"¿Habrá descifrado el significado de esa canción?"
Se preguntaba la chica de cabellos blancos y brillantes ojos azules, que se dedicaba a admirar el cielo estrellado desde su saco de dormir. La suerte le había obsequiado una noche despejada aquí en Mistral, y le había quedado perfecta para olvidarse de la complicada mañana que tuvo. Se permitió soltar un largo suspiro y en el dejo escapar sus preocupaciones inmediatas como la misión y el Grimm, sin prever que estos serían reemplazados por inquietudes personales… como la canción que tuvo un espectador inesperado.
Ocurrió durante una de esas ocasiones en las que ella juraría que estaba sola: el paisaje atrapo su atención después de encargarse del Grimm en el área boscosa próxima a una villa. Hacía tiempo que su corazón bailaba al son de una voz particular, la belleza del panorama coincidió con lo que sentía y en un momento de inspiración pura, permitió que todo saliera en forma de una canción. No había forma de que su orgullo le permitiera confesar que pueda haber algo así de cálido en su interior, razón por la que decidió guardarlo como un secreto, y si debía ser franca, tal vez era mejor así, porque no hay forma alguna de que esta persona esté pensando en ella de la misma manera, y ¿Cómo podría ser diferente si la chica es un tanto infantil y demasiado inocente como para tener algún interés romántico en alguien? Le daba la impresión de que después de su familia, lo que ella más amaba era Crescent Rose. En todo caso, sentía que no podía hacer más que esperarla con la esperanza de que un día, la encapuchada se diera cuenta de que hacía mucho que alguien la quería en secreto y sonreía solo por ella.
Tan pronto como dio fin a su canción, la voz entusiasta de Ruby le dejo saber que no estaba sola, su amiga no paraba de decirle lo hermosa que le había parecido la letra y lo mucho que extrañaba oírla cantar con tanta sinceridad. Weiss trato inútilmente de ocultar una sonrisa nerviosa mientras le agradecía toscamente los elogios, procuraba no verla a los ojos mientras secretamente esperaba que Ruby no supiera algo que para cualquiera debía ser obvio: que la letra de sus canciones expresa lo que se haya en su corazón y mente.
Hacía mucho que había construido grandes murallas a su alrededor de su corazón, y que impedían a los demás ver su auténtico ser; por tanto, no había momento en el que ella estuviera más expuesta, que cuando cantaba.
¿De que hablaba susodicha canción? Pues de pasiones y secretos que intento marchitar hace mucho pero siguieron floreciendo.
Para su infortunio, el hermoso pálido de su piel no le servía para ocultar el sonrojo que se producía cuando, contra todo pronóstico, pensaba en la persona que ganó su afecto con la inocencia y dulzura de su persistencia. La reina del hielo se había cuidado de sellar los sentimientos que dominaban su corazón, lo había conseguido antes con la soledad que la afligía, lo hizo después con la alegría de tener auténticas amistades, pero de ninguna manera conseguía callar a su corazón esta vez, pues este insistía en palpitar con más fuerza cuando Ruby se encontraba cerca, tal como si tratara comunicarse con la chica, y eso era algo que la heredera no soportaba.
Ahora que todo había pasado, el calor del saco para dormir y una fogata le brindaba una sensación de seguridad, podría fácilmente permitirse un momento para pensar tranquilamente. Hizo el intento de comprender cuando fue que germinó la semilla de este sentimiento, ya que tuvo que haber sido un proceso muy lento, si ni ella misma podía decir con exactitud cuándo fue que todo esto comenzó.
Su mente la llevo al momento en que se conocieron:
No estaba segura porque Ruby giraba como trompo en medio del camino, se veía en verdad confundida y desorientada, podría jugar que no tenía idea de lo que hacía. Sus sospechas se confirmaron cuando la chica cayó sobre su equipaje, muchas cosas pudieron salir mal debido al Dust pero eso no era lo que le importaba, sino el hecho de que alguien tan torpe pudiera ser admitido en una academia tan renombrada, todo el asunto le parecía un mal chiste. Lo primero que Ruby le dijo fue que lo sentía, ni se habían presentado y Ruby ya debía disculparse.
