Siempre estaré allí.
Era una mañana como cualquier otra en Elrios, los pájaros cantaban, los niños jugaban, los hombres trabajaban, pero esta imagen pintoresca y bella de un pacifico Elrios era muy contraria ala imagen de Feita, allí, los campamentos que se habían armado para poder apostar a la gente que venia a prestar servicio para luchar contra los demonios que intentaban invadir la tierra tan pacifica de Elrios, eran un claro ejemplo de la desesperación, así como también de la esperanza de la humanidad.
En este lugar es donde se apostaba la pandilla del El, aquellos aventureros que, bajo el mando del hermano menor de Elesis, una guerrera muy reconocida en todo el continente, así como hijo del guerrero Sigfried, se habían unido con el fin ultimo de recuperar los fragmentos del El y en final detener las invasiones de demonios, sin embargo, cada uno también tenia un motivo propio y personal para ayudar en tal grupo, algunos buscaban recuperar algo perdido, otros, simplemente pagar por sus pecados del pasado, sin embargo hay algunos que lo hacen por simple ambición personal.
Una de esas personas era Add, el Lunatic Psyker, el se encontraba totalmente encerrado en su tienda desde que llegaron a Feita y simplemente ayudaba en las batallas cuando era necesario, el tiempo restante, solamente lo pasaba desarrollando nuevos códigos para fortalecer su equipo, o tomando café para mantenerse despierto y seguir desarrollando mas códigos, podría decirse que no era el tipo de persona que uno viera como amigable, sin embargo, eso no era tan así, la realidad del joven era que su pasado le pesaba enormemente a sus espaldas y había hecho de el un ser que no quería acercarse a la gente, por miedo a que le traicionaran.
Por dicho motivo, el joven había cerrado su corazón hacia ya un tiempo largo, de hecho, dentro del grupo, poco y casi nada se sabia de el por parte de los otros, solamente pensaban de el como un maniático fuerte, obsesionado por los códigos de la reina Nasod Eve y adicto a la cafeína, además de recluido por la sociedad, por lo que le sorprendió de sobremanera cuando escucho una voz suave desde fuera de su tienda, era perteneciente a una persona que balbuceaba mucho y que varias veces el se había preguntado como podía existir alguien así en el mundo tan cruel que el conocía.
"S-Señor Add, me permitiría pasar?" Dijo la persona a la cual pertenecía aquella voz tan suave. Una voz que el mente maestra reconoció instantáneamente, pues pertenecía a la persona quien mas curiosidad le había dado en todo el grupo, Ara Haan, la ultima sobreviviente del clan Haan y según sus datos personales, la persona mas inocente y amigable del mundo, a decir verdad no podía creer como una persona así había logrado sobrevivir en tal cruel estado, pero no es como si a el le interesara ello, aunque, no podía decir que no le entraba curiosidad por aquella entidad que cada tanto mencionaba como Eun, después de todo podía notarse que por breves lapsos de tiempo, la joven era "liberada" de varias ataduras llamadas formalidades y actuaba de manera completamente diferente.
"Si, estoy ocupado así que hazlo rápido" Su voz sonaba enojada, pero no era como si odiara a la joven quien emitió un sonido de sorpresa al oírlo, simplemente su pasado no le dejaba tener una vida que el pudiera denominar, normal relajada y tranquila. había sido abusado desde pequeño, por personas que eran capaces de fingir ser ovejas sumamente inocentes, claramente no podía confiar, en alguien por mas que su aura y forma de ser fuera totalmente radiante, todos los humanos tenían oscuridad en su interior y estaba seguro que Ara Haan no era una excepción a la regla bajo ningún sentido.
"Eek, e-e-esta bien, puedo, puedo volver mas tarde, señor Add." Fue lo que respondió la pequeña Sakra Devrajam con una voz similar a la de una ovejita a la que le habían lastimado de gravedad, haciendo que el joven estallara y fuera hacia la puerta de su tienda y corriera la lona gruesa de tela, sin embargo, el no se esperaba para nada lo que encontró del otro lado de la tela.
