N/A : Este fanfic está en proceso de edición en cuanto a gramaticalmente se refiere. Descuiden, la trama no cambia(: , solo estoy corrigiendo todos los dedazos que se me fueron durante su publicación. ¡Gracias por su atención! - Editado 22-Enero-2016.
Título: Permite sanar tu corazón.
Autora: Rooss.
Disclaimer: No, por más que quisiera, Naruto y sus personajes no me pertenecen. Son propiedad de Masashi Kishimoto. La historia es lo único que me pertenece.
Fic type: Long-fic.
Pairing: SasuSaku
Advertencias: AU (Universo alternativo), OoC (justificado), más adelante verán el porqué. Lemon.
Inspiración: La canción con la que me inspiré fue When you wake up de Dead by April.
Otras publicaciones: Fanfic ES.
Notas: Yo de nuevo! ¿A que no se esperaban que subiera rápido nueva historia, ne? je. Bueno, ahora que finalmente terminé Sin apariencias casi de inmediato me vino otra idea de historia a la cabeza. Es muy distinta, nada de lobos, ni seres mágicos, sin embargo abarco otro tema, uno que siempre me ha llamado la atención. La reencarnación. Veamos que tal me va con este fic. No sabría decirles que tan extenso será, porque ni yo misma sé. Se irá dando conforme siga escribiendo. En fin, no los retengo más. Que lo disfruten. Ya saben, anuncios, adelantos y esas cosas están en la parte final de cada capítulo.
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Si pudieras...
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"Saber quiénes hemos sido, para saber quiénes podemos ser".
—Sixto Paz.
I.
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—Si pudieras pedir un deseo, y éste se pudiera cumplir... — en una noche en donde casi no hay estrellas y abunda lo negruzco de la noche — ¿Qué pedirías, Sasuke-kun?
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Sentados a un lado del bullicio de un festival a medio celebrar. Sasuke no se ha detenido a hacer otra cosa más que admirar las getas* de Sakura perderse en el verde oscuro de la hierba.
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—No lo sé — Sakura suspiró ante su respuesta, desanimándose un poco pero recobrando una sonrisa ante un pensamiento fugaz y brusco.
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Ya no habían batallas que librar. Tras la cruel guerra, Madara cayó y con ello las mentiras terminaron. Todas las naciones pudieron respirar la paz y también honrar a sus caídos. Él, por su parte, el último de los Uchiha, detrás de todos sus crímenes tuvo que ser juzgado como a cualquier otro criminal.
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— Vamos, imagina que es el último día de tu vida — Sasuke está sentado a su lado y sin embargo parece tan ausente — ¿Qué pedirías?
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Sakura insiste y él no puede evitar reírse un poco. Sonrisas como esa, inusuales en él, comenzaron a volverse algo normal cuando -con el pasar de los meses tras su libertad-, comenzaron a frecuentarse, acostumbrándose a estar con ella.
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—Que seas menos molesta — Sakura infló las mejillas fingiendo enojo.
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—Si fuera mi último día en este mundo... —comenzó a decir ella bajo la atenta mirada de él— y mi deseo se pudiese cumplir..., pediría olvidarme de todo y volver a vivir en otro mundo —el joven Uchiha se azora asumiendo que su compañera de equipo se había vuelto loca.
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Tras él mirar hacia otro lado, un agudo ardor en la garganta subió y bajó.
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—¿Y que seríamos tú y yo en un mundo en el que no nos conozcamos? —preguntó él —, ¿no estarías triste?
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—No —rió—, porque seguramente nos volveríamos a encontrar y... — bajo la presencia del primer fuego artificial, Sasuke ladeó la cabeza para verla mejor, topándose con el lienzo colorido y reflejante que eran sus ojos— me volvería a enamorar de ti una vez más.
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II.
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Nadie sabe si después de eso Sasuke la besó. Su viejo mejor amigo aseguró que desde que volvieron, tras finalizar los fuegos artificiales, venían tomados de la mano. Él con apenas un incipiente sonrojo en las mejillas.
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No vivieron eternamente pues como todos eran humanos. Nadie sabe si más de una vez se pelearon, si su relación empezó con el pie izquierdo. Si hubo más reconciliaciones que peleas. Si más de una vez él le pidió mil perdones. Si en verdad fueron la pareja más disfuncional o la más perfecta.
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Pero es seguro que se amaron.
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III.
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[Hokkaido. 13 de junio. Año 2013. 11:35 a.m]
[Sasuke]
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¿Sasuke?
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— Ninjas, jutsus, hilos y kunais...
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¡Sasuke!
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— El gran héroe de Konoha, un ninja cabeza hueca...
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¡Sasuke, despierta!
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— Un estúpido, si me lo preguntan...
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¡Con un carajo, Matsuoka Sasuke!
