Hola a todos, bueno, como verán les traigo una nueva fiction de Inuyasha, algo que nació por... por insomnio la verdad jajaja, es mi segunda fic (nunca lean la primera, muuuy mala en redacción y ortografía T.T) y espero que les guste XD!!

¡Un momento!, lo olvidaba, antes que nada, les diré sobre mi manera de escribir:

-Diálogos-

-"Pensamientos"-

(N/A notas de autora)

Ahora sí, a la fiction X3!!


Capítulo 1: Chico nuevo

Es interesante como es que las personas en la actualidad miran el amor, es decir, ahora todo se basa en rosas y tontas cartas con palabras cursis y bobas; muchas creen que el tener ya una relación con alguien es un motivo suficiente para decir te amo, sin realmente darse cuenta del significado de esas dos palabras; son pocas las personas que en serio saben el significado de aquella frase, bueno ésta historia es básicamente sobre eso, sobre dos personas que para ellas el amor no jugaba un papel importante en su vida, en el cual realmente eso se convirtió sólo en un mito fantástico, una lejana fantasía que algunos creían que poseían.

Todo empieza con la historia de una chica de secundaria, que como cualquier chica normal se dedicaba a lo suyo, sus amigas, sus estudios, su familia, etc. Ya saben, de su vida, su nombre era Kagome Higurashi, no era la más popular de su escuela, y tampoco la más atlética o la más estudiosa, era una alumna promedio que sólo quería terminar ese año de estudio con notas excelentes.

-Kagome ¿ya estudiaste para el examen de álgebra de hoy?-

-Eso intenté pero... no entendí casi nada, es decir a quién rayos se le ocurre mezclar números con letras, ya tengo suficiente con el examen de literatura-

Realmente ella intentaba ser aplicada y ganar sus cursos con notas excelentes, pero la verdad era que cuando le ponían números enfrente, su mente se ponía en blanco y las ecuaciones no entraban en su cabeza, ni que hablar al momento de hacer el examen, se estresaba tanto que lo poco que si había logrado entender se borraba de su mente.

-"Veamos, X elevado a la tercera potencia multiplicado por la raíz de 54 es..."-

Kagome miraba aquel examen con bastante preocupación, le daba la vuelta a las hojas y regresaba de nuevo al primer problema, mordiendo el borrador de su lápiz e intentando escribir una respuesta sensata, cosa que terminaba borrando rápidamente.

-"¡No entiendo nada!, es oficial, perdí el examen, ahora terminaré mi vida trabajando en WcDonal's de lavaplatos"-

-Pshhh... Higurashi- la llamaron discretamente.

Ella levantó su cabeza y vio cómo el chico más cotizado de todo tercer año le sonreía, sí, se trataba de Hoyo, era inteligente, atlético, popular y considerado por todas las chicas como el más guapo de todos los hombres. Hoyo acercó un poco su examen a la orilla de su escritorio para que ella pudiera ver las respuestas, Kagome estaba fascinada, si antes no pensaba que se él se ganara todos esos elogios, ahora eso era diferente; sus ojos se iluminaron y se acercó para ver y copiar tanto como su vista se lo permitía.

-"Ahora podré pasar mi examen sin problemas"-

Claro está que lo que ella no preveo fue que se levantaba cada vez un poquito más de su escritorio para poder ver mejor el examen de su compañero, siguió así hasta que quedó casi parada, llamando la atención de todos incluyendo la de la maestra.

-¡Higurashi!- gritó su profesora. –¡Entregue su examen y diríjase a la dirección de inmediato!-

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-¿No estás emocionado hijo?-

-¿Debería?-

-Es una nueva escuela, es casi una nueva vida, talvez ésta vez puedes empezar con el pie derecho- le dijo su padre seriamente.

-Sí, sí, sí, como digas-

El auto se detuvo enfrente de aquel lugar, él se bajó y examinó la escuela con la mirada, no le agradaba demasiado, pero la verdad era que casi ninguna de sus escuelas lo hacía. Entró a aquel lugar y empezó a buscar la oficina del director, tenía que ser asignado en una clase y tramitar toda su papelería, de nuevo. Después de unos minutos encontró el lugar y entró dando un suspiro, al hacerlo vio una chica de ojos cafés y pelo negro pidiendo casi misericordia, se le veía muy angustiada por algo.