Le apenaba recordar aquel momento, ahora reconocía que había sido muy dura con ella, lo peor es que no solo en esa ocasión sino también en el bosque. Nunca pensó que se encontraría a la encapuchada, de los más de diez estudiantes que fueron catapultados, las probabilidades de que se encontrara con ella eran de 9% o menos. Aceptar que alguien así sería su compañera no sería fácil y la cooperación sería aún más complicada, ambas lo sabían pero esto no desanimo nunca a Ruby; la frustraba, seguro, ambas se frustraron al límite de lo que podían tolerar, pero incluso si no la soportaba, Ruby jamás renuncio a la idea de ser su compañera o ganarse su amistad. No había forma de que se lo dijera, pero fue su persistencia lo que finalmente le enseño que no hay alternativa más que trabajar en equipo, además que para hacerlo se debe aceptar a otros y ser más amable con ellos… comenzando por Ruby, pues ahora era su turno de reconocer que le debía una disculpa.
Aceptarla como líder era imposible, pero después de confrontarla en el pasillo noto como la chica no solo reconoció sus fallos como líder sino que comenzó a trabajar duro para merecer su puesto. La noche que la encontró dormida alrededor de apuntes y libros… aquello la sorprendió de tal manera que cambio la forma en que la veía. Puede que fuera joven, pero estaba demostrando ser material de un buen líder, además era dulce ver como se había quedado dormida entre apuntes, todo porque quería demostrarle que era capaz, tan solo porque seguía insistiendo en que podría impresionarla… y lo consiguió.
Tuvo que contemplarla boquiabierta por un momento antes de despertarla, aunque parte de ella no quería despertarla. El susto inicial de su líder fue casi cómico, como si pensara que estaba en problemas por ser descubierta durmiendo cuando se supone que estaba estudiando. Pensó en colocar su mano sobre sus labios para silenciarla, después de todo, no hacía falta que explicara lo que estaba haciendo cuando eso era algo obvio, pero la chica dejo de hablar para cuándo sus dedos se posaron sobre sus labios, sin embargo, no los retiro en seguida. Decirle que sería la mejor compañera de equipo que podría tener no fue precisamente fácil, en especial considerando que hasta ese momento todo lo que le había dicho era como no quería estar en ese equipo, mucho menos si lo lideraba ella. Pero nunca hubo mejor momento para tragarse su orgullo, que ese.
Su determinación no dejaba de sorprenderla, incluso cuando dedicaba todas sus energías a planear actividades para "El mejor día", lo cual le demostró que cuando se lo proponía, Ruby podía demostrar el mismo nivel de pasión y minuciosidad que ella, lo suficiente como para llenar la carpeta, que no le robo, con actividades para un solo día. Aquella determinación se ganaría su respeto y ya inclusive podría decir que se enorgullecía de ella.
Aunque parte de ella seguía rechazando a la encapuchada, como el día en el cual, jugando a conquistar Remnant, la chica de humedecidos ojos plateados la abrazo sorpresivamente mientras le pedía ser fuerte ante la derrota inminente. Aquel lado arrogante que rechazaba a la chica le hizo decirle que se callara y que no la tocara, pero cuando Ruby era tan tierna con ella… es que era sencillamente imposible no encariñarse con la chica. Y aquel abrazo que le devolvió… ¡Oh, mentiría si dijera que le disgusto! Porque no le basto con tomar a Ruby entre sus brazos, no; ella necesitaba que ese breve momento fuera más íntimo, necesito apretarla entre sus brazos y eso fue exactamente lo que hizo. Puede que no durara mucho, pero después no pudo disimular la radiante sonrisa que resulto de aquel contacto tan agradable, aunque para su suerte pareció que nadie se dio cuenta.
En algún punto se hicieron tan cercanas que la comunicación entre ellas era silenciosa; estaban tan en sintonía, que muchas veces solo debían intercambiar miradas para que la otra entendiera lo que pasaba por su mente, esto era evidente cuando peleaban pues no solo siempre estaban una cerca de la otra, sino que a menudo se coordinaban sin pronunciar palabra. Aquel lazo que se fortalecía entre ellas no hizo más que relucir cuando las cosas empezaron a tornarse oscuras…
Lo recordaba…
La noche que todo su mundo se vino abajo, en la que el festival ardió en llamas mientras la gente gritaba y el Grimm corría libremente por los alrededores, esa noche en la que lucho hasta el cansancio con sus compañeros, aunque ninguno supo que estaban condenados a fracasar. Yang y Blake, quienes habían ido por su cuenta, regresaron con heridas serias; Yang especialmente, quien seguía inconsciente frente a ella mientras que Blake lloraba pidiéndole perdón. Aquel horror, el pánico, el desconcierto, la incertidumbre, el miedo en las voces de todos a su alrededor, todo eso lo sentía en su corazón y se reflejaba en su rostro.
Entonces llego Ruby.