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Si, ese soy yo, el tipo que se quedó dormido mientras terminaba de limpiar el piso de la cafetería. Con la mejilla apoyada en el mango del trapeador, ah, y que ahora está en el piso con una cubeta vacía encima de su cabeza mientras que todo su contenido está esparcido en el suelo ahora jabonoso.
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— ¡Te pago por adelantado, encima llegas tarde, sin contar que ahora te duermes en el trabajo! ¿Qué demonios sucede contigo?
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El hombre regordete que ahora me mira con cara de ogro, es mi jefe. O quizá era, o dejará de serlo, como sea, de ésta no salgo vivo.
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— Yo... —carraspeo un poco quitándome la cubeta de encima — lo siento, estaba...
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—¿Hablando mientras dormías? — lo oigo bufar. No puedo refutar a ello —. Enserio, decías mil sandeces sobre ninjas y quien sabe que mierda más.
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Últimamente vivo en la biblioteca o en cualquier librería, y digo vivo porque es la expresión más cercana con la que puedo repudiar sarcásticamente mi pasión por la historia. El único motivo por el que lo hago es porque mi matrícula en dicha materia está a punto de ser un horrendo agujero negro en mi historial académico. Un milagro es lo que necesito para acreditarla, no deberla, y así evitar la desdicha de tener que trabajar horas extra para pagar un intersemestral.
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Está mas que claro que el mediocre sueldo que obtengo como asistente de limpieza en esta cafetería apenas me alcanza para subsistir.
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— Yo... — carraspeo nuevamente—, estaba estudiando para mi examen —Si, donde del Periodo Sengoku me traslade a los años 500 a 300 a.C. El origen de los ninjas.
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—Estabas durmiendo sobre el piso húmedo.
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—En realidad estaba de pie —solo alcancé a ver su tic en el ojo izquierdo antes de que me lanzara el golpe definitivo.
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— ¡Éstas despedido!
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Y esa es la historia del porque ahora estoy atrapado en la parada de autobuses con un aura casi deprimente. Ah, se me olvidaba mencionar que está lloviendo. ¿Algo más?
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— Maldición —solté al aire mientras terminaba de patear una botella de plástico vacía.
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Mi vida era un desastre, o al menos yo lo era. Al querer independizarme tuve la estúpida esperanza de que sería fácil, de que encontraría un buen empleo y podría mantener la universidad junto a todos los gastos que conllevaba.
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Tener un padre y madre ejemplar no siempre repercute en beneficios, ni siquiera tener como hermano a un sujeto con gustos poco comunes, pero eso sí, con firmes convicciones. Ojalá hubiese heredado un poco de esa convicción en lugar de esas agallas en querer demostrar que podía arreglármelas solo por mi cuenta, llegando al ser en medio del diluvio que soy ahora.
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—Y ahora estoy sin empleo —y sin ello no habrían entradas de dinero, y si no había dinero: Adiós universidad, hola regreso a casa. Sacudí la cabeza —. Algo se me ocurrirá —dije con un optimismo por los suelos. Por el momento tenía que concentrarme en el tedioso examen que dentro de dos semanas sería mi vida o el infierno.
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Matsuoka Sasuke, de dieciocho años de edad, tan descuidado como siempre al voltear a ambos lados de la calle antes de cruzar. Algo por lo que mi madre siempre me daba un jalón de mejillas cuando era pequeño.
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— ¡Cuidado! — una vez que llega el grito tardío a mis oídos, siento que los ángeles están sobre mí, o la suerte que me protegió de salir ileso.
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El auto, que estuvo a punto de arrollarme, se detuvo a un par de metros. Yo, por mi parte, estaba de pie, estático, asimilando el hecho de que iba a morir. Tan pálido que podría competir con la perfecta blancura exquisita de mi madre.
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— ¡Oye! ¡Oye, chico! ¿Estás bien?
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— A-ah, yo...si — "creo que me hice en los pantalones" — pensé saliendo del trance post traumático en el que aún me encontraba.
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— ¿Quieres que llame a una ambulancia? —negué con la cabeza.
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Tenía un examen encima y lo único que quería era convertirme en un ratón de biblioteca por los últimos días. No era mi deseo ser hostigado por miles de médicos por algo tan absurdo.
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—No es necesario — espeté, recogiendo mi bolso, que anteriormente había soltado del susto, y esparcí un par de gotas acumuladas en mi alborotado cabello. Estaba por seguir mi camino, ignorando a aquél hombre de cabello grisáceo que no paraba de insistir, hasta que reparé en el auto que estuvo a punto de aplastarme. Una limosina —. "Genial, de seguro ahora el tipo rico querrá echarme bronca" —pensé con pesimismo, imaginándome la escena.
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Primero salió un sujeto con traje, similar al del hombre con cabello gris. Al cabo de unos segundos, y tras ofrecerle un paraguas al que se encontraba dentro, un tercer sujeto salió debajo de él. Tragué grueso, preparándome para una guerra verbal.
