Se suponía que ella estaba arreglando su ropa antes de decidir que cenarían esa noche, mientras él terminaba de completar el informe virtual del caso que acababan de resolver, pero de pronto le pareció que se había quedado muy callada y al mirar por sobre su hombro descubrió que su compañera se había quedado dormida, recostada sobre la pequeña cama de la casa rodante que compartían durante ese caso.
Dio un par de pasos hasta donde estaba ella y observó su bello rostro tan relajado, las mejillas sonrosadas, los labios apenas entre abiertos, llevaba puesto el traje que había usado durante su acto, solo se había sacado los zapatos… sin que pudiera hacer nada por evitarlo su cuerpo reaccionó ante la perfecta visión que tenía ante él y en dos segundos sintió que necesitaba un pantalón un par de tallas más grande.
Tenía que calmarse y aunque sabía que ella no lo aprobaría, no se le ocurría otra forma de recuperar su autocontrol, salió de la casa rodante y apoyándose en el parachoques empezó a fumar un puro.
Hacía unas horas no había podido contenerse y soltó un "wow Wanda!, luces… wow", para luego quedarse sin palabras por un momento que a él le parecieron años, al ver descender de la caravana a Huesos enfundada en el traje de princesa rusa que luciría para su número circense… tuvo que hacer un esfuerzo casi sobrehumano para evitar que fuera demasiado evidente el inminente crecimiento en su entrepierna al tener ante sus ojos las largas y perfectas piernas de su compañera mostrándose a través de unas medias de seda oscura, la cintura muy definida por el corpiño que ceñía su preciosa figura de "pin-up girl" y esos senos que lo volvían loco, desbordando seductoramente.
San Pedro, San Pablo, San Andrés, San Juan, San Ignacio…
"Tu también Boris", había respondido ella, frunciendo el ceño, parada delante de él una mano en la cintura, la otra sujetando la capa de su disfraz a un lado, mirándolo fijamente a los ojos con esa profunda y transparente mirada en la que él aceptaría perderse por siempre, con la cabeza ligeramente ladeada muy sorprendida por el asombro de su compañero y por la manera en que la había mirado de pies a cabeza.
Como decirle que el traje le sentaba de maravilla, solo atinó a decir "eres una Natasha preciosa". Él sabía que su compañera adoraba hacer trabajo encubierto, ella misma había sugerido los personajes rusos para su número de circo... sin embargo, esta vez se habían excedido, porque no le habían preparado un traje un poco más cubierto, que les pasaba a esos locos del FBI es que a caso no tenían una idea de que en Rusia hace mucho frío… cómo demonios se suponía que debía concentrarse en el caso si debía hacerlo junto a su compañera luciendo de esa manera tan provocativa.
San Jorge que venciste al dragón, ayúdame a evitar la tentación…
Ya arreglaría cuentas con el gracioso que envío ese trajecito, esta debía ser una broma pesada de alguno de esos idiotas a cargo de la logística durante este tipo de investigaciones… de seguro había corrido como pólvora la novedad de que el agente especial Seeley Joseph Booth enfundado en la piel de Buck Moosejaw lanzaría cuchillos a su pareja, la-famosa-antropóloga-escritora-exitosa de la que estaba enamorado como un estudiante aunque lo negara hasta el cansancio, y claro… algún tarado intentando hacer que se sintiera incómodo, había terminado volviéndolo loco.
Solo podía pensar, una y otra vez, en lo delicioso que sería envolver a su compañera entre sus brazos y respirar el aroma de su piel, perderse en cada centímetro de su cuerpo, descubriendo por él mismo si era tan suave y tibia cómo parecía a simple vista… era imposible, no podía parar de recordar todo lo sucedido esa tarde, intentó alejar sus recuerdos dando otro par de bocanadas al puro, pero fue inútil.
Cómo pudo ser tan descuidado, nunca se perdonaría por haberla golpeado en el ojo con aquella barra amarilla enorme de plástico, y claro "Dios castiga"… ella había resuelto el inconveniente colocándose un parche sobre el ojo dañado, con lo que añadió a su disfraz un toque de misterio que lo puso a mil.
Para desquiciarlo un poco más, durante el desfile de artistas al inicio del espectáculo circense, Wanda mirándolo retadoramente le había dicho "¿dónde está el Buck Moosejaw con el que me casé?" mientras metía sus suaves y decididas manos debajo de su cinturón para sacar con rapidez los cuchillos que él le lanzaría durante su acto… el breve contacto de la piel de sus manos contra la piel de su estómago lo excitó cómo si volviera a ser un muchacho de quince años, definitivamente su pareja lo tenía totalmente perturbado.
Luego del acto de lanzamiento de cuchillos, ella había permanecido tan emocionada, ilusionada como una niña pequeña planeando como mejorar su número para la próxima vez… mientras que él solo podía pensar en que nunca más expondría la vida de su compañera de esa manera, "el número se acabó" le había dicho enérgicamente, y aunque se le partió el corazón al ver la mirada desilusionada en sus ojos y el breve puchero que hizo involuntariamente, de ninguna manera volvería a lanzar cuchillos alrededor de ella.
Y lo último que pudo soportar ocurrió después de que ella cayera desde esa increíble altura a la que había trepado para hacer equilibrismo. Huesos se había aproximado a él, gateando sobre la red y fue en ese momento que él tuvo a la altura de sus ojos, los hermosos y perfectos senos de su compañera luciéndose en todo su esplendor… y solo gracias a una increíble fuerza de voluntad que en ocasiones anteriores lo ayudó a soportar los suplicios más terribles pudo mantener sus ojos fijos en los de ella, sin embargo, lo que ocurrió en su anatomía de la cintura para abajo fue otro cantar.
Santo Dios, esta mujer me va a matar!
Más tarde en la caravana… ella parecía tan tranquila, "somos adultos Booth, no entiendo qué problema hay en que debamos dormir compartiendo una cama" le había dicho dedicándole una mirada serena, ladeando la cabeza con ese gesto inocente que solo había conseguido torturarlo por millonésima vez desde que la conocía. "¿Cómo podían compartir esa pequeña cama, cuando a duras penas había lugar suficiente para él doblado en cuatro?" se preguntaba él en silencio.
Recordaba a Cam interrogándolos "¿solo tienen una cama ahí?", y luego Hodgings comentando alguna cosa relacionada con el caso como si nada, tal parecía que solo él se daba cuenta de la terriblemente incómoda situación en que se encontraban por ese trabajo encubierto, tenía ganas de arreglar cuentas con el responsable… ya verían de lo que era capaz cuando volviera a su oficina en el FBI.
Fumó la última bocanada y apagó el puro convencido de que no valía la pena seguir aplazando lo impostergable. Subió al carromato y allí estaba ella, dormida al fondo de la cama de espaldas a él… comió un par de manzanas, bebió un vaso de leche, se sentía agotado y la espalda comenzaba a pasarle la cuenta, tenía que descansar.
Empezó a recitar mentalmente todas las oraciones que recordaba mientras se sacaba los zapatos y se aflojaba el cinturón del pantalón, intentó no mover demasiado la cama al sentarse sobre ella y evitando tocar a su compañera se recostó sobre su lado derecho, de espaldas a ella, intentando conciliar el sueño.
Estaba casi dormido cuando su peor pesadilla ocurrió, Huesos se había girado entre sueños, aproximando su tibio cuerpo a su espalda de manera inconsciente… "¡Dios santo!", ella se había acurrucado en su espalda y él solo podía pensar en que iba a pasar una noche terrible... "¡que pecados estaré pagando!" fue el grito ahogado que escapó de sus labios.
