"Qué espectacular la forma en que su camisa se ajusta a su cuerpo. Y el escote... ¡Con qué maestría deja que se vea lo justo y necesario para activar la imaginación de uno! Con gusto enterraría mi cabeza allí. Pero... ¡Dios! Esos botones sí que me molestan..."
-¿Disculpa? -Desde la pizarra y con el marcador en la mano, Cameron miró a House con una curiosidad y sorpresa muy poco disimuladas. -¿Qué acabas de decir?
"Uh... debo de haber pensado eso último en voz alta..."
-¿Yo? - "Mejor me hago el estúpido, por si no dije nada".
-Dijiste "esos botones sí que me molestan". ¿Qué significa?
"¡Maldición! Debo cuidarme más cuando fantaseo..."
-No... Nada... Pensaba en... en los botones... los botones de mi reproductor de mp4. Están muy pequeños para mis deditos... ¿Decías que podía ser Lupus?
Foreman y Chase intercambiaron una mirada divertida y apelaron a toda su fuerza de voluntad para volver al tema.
-Quiero que me atienda la doctora Cameron. Ella sí me agrada, -solicitó el adolescente que tenían por paciente esa semana.
"Sí, ¿cómo no? Si tuviera dieciséis años y una leucemia que está a punto de terminar con mi vida, yo también querría que Cameron se inclinara sobre mí para tomarme el pulso y verificar mi temperatura... Además, sería genial que me diera respiración boca a boca con esos labios..."
-¡House! -La mirada de reproche de Cameron que acompañó al tono de voz le hizo darse cuenta de que estaba otra vez pensando en voz alta.
-¿Qué? -Optó otra vez por disimular.
-¿Tienes algún problema con mis labios? -Una sonrisa muy breve asomó al rostro de la joven médica y eso envalentonó al nefrólogo.
-Nah... Pensaba qué color de labial usas para pedirle a Cuddy que no lo compre. A ella no le quedaría tan sexy...
Aunque el tono de voz que usó para su comentario sonó de lo más sarcástico, algo hizo que Cameron se diera cuenta de que iba en serio. De todos modos, lo más importante en ese momento era el paciente, así que se concentró en su trabajo y dejó que House escapara como rata por tirante en cuanto tuvo la oportunidad.
Ya solo en su oficina, House arrojó el bastón encima del escritorio y se estiró hacia atrás en su silla. Ahora sí que podía pensar claramente, sin tenerla a ella cerca... Y no importaba si pensaba para adentro o hacia afuera... Nadie podía escucharlo.
"En cuanto descubra qué le puso Wilson a mi café esta mañana iré a asesinarlo, a torturarlo para que muera muy lentamente. Ya una vez me hizo sonreir contra mi voluntad dándome antidepresivos... Y ahora... ¿Qué? ¿Le confesaré a Cameron que cuando cené con ella realmente hubiera querido arrojarme sobre ella y hacerla mía sobre la misma mesa del restaurante?"
-¿Cómo dices? -Cameron estaba parada en la puerta con una mueca descolocada en la cara.
"Uh... Esta vez sí metí la pata".
-Eh... ¿Qué parte has escuchado...?
Cameron sonrió tranquilizadora.
-La parte desde "Le confesaré a Cameron..." -Ella terminó de entrar a la oficina y cerró la puerta tras ella, cerrando todas las persianas en el proceso. -¿De verdad lo has dicho?
-Uh... Bien... En realidad sólo lo estaba pensando... Pero sí, era de verdad lo que pensaba.
-Pues, entonces... No sabes cuánto me alegro de haberte cubierto en tus horas de clínica hoy... pues a partir de este momento has terminado de trabajar por hoy...
-Es decir que... ¿Dices que no estás enojada porque haya fantaseado contigo todo este día?
-¿Fantaseabas conmigo? ¡Guau! Qué lindo sería que todo eso fuera más que una fantasía...
-Entonces alégrate... A partir de hoy pensaré en voz alta...
···FIN···
