Los personajes de esta historia tan sólo les puedo hacer míos en mi imaginación puesto que no me pertenecen
MELODÍAS
Porque cada cual posee su propia melodía:
Cámeron es una balada: cálida y adormecedora como las sábanas de un domingo por la mañana. El paraíso eterno e infinito en constante lucha contra sus demonios. La salvación azucarada.
El taconeo de Cuddy es rock puro; comienza por una cadencia acompasada para ir aumentando el ritmo. Es el desentumecimiento de los músculos y el ingenio acompañados por unas ganas locas de explorar los límites
Wilson es una antigua canción de cuna; dulce en apariencia pero si prestas atención descubrirás que está plagada de rincones oscuros entre los que duerme el hombre del saco. Música que calma las pesadillas y promesa de que la luz del sol llegará
Chase es pop; desenfadado, alegre. Una melodía aparentemente sencilla que oculta complejidades rítmicas. El tarareo pegadizo que poco a poco se mete en tu cabeza hasta terminar formando parte de ti
En el interior de Foreman suena música clásica; estricta, metódica, de una perfección casi matemática. El caos armonizado. Una partitura técnica y precisa que se desarrolla junto a la empatía que va creciendo en su interior
Cada cual posee su propia melodía; House las conoce todas y cada una. Lleva años estudiándolas, desentrañando sus secretos, aprendiendo a pulsar las teclas adecuadas, recomponiéndolas a su gusto. Lástima que ignore que para los demás él es un blues: el sonido roto y triste que expresa las verdades de un alma que sufre
Una de mis típicas historias que guardaba desde hace demasiados meses hasta que decidí sacarla a la luz
