toda la puta Vía Láctea) yacía su joven y autoproclamado discípulo, Genos. Pero no solo era uno… ¡Eran tres! ¡TRES! ¡Así como lo pinches oyeron (leyeron)! ¡T-R-E-S!

Y ustedes se preguntaran: ¿Qué demonios está pasando aquí? Pues para saberlo, tendremos que retroceder un poco en la historia…

(Retroceso) Escena del cápitulo 12 del anime: Saitama vs Lord Boros.

"Uhh… Creo que retrocedimos mucho… Un momento por favor"

(Retroceso) Escena donde Genos acosa a Saitama-sensei.

"¡Agh, rayos!" – silencio – "… Je… Creo que esto nos tomara unos minutos."

Veinte minutos después…

"¡Ahora sí! Ya. – suelta un suspiro de fastidio – "Aquí es, donde nuestra historia da comienzo"

Era un cálido día de verano, donde los pajarillos cantan y los mocosos salen a jugar y todas esas jaladas. *Ahem* en fin, esta historia empieza más específicamente en la casa de el héroe más fuerte, apuesto… Y algo menso de toda ciudad Z, la ciudad que (casi siempre) es destruida por los Kaijin… Dios, ¿por qué no se largan de ahí? … ¡En fin! En esta dicha casa yacía, maestro y aprendiz, hablando amenamente de cosas triviales.

Vaya… - dijo asombrado el calvo - … Últimamente has recibido muchas cartas de tus fans, tanto que ya no caben en el bote de basura. – patea con fuerza el montón de cartas para que quepan en el bote pero, accidentalmente rompiendo este - … Ugh diablos… Ya es el quinto bote este mes. – se rasca su calva cabeza.

Perdone las molestias que esto le causa Sensei. – se disculpo el joven cyborg un tanto apenado, mientras tiraba los restos de cartas quemadas que había recibido su Sensei hace unos momentos.

¿Uhm? ¿Pero qué dices? – dijo el héroe sonriendo – No me molesta, solo que si la próxima vez no quieres leer las cartas de tus fans incinéralas también y así nos ahorraremos tiempo y dinero.

¡Sí! ¡Lo hare Sensei! – exclamo, escribiendo las nuevas enseñanzas que su Sensei le había proporcionado.

En fin, sigo sin entender porqué te desagradan tanto tus fans. – comento el mayor mientras prendía el televisor - ¡Oh mira! ¡Están los Teletubbies!

Yo no necesito a nadie más que a usted Sensei. – dijo serio el joven sentándose junto al mayor, sobresaltándolo un poco – Su sola presencia me hace sentir… Feliz. – dijo, mirando directamente a los ojos de Saitama.

Ohh, ya veo… - dijo nervioso el calvo y con un muy leve rubor. No es la primera vez que le pasaba eso, pues Genos siempre era muy directo y honesto con lo que decía, sin mencionar que hace unos pocos meses el héroe ya no solo veía al cyborg como un simple discípulo, sino que ahora empezaba a atraerle exageradamente. Pues nadie iba a negar que Genos tenía sus encantos.

Sensei. – llamo el rubio.

¿Sí?

Yo… - baja la mirada - … Hay algo que he querido decirle desde hace tiempo.

¿Así? – pregunto curioso - ¿Y qué es?

El joven cyborg respiró hondamente mientras apretaba fuertemente los puños sobre sus muslos. – Yo…

Oyeeess… - le llamo el calvo con una sonrisa tonta - ¿Los cyborg se pueden enfermar?

¿Ehh? … Pues, no Sensei. – contesto - ¿Por qué pregunta?

Porque te has puesto rojo.

Ante la respuesta del mayor el rubor de Genos aumento un poco más. – Eso… No se fije mucho en eso, Sensei. – desvía la mirada.

Bueno. – contesto Saitama, encogiéndose de hombros - … ¿Sabes? Nunca me gusto ese sol con cara de bebé.

¿Eh?

Sí… Quiero decir, ¿por qué ponerle cara al sol? – se pregunto el calvo adquiriendo nuevamente un pose pensativa - ¿Te imaginas un sol con cara? … Sería demasiado raro… En incómodo.

Saitama-sensei. – llamó el cyborg al ver que su Sensei se estaba saliendo del tema.

¡Oh, sí! Perdón. – se disculpo - ¿Qué era lo que querías decirme? – pregunto con una sonrisa.

Y una vez más dio una gran bocanada de aire, tratando de tranquilizarse. – Sensei… Yo…

Ajá… - decía ansioso.

Pues. – cerró fuertemente sus ojos para después tomar otro respiro y decir - ¡Yo a usted lo…!

¡Corte informativo! – se escucha música de esas de comercial - ¡Tenemos una gran oferta para ustedes!

