Hola! Aquí publicando mi primer fic de SS, así que no esperen nada del otro mundo. me es más fácil leer que escribir yaoi, jeje. Pero espero con la práctica, mejorar. También espero algún día escribir algo no yaoi, y quizás cómico, pero eso es lo más difícil. Por cierto, pésimo título.

DISCLAIMER: LOS PERSONAJES DE SAINT SEIYA NO ME PERTENECEN. SON PROPIEDAD DE MASAMI KURUMADA.

SIEMPRE ESTARÉ A TU LADO
Kaisa de Scorpio

Capítulo 1. El Chico Nuevo

-Feliz aniversario amor.- Decía un ojiverde de largos y azules cabellos a su acompañante, a quien ya dejaba en su departamento. La pareja vivía en el mismo condominio, incluso en el mismo piso, pero se habían conocido en el trabajo.

-Te amo con todo mi ser Kanon. Gracias por todo- fue la respuesta de un chico mucho más joven, de ojos turquesas y cabello azul, largo y alborotado.

-No Milo. Gracias a ti.-

Y dichas estas palabras se fundieron en un tierno beso que para ambos pudo durar toda la eternidad.

-Hasta mañana pequeño. Dulces sueños.-

-Adiós amor.- Le contestó Milo a Kanon abrazándolo y dándole un beso en la mejilla.

Cada uno entró a su departamento respectivo sin percatarse de que alguien que venía bajando las escaleras lo había visto todo. "Vaya…en este lugar sí que hay bellezas. Él será mío cueste lo que cueste."

A Milo le fascinaba su novio, lo quería más que a su vida, o eso era lo que creía. Se habían conocido hace un par de años y empezaron a salir hace uno. Kanon le gustaba por su seguridad, porque siempre aprendía algo con él, siempre había sido paciente. En fin, porque lo cuidaba. Sin embargo a veces pensaba que su amor podía ser muy serio y que en realidad no le gustaban sus bromas o sus a veces actitudes infantiles. Kanon era diez años mayor que él, y por eso creía que él pensaba que seguía siendo un niño, aunque nunca se lo hubiera dicho. Pero aún con la diferencia de edad la pasaban muy bien, y con este pensamiento en la cabeza el ojiturquesa se quedó profundamente dormido.

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Kanon y Milo llegaron juntos al trabajo, siempre lo habían hecho, el mayor le daba aventón al menor desde que se dio cuenta que eran vecinos.

-Hola Dokho.-

-Hola Kanon. Hoy llega un nuevo miembro al equipo, y quisiera que le explicaras algunas de tus actividades y lo fueras adentrando en el área. Va a desempeñar tus funciones, pero para las empresas del sur. Confío en que lo harás bien.-

-Sí Dokho. No te preocupes por eso. ¿A qué hora llega?-

-No debe tardar.-

Dokho era jefe de Kanon y Milo. Siempre se había distinguido por su amplio conocimiento y el desinterés con el que lo compartía con los demás, y por ello todos lo apreciaban.

-¿Vamos a tener un nuevo compañero Kanon?-

-Dios mío Milo, ¡me asustaste! No deberías escuchar conversaciones ajenas.-

-No lo hacía, pero coincidentemente iba pasando por aquí y escuché.- le contestó el pequeño, no sin cierta inocencia en su mirada, cosa que cautivaba al mayor.

-Pues sí, y se supone que le explique mis actividades. Creo que él verá las empresas del sur.-

-No te preocupes amor, lo harás bien.- le dijo Milo dándole un beso en el cachete. –Me voy, creo que ya debería empezar con mis labores.-

-¡Sí! ¡Vete para que no me distraigas!-Contestó en tono burlón su novio.

-¡Tú eres el que me distrae! ¡Por eso me voy!- Y dicho esto Milo se fue a su lugar, pero aprovechó para sacarle la lengua a su novio, lo que lo hacía ver más niño de lo que en realidad era.

Eran las nueve de la mañana cuando Milo escuchó que Dokho estaba en el lugar de Kanon presentando a alguien.

Por la voz de este nuevo miembro Milo imaginó que sería un hombre de unos cuarenta años y sumamente formal. Seguro también era estricto y tieso.

Dokho fue pasando a cada lugar presentando al nuevo miembro, cuando finalmente llegaron con Milo.

-Camus, él es Milo. Cualquier cosa que quieras ver con él de logística en el extranjero, él lo maneja.-

-Buenos días Milo, es un placer-dijo sin quitar su vista de la figura de Milo, y estrechando su mano sin querer soltarla.

-Ho…hola…Ca…mus.- el peliazul se había sonrojado por la intensa mirada que le dedicaba el nuevo compañero. Además, tampoco podía negar que era sumamente atractivo. Su cabello era largo y lacio, de un color azul claro intenso, ojos del mismo color y unas cejas partidas que le daban un aire de misterio increíble.

Esto no pasó desapercibido por Camus, quien hizo lo posible por no mostrarse sorprendido de saber que trabajaría al lado de "su niño", como le llamara desde la noche que le robara el sueño.

Dokho y Camus regresaron con Kanon, quien comenzó a explicarle sus actividades hasta que llegó la hora de comer. Kanon fue por Milo, pues ya sabía que era un despistado y nunca se fijaba en la hora.

Camus y Dokho iban adelante conversando seguidos por la pareja.

-¿Y bien?-preguntó Milo curioso.

