Aquel viaje interplanetario apenas iba a durar un par de horas desde que Jack había incluido la tecnología de los antiguos en la nave. Pero Daniel se sentía incómodo allí. No porque sintiera algún tipo de claustrofobia ni nada parecido, sino porque veía como estaba Jack, ya lo había visto pasar por eso mismo una vez y no estaba dispuesto a verlo sufrir otra vez.
Toda la información de los antiguos que el coronel tenía en su cabeza, pronto le provocaría el tan temido cortocircuito y ahora no tenían tan seguro poder devolverlo a la normalidad.
Carter, Teal'c y Bratac estaban en la zona de navegación intentando despistar a las naves de Anubis para que no los encontraran, por lo que él se había quedado sólo con Jack, observando como iba desapareciendo su amigo, como se iba apagando su mejor amigo, sin que él pudiera hacer nada para evitarlo, tantos estudios, tantas lenguas que hablaba y tantas civilizaciones investigadas, no le había servido para nada.
Daniel se movió nervioso por la nave, todo aquello le esta sobrepasando, la amenaza de Anubis sobre la tierra, la posibilidad de no encontrar a tiempo la Ciudad Perdida… pero si había algo que realmente estaba acabando con sus nervios y con su paciencia, era el sufrimiento de su amigo. Lo veía trabajar absorto en toda la información que iba inundando su cerebro y que ya le estaba afectando al habla, que no podía quedarse ahí sin hacer nada para ayudarle.
Daniel fue hasta él y se sentó a su lado, cruzándose de piernas, pero el coronel no le hizo caso, pareció ni haberle visto siquiera, mientras continuaba trabajando con lo que quisiera que estuviera haciendo.
"Jack." Dijo Daniel sin contar con ninguna esperanza de que su amigo fuera a levantar siquiera la mirada hacia él por un momento. Jack no lo hizo. Inconscientemente, Daniel se hizo un ovillo con sus propias piernas, quería desaparecer o poder echar el tiempo hacia atrás y ser él quien hubiera servido de recipiente para la información de los Antiguos en lugar del coronel. "Lo siento ¿sabes? Tenías que haberme dejado hacerlo a mí." Pero Jak pareció seguir sin escucharle. "Jack, por favor." Dijo casi sin fuerza en la voz.
Se levantó, no quería que el coronel lo viera tan derrotado como estaba ahora si por un momento lograba tener algo de conciencia de si mismo. La nave dio un fuerte viraje. "Las naves de Anubis se acercan." Dijo Carter desde el fondo.
Aquel fuerte movimiento cogió a Daniel desprevenido y sin poder agarrarse a nada, por lo que, dando un par de traspiés, terminó por golpearse con fuerza contra un par de cajas en la cabeza. Cayó al suelo con un fuerte quejido y se quedó allí, aturdido y dolorido, notando como un hilo de sangre comenzaba a correr a través de la herida.
"Mierda." Dijo a causa del terrible dolor que sentía.
Abrió los ojos, que había mantenido cerrados unos momentos y vio a Jack a su lado, o al menos parecía el mismo Jack que él conocía. Este no dijo nada, simplemente se lo quedó mirando, con un brazo sujetándolo como si supiera que todo le daba vueltas y que no intentaba levantarse por no marearse y caer otra vez al suelo.
Los ojos del coronel clavados en los suyos, le hacían sentir raro, aunque en realidad, si era completamente sincero consigo mismo, le hacían extremadamente bien, tanto que hasta el dolor del golpe casi había desaparecido. No quería que le notara y menos cuando Jack no se iba a dar cuenta de lo que eso significaba.
Cerró de nuevo los ojos, intentando respirar con normalidad y calmarse. Tal y como estaba, notó la mano de Jack subir por su brazo y posarse sobre su hombro con fuerza y seguridad, lo que le hizo abrir de nuevo los ojos. No estaba seguro de lo que eso significaba, pero al menos le hacía ver que el coronel seguía estando allí y que se preocupaba por él.
La sangre corrió por su rostro hasta casi llegar a su barbilla, pero Jack la detuvo con su mano libre y secó el hilo del líquido rojo. "Jack, no se si eres tu mismo, pero no hagas esto por favor, no puedo…" Con la mano todavía manchada por su sangre, Daniel vio que Jack la colocaba sobre la herida, notando el dolor que el contacto el producía, el dolor mezclado con el bienestar, con la necesidad de no separarse nunca del coronel, aunque intentó no demostrarlo.
Daniel no podía decir nada más, quería expresar demasiadas cosas y por un momento se sintió igual que Jack, con demasiados pensamientos y muy pocas palabras. Pero la mirada de Jack sobre él era suficiente para que se comprendieran, aunque Daniel no estaba seguro si era el mejor momento.
Un enorme calor recorrió su cuerpo, hasta terminar por centrase en su herida. Jack había cerrado los ojos, desde luego le estaba curando. Un momento después, el dolor había desaparecido por completo y sus ojos se volvieron a encontrar con los de Jack, unos ojos sinceros y demasiado expresivos para el momento en el que se encontraban, tan cerca de morir, tan lejano de lo que Daniel había imaginado tantas veces.
¿Por qué tenía que hacerlo ahora, porque el coronel, aún en su estado tenía que comportarse con él así, cuando la tierra estaba en el mayor de los peligros, cuando Daniel no se sentía seguro de nada?
Sobrepasado por todo aquello, Daniel intentó levantarse, separarse de Jack antes de que algo más llegara a ocurrir, pero el remedio fue peor que la enfermedad, pues lo había hecho demasiado rápido y demasiado pronto. Justo en el momento en el que se puso en pie, perdió el equilibrio y estuvo a punto de caer al suelo. Obviamente tenía que haber descansado un poco antes de tratar de hacer aquello.