Empapada, bajo una espesa lluvia que al parecer el joven lunático no había podido oír debido al ruido de sus maquinas, tiritando de frió debido a que sus ropas estaban mojadas por la lluvia, y también, con el maquillaje de sus ojos corrido, debido a que se encontraba llorando ante las palabras del joven, o posiblemente, ante la manera chocante en la que el le había asustado, en si, la mirada de aquellos ojos rojos debido al llanto, hizo que a Add le doliera el pecho un poco, al notarlo, Ara intento alejarse de allí pero no logro hacerlo, debido a que se resbalo con un charco de lodo que se había formado a sus espaldas.
"No se por que, pero esta chica… siempre me saca de mis casillas" Se dijo a si mismo el joven Add para luego acercarse a ella y ofrecerle su mano para que se levantara y llevarla hacia dentro de su tienda, con el fin de que se resguardase del frió y la lluvia que se cernían sobre el campamento de Feita. Una vez adentro, Add le alcanzo una manta con el fin de que la joven se quitara la parte mas pesada de su traje y la dejara secándose, pero así también, para que ella no pasara frió… y no estuviera tentando al joven con la visión de su desarrollado cuerpo, algo que era difícil, ya que su figura era sobresaliente entre el grupo.
"Mu-muchas gracias, señor Add" Susurro la joven sentada en el suelo, con sus piernas cruzadas hacia su pecho mientras abrazaba la manta con la que se había envuelto, "Discúlpeme, otra vez, usted tuvo que ayudarme." Agrego luego de una pequeña pausa en la que el joven aprovecho para tomar una silla y sentarse frente a ella, apoyando su puño en su mentón como si estuviera aburrido ya de escucharla. "Yo, lo siento, a veces soy muy torpe, y, y siempre estoy metiéndolo en problemas a usted."
Add por su parte, sabia muy bien la enormidad de cantidad de veces que el había tenido que ayudar a la joven con las tareas mas básicas, desde recolección de recursos en los campos, o cuando tenían que buscar algún lugar y ella se perdía, haciendo que ellos demoraran el doble para llegar, por que tenían que ir a buscarla nuevamente, raramente, el parecía tener el don de encontrarla con facilidad, por lo que era casi siempre el encomendado de hacerlo… a decir verdad el desde la primera vez decidió ponerle un rastreador con el fin de que ella nunca estuviera fuera del alcance del grupo, solo que, por sencillos motivos, no había dicho eso a nadie, ya que podrían mal pensar de el, sin embargo, escucharla pedir disculpas, habiéndola visto tan destruida y triste, no era algo que el quería oír, después de todo, no era ella la que siempre tenia una sonrisa para los demás? No era ella, la que siempre ponía su oído atento hacia los demás? Ciertamente el verla de aquella manera, le hacia sentirse, aun mas irritado por la pequeña Sakra Devrajam, hasta el punto que no pudo aguantarse mas y largo lo que sentía.
"Cállate" Fue lo que le dijo con una voz profunda, sin embargo no potente, tan suave que parecía un susurro, pero instantáneamente cumplió su objetivo silenciando a la melancólica Sakra y haciendo que sus ojos sorprendidos se fijaran en los magenta del hombre quien estaba frente suyo. "Tienes razón, siempre estas causando problemas a medio mundo, siempre andas perdiéndote, o tropiezas, o golpeas a alguien con tu lanza" Le decía con una voz algo aterradora haciendo que la joven agachara la cabeza y temblara mas, sin embargo, pronto el hizo una pausa, antes de seguir hablando. "Sin embargo, tu siempre estas cerca, cuando alguien llora, siempre te metes donde no te llaman, aunque en el fondo te necesiten, siempre traes la calma, cuando hay una tormenta, siempre traes alegría, en donde hay solo tristeza… no hay manera de culparte, pese a que seas una cabeza hueca" Le respondió para luego acariciarle la cabeza con suavidad mientras le daba una de sus extrañas y muy raras de ver, sonrisas.
"S-señor, Add, si es así, p-podría oír mi petición?" Le pregunto la joven con sus ojos aun llorosos mientras le brillaban con el reflejo de las luces púrpuras de las pantallas del joven así como de las pequeñas velas encendidas que tenia dispersas por el lugar. Pero, su sonrisa al aceptar oír lo que la pequeña dama tenía para pedirle, se borro de golpe al escucharle. "podría… be… besar… besarme?" Le pregunto sin miramientos haciendo que sus ojos se abrieran con fuerza mientras quedaba duro como piedra maciza, ante el hecho de no poder reaccionar a aquella petición, que en parte le parecía irreal viniendo de aquella persona, sin embargo, si había tomado el suficiente valor como para pedirle eso, el tenia que tener la amabilidad suficiente, por lo menos para responderle, verdad?