Tras escuchar la palabra oferta el calvo no pudo evitar voltear rápidamente hacia el televisor. - ¿Acaso dijo oferta? – pregunto emocionado.

¡Así como oyó! – le da la razón - ¡Tenemos cientos de ofertas y descuentos en productos para la gente de escasos recursos como usted!

¡Ohhh~! – exclamo emocionado Saitama con la cara ya casi pegada a la pantalla.

¡No pierda más su tiempo, pues tenemos rebajas de hasta el 70%! … Solo un idiota desperdiciaría una oportunidad como esta. – acaba comercial.

¡Ya oíste Genos! ¡Tenemos que apurarnos! – le dijo al cyborg mientras lo zarandeaba levemente para después comenzar a cambiarse rápidamente.

El joven reacciono de inmediato a las palabras de su Sensei y aunque se encontraba un poco molesto por no haber podido decirle al calvo lo que quería acato rápidamente a la orden de su maestro. - ¡Sí!

Entonces Genos. – llamo el mayor - ¿Qué era lo que querías decirme?

¿Eh? … ¡Oh, sí! – dijo el rubio pero inmediatamente un pequeño rubor apareció en su rostro, lo que a Saitama le parecía lindo – Solo… Prométame, que no va a odiarme después de esto.

¿Huh? – dijo extrañado el calvo mientras alzaba una ceja - ¿Odiarte? ¿Por qué haría eso?

Solo, prométamelo Sensei. – dijo serio.

Genos. – llamo con esa voz seria y profunda que solo usaba en casos de gran importancia, para después cambiar a su voz usual y tonta de siempre – No sé por qué dices eso pero sea lo que sea, no podría odiarte… Jamás lo haría. – sonríe.

Ante esa respuesta, el cyborg no pudo evitar sonrojarse más. Oír esas palabras de sus Sensei lo hacían sentir una gran felicidad.

M-Me alegra oír eso, Sensei. – agacha la cabeza - … Bueno, lo que yo quería decirle era que…

Pero mientras caminaban una gran luz apareció enfrente de ellos que, cuando desapareció, dejo ver a una criatura, más específicamente un kaijin con grandes garras afiladas. Pero había algo… Extraño con este kaijin…

¿Huh? ¿Qué demonios es eso? – pregunto Saitama con una cara de WTF al ver semejante kaijin.

(Esto tiene que ser una broma). – pensó el joven cyborg tras ver al kaijin pero también porque era la segunda vez que lo interrumpían.

Pues frente a ambos chicos yacía un kaijin gordo con un tutu rosa y unas alas falsas de hada mientras agitaba una varita O.O?

Je, se parece a un Snorlax. – dijo el héroe al ver el físico del kaijin – Solo que con un tutu.

¡Deténganse ahí! – grito la criatura mientras señalaba al par.

¡Puede hablar! – exclamo sorprendido el calvo.

Denme todas sus cosas y nadie saldrá herido. – advirtió el de tutu.

Escucha Snorlax me gustaría mucho quedarme a escuchar tus aventuras con Ash Ketchum, pero… - decía Saitama mientras comenzaba a andar.

¿Ash Ketchum? – dijo el kaijin con una cara de completa confusión.

Si nos disculpas, tenemos que ir al supermercado, hay grandes ofertas el día de hoy. – se aleja de él cada vez más – Vamos, Genos.

¡Sí, Saitama-sensei! – dijo el chico yendo detrás del mayor.

Y así se empezaron alejar dejando al pobre kaijin varado ahí en medio de la calle.

¡No irán a ningún lado! – rugió el kaijin, abalanzándose contra el dúo que sin ningún problema esquivó el ataque.

Tsk. – se quejo el calvo – No tenemos tiempo para esto…

Sensei. – llamo Genos – Usted vaya por las compras. – se voltea hacia al kaijin, que por cierto había empezado a agitar su varita otra vez – Yo me ocupare de este sujeto.

Ummm, ¿seguro? – pregunto Saitama viendo también al kaijin que ya había comenzado a bailar como una bailarina de ballet, haciendo que una gran gota estilo anime resbalara por su calva – Ehhhh, no lo sé Genos… No confió en este tipo, ¡y menos en su tutu rosa!

No se preocupe Sensei, terminare lo más pronto posible. – dijo seguro el cyborg. Quería demostrarle a su Sensei que él podía controlar la situación (aunque casi la mayoría de las veces le terminaban pateando el culo).

Saitama pensó meditarlo un tiempo, tenía que ir y comprar como nunca antes había comprado en su aburrida y monótona vida. Suspiró – Muy bien, confió en ti Genos. – dijo mientras le revolvía sus cabellos.

El cyborg solo atino a sonrojarse.

Ehhh, ¿alguien va a pelear conmigo o que pedo? – pregunto el de tutu un tanto impaciente.

