Sección I

Forks


Tema: The Forgotten - Green Day

.

Esta es una historia sencilla, pero no es fácil contarla. Como en una fábula, hay dolor, y como una fábula, esta llena de maravillas y de felicidad. (La vida es Bella)

.

Capítulo Primero - Salvada por el Destino

.


Estaba exhausta, había corrido durante horas o quizás días. Ni siquiera tenía una correcta noción del tiempo, recordaba noches y amaneceres pero no sabría decir exactamente cuántos fueron.

Corría desesperada, hambrienta, y sucia. Pero no había tiempo para pausas o comidas, tenía que encontrar un lugar seguro. De lo contrario el cazador me encontraría.

Corrí algunos kilómetros más hasta encontrar un pequeño pueblo, me pregunté donde estaba. El clima había cambiado notablemente, ya no era caluroso y seco, todo lo contrario, ahora había musgo y humedad por todas partes. Arrugué la nariz, el aire era denso y cargado, no me gustaba, me hacía sentir pesada y no podía correr tan ágilmente o al menos eso sentía.

En mi cabeza no habia nada más que confusión, parecía un niño pequeño descubriendo el mundo por primera vez. Todo lo que se encontraba a mi alrededor me maravillaba y atraía. El agua y sus sonidos, la luz y sus efectos, rayos de sol, el silbido del viento, todo me extasiaba maravillosamente y me dejaba pletórica.

Pronto me encontré parada sobre un pequeño charco, donde pude ver mi reflejo. Quedé absorta por unos minutos, era hermosa. Examiné cada rasgo de mi cara, mis ojos color rojo furioso, mi piel que a pesar de estar sucia, era perfecta y blanca como la leche. Mi cabello largo, sedoso y ondeado hasta la cintura. Era preciosa, pero también era un monstruo igual al que me perseguía. Un monstruo con cara de ángel y dientes de demonio.

Quizás debería dejar que me atrapara, tal vez él me daría las respuestas que necesitaba.

Pero no podía, cuando estaba cerca de él. Dejaba de pensar y actuaba como un animal, por instinto... Lo único que sentía era el peligro y la gran necesidad de huir. Entonces me lanzaba a la carrera, gruñía, gritaba y saltaba; todo hasta que finalmente me sentía segura, apenas en esos momento era cuando volvía mi cordura.

A poco kilómetros había un pueblo, podía distinguir sus luces jugando en el crepúsculo. Regalándome una de las vista más hermosas que podía tener, lentamente comencé a moverme y a deambular por allí con mucho cuidado, para no ser vista. Después de algunas vueltas, llegué a un puente. Otra vez la admiración, me quedé completamente absorta con el movimiento del agua sobre las piedras y el hermoso ruido que emitía, era hipnótico.

De repente un brusco choque proveniente de mi flanco derecho me lanzó hasta la mitad de la calle al otro lado del puente, caí de espaldas al duro asfalto, en un golpe seco. Me había arrojado cerca de 30 metros, no sabía que pasaba, no alcance a ponerme de pie cuando apareció de la nada, delante de mí un muchacho bastante alto de cabello rubio y tez tan blanca como la mía. Otro demonio, el joven tomó mi mano rápidamente y de un tirón hizo que me pusiera de pie. Gritó nerviosamente mientras me observaba con sus hermosos ojos dorados.

—¡Corre!

Acto seguido se dio media vuelta y con mi mano aun entre las suyas se lanzó a la carrera. Por inercia lo seguí, otro golpe seco nos alcanzó. Pero esta vez no me golpeo solo a mí, el joven a mi lado parecía haber chocado contra lo mismo que yo, inmediatamente caímos los dos al suelo.

Cuando levanté la mirada había un gran cuerpo que nos bloqueaba. Era él, el monstruo, me había encontrado.

Nos miró desde su altura haciendo un gesto de repugnancia y altivez.

—Deja a la niña y lárgate por donde viniste. —La voz del hombre era autoritaria y fuerte.

—No. —respondió el muchacho con la misma actitud.

—Vamos niño, mírate. Crees poder enfrentarte a mí, solo déjala y vete. No hay necesidad de que hoy mueras, aunque sería la excusa perfecta para exterminar de una vez a tu Clan.