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— Sasori-dono* —aquella persona me veía con una seriedad multifacética. Parecía verme con inmundicia para luego sonreír, claro está que no era una sonrisa agradable. Estuvo viéndome por un par de rato, en el que olvidé por completo que él estaba seco y yo empapado.
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—Ah, lamento haberme atravesado — solté con cierto nervio o quizá se debía a que comenzaba a tener mucho frío.
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—¿Cuál es tu nombre? —preguntó inesperadamente; lo miré, encarnando una ceja. Parecía tener mi edad, pero que así fuera no significaba que no me sintiera un poco pequeño a diferencia de su imponente presencia, además, aquél hombre le había dicho 'dono'.
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—"Dioses Sasuke, solo tú tienes tan mala suerte para toparte con una persona así" — me maldije. El chico de cabello rojo y ojos cafés no dejaba de verme—Esto ...— fingí un ataque de tos —. Matsuoka, Matsuoka Sasuke.
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—¿Eres estudiante? —me atraganté. ¿Qué tal con éste interrogatorio a mitad de la calle, en medio de la lluvia?
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— ¿Di-Disculpa?
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—¿Eres o no? — carraspeé un poco antes de contestarle.
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—Si...
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—¿Eres bueno? — tosí otra vez. No paraba de lanzarme preguntas incómodas y aunque yo estaba en todo mi derecho a no contestar e irme de ahí, no quise ser grosero. Asentí —, ¿trabajas?
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—Sasori-dono, creo que deberíamos llevar al muchacho al hospital para que lo revisen — "Sí" pensé, dándole gracias al cielo por hacer que el hombre de cabello gris le interrumpiera, sintiendo por primera vez que en realidad me gustaría tomar la oferta y librarme del chico pelirrojo con apariencia de acosador.
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—Es Domingo, dudo mucho que hayan médicos disponibles — fue lo único que dijo y tras eso sus pasos se dirigieron nuevamente a su limosina. Casi lloré de la alegría pensando que me había librado de él —. Kakashi, tráelo — una alegría que no duró lo suficiente.
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—Espere... ¿q-qué...? — solo sentí la mano de aquél hombre empujarme hasta el auto. Como era de esperarse, yo opuse resistencia antes de entrar —. ¿Esto es un secuestro, verdad? — por primera vez escuché al chico reír, casi burlándose mientras me veía desde el interior.
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— Es en disculpa por casi atropellarte — al final fui empujado al interior junto con él — descuida, puedo llamarle a uno de mis médicos particulares para que te revisen y se aseguren de que no tienes nada — Tan pronto estuve prácticamente encerrado, viendo a los dos hombres pasándose sus cinturones respectivos en sus asientos, el pelirrojo nuevamente habló —. Arranca, Kakashi.
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— ¡E-esperen! — espeté, casi trepándome al sillín del piloto para detener su mano en el volante. Tan rápido lo hice, volteé hacia el chico —. ¡Esto no es necesario, ya dije que estoy bien! — el muchacho solo me miró, tragué grueso —, en verdad, nada de esto es... — lo vi pareciendo meditar, esperaba que recapacitara y me dejara salir hasta que solo se asomó una sonrisa maliciosa.
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— Solo acepta, yo mismo me encargaré de llevarte hasta dónde vives a la hora que sea — exhalé frustrado.
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— ¿Qué es lo que quiere de mí?
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— Tengo una propuesta para ti, Matsuoka Sasuke.
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[End Sasuke Pov's]
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IV.
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[Normal]
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—¿La han visto?
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—Estaba en su cuarto.
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—¡Encuéntrenla antes de que Sasori-dono regrese!
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Sakura examinó cuidadosamente aquél pasillo que poco a poco fue quedando vacío. Bufó. A ésta hora todos estaban completamente alborotados buscándola. Sonrió con astucia mientras terminaba de quitarse las sandalias para evitar el menor ruido posible al pisar.
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Con solo un vestido ligero de manta blanca, desde muy temprano se esmeró en planear su escape. Y es que le hastiaba permanecer encerrada en ese lugar, en lo que era su habitación principalmente.
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Aborrecía estar llena de atenciones.
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Abrir los ojos y ya tener a las sirvientas preparando su baño, verlas correr las cortinas y ofrecerle el desayuno en la cama, todo esto, con el fin de que evitara salir lo menos posible de su cuarto.
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—Hn, novatos — se burló cuando hubo alcanzando a correr hacia la sala, separar las cortinas de terciopelo rojo y admirar en su inmensidad al fenómeno que había afuera. Una fuerte lluvia torrencial. Sonrió con alegría como muy pocas veces, si no es que casi nunca lo hacía y, solo podía conseguir esos momentos de diversión cuando su hermano mayor no estaba en casa, ordenando mil cosas para su estricto cuidado — "hn, perdiste esta vez, Sasori" — y tras suponer que por fin le había ganado, abrió completamente la ventana corrediza sintiendo el primer azote húmedo en todo su cuerpo —. "Esto es lo que quiero sentir" — tras varios pasos en la piedra caliza negra de la terraza por fin tocó el pasto del jardín con la planta de sus desnudos pies—. "Es vivir..."