"P-P-P-p-por. Por que me pedirías algo así?" Repregunto Add poniéndose colorado con suficiente tono para hacer que los tomates se pusieran celosos de el, luego de ello, le toco a al tambalearse y caerse al suelo, golpeándose con este mientras Ara le miraba actuar de aquella forma, un tanto graciosa y similar a la de ella a la vez, por lo que apiadándose de el, intento acercarle para sujetarlo, sin éxito pues como si quisiera echarle mas daños a la herida, ella también se tropezó con la alfombra que había bajo sus pies y cayo sobre el joven, quien instintivamente la cubrió con su brazo para amortiguarle su caída, haciendo que los rostros de ambos se pusieran a escasos centímetros uno del otro.
"Es que, vamos a pelear muy pronto y si lo peor llegara a pasar, quisiera, al menos, que mi primer beso fuera tomado por alguien que me importa" Le susurro la joven suavemente mientras estaba apoyándose contra el cuerpo del joven, dejando descansar sus pechos en los de Add mientras sus piernas se agazapaban cerca de el permitiéndole sentir su calor corporal al mismo tiempo que aumentaba el propio unas veinte veces, haciéndole sentir como una supernova, claramente, estaba o teniendo otro de esos "momentos" especiales, o simplemente, aun con toda su inocencia, no se percataba, de que en este preciso instante, era mucho mas excitante que cualquier código nasod en existencia.
"podría cumplir… mi petición?" Le volvió a preguntar la joven acercando su boca a escasos centímetros de la ajena mientras podía sentir como sus prendas aun mojadas se pegaban en las de el, haciendo que toda razón escapara de la mente del Lunatic Psyker por unos segundos, hasta que el trago saliva finalmente y le como de la cintura. "Por mas que peleen, nada malo te ocurrirá, tienes a muchas personas protegiéndote, Ara." Le respondió el joven de magenta mientras intentaba mantener la compostura, sin embargo, sabia que ella diría una frase… la única frase que podría decir en este momento y que acabaría por destrozarle su auto control.
"Si, pero usted no viene seguido con nosotros, por lo que al menos, deseo que sus labios sean un amuleto protector para mi, señor Add." Le respondió a su pregunta, diciendo las palabras que Add mas temía, no por que sus ojos llenos de inocencia le dijeran que podría llorar si se negaba, tampoco por que su cuerpo pese a ser demasiado, exuberante y estuviera apoyado sobre el le incitara, sino, que desde hacia un momento se había dado cuenta perfectamente de algo… aun con la forma de ser de el mismo, aun con el hecho de negarse a aceptar a las personas… aun con su miedo a las relaciones humanas, de alguna manera, en algún lugar, esa chica, había atravesado todas las defensas posibles que el pudiera poner para protegerse, era la única que mostraba apenada al verle herido, era la única que siempre escuchaba sus llantos cuando tenia pesadillas… como no podía pagarle tanta amabilidad, si lo único que necesitaba para que ella estuviera calma, era darle un beso? Quizás fuera por que tenia miedo de perderla algún día, pero si podía protegerla con sus labios tocando aquello que ella consideraba mas precioso que su vida, por que no hacerlo, si ella pese a su torpeza era la mas amable de todos y la única que le trataba con cariño genuino, sin ninguna intención extra de por si.
Su corazón se había cerrado durante mucho tiempo, sin embargo, el ya sabia de sobremanera que no podía engañarse ni a si mismo, ni a ella, por lo que tomo su cintura con cuidado y trato de acercarse, pero pronto, sintió que ella temblaba a través de sus dedos quienes estaban en contacto con ella y tragando saliva le miro a los ojos suavemente. "Primero, pareémonos, haré lo que me has pedido, Ara." Le respondió suavemente para acariciarle la mejilla con ternura haciendo que ella por unos segundos se apoyara contra su mano para sentir su calor y decir por lo bajo, "Usted, es muy calido." Le susurro dándole una tierna sonrisa, aquellas de las que son capaces de derretir glaciares.