—No Felix. —Volvió a repetir el joven de manera estoica, esbozando una media sonrisa. —Dime, ¿Qué pensaría Aro de esto? Te estás extendiendo en tus funciones, creo que no le agradará. Apuesto a que solo debías llevarla a Volterra, pero las cosas se te salieron de las manos.

Yo me encontraba en el suelo confusa y sin comprender la situación, pero observaba todo cuidadosamente, aun no entendía que estaban decidiendo mi futuro. Vida o muerte.

—Yo la creé, me pertenece y me la llevaré o simplemente diré que no sobrevivió al cambio. —El hombre me apuntó con algún tipo de artefacto extraño y se disponía a disparar cuando de pronto los faros de un auto encandilaron la escena, el joven a mi lado aprovechó la distracción y volvió a correr conmigo por detrás, pero esta vez lo hizo en la dirección opuesta hacia el barandal. De repente jaló con tanta fuerza como para tirarme del puente haciendo que cayera primero, mi espalda impactó sobre las piedras del arroyo y podía sentir como el agua corría a mí alrededor, el muchacho cayó sobre mí, cubriéndome casi por completo. Intenté moverme pero era demasiado pesado.

—Por favor confía en mí, es la única forma en la que saldremos de esto.

No dije nada. Pero dejé de luchar en signo de respuesta. Luego sentí los pasos del cazador en el agua pero no me moví, no abrí la boca, y clavé mis ojos en el pecho del joven.

La camisa que llevaba puesta tenía los primeros botones desprendidos, eso me permitió ver la piel de su pecho. Él tenía cicatrices. No una o dos, sino varias de diferentes tamaños y en forma de medialuna. Sentí pánico, ¿Qué tal si él también venía tras de mí? ¿Por qué tenía tantas cicatrices? Una voz chillona me distrajo de mis pensamientos.

—Alto, ¿quién está ahí? —Era la voz de una mujer al parecer se había asomado por las barandas del puente. —¡Oh Dios mío! ¡Son dos cuerpos!

—Maldita sea. —La voz baja y gutural del cazador ahora se escucha lejana. Pocos minutos después tuve la sensación de que se había ido.

Quería abrir los ojos, los cuales había cerrado con mucha fuerza para no ver las cicatrices, pero no podía.

—Ten paciencia. —Dijo el joven ahora con una voz calmada y casi amistosa.

Podía sentir como el alivio y la tranquilidad comenzaban a embargar mi cuerpo, se sentía tan bien. Creo que nunca antes me había sentido de esta manera.

Esperamos a que la mujer fuera hasta su auto y mientras hablaba con el servicio de emergencias, emprendimos la huida. El joven se paró de un salto, repetí su movimiento y acto seguido él volvió a tomar mi mano y correr, justo como la vez anterior, lo seguí. Probablemente debía zafarme de su agarre y tomar otra dirección pero por algún motivo él me inspiraba confianza.

Corrimos hasta llegar a un claro, donde soltó mi mano. Me quedé clavada en mi lugar y él se adelantó unos diez pasos. Cuando se dio la vuelta para mirarme su cara tenía dibujada una sonrisa pequeña.

—Bueno, hasta aquí es suficiente. —Una extraña ansiedad me invadió cuando escuché esas palabras, iba a dejarme y eso me alteraba no quería que lo hiciera.

—Estamos a salvo aquí. Es terreno seguro. —Se apresuró a decir, creo que sintió mi nerviosismo.

—Soy Jasper y es un placer conocerte.

Miré a Jasper, tratando de leerlo.

El momento de tensión había pasado y nuestra pequeña alianza se había disipado. Ahora éramos dos desconocidos, midiéndonos. Para mí era cuestión de supervivencia, necesitaba saber quién era y por qué había decidido salvarme y para él... no lo sabía, pero tenía que averiguarlo.


Hola.

Bueno, este pequeño y loco proyecto va dedicado a Alejandra, gracias por alentarme...

Vero, gracias por confiar en mi y dedicar tu tiempo a esta historia...

Sobre todo gracias a Stephenie por crear algo tan maravilloso...

Todos los personajes son propiedad de la fantástica Meyer, la historia salio de mi cabeza...

...y bien? Es mi primer historia, tengan piedad!

...Gracias por invertir tiempo en esto.