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V.
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Estaba a punto de llorar, incluso había pensado que una vez que el auto aparcara, abriría la puerta y saldría huyendo.
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—"Sería pan comido" —pensó, pero al ver la monumental residencia, se atragantó, pegándose al cristal polarizado para admirar la entrada mejor— "¿En serio vive aquí?" —miró de reojo al pelirrojo, quién ni se inmutó— "¿Será la mafia?"
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—Preferiría que dejaras de pensar en cosas absurdas —respondió Sasori mirándolo con seriedad, como si hubiese sido capaz de leerle la mente. Sasuke se irguió ante el escalofrío que le provocaba aquél muchacho —. No voy a secuestrarte si es lo que piensas.
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—"Vaya, gracias por aclarármelo" —pensó para sí mismo con sarcasmo a medida que sintió finalmente el auto aparcar. Sasuke echó una mirada a la parte trasera, viendo el portón automático cerrarse.
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—¿A qué esperas?
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Para cuando el muchacho volteó, el de cabellos rojos ya estaba afuera, debajo de la primera pérgola que lo guiaba a la puerta principal. A Sasuke no le quedó más remedio que cubrirse con su mochila y correr hacia él.
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Aquella fachada era lo que él reconocería como la ostentosidad realizada. Si bien su familia era de un estatus económicamente estable, aquella primera imagen, tras entrar por esa puerta de cristal, fue un mundo totalmente distinto. Paredes revestidas de piedra y madera, en donde una de ellas acunaba un pequeño estanque central.
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Detrás de esa pared, un gran espacio abierto que parecía conectar la cocina con el enorme comedor. Cerca de ahí, unas exquisitas escaleras con doble altura. Era una mezcla de estilo clásico con lo contemporáneo. Estuvo un buen rato teniendo una vista casi panorámica de todo lo que, aunque parecía estaba lloviendo, no le quitaba la magia a nada.
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—¿Ya terminaste? — hasta que recordó en donde estaba y con quién, volteando a ver al dono.
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—Esto...— tosió ante la incomodidad—. Quiero decir, es una casa muy... — Sasori encarnó una ceja esperando a que acabase de hablar — ¿grande? — soltó finalmente Sasuke con pena.
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—Dime algo que no sepa —el estudiante tragó grueso. Tras intentar ser un poco cómico y amigable, ese chico parecía ser un témpano de hielo—. Ven, sígueme —estaba por rendirse y rezar por que en verdad no fuera alguien de la mafia cuando una de las mucamas apareció corriendo y tras darse cuenta de la presencia del dueño de la casa se detuvo de golpe poniéndose pálida del miedo.
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—A-ah..., Sa-Sasori-dono... —el susodicho la miró esperando una explicación del por qué de su prisa— e-esto...
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—Shion, ¿qué haces corriendo por la casa? —la pequeña rubia de diminuta complexión se estremeció, rechinando casi los dientes del miedo.
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—E-esto...verá, lo que pasa es que...
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—¡Shion! ¡No te quedes ahí parada, hay que encontrar a Sakura...! —la jovencita de piel apiñonada y ojos color azul turquesa casi derrapó en el piso de mármol pulido blanco, sintiendo la muerte al reconocer a Sasori frente a su compañera rubia— ¡A-Ay Sasori-dono! —aquella actitud de bobas no le interesó al de ojos caramelo, sin embargo, lo que si hizo que, asombrosamente, su semblante imparcial cambiara a uno molesto fue el último comentario de la segunda chica.
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—¿Escapó? —soltó de golpe con voz gutural. Las jovencitas se miraron entre si, con nervios, sin contestar — ¡Pregunte...! ¿¡Escapó?!
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—Oye..., no les grites así... —Sasuke se arrepintió, ganándose una mirada gélida por parte de él. Su intención únicamente era ayudarlas, pero preferiría regresar el tiempo para mantenerse callado — Ah, yo..., lo siento.
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—Maldita sea, me voy un instante y ésta casa se vuelve un circo —Sasori pasó de ellas haciéndole una señal a Kakashi y a otros dos hombres que se encontraban en la entrada—. Sakura escapó de nuevo, debe estar en algún lado, búsquenla —los hombres asintieron comenzando a buscarla de inmediato. Sasori volvió su vista a las mucamas—. ¿ Y ustedes qué esperan? ¡Sigan buscándola! —ambas asintieron torpemente corriendo en direcciones diferentes para abarcar mas lugar dejándolos nuevamente solos.
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Parecía molesto, muy, muy molesto y Sasuke sabía que no era su deber preguntar, pero sus tan estúpidos buenos modales, junto a su nata curiosidad, lo llevaron a hacerlo.
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—Esto... — en cuanto se dio cuenta, el muchacho ya se había quitado el saco y ahora encontraba deshaciéndose la corbata —, ¿es tu perrita la que se perdió? — Sasori, tras su aire de enojo, casi se carcajeó.