Te veo en un rato, Genos. – dijo Saitama empezando andar - ¡Adiós Snorlax! ¡Salúdame a Ash, Bruck y a todos esos weyes! – se despidió con esa sonrisa boba.

¡No me llamó Snorlax! – se quejo el kaijin - ¡Y no conozco a ningún Ash Katsup!

¡Es Ketchum! – grito a la distancia el calvo.

¡Lo que sea! – grito Snorlax, ¡digo! El kaijin - … Bueno, al menos me quede con el chico bonito~. – dijo coqueto mientras veía a Genos.

Sea lo que seas, tendré que eliminarte. – dijo el rubio apuntando con su mano al kaijin.

Pues veamos si puedes hacerlo. – sonrió, comenzando a agitar su varita una vez más.

Ya habían pasado varios minutos desde que se había separado de Genos, incluso le alcanzo de hacer todas las comprar necesarias y ahora yacía esperando a su discípulo afuera de la tienda.

Umm, me pregunto si Genos estará bien. – se dijo así mismo – A lo mejor Snorlax era más fuerte de lo que aparentaba.

Estaba a punto de ir a buscarlo pero justo en ese momento apareció Genos más fresco que una manzana.

¡Genos! ¿Estás bien? – dijo el mayor checando a su discípulo para ver si tenía algún rasguño - ¿Por qué tardaste tanto?

Lo siento Sensei, pero al parecer mi rival era más fuerte de lo que pensaba.

Ok… Pero, ¿en serio no te hizo nada? – pregunto aún desconfiado.

Pues, solo uso su varita. – comento el rubio – Pero al parecer no tuvo efecto en mi.

Ohhh… Bueno, supongo que son las ventajas de ser un cyborg ¿no? – dijo Saitama más divertido.

Genos solo asintió.

Bueno, mejor regresemos está empezando a hacer frío. – empieza a andar seguido de su discípulo.

¡Sí!

Ya en la casa…

¿Consiguió todo lo que necesitaba Sensei? – pregunto Genos mientras lavaba los trastes.

¡Sí! – contesto feliz – ¡E incluso compre esto! – muestra un artefacto extraño con luces de colores y cables.

¡Genial Sensei! – dijo asombrado el joven - ¿Pero qué es?

No tengo idea. – dijo mientras escudriñaba el curioso objeto - ¡Pero me salió barato! (No mames -_-U)

Ya veo. – dijo con una pequeña sonrisa.

Saitama dejo escapar un gran bostezo. – Bueno, será mejor que durmamos. – se acuesta sobre el futon – Buenas noches, Genos~. – terminada la oración rápidamente termino rendido y roncando a todo volumen.

Genos por otro lado, solo sonrió dulcemente pero esa sonrisa se desvaneció al instante. Se sentía decepcionado al no poder decirle a su querido Sensei lo que sentía por él. Negó con la cabeza y dijo: - No, no puedo darme por vencido. – voltea a ver a su Sensei (que por cierto ya tenía un hilo de baba escurriendo por su barbilla…) (Todo un príncipe azul, ¿no lo creen?) y una nueva sonrisa aparece en sus labios. – Buenas noches, Sensei. – se acuesta al lado de Saitama.

A la mañana siguiente…

Los rayos del sol le daban de lleno sobre su rostro haciendo que una mueca de fastidio apareciera sobre su rostro.

Ahhhhhhh~ - bostezo mientras se removía somnoliento. Al voltear se encontró con el rostro durmiente del cyborg - (Se ve lindo dormido). –pensó Saitama con una sonrisa. Pero su sonrisa desapareció al ver otro cuerpo moviéndose detrás de Genos. Se estiro y lo que vio lo dejo en shock, pues al lado de Genos, ¡estaba Genos! Pero este tenía cabello blanco y sus brazos mecánicos eran del mismo color. Este al parecer también estaba dormido.

(¡¿Pero qué demo-?!) – comenzó a entrar en pánico, ¿qué demonios estaba pasando? Y justo cuando creía que no podía ser más raro, algo detrás de él lo hizo sobresaltarse. Bueno, nuestro pobre calvo estaba a punto de sufrir un ataque, pues atrás suyo yacía otro Genos, pero este tenía el pelo negro al igual que sus brazos.

Y se sobresalto más al ver que este comenzaba abrir los ojos.

Genos divisó a su Sensei (que tenía una cara de WTF super marcada). – Buenos días, Sensei~. – dijo el Genos pelinegro con una sonrisa.

Ok, Saitama necesitaba respuestas y pronto.

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Continuará

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¡Uhhhhhhhh! ¡Tres Genos! :O

Saitama suertudo hijo de puta xD En fin, ¿qué les pareció? ¿Debería continuarlo? ¿O aquí le paramos?

Dejen reviews, por favor!