-Ya le dije, sólo me levanté por un calambre en las piernas-

-Pero su maestra me informó que usted estaba copiándole a su compañero- dijo el director seriamente.

-¡No!, sólo fue un calambre-

Él se quedó esperando a que ella saliera de la oficina pero no parecía que eso fuera ser en un futuro cercano, ella seguía discutiendo con el director sobre su "calambre" y que estaba siendo inculpada injustamente, que las cosa no eran así. Así pasaron 5 minutos, luego 10, después 15 y la pelea seguía igual, él empezó a desesperarse, ya estaba harto de escuchar esa absurda historia, ya quería que le dijeran a donde rayos tenía que dirigirse e irse de allí.

-¿Sólo un calambre?-

-Sí, es que me pasó por estar tanto tiempo sentada, sólo fue eso-

-Bueno, supongo que...-

-No creerá esa ridícula historia- interrumpió él.

-¿Disculpa?- dijo ella molesta.

-Por favor, uno tiene que ser ciego para no darse cuenta que está mintiendo, sólo quería las malditas respuestas, no existió tal calambre-

-¡Claro que sí!-

-¿Y usted quién es?- preguntó el director.

-Mi nombre es Inuyasha, Inuyasha Taishido soy nuevo-

-Sí ya recuerdo, lo estábamos esperando hace casi media hora Sr. Taishido-

-Bueno, hubiera venido antes si ella no intentara engañarlo con tanto empeño- dijo con un tono molesto.

-¡Que!, ¡¿quién te crees para venir a decir que...?!-

-Señorita Higurashi, puede retirarse, hablaremos de su castigo en otro momento-

-¡¿Qué?!-

Kagome lo vio con todo el rencor y odio del mundo, casi se salía con la suya si no fuera por ese... ese chico de cabellos plateados, Kagome lo observó más detenidamente y notó aquella cabellera, jamás en su vida había visto algo así, era realmente hipnotizante, parecía como si la plata más brillante se hubiera vuelto hilos largos y hermosos; él la vio de manera prepotente, sus ojos miel se clavaron en los ojos chocolate de ella, ambos se vieron por un sólo momento, y por ese instante, parecía que el mundo se desvaneciera por completo. Kagome quedó encantada con aquellos ojos que eran tan intensos y profundos...

-¿Se puede saber qué tanto me miras niña?-

Ella despertó de aquel trance y recordó de nuevo porqué rayos estaba tan enojada, era por culpa de aquel individuo.

-¡¿A quién le dices niña?!-

-Señorita Higurashi... por favor, nos permite-

Kagome salió de la oficina echando fuego por la boca, estaba furiosa, Inuyasha por otra parte sólo rodó sus ojos algo ya exasperado y tomó asiento. El director empezó a hablarle sobre cosas de la escuela que en lo personal a él lo dejó sin cuidado, sólo desvió su mirada y se dedicó a vagar en sus pensamientos.

Inuyasha era un muchacho sumamente interesante, su color de cabello era único, algo que hacía que captara mucho la atención a cualquier lugar a donde él se dirigía y por lo mismo ser excluido y criticado se habían vuelto parte de su vida; desde muy pequeño era molestado por ser diferente, eso lo hizo volverse introvertido y siempre a la defensiva, era una persona fría y egocentrista, es decir, sólo se preocupaba por si mismo. En la escuela si se aplicara le iría bien, al menos eso decían sus maestros, realmente no necesitaba estudiar mucho, era muy hábil y entendía todo rápidamente, pero su afán siempre habían sido los deportes, era lo que más le gustaba, posiblemente, la única razón por la cual seguía yendo a la escuela era esa, siempre destacaba en cualquiera de ellos, pero su favorito sin duda era el Kendo, el deporte en donde se utiliza una espada de bambú, le encantaban las espadas, la verdad era que era realmente bueno con las de metal, desde muy pequeño se entrenó con ellas, pero su uso era ilegal en Japón, así que se tenía con conformar con usar las de bambú.