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—¿Qué te hace pensar eso? — le preguntó mientras se servía un algo de whisky en las rocas —. ¿Quieres? — le ofreció con la mirada más sin embargo Sasuke se negó y sin insistirle más, se debió todo de un solo golpe, soltando un gruñido placentero —. Sakura no es mi perrita; y que Dios te proteja si ella te llegase a oír.
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—¿Ella? ¿Entonces quién es?
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—Bueno, Sakura es mí...
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—¡Sasori-dono! ¡La señorita Sakura está en el jardín! — anunció Amaru, la apiñonada con un lunar en la mejilla, desde la terraza que conectaba la sala desde la ventana corrediza.
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Y tras eso sucedieron dos cosas: Sasori corrió hacia el jardín seguido del pelinegro, y Sasuke, bueno, el simplemente dedujo que no era un animal al ver quién se había extraviado. Una persona, una chica.
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Empapada de pie a cabeza, recreando círculos con sus brazos extendidos al girar mil veces, Sakura finalmente se sintió agotada, casi perdiendo la visión en sus ojos, sin embargo, su sonrisa nunca desapareció y aunque ya sabía que la había encontrado, no le importó.
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Siguió jugando y riendo en ese mundo al que ella pertenecía pero que todos le privaban de disfrutar. Nunca tendría ni se cansaría de eso, de sentir frío cuando llovía o nevaba, o de sentir un inmenso calor en los días de verano. Nunca era suficiente, siempre quería más y eso propiciaba las constantes peleas con Sasori, como la que se avecinaba al escuchar gritarle.
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—¡Sakura! —no se inmutó— ¡Sakura, te estoy hablando! — fue hasta su segundo persistente grito que Sakura lo miró con ojos trémulos.
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Descalza y con el cabello húmedo y alborotado. Sasuke había conocido a miles de chicas que detestaban la lluvia, que se recargaban de maquillaje y que con la mas mínima señal de suciedad en su cuerpo realizaban todo un drama.
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Fue entonces que aquella extraña manera de ser de esa chica de cabello rosa lo dejó estúpido, haciendo que se detuviera a mirarla metros antes de llegar junto al de cabello rojo y por supuesto a ella.
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El enigma de su mirada verde oscurecida por algún sentimiento que desconocía. La gracia con la que naturalmente su cabello caía y se acomodaba de tal manera que parecían caireles vivos. Una belleza natural, en donde sus hombros desnudos, debido al vestido sin mangas, le daban la idea de que era una chica frágil pero con una piel muy suave. De esas que no veía con frecuencia, porque su presencia impactó en él dejándolo en un estado de total escepticismo.
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Y tras varios minutos más, la lluvia no dejó de darle ese aire de ansioso misterio a aquella chica de mirada dura.
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VI.
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Detalles que llamaban su atención.
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Mientras esperaba en la sala podía escuchar claramente los gritos en forma de regaño del pelirrojo en el estudio. Se sentía incómodo y fuera de lugar. En cuanto a esa chica, quería olvidar su primera buena impresión de ella porque, en cuanto lo miró no pareció agradarle ni un poco.
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— "Yo no debí venir aquí en primer lugar" —se recriminó mentalmente—¡Ah, maldición! — se jaloneó los cabellos en signo de total desesperación hasta que escuchó la puerta del estudio abrirse, atrayendo su mirada.
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—¡Eres un idiota!
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—¡Invéntate otro insulto, Sakura, ese ya lo tienes muy gastado! — y tras un berrinche atisbado de comportamiento infantil, la pelirosa -aún descalza y con solo una frazada color caqui en sus hombros- detuvo su mirada en la sala, justamente en donde estaba Sasuke.
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—A-ah...esto, hola...
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—¡Ish! — berreó la pelirosa al oírlo, interrumpiéndole, corriendo hacia las escaleras en dirección a su habitación. Sasuke se quedó inmóvil, sintiéndose ligeramente ofendido pero sumamente más nervioso. ¿La había molestado?
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—¡Tú, Matsuoka! — tal cual la orden de un militar, Sasuke se puso de pie velozmente esperando ya cualquier cosa que pusiese en peligro su vida —. Por el amor de Dios, no voy a comerte —suspiró Sasori con voz cansina. El pelinegro solo tragó grueso —. Ah, solo entra.
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—"¿A la zona de castigo? No gracias" — pensó para sí mismo viendo la puerta del estudio esperándolo. Volvió a tragar con fuerza, tomó sus cosas con el último pensamiento de dar media vuelta y huir valientemente, recordando al final que durante su tour toda esa casa estaba tapizada de seguridad. Definitivamente no saldría vivo de ahí —. Ya es un poco tarde, creo que debería irme.
