Caer desde la cima duele.

Pero duele más darte cuenta de quien eres en realidad y quienes son los que te rodean.

Annabeth sabía lo que se sentía.

Hace algunos años ella era la chica de la que todos hablaban, la chica de la que todos querían ser amigos, la chica más inteligente de la escuela que daba las mejores fiestas.

Ahora?

Ahora era como la peste de la escuela.

Sus supestos amigos. Todos la desconocieron cuando su familia perdió todo.

Sus mejores amigas, las que había conocido desde que tenía tres años, se olvidaron de ella cuando el apellido Chase dejó de ser milllonario.

Annabeth se había dado cuenta desde que su padre comenzó a tener problemas con su compañía que había vivido una mentira toda su vida. La chica que veía en el espejo no era ella misma. Para cuando su madre le quitó todo lo que pudo a su padre en el divorcio ella había cambiado por completo.

Dejó de vestirse con ropa Rosa chillante y labial rojo intenso.

Vendió todo lo que pudo y ahora vestía como una chica promedio. Tal vez seguía viviendo en la mansión Chase, en un vecindario exclusivo y asistiendo a una escuela privada gracias a una beca.

Pero se sentía más ella misma que nunca.

Para cuando ese espantoso verano terminó todo sabían que los Chase ya no tenían dinero, que Atenea Chase les había quitado todo menos la casa a su esposo e hija y se había ido de la ciudad. Y que Annabeth ya no era una de las chicas top.

...

Dos años después el chisme y la noticia de la quiebra de los Chase habían sido superados por casi todos.

Annabeth llegó la escuela con el tiempo justo para encadenar su bicicleta y correr a su casillero.

Justo a tiempo para que Percy Jackson la viera y golpeara la puerta haciendo que tirara sus libros.

-Que te pasa?! No ves por donde vas idiota?!-.

- Buenos días para ti también listilla-. Dijo el chico soltando una carcajada.

Esta escena no era rara en un día cualquiera, se podría decir que era raro si Percy no molestaba a Annabeth o si Annabeth no gritaba insultandolo por lo menos una vez al día.

Todos sabía que ellos se odiaban pero nadie parecía saber la razón.

Annabeth levantó sus libros y caminó hacía la clase de historia, la cual compartía con Percy y sus antiguos amigos.

Suspiró al pensar que tendría que soportar dos horas de sus risitas y burlas mientras ella se sentaba sola en una esquina tratando de prestar atención a la clase.

-Aqui vamos-. Murmuró entrando al salón donde ya se encontraban Percy, su primo Jason y su novia Piper, Travis, Connor y el dúo de chicas más insoportables del mundo Rachel y Drew, solían ser un trío y Annabeth la cabeza de este.

Justo ahora no podía creer que era una de ellas algunos años atrás. No se recordaba tan tonta y superficial.

-Hey Annie que se siente hacer el trabajo del jardinero ?-. Comentarios como este usualmente se le resbalaban, había aprendido a ignorar sus voces pero ese día en particular se había despertado pensando como era su vida antes.

Sólo les hizo una seña obscena con el dedo mientras reprimia el impulso de levantarse y estrellar la cabeza de Rachel contra la mesa.

Por suerte el maestro anunció un proyecto importante, para su desgracia el proyecto era en parejas y como el salón tenía un número impar de estudiantes estaba segura de que terminaría sola.

-Ya asigne los equipos-. Dijo el profesor Quirón como si leyera sus pensamientos.

Y como si su vida no pudiera ser peor dijo:

-Percy Jackson y Annabeth Chase-.

Demonios