Una vez ambos se levantaron, el joven la tomo de la cintura con delicadeza, notando los leves músculos que tenia y daban forma a su perfecta figura. Suavemente, con suma delicadeza Add acerco sus labios a los de ella sintiéndole temblar en respuesta, pero cerrar los ojos y entregarse a sus brazos al mismo tiempo, como un animalito tembloroso al que se esta por cazar y que ha aceptado su destino, pensó que eso era adorable y no pensó que hubiera algo mas que negarle al destino, por lo que con esa gentileza y delicadez que solo planeaba mostrarle a ella, unió sus labios con los ajenos en un suave, calido y amable beso, el cual perduro unos segundos, sin embargo, durante esos segundos, Add comprendió una cosa… el la amaba, con toda su alma.
Un beso, otro beso, otro beso mas, segundos pasaron en los que Add acariciaba la espalda de la mujer a quien hace unos minutos tenia como ajena a si mismo, sin embargo, en esos minutos, el Lunatic Psyker pudo comprender cuan dentro suyo había cavado la Sakra devrajam hasta llegar a ocupar un lugar muy especial en su corazón, como la única humana, la única mujer, a la que el le dejaría tener este tipo de cercanías, y no era un merito pequeño, sino que era un gran privilegio, y esperaba que en los subsiguientes besos que siguieron al primero, con los dos ojos cerrados mientras ambos se abrazaran, sus sentimientos de no querer dejarla ir hacia ningún lugar florecieran dentro de ella… quería que sus besos… le dijeran a ella cuanto el la amaba, algo que sus labios difícilmente podrían pronunciar en forma de palabras.
No hubo cuenta del tiempo que transcurrió, mientras los dos se mantenían en mutua compañía, sus cuerpos estaban abrazados, solo separados por las ropas que se habían negado a sacar, pues, aun no eran amantes, no eran mas que amigos de confianza, o solo eso era lo que creía Add, algo que en su interior quería sacarse, pues luego de sentir aquel suave placer que era besarla, quería sentir mas de ella, sin embargo, tras cortar la series de besos, el joven la vio temblar y en su interior se lleno de alivio, al parecer por ahora, podría parar sus deseos y esperar que ella le correspondiese los suyos, pero no se apresuraría, esa no era su forma de ser.
"S-señor Add, uhmm, l-lo siento, m-me deje llevar" Le dijo la joven mientras sus mejillas se ponían coloradas como los tomates y mientras ella comenzaba a jugar con sus dedos índices claramente demostrando que se encontraba nerviosa por lo ocurrido dentro de la tienda del Lunatic Psyker, sin embargo este simplemente le dio una sonrisa de sus clásicas y decidió molestarla un poco, para que se sintiera mas aliviada. "No hay de que preocuparse, pero quien pensaría, que la única descendiente del clan Haan, fuera alguien tan llena de deseo… me ha gustado." Le dijo con aquella sonrisa que le caracterizaba haciendo que la joven se pusiera totalmente roja y le saliera humo de la cabeza, poniéndose aun mas temerosa y temblando aun mas de lo que solía hacerlo.
"N-N-N-No diga e-e-eso!" Le grito mientras se disponía a darle un golpe, el cual era demasiado débil para siquiera dolerle, después de todo, esta idiota era la mujer mas amable del mundo, pensó el lunático, mientras se oía a alguien fuera de su tienda llamarles. "Ara, Add, vamos a ir a una misión, vendrán?" Era Elsword, alguien a quien Add no odiaba, a menos que tocara sus cosas, ya que siempre las rompía, sin embargo, era alguien a quien podía confiarle su mas preciado tesoro, esta mujer.
"Yo no iré., estoy algo cansado por estar trabajando hasta tarde, por lo que descansare" respondió Add cuando Ara le miro a los ojos para preguntarle si iría, por lo que ella simplemente asintió con la cabeza y se dirigió a la puerta de la tienda. "Ara, antes de irte, quiero decirte que hay algo que debo hablar contigo, cuando vuelvas." Le dijo el joven a la muchacha quien solo asintió y como si fuera lo mas natural del mundo, salio de la tienda para reunirse con sus compañeros, dejando al joven mecánico sumido en la oscuridad nuevamente.
Sin embargo, esa noche…. Ara no regreso.