Dejo soltar el aire que contenía por la tensión al pronunciar el nombre de su compañera, estaba en verdad aliviada de que regresara ilesa, y le lanzo varias preguntas en su apuro por saber que había sido de ella, aunque esas preguntas fueron cortadas a medias por la encapuchada, "no te preocupes, estoy bien". La mente de Ruby estaba en la situación y no perdió su valor incluso si había visto a su hermana desmembrada e inconsciente en el suelo, cuando supo que Jaune y Pyrrha no habían regresado no dudo en ir a buscarlos. Sun sabía que era una locura, Weiss lo sabía también, estaba frente a ellos la prueba de que regresar por ellos era una terrible idea que posiblemente les costaría la vida. En una situación así, Weiss normalmente intentaría detener a la encapuchada, tal como antes de la misión en cubierto ella dijo que no estaban preparados, insistió mucho en eso, intento detenerla antes pero ahora que estaban exhaustas, que todo estaba perdido, que el Grimm dominaba el paisaje y aquel dragón circundaba la torre a la que debían ir…
Miro a Ruby…
"No, nosotras iremos por ellos" fue lo que le dijo a su líder, porque estaba segura de que no quería perder a nadie esa noche y jamás se perdonaría si la dejaba ir sola. Les aseguro a sus amigos que regresarían y partieron hacia el averno en que se había convertido la academia.
Después de que Jaune las llamara, estaba muy claro que debían apresurarse para salvar a Pyrrha. La heredera miro a su alrededor, hizo un camino para que Ruby pudiera llegar a la cima de la torre cuanto antes. Miro a su alrededor nuevamente, pues ahora se había quedado sola contra el Grimm. Su prioridad era sobrevivir pues recaía en ella la misión de dejar el área limpia, debía esperar a que Ruby regresara con Pyrrha.
La torre se iluminó. Después de uno de esos momentos que parecen eternos, el tío de Ruby bajo con ella entre sus brazos, estaba inconsciente… no se atrevió a preguntar por Pyrrha. Regresaron al sitio de evacuación donde su padre la esperaba, de pronto todo ocurría demasiado rápido. No pudo discutir con su padre, por mucho que lo intentara no podía ganarle en una discusión, no pudo luchar contra su autoritarismo… y se la llevo.
No supo que había pasado en la torre, no supo que fue esa luz, no supo que fue de Ruby… aunque tenía una idea de lo que le había ocurrido a Pyrrha. Pensaba en todo aquello mientras miraba por la ventana del avión que la llevaba de regreso a Atlas.
Estaba sola, nuevamente, pero ahora la soledad era peor por el gran vacío que había quedado en su vida.
La bienvenida en Atlas fue tan fría como podría esperarse, le llovieron preguntas sobre Beacon y lo que había ocurrido pero su padre se encargó de la situación, no le dejaría hablar ni de experiencias que claramente el no posee, tan típico de él. Partieron a "casa" después de que su padre ensalzara a los medios con la participación de Weiss en la caída de Beacon. Una vez allí y en solitario, sus ojos azules recorrieron los pasillos de la fría mansión. Si, los pasillos únicamente, porque la chica no estaba dispuesta a levantar su mirada. Odiaba aquel lugar, tan falto de color, de vida, de alegría… de todo.
Sus pasos la llevaron a su habitación, donde se encerró. En silencio miro a través de la ventana y se perdió en el horizonte, sabía que a miles de kilómetros al sur estaban sus amigos pero ni siquiera tenía idea si todos se encontraban bien, y el hecho de que no podía estar allá en estos momentos era insufrible, pues su lugar era junto a ellos y eso era especialmente cierto ahora que necesitarían más ayuda que nunca. Un par de lágrimas se deslizaron por sus mejillas hasta caer libremente sobre el dije de su collar. No había nada peor que no poder estar con ellos ahora, en especial con Ruby, Blake y Yang.
El tiempo pasó, muy lentamente para su gusto.
La sensación de sentirse con vida se desvaneció junto con su sonrisa y los buenos momentos que compartió con su equipo. De ninguna manera podría ser la misma de antes, los colores y alegrías que experimento la han cambiado para siempre, es por esto que ya no encaja en Atlas, es esta la razón por la que ahora solo puede mirar a través de la ventana hacia el horizonte mientras se pregunta si podrá volver a ver a sus compañeras. La voz de su corazón le susurraba que no.
