La Última Aventura
"¡Tal vez el rayo congelante pueda detener la reacción!"
La planta de energía había sido evacuada, pero podía explotar en cualquier momento. Kid Acero se había quedado atrás, comunicándose por radio con Amadeus, el joven genio que lo había alertado del peligro.
"¡Kid, eso no va a servir de nada! ¡Solo retrasará el estallido unos minutos! Tienes que salir de ahí."
"¿Cómo va la evacuación, Amadeus?"
"Los trabajadores ya salieron de la planta. Pero aún están en la zona de peligro."
"Entonces no hay de otra. Despídeme de tu tío y del Hombre Biónico. Adiós, Amadeus."
"¡NO! ¡Aún puedes escapar!"
Kid Acero se arrancó el auricular, y lo arrojó lo mas lejos que pudo, Amadeus seguía gritando, pero ya no podía distinguir sus palabras. Preparó el rayo congelante a toda potencia, y disparó al centro del reactor. Inmediatamente, la temperatura comenzó a bajar, pero el reactor estaba demasiado caliente. La fusión se saldría de control. Era inevitable.
Fusión y congelación se esforzaban por prevalecer. El hielo que se formaba sobre la botella magnética se convertía en vapor casi al instante. Kid Acero apenas podía ver su objetivo entre las nubes de vapor que llenaban la cámara. Era como estar en un sauna. Gotas de agua y sudor cubrían su cuerpo, empapando sus ropas.
Siguió disparando.
Treinta segundos. Cincuenta. Un minuto y medio. Dos minutos.
Apenas podía respirar, la humedad era sofocante. Tres minutos. Aguantó la respiración. Tres minutos y medio. Ya no oía los débiles gritos del auricular. Cuatro minutos. Exhaló y tomó una nueva bocanada de aire húmedo. Cuatro minutos cincuenta y dos segundos. Otra bocanada de aire.
Siguió disparando, le templaban las piernas. Se apoyó contra una pared, sin dejar de disparar. Cinco minutos veinte segundos. Su brazo derecho comenzó a temblar también, lo estabilizó con su mano izquierda, aunque estaba tan frío que le quemaba la piel. Cinco minutos cincuenta y seis segundos. El brillo de la fusión aumentó aún más. La luz casi lo cegaba.
Una vibración en el muñón de su brazo derecho. Se estaba agotando la energía del Brazo-Bala. Se dejó caer de rodillas. Seis minutos doce segundos. El rayo congelante se apagó. Más luz. Pero en lugar de la luz blanca que emanaba del reactor de fusión averiado, era una luz verde azulada, y venia del piso.
Fue lo último que vio antes de perder la conciencia.
Notas del Autor
Kid Acero fue una línea de juguetes mexicana, una versión muy modificada del Big Jim de Mattel. Aparte de las figuras de acción, hubo una serie de comics basada en los personajes, que duró algunos años. Eran historias muy amenas, aunque tendían a ser bastante bizarras. Desafortunadamente, dejaron de publicarse repentinamente, y nunca hubo un epilogo o un cierre para las aventuras de Kid Acero y sus compañeros del Escuadrón Lobo. Vaya, ni siquiera ha habido un relanzamiento de la linea por cuestiones de nostalgia. (aunque Big Jim tuvo un sucesor en la linea de Max Steel, pero eso es otro asunto.)
Asi que, por nostalgia y curiosidad, se me ocurrió hacer un pequeño homenaje a aquellas historias de aventuras que tanto disfruté en mi niñez.
Estoy basando la caracterización y trasfondo en lo que recuerdo de los comics de Novaro, pero, ya que no los leí todos, inevitablemente habrá errores y omisiones. Trataré de hacer una historia coherente, y tan bizarra como me sea posible.
¡Loor a Kid Acero!