Jack lo atrapó, también se había levantado y ahora lo había cogido antes de que cayera al suelo. Daniel estaba entre los brazos del coronel, pero por mucho que intentaba concentrarse en la misión, en los peligros que corrían, en todo lo que pudiera separarle de aquella realidad, se sentía demasiado bien.
Daniel intentó disimular pero la voz le temblaba demasiado como para parece lo suficientemente creíble. "Jack, ¿Qué haces?" Dijo con una forzada sonrisa. El coronel simplemente lo miró y sonrió, dejándolo un momento después.
Se quedaron quietos, mirándose. Daniel no sabía si Jack realmente sentía lo que sus ojos le decían y por ello no sabía si dar el paso adelante que su cuerpo le pedía y hacer lo que su corazón hacía demasiado tiempo que anhelaba.
Sin embargo, Jack elevó la mano hacia él y Daniel sintió que todo su cuerpo volvía temblar, aunque tal vez sólo se trataran de imaginaciones suyas. "Estamos llegando a la tierra, prepararos todos." Volvió a decir Carter desde el otro extremo de la nave.
"No se si puedes entenderme, pero tal vez será mejor si no lo haces y luego te olvidas de todo esto." Ahora que sabía que el tiempo se le estaba acabando, Daniel pensó que era su única oportunidad de decir aquello, tal vez no hubiera una próxima vez para Jack o para ninguno de ellos. "Pero te lo voy a decir de todas formas."
Por fin, Daniel dio un paso hacia él y luego otro, cuando quiso darse cuenta, lo tenía delante y levantando su mano pudo tocar su rostro. Sonrió, había querido hacer eso mismo hacía tantos años, sin terminar de atreverse, que le parecía que en cualquier momento Jack iba a soltar una de sus bromas y la magia de ese momento se iba a terminar antes, casi, de comenzar.
En ningún momento supo Daniel si era Jack quien realmente le estaba mirando, si el coronel comprendía sus palabras o recordaría algún día algo de eso, pero sin preguntarse nada de eso, vio como Jack llevaba sus manos hasta su cintura y lo rodeaba con decisión.
Daniel volvió a sonreír, tantas veces que había soñado con una situación parecida a esa, pero nunca de esa forma, con tantas incógnitas, con tantos miedos sobre lo que pudiera ocurrir después.
"Jack, no es nada fácil para mi decirte esto, así que lo voy a hacer sin más porque si lo pienso un momento no lo haré nunca." Respiró con fuerza, cerró los ojos y se preparó para soltarle al coronel la mayor bomba posible, con la que si los dos salían vivos de allí podía terminar su relación para siempre o con la que podía reforzarse algo, que no tenía ni idea de donde podía llegar.
Sin embargo, no llegó a decir nada, no pudo decir ese "te quiero desde hace demasiado tiempo Jack, pero tenía miedo a decírtelo"; que tantas veces se había preparado, con el que tantas veces había soñado y con el que había tenido más de una pesadilla, pensando en la posible reacción de Jack.
No, Daniel no llegó a decirlo, porque mientras mantenía los ojos cerrados, Jack le había besado. Nunca se había planteado como eran las relaciones entre los antiguos o si se preocupaban incluso por eso, tan imbuidos como estaban siempre con sus investigaciones y con su obsesión por la ascensión.
Pero ahora estaba recibiendo su respuesta, Jack, con la mente de un antiguo, le estaba besando, rodeaba su cuerpo con seguridad, subiendo su mano por su espalda, como si tratara de conocer cada uno de sus entresijos y Daniel no podía creérselo; no podía creer que hubieran tenido que llegar a aquello para poder besar a Jack, pero no le importaba.
Le daba mido pensar en la posibilidad de perder a Jack si no encontraban la forma de sacarle todo el conocimiento de los antiguos, pero no le daba miedo aquello, porque estaba feliz, se sentía bien y a gusto.
Aunque al principio no había estado seguro sobre lo que hacer, Daniel también abrazó a Jack, aunque no con tanta intensidad como lo estaba haciendo el coronel. Dejó que le llevara hasta las cajas en las que se había golpeado y llevado por las manos del coronel, se sentó en ellas.
Jack se colocó entre sus piernas, haciendo que apoyara la espalda contra la pared. Apenas disponía de movimientos pero le daba igual, con las manos de Jack deslizándose por toda su espalda y su boca ahora besando su cuello tenía suficiente.
Apretó con fuerza las piernas, impidiendo también, que el coronel se separara de él, si les quedaba poco tiempo juntos quería aprovecharlo al máximo, si tenían que morir en breves momentos no le importaba y si al final el coronel terminaba por no recordar nada, disfrutaría del momento, dejando que las cosas volvieran luego a como estaban.
Si resultaba que Jack olvidaba sus cálida piel, sus besos y lo suspiros que estaba produciendo en Daniel, si olvidaba sus manos por su espalda y su boca cuando se había apoderado de ella, Daniel no diría nada, no estaba dispuesto a cometer el error de perder a su amigo, cuando había conseguido, aunque sólo fuera por un momento al amante que tanto había deseado.
Mientras sentía la boca de Jack recorriendo su cuello, Daniel soltó un pequeño gemido, no quería que el resto los integrantes de la nave se enteraran de lo que estaba ocurriendo entre ellos, pero lo que no pudo evitar fue su siguiente suspiro. "Te quiero Jack, te quiero."
Se apretó más contra el coronel, tomó su rostro con ambas manos y le besó con la mayor intensidad que pudo encontrar, saboreando sus labios, dejando que su lengua jugara con la de Jack y que este le arañara la espalda sobre la camiseta, lo que ocurriera después, había perdido toda importancia para ellos.