-¿Y bien qué?-

-¿Cómo te fue con el nuevo?-

-Bien. Es inteligente, pero un poco arrogante.-

-Ay amor. Dale una oportunidad, tal vez terminen siendo grandes amigos.-

-Sí claro.-

Los cuatro entraron al comedor y se sirvieron algo de comer.

Dokho fue el primero en sentarse, seguido de Milo, ya que Kanon lo esperaba y Camus se hacía el menso, pues quería estar al lado de Milo y sentirlo cerca, quien se sentó frente a Dokho. Camus rápidamente se sentó junto a su "próxima conquista"y a Kanon no le quedó más remedio que sentarse frente a éste último. (Confucio?)

Camus Milo

Kanon Dokho

"Te voy a bajar a tu novio inútil, y justo frente a tus ojos".

Kanon y Dokho discutían algunas cosas y dejaron a los otros dos al margen, por lo que Camus aprovechó para hacerle plática a Milo.

-Y dime Milo, ¿tienes novio?-

-¿Qué?- la pregunta lo sorprendió, no esperaba que fuera tan directo y… entrometido.

-Anda dime. Seguro alguien tan atractivo como tú tiene a medio pueblo atrás rogando por una oportunidad.-

-Pues… gracias y…- Milo se había puesto rojo de la pena y no lograba contestar la pregunta.

-Sí, sí tiene novio-le contestó Kanon, quien había escuchado la pregunta y no estaba muy contento al respecto -¿verdad Milo?-

-Emm… sí Camus. Él es.-

-¿Qué cosa?- insistió el de cabellos lacios.

-Kanon es mi novio.-

-¡Ah! Pues muchas felicidades Kanon. Tienes muy buen gusto. Milo es realmente exquisito.- Dijo dedicándole una mirada lasciva al susodicho.-Cuídalo bien, no sea que te lo vayan a robar.-

-¿Qué dices?- preguntó Kanon enfadado y a punto de levantarse a darle un puñetazo al ofensor de su amor. –Mira Camus, no quieras pasarte de listo porque…-

-Ejem… pues vamos a caminar ya que todos terminamos, ¿les parece?- Interrumpió Dokho.-Ven Camus, te voy a poner al tanto de algunas cosas.- y jaló al recién llegado al frente.

Eran seguidos por un Kanon silencioso y con la mirada puesta en Camus queriéndolo matar. Milo se dio cuenta de esto, aunque no entendía porqué parecía tan molesto su novio con el de adelante. Pensó que tal vez le daban celos porque Dokho tendría otra mano derecha, y él en señal de apoyo tomó su mano y la apretó con cariño.

-No te preocupes amor, todo saldrá bien.-

Kanon solo pudo mirar a Milo y sonreírle tiernamente.

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Estando ya en sus casas, Kanon fue a ver a Milo y tomaban en silencio algo de café.

-Dime Milo, ¿qué te pareció ese tal Camus?-

-¿Porqué?-

-Solo quiero tu opinión.-

-No es tan inteligente como tú amor.- dijo Milo recordando su errada conclusión en la comida.

-No me refiero a eso Milo, sino a su forma de ser. Dime, ¿no te molestó la forma en que te habló y te miró? ¡Parecía que te comía con la mirada!- respondió Kanon. Si Milo pensaba que era atractivo, entonces ese era el momento de saberlo. No querría descubrirlo más tarde.

-No le di importancia Kanon, yo creo que solo quiere sacarte de tus casillas. Seguro hasta casado es, ¿no crees?- Milo trataba de no darle importancia, pero era verdad, le había incomodado un poco la forma de tratarlo de su nuevo compañero.

-¿Esa cosa? ¡No creo! Pero a ti no te gusta ni se te hace atractivo, ¿verdad?-

-¿Qué? Claro que no.-

-Me alegro. Es mejor que vaya a dormir, mañana tengo mucho trabajo que hacer.-

-Sí, yo también.-

-Sí cómo no.-

-¿Qué dijiste?- contestó en tono molesto Milo.

-¡Lo que oíste! Que seguro vas a estar viendo como molestas al prójimo.-

-¿Eso crees que hago todo el día? Trabajo más que tú clon de Saga.-

-¡No me digas así!-

-Tienes razón. Perdóname. ¡Saga es mejor que tú!-

-No me compares con mi hermano gemelo! Sabes que no me gusta.-

-¡Ese no es mi problema!-

¿Ah no? ¡Pues se acaba de convertir en tuyo!- Kanon se aventó contra el cuerpo de Milo, lo atrapó y comenzó a hacerle cosquillas.

-Jajajajajajajajajajaj……jajajajajajajaja…-reía Milo incontrolable.-Deten… jajajaja. ¡No! Deten… detente…. Ya Kanon… por favor.-

-¿Y si no quiero?-

-¿Qué quieres a cambio?-

-El desayuno de mañana. Quiero que tú lo hagas.-

-Sí si si. Lo que tú quieras, pero detente por que no puedo…no puedo ni respirar.-

-Ay Milo perdón. ¿Te sientes bien?-

-Sí, no es nada.-

-¿Seguro?-

-Sí, no te apures. Mañana nos vemos aquí para desayunar.-

-No amor, mejor no. Me preocupa que tú…-

-Descuida, me he sentido muy bien. Además, no puedo faltar a mi palabra. Lo sabes.-

-Está bien, está bien. Mañana vengo temprano. Adiós pequeño.-

-Adiós… ¡Saga!-

-Aaaay, ¡que no me digas así!- le gritó Kanon desde la entrada.

CONTINUARÁ