La soledad se sentía peor conforme pasaban los días, nunca pensó que llegaría a extrañar la risa de Ruby, los juegos de palabras de Yang o inclusive la quietud de Blake…
Ruby… siempre estaba junto a ella, se acostumbró sin notarlo a su alegría, su inocencia, a su lado infantil que era tan cómico y tierno a la vez, se acoplo a su presencia sin darse cuenta y ahora que estaba sola, imaginaba como todo el espacio vacío de su habitación cobraría vida si ella estuviera aquí, probablemente saltando de un lugar a otro mientras pregunta por cada cosa y la arrastra a un tour por la mansión. Finalmente, admitió para sí misma que la echaba de menos y que el no saber de ella la estaba angustiando.
¿Fue en ese momento?, ¿es aquí cuando pudo darse cuenta de que algo afloraba en su interior?
Quizás. Fue cuando comenzó a preguntarse cuál era la razón por la que se sentía menos triste o solitaria si pensaba en ella, ya que debido a la ausencia de amistades auténticas en su vida antes de Beacon, trazar la línea mental que muestra donde están los límites entre un cariño amistoso o especial era difícil y confuso. Para empeorar las cosas, el único punto de comparación era Nepturne, aunque después del torneo era extremadamente fácil decir que era mucho más lo que sentía por Ruby, pero eso que sentía por la chica de los inocentes ojos plateados… ¿Qué era? Pues si algo tenía claro era que nunca pensó en ella como una amiga, incluso en el torneo, cuando Ruby dijo "Weiss, BFF" ni siquiera tuvo que pensarlo dos veces para decirle que no. Decidió que estaba pensando demasiado en esto y que lo mejor era dejarlo por un lado.
Después de escapar de Atlas y reunirse con su hermana, paso varias semanas haciendo trabajos locales como exterminar el Grimm de determinadas áreas, además hizo algunos favores a Winter, había pensado inscribirse en Heaven pero la misión de su hermana era más importante.
Un día ocurrió lo inesperado mientras estaba de camino a encontrarse con Winter nuevamente, una voz de ensueños grito su nombre desde la distancia, paralizándola en seguida. Reacciono cuando la misma voz volvió a llamarla, así convenciéndola de que esto en verdad estaba pasando. Se giró sin perder el tiempo y busco a Ruby con la mirada, de entre la multitud de estudiantes uniformados había una chica llevando una capucha roja y una amplia sonrisa, quien no tardo en volverse pétalos y volar con el aire hacia donde Weiss la esperaba de brazos abiertos. Atrapo a Ruby en un abrazo y el impulso que había cobrado la chica las hizo girar, como si bailaran entre pétalos de rosas, entre risas y lágrimas de alegría.
Aquel entusiasmo tan propio de la encapuchada, aquella alegría tan sincera y todo aquel cariño entregado en un cálido abrazo, hicieron que comprendiera cuanto la echo de menos. Fue entonces que maldijo el tiempo que estuvieron separadas, pues en ese preciso momento se derrumbó el sobrecogedor peso de la soledad que la torturaba. Pronuncio el nombre de su compañera con una alegría que su propia voz no había expresado antes, Ruby le respondió diciendo cuan feliz le hacía verla y lo mucho que la había extrañado. Ambas rieron al soltar el abrazo, Ruby no dejaba de bombardearla con preguntas que ahora no recuerda bien.
Luego escucho las voces de Yang y los demás, tal parece que no iban tan lejos de su líder.
Unas cuantas misiones después y se encontraba en un saco de dormir a 4 metros de una fogata, con la mirada perdida en algún punto del cielo estrellado, y una de esas sonrisas que no se borran fácilmente. Tal vez… que Ruby escuchara su canción no había sido tan malo como pensaba; la tomó por sorpresa, eso seguro, pero quizás era algo que necesitaba pasar, porque de lo contrario puede que nunca se lo dijera. Pero la pregunta perduraba en su mente: ¿habrá descifrado Ruby el significado de esa canción? Si lograba comprenderlo, entonces recibiría una respuesta clara de la chica, pero si fallaba en ver que la canción se la dedicaba a ella, entonces es cierto que aún es muy pronto para ella y que lo mejor será esperarla. Además, estaba la posibilidad de que Ruby no la vea como algo más que una amiga.
Sonrió para sí misma, ya que después de todo aun no sabía en qué punto se había enamorado de Rose.
…
A/N: Este es por mucho mi ship favorito, por lo platónico, dulce, inocente y hermoso que puede llegar a ser (no que yo sea capaz de plasmar todo eso en una historia, por más que me gustaría). Esta historia no será muy larga, pero la escribo con mucho cariño.
P.D.: comencé a escribirla antes del quinto volumen, y ya note cuan diferente fue la reunión que yo imagine vs la que en verdad ocurrio.