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—¿Vives solo? —Sasuke asintió sin pensarlo para luego darse cuenta de que ridículamente le estaba proporcionando información que no debía a un completo extraño a quién no descartaba aún que no fuera de la mafia —. ¿Tienes novia?
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—¡¿Perdón?! —el azabache se puso colorado.
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—Si vivieras con alguien, lo cual veo que es un rotundo no, sería más considerado y te dejaría ir, pero me has dicho que vives solo así que no veo cuál es tu prisa. Ya dije que yo mismo te llevaré de regreso a tu casa.
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—Que astuto — murmuró Sasuke únicamente para su persona —. Escucha, no te conozco y realmente no se que hago aquí.
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—Aoyama, Aoyama Sasori ¿satisfecho?
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—N-No creo que eso sea suficiente — el pelirrojo rodó los ojos fastidiado en imaginarse tener que darle una breve reseña de su vida.
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—Entonces déjame explicarte — Sasuke no dio su brazo a torcer, frunciendo el entrecejo y cruzándose de brazos.
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—En verdad necesito regresar a casa, tengo que estudiar para un examen y...
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—¡Si, mejor que se largue! — ambos miraron a las escaleras donde justamente se encontraba Sakura aferrándose al barandal, casi amenazándose con tirarse — ¡Tú, entrometido, si fuera tú me lo hubiese pensando mejor antes de subirme al auto con él! ¡Idiota! —y tras su escena corrió nuevamente, perdiéndose en el pasillo rumbo a las habitaciones. Sasuke volvió la vista a Sasori, totalmente incómodo.
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—¿Le he hecho algo para que me hablará así? —el pelirrojo solo suspiró con resignación —. Lo sabía, ella tiene mucha razón, será mejor irme.
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Colgándose el bolso al hombro, cuando hubo pasado rozándole el hombro al de ojos cafés, este habló.
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—Mi hermana está enferma —el pelinegro se detuvo ante la confesión y el tono de voz con el que le había dicho aquello.
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—¿Enferma dices? —se volteó a mirarlo. El pelirrojo asintió. Sasuke tragó grueso y nuevamente sus valores morales lo llevaron a preguntar—, ¿es grave?
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—Alarmante. En pocas palabras, es un milagro que ella siga viva —Sasori lo miró, en Sasuke ya había un ápice de pena y disculpa—. Ella puede morir en cualquier momento —el pelinegro sintió una sensación extraña en el pecho.
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—Aún así sigo sin entender que hago aquí —Sasori suspiró, y tras esa diminuta conversación le volvió a preguntar.
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—Si te tranquilizas y escuchas lo que tengo que decirte, podrás entender mejor —Insensato o no, Sasuke sintió al menos el deber de escucharlo, puesto que su razón no podía imaginar que aquella chica de agresiva actitud estuviese enferma.
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—Está bien.
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VII.
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Era fin de mes, y como todos los demás Itachi prometía severamente visitar a Sasuke como acostumbraba desde su 'inicio al independizarse'. Habían cumplido un récord aunque no lo vieran como tal, pero, atrapado en la mansión de los Aoyama, el pelinegro estaba por recibir tremendo escándalo al no estar en su departamento a la hora acordada.
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Miró nuevamente su reloj, eran casi las siete de la noche. Su hermano mayor ya debería estar echando humo por todos lados. Incluso podía imaginárselo. Sacudió la cabeza. Un retraso no lo mataría, en realidad, no era motivo para ello, no como el que sí había en ese estudio médico que sostenía y veía con detenimiento.
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En letras alarmante y rojas, solo para escandalizar a los pacientes.
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—"Por eso nunca me han gustado los médicos" —se excusó mentalmente arrugando el entrecejo, sintiendo una pena por esa chica.
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—AAT, una enfermedad pulmonar —comenzó a relatar Sasori, de pie a la ventana del estudio siendo golpeada por las gotas recias de la lluvia —. Es de nacimiento, desde que Sakura lo padece su vida fue limitada. No era apta para lugares fríos o lugares muy calientes, su respiración se dificulta inesperadamente. Nuestros padres dieron lo mejor de ellos para hacer que ella pudiese llevar una vida lo más normal posible hasta que un verano Sakura acudió a su chequeo mensual —Sasuke permaneció viéndolo, sintiendo incomodidad. Bajó la mirada y se topo con el resultado de ese análisis.
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—Linfangioleiomiomatosis* — leyó el pelinegro lentamente, sin dificultad.
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—Mejor conocida como LAM, otra estúpida enfermedad aun más rara que la anterior — respondió el mayor, volteando a mirarlo—, y ésta parece afectar exclusivamente a las mujeres. Esta enfermedad crea células musculares que bloquean los vasos linfáticos, vasos sanguíneos y vías respiratorias. Es como la cereza para rematar — ironizó sintiendo impotencia —. Los ataques en Sakura se volvieron frecuentes. Si de por si su primera enfermedad era difícil, esta por mucho vino a hacer pedazos su vida. En cualquier momento puede dejar de respirar.
