Es mi segundo NnoiNell, espero y les guste.

Nnoitra G. y Nelliel Tu U. son propiedad de Tite Kubo.


El día y la noche.

La brisa del desierto soplo con fuerza haciendo mover su cabello verde con exuberante agresión, Nelliel percibió un olor en el aire, abrió sus ojos con sorpresa, ese riatsu que se acercaba con deliberante rapidez hacia ella… solo le pertenecía a una persona.

–Nnoitra…

Su voz tembló y entonces sintió el susurro de aquella voz grotescamente ronca, susurraba algo que ella no lograba comprender, se voltio con apresuramiento y allí a escasos centímetros estaba el, mirándola con sigilo y descrédito. Ella negaba con su cabeza a la vez que un sollozar se peleaba por salir, Nnoira extendía su mano y atrapo con su dedo la primera lágrima que delibero.

–¿Por qué lloras?

La quinta espada dibujo una sonrisa con burla en su rostro, comenzó a reír encarecidamente sin motivo aparente.

–¿Has recordado el pasado?

En su tono, Nelliel pudo percibir ironía, frunció el ceño alimentando sus lágrimas, se lanzó sobre él con fingida embestida, aun así Nnoitra no se alejó de ella, al contrario, la atrapo fundiéndose ambos en un avaricioso y radiante abrazo.

–N-Nnoitra…

Premedito Nelliel intentando encontrar entendimiento en sus acciones, cerró los ojos y se concedió el contacto físico entre ambos cuerpos, lo oprimió contra ella y susurro.

–Por favor… no te alejes de mí.

Nnoitra aún tenía aquella sonrisa en su rostro, la joven deseaba interpretar y unificar su expresión a sus acciones, sin tener mucha suerte, logro percibir por qué la noche y el día jamás se podrán juntar…

Posteriormente sintió el profundo vacío de la noche, el grito de la soledad, la presión de una bofetada y el encanto de lo infortunio. Se alejó un poco para contemplar los ojos almendrados de la quinta espada, su sonrisa se hacía más elocuente y sus manos de apoco soltaban el agarre que mantenían de pie a la ex espada.

–Esta vez… lo hice solo.

Enmarco Nnoitra mientras desclavaba el puñal colmado de sangre. Los ojos de Nelliel se fijaron en aquella vista negra carente de amor, ella necesitaba ver esos fríos ojos por última vez, su mirada se apagaba como luciérnaga en pleno amanecer y sus labios apenas y lograban emitir palabras entrecortadas con sollozo.

–T-Te amo…

La miro con desdicha, con irritación, con ira y con esa sensación soledad infinita.

–También te amo, Nelliel.


Pueden pedir One-Shop con alguna trama en especial o lo que deseen, estoy auto-descubriendo que tanto puedo manejar este OTP que me encanta.