El director por fin dejó de hablar y le indicó en que clase estaría, deseándole así muchos éxitos en sus estudios y suerte comenzando en la escuela lo dejó ir sin más contra tiempos. Inuyasha sólo salió de aquel lugar y no le prestó interés a ninguna de esas tontas palabras, tomó aquella hoja en donde le había escrito a donde ir y empezó a buscar el aula.

-Veamos... sección 2, creo que es aquí- dijo abriendo aquella puerta.

Al entrar toda clase se quedó en silencio, sólo observándolo, cosa a la cual él ya estaba bastante acostumbrado, poco le faltó para amenazarlos a todos, pero antes de poder formular la amenaza en su cabeza la maestra se dirigió a él y le dio una sonrisa, gesto al cual él sólo le volteó el rostro.

-Parece que tenemos un nuevo estudiante ¿cómo te llamas?-

-Inuyasha Taishido- dijo cortante.

-Clase, él será su nuevo compañero de ahora en adelante, trátenlo bien sí- dijo sonriente – Toma asiento en donde prefiera Sr. Taishido-

-Sí como diga- dijo sin interés alguno.

La clase pasó rápidamente, y pronto entraron a la hora del receso, y como era costumbre, todos los estudiantes se formaban en sus grupos para comer y hablar sobre el día, y como era costumbre para Inuyasha, comería solo, nadie se le acercaría, aunque he de admitir que con esa cara de pocos amigos no es que inspirara mucha confianza, pero eso a él no le importaba, él era solitario, no andaba de busca de amigos o cosas por el estilo; tomó una bolsa de papalinas y se dedicó a comerlas con gran entusiasmo.

-Ya vieron al nuevo estudiante- escuchó a lo lejos.

-Sí, estuve investigando y sé que lo han expulsado de sus otras escuelas-

-¿Por qué?-

-Creo que atacó a un profesor una vez o algo así-

Y así empezaba todo, los rumores se propagaban rápidamente, y no faltaba en la cabeza de los estudiantes una imagen de vándalo o de inadaptado social.

-"Parece que mi fama me persigue, bueno al menos me dejaran solo, ya saben a qué se atienen si deciden molestarme"-

-Hola Inuyasha, buenos días-

Inuyasha se sobresaltó un poco al escuchar que alguien le dirigía la palabra, lo vio meticulosamente y algo desconfiado, y en su cabeza sólo una pregunta se formulaba ¿Por qué le estaba hablando?

-Mi nombre es Miroku Sagara-

-¿Qué demonios quieres?- dijo pesado.

-Conocerte, te has hecho una reputación antes del quinto periodo, eso es un record nuevo-

-Eso no me interesa-

-Bueno, por mí está bien, pero aún así, déjame ser tu guía en está escuela, créeme no te arrepentirás, yo conozco de todo y sé quien es la mejor en que área-

-¿Mejor área?, ¿de qué estás hablando?-

-Sabía que te interesaría, vez a la chica sentada allá- dijo poniendo su brazo alrededor del cuello de Inuyasha.

-¿Te refieres a la que tiene una moña en el pelo?- preguntó sin entender.

-Sí, ella es Kimiko, es la mejor besando, pero es algo obstinada al principio-

-Q-Que..-

-Sí lo sé, no parece, ¡ah!, y ella es Yakumo, es muy linda y tiene la mejor delantera de toda la clase-

-¿De qué rayos estás hablando?-

-Bueno claro, si las prefieres menos proporcionadas está Asumi, pero te advierto, es una chica difícil de conquistar-

-Parece que eres todo un experto- dijo con algo de sarcasmo.

-Así es, soy el que más sabe, puedes tenerlas a todas, exceptuando a la bella Sango de la sección 3, esa es mía, es obstinada pero muy dulce y mi meta es conquistarla-

Inuyasha rodó los ojos, Miruko sin duda era una persona increíblemente compleja y su fascinación parecían ser las mujeres; no le puso mucha atención realmente, Inuyasha sólo se dedicaba a observar a las chicas que el apuntaba con el dedo y a escuchar la explicación, no le interesaba realmente lo que decía pero no parecía que lo dejaría en paz hasta que no le hablara de cada una de ellas, siguió así hasta que vio entrar al salón un rostro familiar, era aquella chica que se había quedado discutiendo con el director. Inuyasha sólo la observó y parecía que aún estaba molesta, a lo lejos podía escucharla decir cómo un tonto había arruinado sus planes y otros insultos más dirigidos hacia su persona, provocando en Inuyasha una sonrisa bastante prepotente.