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—Le impide el oxígeno a los pulmones —dedujo el Matsuoka con cierto ardor en la garganta—; ¿hay alguna cura?
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—No. El AAT solo puede ser controlado bajo tratamiento, suministrándole medicina por vía intravenosa cada día — suspiró —, para la otra ni siquiera existe tratamiento, solo se puede reducir los ataques suministrándole oxígeno.
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—Yo... — No era muy bueno para palabras de aliento, por eso se abstenía de ese tipo de situaciones — lo lamento.
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—Mis padres murieron tras uno de sus tantos viajes a diversos países en busca de opiniones médicas. Sakura dejó de viajar debido condición, por lo que generalmente eran ellos quienes iban y venían la mayor parte del tiempo mientras yo me quedaba en casa a cuidarla .
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Sasuke entendió muchas cosas sin necesidad de preguntarle. La razón del -dono, quizá se debía a que él ahora era quién mantenía esa mansión, aunque -la cosa más primordial- su presencia ahí, aun no le quedaba clara.
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—Lo lamento — repitió sin saber que más decirle — debió ser difícil.
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—Aún lo es, considerando que Sakura se ha concentrado más en hacer cosas extremistas que en cuidarse.
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—"Eso explica el porqué la buscaban" —pensó recordándola bajo la lluvia, con una mirada ártica, casi apática— ella... —carraspeó un poco—, quizá se siente sola —Sasori lo miró incrédulo—. Oh, bueno, no es difícil de imaginar como acaba la historia. Tú te has hecho cargo de todo y por la facha que tienes debo de suponer que pasas la mayor parte del tiempo fuera de aquí, lo que ocasiona que ella, pues, ¿huya?
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—Tu sinceridad es muy ruda ¿sabes? — Sasuke se encogió de hombros, apenado. Si bien detestaba meterse en asuntos ajenos, no había podido evitar ser demasiado hablador cuando situaciones como esa le daban una imagen clara de lo que ellos padecían. Falta de comunicación, no obstante, se sentía extrañamente mal por ellos, aun siendo unos desconocidos para él —. Me he tenido que encargar de todos los asuntos legales que mi padre dejó sin finalizar, sin olvidar mencionar que me ocupo de todo lo que tenga que ver con atenciones médicas para Sakura, ¿se te hace como que tengo tiempo siguiera para jugar? — el pelinegro retrocedió un poco, sintiéndose amenazado. Ciertamente lo había juzgado.
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—Su-Supongo que tendrás tus razones pero creo que restringirle de mil cosas solo ocasiona que quizá ella te enfrente para llamar tu atención.
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—¿Ah? —soltó el mayor con indignación. Sasuke pensó seriamente en mantener la boca cerrada luego de eso— ¡Ella no tiene ni idea de todo el esfuerzo que hago para mantener su salud, lo único que hace es darme problemas!
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—¿Su enfermedad te hace un problema? —golpe certero. Sasori lo miró con asombro—. No es mi problema pero... —la desesperante melodía de su celular sonó, recordándole la hora y las cosas que debería de estar haciendo en lugar de estar ahí—. Mierda —maldijo por lo bajo, sacando su móvil de su bolsillo, leyendo el contacto en la pantalla — "Itachi" —dijo su nombre en la mente con pensar—. Escucha, ya debo irme, ¿me llevas o me voy solo?
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—Te has desviado del tema —el de cabellos rojos se aclaró la garganta tras aquél encuentro.
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—Lo que tengas que decirme ¿puede ser en otra ocasión?
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—Seré breve.
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—Eso dijiste hace como dos horas, necesito llegar a casa — insistió, comenzando a creer que no saldría de ahí nunca.
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—Sakura no puede salir de casa — el pelinegro maldijo, no por ella, sino porque ahí comenzaba nuevamente a relatarle una historia. No quería ser un desgraciado al restarle importancia pero nuevamente se lo repetía, no era su problema — y como no puede hacerlo la retengo en su habitación, cosa que ocasiona situaciones como la de hoy, que se escape. Necesito que se entretenga con algo.
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—¿Qué no va a la escuela? — Sasuke asumió que una chica de su complexión no pasaría de los veinte, incluso se veía delicada e infantil, berrinchuda quizá, con unos preciosos ojos verdes y extraño pero hermoso cabello rosa que... — "¿Sasuke, que carajos piensas?"
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—¿Qué eres, un idiota? Acabas de escuchar que está enferma, no puede salir de casa — el de ojos negros encarnó una ceja confundido.
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— ¿Y que se supone que hace todo el día?
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—Ahí es donde entras tú — Sasuke palideció —. La mayoría de los tutores que le asigno duran una semana con Sakura, ¿la razón? Yo que sé.
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—E-Espera... — "Ya sé hacia dónde va todo esto"
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—Quizá se deba a que la mayoría son ancianas lentas y torpes — reflexionó el Aoyama mientras parecía ignorar el estado intrigante de Sasuke —, como sea, mi propuesta es la siguiente, sé el tutor de mi hermana —al de ojos obsidiana se le desencajó literalmente la mandíbula.
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—Es un chiste ¿verdad? — Sasori lo miró imparcial.
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—¿Te parece que soy un tipo que hace bromas?
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— "La verdad das miedo" —confesó a su conciencia mientras sentía su pesada mirada sobre él —. Escucha, ni siquiera te conozco, prácticamente me trajiste aquí como secuestrado, me cuentas una historia muy trágica y ¿ahora planeas que sea el tutor de tu hermana enferma, la cual parece odiarme?
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—Creí que serías menos cobarde —a Sasuke le dio un tic en el ojo izquierdo.
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—¡Y tú menos directo! —hizo una pausa—. Escucha, lamento mucho lo de tus padres, lamento más lo de tu hermana, y lamento que tu vida sea tan complicada pero...
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—Escuché que eres estudiante.
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—¿Di-Disculpa? — Sasuke se atragantó.
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—Y que también te quedaste sin empleo.
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—¡Eres la mafia!
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—Tomé el último turno del café donde trabajabas antes de que cerraran, compré un cappuccino* y una dona con chispas, ¿te enseño el ticket? Ah, y puedo asumir que ni lo recuerdas porque estabas muy entretenido soñando encima de ese trapeador — Sasuke sintió una abofeteada e irremediablemente se avergonzó, sintiendo sus mejillas acalorarse —. Bien, ahora que sabes que no soy de la mafia y que soy un simple hermano mayor con responsabilidades, te lo vuelvo a preguntar.
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— ¡Eso no cambia nada, yo solo soy...!
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—Un estudiante sin empleo, eso eres — un nuevo golpe, este pareció ser un flechazo en su dignidad que terminó por tumbar su alma a la humillación casi de manera cómica —. Te pagaré, incluso mejor de lo que ganabas en ese mediocre café, el triple si lo prefieres.
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—Eso es chantaje.
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—No, se llama desesperación por no poder controlar a mi alborotada hermana de dieciséis años. Entonces, Matsuoka, decide.
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—Yo...
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[Continuará...]
N/A -Editado el 22-Enero-2016: Antes de que repudien la idea de las personalidades jajaja créanme: Tienen un porqué. No le puse esta personalidad a Sasuke, ni a Sakura, solo porque haya sido un capricho mío o porque simplemente esté siguiendo una moda. No. Después de todo: Hablo de reencarnaciones.
Hay mucho por descubrir si se animan a leer un poco más. Este fanfic tiene un significado muy importante en mi vida ahora. Lo descubrí luego de 42 capítulos y 2 años de publicación. En fin, si se animan, son bienvenidos a estas sencillas pero sentimentales letras(:
PD. Las notas que están debajo de éstas son desde el 2014. Planeo dejarlas. Se nota lo emocionada que estaba en ese entonces (?) xDD
Rinconcito curioso.
-dono*: es un sufijo que se le agrega a los nombres, como el san o el kun, es honorífico y bastante antiguo. Indica mucho respeto y se usa en situaciones formales, siempre dirigiéndose hacia un superior. En este caso, Sasori viene siendo el cabeza de la familia Aoyama.
-Linfangioleiomiomatosis* : Esta enfermedad, no, no me la inventé. Existe. Es una enfermedad pulmonar poco frecuente y de causa desconocida, que afecta a mujeres, por lo general, en edad fértil y que se caracteriza por un crecimiento anómalo de células musculares lisas atípicas (células LAM) a nivel pulmonar, formando quistes o bullas, afectando las vías aéreas, vasos linfáticos y sanguíneos, de modo que destruyen progresivamente el tejido pulmonar sano y éste va perdiendo su función.
-getas* : Calzado tradicional japonés.
Notas:
Fin del capítulo. ¿Que opinan? ¿Tiene chance? Espero les haya gustado, es algo totalmente diferente a lo último que había escrito. Como se habrán dado cuenta me tuve que informar sobre extrañas enfermedades, descubrí unas que, dios mío, parecen irreales. En fin.
Disculpen cualquier falta de ortografía o dedazo que se me haya pasado je. Cualquier duda que tengan pueden dejarme un review. Me hacen feliz, ya saben, ustedes son un amor :)
Sobre actualizar, creo que será, por el momento (ya cambiará más adelante) semanal. Oseasemelesemese (xD) el próximo MIÉRCOLES.
En el próximo capítulo: Ángel de papel
- "Un ángel con un serio problema de actitud"
- Ya casi no recuerdo el mundo como es ¿sabes?
- Es mejor que no sepas lo deformado que está el mundo ahora
- ¿Le sonríe a la lluvia?
- ¿Porque algo tan hermoso tiene que ser cruel?
...
No digo más. Espero su apoyo. ¿Comentarios? *sigue insistiendo* ja ja.
Besos, gracias por tomarse el tiempo en leer. JA NE!