-¿Me estás escuchando Inuyasha?- dijo Miroku algo molesto al sentirse ignorado- ¿Qué tanto miras?... estás viendo a Higurashi-

-¿Ah?- dijo viendo de nuevo a Miroku.

-Ella es inexperta en todo lo que tiene que ver con amor y esas cosas, pero ya que te gustan sin mucho relleno ella es ideal, te la aconsejo, las calladas dicen que son las mejores, además es una chica muy divertida-

-¡Qué!, ¡Yo no lo estaba viendo! Estás loco, es tan sólo una niña caprichosa-

Kagome, que estaba con sus amigas aún contándoles sobre su trágica historia en la oficina del director, escuchó aquella voz de nuevo y vio que Miroku se encontraba con el chico de cabellos plateados, el causante de que ahora ella tuviera que venir temprano todos los días por un mes a limpiar el aula. Kagome apretó su puño con fuerza y tomó lo primero que pudo, que era un pastelito sobre un escritorio.

-¡Inuyasha!- gritó

Inuyasha dejó su pelea con Miroku y la volteó a ver, se miraba realmente molesta.

-¡Eres un gran tonto!-

Kagome reunió todas sus fuerza y tiró aquel pastelillo fuertemente por los aires haciendo que éste se estrellara en cara de Inuyasha, todos quedaron en silencio, temían ahora por la vida de Kagome, para ese momento el rumor decía que era un asesino en serie que había venido de uno de los lugares más lejanos de todo Japón con su banda de asalta tiendas.

Inuyasha no era una persona paciente y mucho menos compresiva, y al igual que ella tomó lo primero que encontró que en éste caso fue una bola de arroz con mayonesa y al igual que Kagome la tiró con todas sus fuerzas hacia ella, dando justamente en el blanco, la cara de Kagome.

-¡Y tú una niña caprichosa!-

-¡Guerra de comida!- gritaron en la clase.

-¿Qué?- dijeron al unísono Kagome e Inuyasha.

No pasó ni cinco segundos y todos empezaron a tirarse comida unos a los otros, todo lo que estuviera al alcance lo tomaban y lo tiraban por los aires, era realmente una guerra, guerra que no duró mucho cuando la profesora entró al aula y un plato de fideos cayó sobre su rostro, rostro que parecía estar rojo del enojo.

-¡¿Quién inicio esto?!- gritó molesta.

Todos en el lugar sólo apuntaron hacia dos direcciones, Kagome, que se encontraba detrás de un escritorio e Inuyasha que apenas si había logrado esquivar la comida que se lanzaba por doquier.

-Ambos los quiero en la oficina del director ¡ya!-

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-No esperaba verlos tan pronto a ambos-

Inuyasha y Kagome sólo se daban la espalda el uno al otro con los brazos cruzados con una expresión de molestia en sus rostros.

-Alguien puede explicarme qué pasó-

-Fue culpa de Inuyasha- dijo Kagome sin nada más.

-¡Mi culpa! Tú enloqueciste y empezaste a lanzarme cosas-

-¡Eso no hubiera pasado si tú no te hubieras metido en mi vida!-

-¡No es mi culpa que...!-

-¡Silencio!- gritó el director. –Por lo que veo fue culpa de ambos, así que ambos estarán castigados y como veo que les gusta hablar tanto, les tengo el castigo perfecto, la escuela presentará una obra pronto y no parecen haber muchos alumnos involucrados así que ustedes dos estarán en la obra Romeo y Julieta-


Bueno, éste fue mi primer capítulo, más que nada es algo introductorio, espero que haya sido de su agrado, ya saben cualquier comentario, sugerencia, etc. Me lo dicen en un review XD!! Gracias por leer.